domingo, 1 de junio de 2025

Los enfados


 

Cuando uno se enfada, se asocia a este estado interior de malestar, a algo ajeno, externo a él mismo, a algo que le rodea.

Realmente, este malestar, no es fruto de aquello que a uno le ha llegado a molestar; sino que este molestar exterior solo es el fruto de algo que dentro de cada uno no tiene equilibrado y armonizado. Por lo tanto, todos los enfados que uno pueda llegar a tener en momentos determinados, es el hecho de encontrarse con algo que le hace ver realmente, qué aspectos de su interior necesita estabilizar de una vez por todas. Por eso muchas veces alguien vive una situación supuestamente adversa, una y otra vez, y otra vez, para que pueda darse cuenta a qué es debido este enfado, este malestar que uno puede llegar a tener en momentos determinados.

Los enfados no son que los demás, realmente, se enfaden contigo, sino que solo es fruto de que los demás te hacen ver que hay algo dentro de ti que no está funcionando adecuadamente.

Las personas armonizadas, equilibradas, conscienciales, íntegras siendo ellas mismas, no se enfadan ante la vida que están viviendo; sencillamente, saben aceptar y el darse cuenta de lo que representan estos momentos no queridos aparentemente. Por lo tanto, el malestar o los enfados, no son fruto de algo ajeno a uno, sino que es fruto de algo interno de uno mismo, solo es cuestión de ir al interior para darse cuenta qué le está transmitiendo y por qué se ha alterado al vivir o estar con esta persona o con esta situación que pueda estar.

Todo enfado comporta un aprendizaje. Uno es el responsable de todos los momentos vividos para llegar a él mismo. Así lo acordó antes de la encarnación de su alma.

Los enfados no son debidos a nuestro exterior, sino a nuestro interior. Nuestro exterior solo es un reflejo de nuestro interior para darnos cuenta de cómo está siendo uno mismo.

Cuando alguien se enfada y se enoja constantemente, nos está diciendo que él no está siendo él mismo.

Todos los enfados tienen un sentido para nuestra vida. Si éstos se están produciendo en ti, solo es cuestión de que vayas a tu interior y darte cuenta de lo qué te están transmitiendo para tu bienestar.

Vuestro exterior solo es fruto de vuestro interior. Todo lo veis y el cómo lo interpretáis solo es fruto de vuestro interior. Cuando lo que uno atrae no crea un bienestar en él mismo, lo que nos está transmitiendo es la posibilidad, el tomar una decisión diferente a cómo uno está viviendo aspectos de su vida que no le crean un bienestar, pudiendo abrir una puerta a la felicidad y la serenidad en la vida.

Los demás no son los culpables de vuestros posibles enfados que podáis llegar a tener, sino que son un espejo del interior de cada uno, por lo tanto, es uno mismo que debe de hacer unos cambios en su vida para llegar a ser él mismo. Cuando así es, entonces, todo enfado, malestar o preocupación dejan de existir en él, porque cuando uno es él mismo, viviendo desde su interior y no desde su exterior, todas sus energías cambian, elevando a su ser.

Hay una ley universal, que algunos de vosotros ya la conocéis, que dice: Energías iguales se atraen, por lo tanto, según como uno es, será lo que atraerá en su vida.

Los grandes maestros espirituales no se enfadan, sintiendo la paz y la serenidad en ellos mismos.

Los enfados no son fruto de los demás, o del exterior de uno, sino del reflejo de uno mismo, de cómo se encuentra su estado interior.

Todo tiene su sentido.

Todo es fruto de uno mismo.

Siendo tú, liberarás el malestar en ti.

 



No hay comentarios: