Este año es el inicio de la manifestación de aquel quien uno
es.
Son tiempos de grandes cambios, y éstos provienen de los
cambios interiores que uno puede llegar a hacer. La vida no es como la que se
ve en este mundo donde se habita.
Uno puede llegar a un punto de elevación, de consciencia y
de conexión espiritual impensable. Algunos ya lo están viviendo de una manera
muy intensa, constante y amorosa.
Este año es como si os quitasen todos los envoltorios que
envolvían a vuestro ser. Uno puede llegar a sentirse libre del todo. Liberado
de cualquier influencia de este mundo, siendo consciente a la vez, de todo lo
que ha vivido en él.
Cuando alguien llega a mostrar la Divinidad que hay en él,
su presencia es muy cercana a todos los que le rodean. Viven sin miedo ni dudas
en su vida. No temen a nada, porque saben del sentido de su vida y todo lo que
representa para él. Saben del proceso de la existencia y de la misión por la
cual encarnaron. Entonces, su vida es como si perteneciese a un sistema de vida
superior, aunque se encuentre aquí en esta dimensión.
Cuando alguien ha conectado con su Divinidad mira la manera
de poder transmitir su Esencia para que todos puedan elevar su ser y poder,
también, manifestar aquel quien es: su Divinidad.
Este planeta se encuentra en momentos álgidos para poder
realizar estos cambios tan anhelados y poder hacer que todas las almas que
habitan este sistema de vida donde se encuentran, puedan elevarse, y así hacer
que la vibración se eleve hasta convertir este mundo terrenal en uno donde la
Divinidad sea en él.
¿Qué sucede cuando uno está siendo él mismo a nivel
espiritual? Pues que el amor es el fundamento de todo lo que pueda hacer. Los
resultados y transmisiones que pueda hacer estarán, siempre, destinadas al
mayor bien de todos.
Gaia ya está notando estas vibraciones que hay en ella. Son
muy diferentes a las del siglo pasado. Se están produciendo grandes cambios
debido a la nueva vibración energética existente en este mundo.
Puede parecer que uno puede llegar a sentirse como si
estuviera en medio del Cielo. Se siente como si estuviera en medio del
universo, siendo parte de él y con todo lo que esto representa: serenidad, paz,
sintiéndose acompañado conforme no está solo, amado, apoyado y teniendo la
sensación que todo lo que necesite lo tendrá, y lo tiene.
Dentro de esta terrenalidad, debido a la Divinidad
manifestada por el ser, esta alma emite un respeto hacia todo aquel que le
rodea, sin tener intereses personales, ni creencias, ni deseos, ni tener en
cuenta el tiempo lineal existente. Estos seres viven fuera del tiempo y el
espacio. Sencillamente son e irradian su Luz allí donde se encuentran.
No tienen presente las situaciones que pueden estar
viviendo, supuestamente adversas, porque para ellos no existe la adversidad, ni
lo que se entiende como que la vida le da la espalda a uno. Nada de eso es en
ellos. Sencillamente son, sabiendo qué hacer a cada momento según su voz
interior, la voz de su Yo Superior, de su Divinidad.
Saben cómo ayudar a alguien y qué necesitan según la
situación que tienen y viven. Tienen una luminosidad consciencial que permite
esclarecer y ver la Verdad de los momentos que se viven para tenerla en cuenta
y aprender de ellos mismos.
Son seres de pocas palabras. Sólo hablan cuando así lo
sienten o la situación lo requiere, pero poco expresan porque no siempre lo que
pueden llegar a decir será escuchado y aceptado. Saben cuando hablar.
Ellos aceptan las diferencias y entienden sus presencias.
Saben que todo tiene un sentido y es una bendición para todo aquel que las
viven.
Estos seres ascendidos encarnados, son muy cercanos a todos
los que les rodean. Los aceptan y los respetan, sabiendo de su papel en este
mundo.
