El interior de cada uno es una fuente constante de creación
para llevar a término aquello que uno siente dentro de él.
A lo largo de la vida, el ser puede vivir diferentes
situaciones que vienen a ser como negaciones que se le hacen para conseguir
aquello que pretende obtener. No hay una puerta cerrada para salir adelante en
estos momentos vividos, sino que siempre se puede superar estas escaseces o
supuestas adversidades presentadas en su entorno donde uno se encuentra
incluido o influenciado. Siempre, si uno está preparado interiormente, puede
llegar a superar estos momentos que vive. Al final, si uno está abierto de corazón,
comporta un aprendizaje de lo vivido para darse cuenta de lo qué representa el
no conseguir, no tener o no poder hacer aquello que siente intensamente dentro
de él.
Cuando así es, es como una bendición del universo hacia tu ser, donde tu alma se
dispone a darle sentido a todo lo que uno pueda vivir, en un sentido u otro.
Uno puede no seguir un camino querido, pero en cambio,
encuentra otros senderos que le permiten llegar allí donde ha de llegar. Otros,
en medio de este único camino inicial que ha encontrado, se da cuenta que no
hay otra opción que le pueda llevar hacia aquello que siente en aquellos
momentos dentro de él. No encuentra ninguna otra salida a tomar, ninguna otra
opción, sólo la que vive y no siempre es lo que uno querría inicialmente.
Es vivir en un sistema de vida donde todo debe de ser según
uno quiere: “yo quiero esto, yo quiero lo otro, yo no quiero seguir así como
ahora, sino de otra manera,….etc.” Todo es un querer y querer según uno quiere mentalmente. El raciocinio hace
que el ser lleve a término, en todo momento, aquello que está establecido en su
entorno, decidle familia, sociedad, tradiciones, religiones, entidades sociales,
políticas o de otro tipo. Todo querer
comporta unas ideas establecidas y unos hábitos a seguir según lo inculcado
desde la infancia que uno haya podido vivir. La mayoría de ellas están basadas
en las creencias de aquellos que establecen lo que hacer y el cómo hacerlo.
El querer en este
mundo procede del raciocinio, de la parte mental. Esto les hace dar pasos para
mantener una imagen y para potenciar los miedos en ellos a lo largo de sus
vidas. Cuando uno no quiere, su entorno le puede señalar como alguien que vive
en un mundo ficticio, irreal e imaginario. Representa que no vive en un mundo
real, donde lo que se debe de hacer para vivir es todo aquello que está
establecido, cuando la normativa, leyes y reglamentaciones, se basan en la
parte mental y no en la verdadera esencia del individuo. No está basado para el
mayor bien de todos, la igualdad y el respeto para todos.
Cuando alguien ya es consciente de este hecho y ha empezado
a vivir desde su interior, desde lo que su corazón le dice y le hace sentir
para poder actuar, se da cuenta que su voz interior no coincide con el cómo se
vive o cómo está todo establecido. Con el tiempo, uno aprende a vivir según su
interior y no según el exterior que le rodea. Esto hace que, a veces, seas un
marginado porque nadie te tiene en cuenta, rechazando o negándote todo aquello
que te pertenece por naturaleza, debido que no has hecho, o estás haciendo
aquello que todos hacen. Uno puede llegar a tener experiencias de este tipo, y
con el tiempo, su presencia no siempre encaja dentro del mundo “no real” que se
está viviendo en este planeta de una sola luna.
El querer no es el
camino a seguir. Entonces alguien puede preguntarse:
-
¿Y cuál es el camino a seguir, pues?
-
El del Sentir.
Todos nacemos dentro
de un cuerpo. Venimos encarnados para vivir toda una serie de experiencias para
evolucionar nuestro ser. Cuando algo no coincide con lo que uno vive, entonces,
le lleva a reflexionar y a obtener un aprendizaje que se abre al sentido por el
cual se ha vivido aquello. A menudo, gran parte de quienes viven unas
experiencias no queridas, se desentienden de aquello creando una energía de
victimismo, sufrimiento y de incapacidad para obtener aquello que quiere en la vida. Lo único que
comportará a aquellos que tomen estas actitudes ante lo vivido, es el
estancamiento, la crítica, el juzgar y los miedos intensificados que comporta
el no ser uno mismo. No todo lo que se vive y es no querido, representa el
sentido en nuestra vida. Todos, absolutamente todos, atraemos a nuestro
proceso, aquello según la energía activada que llevamos dentro. Cuando más
creencias se tengan, más uno se alejará de él mismo, y más incapaz estará para
salirse de la situación vivida.
Uno de los cambios de la nueva vida, es el no querer, y activar más el sentir en uno mismo. Cuando más se haga
lo que se siente, más se llegará a ser uno mismo, y se atraerá aquello que
pueda llegar a necesitar realmente, dándose cuenta que le hace sentir bien.
Cuando lo que atraes no te hace sentir bien, es que estás intentando conseguir
aquello que quieres. Siendo así,
querrá decir que tus creencias están predominando a lo largo de tu vida actual,
y éste, no es el camino a seguir. Ten presente aquel quien tú eres. Escúchate,
y entonces sentirás qué pasos dar en tu vida, sin querer conseguir,
sencillamente materializar aquello que has venido a hacer en esta existencia de
vida actual.
Los grandes maestros espirituales no deseaban nada material en
la vida, sólo sentían el qué hacer y de qué manera llevar a término aquello por
el cual encarnaron. Cuando uno actúa así ante la vida, todo lo que necesita se
le es dado. Para eso hemos de ser conscientes de quienes somos realmente. No
somos quienes nos dicen que somos. Solo uno es capaz de saber y sentir aquel
quien realmente es. Entonces, todo es posible según lo qué ha venido a hacer en
esta vida.
Este es uno de los aspectos a aplicar y a tener en cuenta en
los tiempos que estamos viviendo actualmente. El mundo celestial, los seres de
la Luz, nos están anunciando cada vez más, le hecho de no pensar o tener
creencias, sino el hecho de sentir tu interior para saber qué hacer en todo
momento, en tu proceso evolutivo actual.
El querer,
pertenece a una energía de vivir en el pasado, donde la vida existente era de
baja vibración. Se nos están abriendo unas puertas para crear una nueva vida
más en acorde con quienes somos realmente. El querer no entra en juego en estos nuevos tiempos, sino el Sentir.
Cuando uno siente,
sabe,….y obtiene.
Cuando uno quiere, es porque se encuentra perdido y
tiene miedo de no tener nada y no poder vivir. Entonces es cuando aparece el
esfuerzo y la lucha constante para obtener.
Todos, absolutamente todos, tenemos lo que necesitamos. Y
este necesitar, no es físico, material, sino espiritual. Lo físico te vendrá
por sí solo. Cuando conseguimos activar nuestra espiritualidad, nuestra esencia
innata, entonces iremos atrayendo en nuestra vida todo aquello que podamos
llegar a necesitar para materializar aquello que hemos venido a hacer, que ha
sido acordado, voluntariamente, por nosotros mismos, aceptando todo lo que
viviremos en este mundo donde ahora nos encontramos.
Aprender a Sentir,
nos liberará de toda limitación que en este mundo pueda haber. Permite,
también, poderse expresar según uno es en verdad, perdiendo todo miedo y
activando todo su potencial espiritual, contenido en su ADN, para poder traer
el Cielo aquí en la Tierra; y realizar completamente, la Voluntad Divina que le
corresponde según su proceso evolutivo.
Todo es y será.
El querer es una
imposición que no depende de ti, sino de la mente racional basada en tu
entorno.
El Sentir es abrir
la puerta de tu plena realización en este mundo, el cual es un aliado de tu
proceso. Siendo la voz de tu Corazón, de aquel quien en verdad tú eres.
Que el Amor y la Paz sean en ti.