“Los que saben, no hablan;
Los que hablan, no saben”.
Cuando el Maestro entró donde se encontraban los alumnos, estos le preguntaron cuál era el significado exacto de aquellas palabras.
El Maestro les dijo:
- ¿Cuál de vosotros conoce la fragancia, el olor de una rosa?
Todos la conocían.
Entonces les dijo:
- ¿Hay alguien que me pueda explicar esta olor con palabras?
Todos callaron.
Así el ser humano en evolución habla y habla sin cesar, perdiéndose por el camino.
No escucha, y cuando lo hace, atrae hacia su visión de la vida y sus creencias lo escuchado. Cuando aquello que oye no concuerda con sus pautas mentales, empieza a cuestionarse las palabras que le han llegado, improvisando una nueva pregunta o un “décimo octavo ¿por qué?” sin antes reflexionar sobre lo oído.
Para nuestro proceso debemos de tener la mente abierta a cualquier posible “novedad” y dispuestos a reflexionar desde el corazón, entonces nos daremos cuenta de la Verdad oída y de su contenido aleccionador para el proceso de nuestra alma hacia la Ascensión.
Como dice nuestra historia de hoy:
“Los que saben, no hablan;
Los que hablan, no saben”.
Un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
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