No piensan ni le dan vueltas a las cuestiones que pueden
vivir. No aplican la mente racional, porque la han liberado de su papel que se
da en este mundo. Tienen una mente divina, la cual les hace ver qué hacer en
todo momento y el cómo hacerlo, si así ha de ser. Son seres centrados en su
espiritualidad, dándose cuenta que ésta, permitirá que cada uno pueda llegar a
ser aquel quien en verdad es. Viven en esta dimensión sabiendo de su papel y
presencia en la vida en la cual se encuentran.
Son seres con una gran capacidad sanadora, armonizadora y
creadora de todo aquello que nos es innato, ofreciendo la llave maestra para
abrir todas las puertas del bienestar interior y la materialización de lo que
han venido a hacer para poder ayudar a los demás, así como el poder hacer
sentir dentro de ellos la Esencia innata que todos tienen; siendo el Amor, la
energía de más alta vibración existente en el universo y en ellos, como parte
del universo que son.
Los tiempos que vivimos, permiten empezar a despertar el
proceso de autoconocimiento y las consciencias para poder darse cuenta del
sentido de las presencias de todas las almas existentes en este planeta. Éste,
irá evolucionando cada vez más, aunque aparentemente pueda parecer que este
mundo no está yendo bien. Todo tiene un sentido para la evolución. Todo es una
bendición para todo aquel que lo vive y toda la humanidad. Ésta se irá elevando
y ya no se puede detener el proceso que ha iniciado para la elevación
vibracional de su energía. Cada vez irá a más y se irán viendo muestras de este
cambio en la sociedad que uno vive y a nivel mundial.
Los despertares conscienciales irán a más. Serán masivos,
con lo que esto representará. Estos seres elevados que se encuentran entre
nosotros serán quienes habrán permitido esta nueva vida y la nueva humanidad.
Ellos habrán sido los activadores del inicio de este proceso, pero será cada
uno quien dará el paso hacia la conexión con su esencia innata.
No hay vuelta atrás. Ya no se puede volver a tiempos
pasados, porque vuestro presente ha elevado las energías de este sistema de
vida, pasando de la tercera dimensión a la cuarta, habiendo quien ya vive desde
la quinta.
Cuando más uno sea según su Divinidad, más uno se elevará a
dimensiones superiores de vivir. Cada una de ellas, permitirá sentir más aquel
quien cada uno es. Las sensaciones que se tendrán serán mucho más elevadas, no
siendo en dimensiones inferiores como la tercera.
Son tiempos de grandes cambios, donde la Divinidad permitirá
un ilimitado bienestar interior, unas sensaciones no tenidas hasta entonces, y
percibir la vida más allá de cómo se transmite en el entorno de uno.
La vida se encuentra en tu interior. Todo lo que uno puede
llegar a necesitar se encuentra dentro de él. Allí encontrará todas las
herramientas que pueda llegar a necesitar para llevar a término lo que ha
venido a hacer, así como las respuestas de su proceso y el tener la total fe
conforme todo lo tendrá para llevar a término la Voluntad Divina a través de
él.
Cuando alguien ha llegado a conectar con su Divinidad, es un
ser libre, feliz y una fuente de Luz, Amor, Comprensión, Ternura, Esperanza y
Ayuda para todos aquellos que lo puedan llegar a necesitar. Sólo dejan, que
todo lo que hayan de hacer, les llegue, porque su misión ya no es buscar algún
lugar donde estar o llevar a término su actividad, sino que, si así ha de ser,
les vendrá por sí solo. Solo será necesario que abran sus brazos para recibirlo
y llevar a término aquello que han venido a hacer. Siendo uno mismo, todo lo
que necesiten, les será dado.
A los grandes maestros, se les da todo lo que puedan llegar
a necesitar sin buscarlo porque sus energías ya atraen el cubrir sus
necesidades, del tipo que sean. Energías iguales se atraen. En ellos, el
tiempo, el espacio y su entorno, no son presentes en su día a día, sólo la voz
de su Esencia innata: su Divinidad.
Así es.