Aquella mañana
los pájaros jugueteaban con sus cantos y melodías atravesando el sendero una y
otra vez, anunciando que la hora había llegado.
Se veía a un
discípulo alejarse de su maestro, alejándose por el camino bendecido que un día
le llevó a encontrarse con quien sería su fuente durante bastante tiempo. Había
llegado su hora, aunque su mentor siempre estaría con él, debido a las
enseñanzas recibidas y toda la instrucción transmitida, ahora integrada en él.
Estos recuerdos siempre los llevaría dentro de sí.
Él sabía que
era el momento que tanto tiempo atrás se le había anunciado, tanto en las
meditaciones como en los sueños.
Sus pasos le
alejaban de donde había estado aprendiendo la sabiduría que cada individuo
lleva en su seno para poderla manifestar en el momento que su consciencia
despertase. La suya ya lo había hecho, por lo tanto, sabía que no tenía sentido
continuar su estancia con aquel quien le llevó de la mano y le enseñó a
conocerse y a amarse.
Nuestro joven,
sentía la satisfacción de todos estos años y el agradecimiento de poder haber
estado en un lugar como en que él estuvo. Ahora dejó atrás su aprendizaje a
través de otros seres encarnados para adentrarse a un aprendizaje más profundo
e intenso, como era el de mostrar su maestría en este mundo donde se
encontraba. Su corazón estaba dispuesto a guiarle hacia lo que su alma acordó
momentos previos a su encarnación.
Aquel ser
desapareció entre la maleza del monte, dejando atrás una etapa donde todo tuvo
su sentido, y dispuesto a vivir una de nueva según su corazón. Había llegado su
momento.
Sus pies le
llevaban hacia lo desconocido pero familiar a la vez. Sentía una gran ilusión y
emoción, así como la seguridad en su interior conforme todo iría bien. Su Fe
era firme y absoluta.
¡Sentía tanto
las ganas de vivir, que decidió empezar a elevar su vuelo por él mismo! Sólo la
experiencia de vivir por ti mismo aquello que sientes en tu interior te
permitirá alcanzar la sabiduría existencial. Poder elevarte por encima de toda
terrenalidad y toda creencia mundana te llevará a un vuelo sagrado hacia la
realización de lo que cada uno ha venido a hacer. Su misión se encontraba en
cada una de sus células, activadas para indicarle la dirección y el camino a
seguir a partir de estos momentos.
Todo coincidía
con los tiempos de cambio que nuestro amado planeta está viviendo en su corteza
y su interior. Los movimientos producidos son una recolocación de toda
existencia en este plano dimensional que la vida se encontraba. Justo en estos
momentos de la historia de lo humano, nuestro discípulo, ahora en aprendizaje
de su maestría, se adentraba en su nueva etapa de realización y manifestación
según lo que había venido a hacer.
A lo largo de
este mundo, muchos eran, al igual que nuestro joven, los que dejaban su pasado
para mostrar su esencia en el lugar donde se encontraban. Grandes
desplazamientos se deberían de producir para colocar a cada uno en su lugar,
pero todo se facilitaría para conjuntar las voluntades según la gran Voluntad
Superior.
Fuentes, como
alimento del alma, y luces para iluminar el camino de estas almas fueron
llegando en los lugares designados para cada uno y adecuados para que toda alma
dispuesta para llegar a ella y reconocer su esencia, pudiera recordar quién era
y poder activar la consciencia ancestral que la empujaron a seguir el proceso
de la ascensión.
Nuestro joven
sentía intensamente su esencia en su interior, como si fuera el universo en
expansión. Sentía esta expansión dilatándose dentro de sí, como si fuera parte
del universo en este plano terrenal.
Sentía el amor
en su estado más puro e incondicional, así como la compasión y la paz a niveles
no terrenales. Había llegado a un nivel de maestría concreto que le hizo tomar
la decisión que había llegado la hora de transmitir y compartir todo lo
recibido, sin apegos y con un gran agradecimiento por haber podido recibir e
integrar toda la energía de los nuevos tiempos en su materia, activando cada
una de las capas de su ADN.
Este nuevo
maestro avanzará hacia el resplandor de su plena manifestación. Hasta ahora
pocos sabían de él, pero había llegado su hora de mostrarse al mundo que fue
enviado y pudiera llevar a término la plena manifestación de su Divinidad.
Con humildad,
serenidad y una gran paz en su interior, esta alma dejó la dependencia de su
instrucción para adentrarse en la obtención de los conocimientos de la nueva
energía por sí mismo y la aplicación y divulgación de ella para el mayor bien
de todos los habitantes de este planeta.
El mundo
celestial le acompañaba. No estaba solo.
Que el Amor y
la Paz sean en cada uno de vosotros.
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