miércoles, 22 de septiembre de 2010

No hay manera (cuento)


- Por más que lo intento no hay manera de conseguirlo – dijo un día un discípulo a su maestro.
- Cuando lo hiciste por primera vez, ya diste el consentimiento para que todo pueda ser.
- ¿A quién, maestro? ¿A quién di el consentimiento?
- A tu Ser para ser merecedor de lo que pedías, y al universo, para que te ayude en tu camino hacia el objetivo.
- Pero llevo mucho tiempo haciéndolo y no acabo de llegar a él. A veces parece que ya estoy, pero todo parece pararse y no ir más allá de donde he llegado.
- Son pasos para abatir la resistencia que hay en tu ser.
- Pero ¡yo sí que quiero! – intervino el discípulo con énfasis.
- Cada intento es un paso más dado para que al final puedas liberarte de lo que hay en ti que no te permite conseguir lo que quieres.
- No entiendo por qué no lo consigo porqué yo sí que lo quiero, a más a más, me estoy trabajando, meditando y sintiendo mi esencia para que todo sea, en cambio, no lo consigo.
- ¿Qué sientes en estos momentos en relación a lo que quieres? – le preguntó el tutor.
- Impotencia – respondió el chico.
- Cuando sientas la certeza que todo será, entonces llegarás a acercarte tanto a tu objetivo, que este no le quedará más remedio que ceder a tu petición y llegar a ti.
- Pero por más que lo intento no hay manera – continuó el chico.
- No pienses que no puedes. Piensa, y sobre todo siente, que ya lo tienes. Aquello que quieres te llegará en su momento, y éste no se encuentra en la impotencia, sino en la certeza y la serenidad que todo está siendo.
- .....
- Sé paciente y confía con lo que has propuesto – continuó diciendo el maestro. El proceso que estás siguiendo, ayuda a tu alma a liberarte de lo que te sujeta a la negación. Cuando más confíes y seas constante, las puertas de la materialización se presentarán ante ti. Solo será necesario abrirlas y pasar al otro lado.
- (El chico escuchaba atentamente a su tutor)
- No hay nada que el corazón no pueda conseguir. Escúchalo y sabrás qué hacer en todo momento. Él te indicará la dirección correcta a seguir y la calma y serenidad necesarias para continuar.
El discípulo hizo una salutación de agradecimiento a su maestro y dio media vuelta alejándose para continuar su camino, pero esta vez, con un aprendizaje más, sabiendo que la paciencia eleva a todos aquellos que la utilizan.


No hay comentarios: