Cuando un alma recuerda
su esencia y su procedencia,….
Cuando un alma encarnada
se le ha concedido la consciencia de su presencia aquí en este plano Tierra, va
dándose cuenta cómo los seres que le rodean parecen estar alejados de toda
realidad existencial, predominando sus apegos mentales y la lejanía con la realidad.
Defienden con todas sus fuerzas su pasado adquirido, rechazando toda opción, al
nivel que sea, relacionado con otras maneras de percibir y vivir la vida. Ya no
digo sentir, porque sus corazones todavía no son percibidos por los seres a los
que pertenecen.
Cuando un ser despierto y
consciente del sentido por el cual está encarnado, su misión en esta vida
actual y en este plano dimensional, se encuentra en un ambiente donde lo que
predomina es la forma y el imperativo de querer que los demás se sometan y
acepten lo que ellos creen, entonces, el proceso de esta alma pura puede
convertirse en un avance donde, a menudo, puede parecerle que se encuentra
fuera de lugar, no comprendido ni aceptado por quien es, sino según los
patrones establecidos por los que le rodean o sus tutores si todavía es un niño
o niña que hace meses o pocos años que aparecieron en este mundo de baja
vibración en relación al Hogar que acaban de dejar hace poco.
El único camino para
estas puras energías es la aceptación, y a menudo, el omitir sus palabras
debido que no serán aceptadas o entendidas.
En estos tiempos
actuales, hay quien es consciente de su estancia en este plano terrenal y su
misión a realizar a lo largo de todo su proceso encarnado. Son almas irradiando
su pureza, su amor y su sabiduría para aquellos que quieran escucharla desde
sus corazones.
Estos seres iluminados,
debido a su pleno recuerdo del sentido de su presencia en este planeta, se
convierten en grandes observadores de su entorno y encontrando a las almas decididas
a ser ellas. Sus energías les delatarán y su alma pura y llena de luz
irradiando a cada paso dado, percibirán estos seres, que también en el
silencio, han decidido guardar para ellos la sabiduría adquirida de su
aprendizaje a lo largo de los años vividos hasta el presente.
Cuando nuestro ser consciente
se da cuenta que existen otros seres dispuestos a ser ellos mismos, entonces,
es cuando se acerca a ellos y llegan a sintonizar transmitiendo su amor y
sabiduría, haciendo que sus vidas cambien y se estabilicen.
Mientras, nuestra alma
encarnada ha tenido que tomar la decisión de ir a su interior para recordar
continuamente el lugar de donde procede y el sentido de su presencia en esta
vida. Es aquí, en su interior, donde puede ver de una manera clara y nítida los
pasos a dar mientras se encuentre en esta dimensión evolutiva hacia la quinta.
Muchos todavía se hallan en la tercera dimensión por no querer dejar su pasado y hacer que lo
que fue, sea actualmente cuando las energías ya no son las mismas. Sus
raciocinios no le permiten ver o darse cuenta de algo diferente a lo que ellos
piensan. Sus miedos y sus egos les dominan.
Nuestro ser consciente,
por momentos, pide clemencia al Hogar de donde procede para que pueda ser
llevado a otras tierras más afines a lo que siente en su interior. Aquí donde
se encuentra no hay una salida para él, pero si la sanación y la Luz de todos
aquellos que le rodean. Nuestro amado ser pide ser llevado más allá de donde
ahora está. Pide con todas sus fuerzas que pueda realizarse y transmitir como
él lo siente, de una manera libre y plena, aquello que se le ha instruido desde
las altas esferas de la Luz.
Uno se siente solo, pero
acompañado por sus hermanos celestiales.
Uno se encierra en su
interior para poder conectar con su Hogar y tener las comunicaciones para
esclarecer su situación actual, que aunque sabiéndola, no se siente
identificado con el lugar donde está. A veces suele suceder que llegue el
momento que ya en cierto grado notable de consciencia no te sientas identificado
con allí donde vives y desees volver al Hogar y estar en un lugar según sientes
interiormente.
Nuestro ser de Luz sabe
del por qué está donde está. Sabe del por qué ha atraído en su vida todo lo que
está viviendo. Sabe todo lo aprendido a lo largo de su proceso, con todas sus
vivencias, gran parte de ellas no queridas. Sabiéndolo y sintiendo el amor en
su interior, la armonía y la paz absoluta dentro de sí, hay momentos que
predomina más el de dónde viene, queriendo volver allí, que el sentido por el
cual está donde está.
Este ser sabe de lo que
será su vida. Sabe de su realización y los resultados a obtener. Su sabiduría
le permite llegar a conocer sus pasos y los resultados que se obtendrán a
través de ellos, todo y así, aunque vibra con una gran alegría, emoción por lo
que vivirá y totalmente agradecido por lo que se le está concediendo, a veces,
se siente muy lejos de aquí, de este planeta, dándose cuenta que no encaja donde
decidió venir y que no pertenece a este mundo. Su consciencia, a veces, le hace
sentir y vivir instantes como éstos. Todo y así, nuestra alma despierta y
consciente quiere continuar estando encarnado por la misión que tiene para
realizar y que ya está realizando, cada vez más, con una mayor manifestación de
su resplandor y majestuosidad.
Hay seres de luz
encarnados que, debido a como está actuando su mundo actual, recuerdan su Hogar
para recordar su esencia y su misión en esta vida.
Puede parecer como una
contradicción el hecho de servir a la Divinidad Superior y tener añoranza de su
verdadero Hogar. Estando en él, encarnado, les consuela y les da coraje para
continuar sus procesos según ellos acordaron y encontrarse dentro de la materia
para traer el verdadero Hogar aquí a la Tierra.
Son seres de Luz y de un
gran Amor.
Son fuentes silenciosas y
comprensivas actuando desde la humildad, la fortaleza y la firmeza de sus
presencias.
Llegará un día, donde
cada vez serán más las almas que recordarán sus esencias y sus procedencias.
Cuando haya un número concreto, entonces, el mundo en que viven dará un salto
cuántico en la vibración de su energía y todo el pasado desaparecerá estableciendo
la Nueva Tierra donde todos los seres que en ella habitarán se relacionarán de
una manera armoniosa y amorosa, complementándose entre sí y estableciendo
relaciones conscientes a través de las energías. El humano dejará de ser
humano, y aparecerá una nueva raza, única, donde todos seremos Uno y no habrá
diferencias materiales, porque estaremos unidos por nuestro corazón.
La vida que se
establecerá en su momento en este planeta será desde el corazón, y no por sus cargos,
sus posesiones materiales, porque llegará el día que todo lo material pasará a
un segundo término y lo que predominará y ensalzará será el potencial divino de
cada uno manifestándose de una manera natural y libre.
Mientras, hay seres
celestiales que han encarnado para poner luz en este mundo y mostrar la
dirección a seguir por cada alma para llegar a uno mismo y poder sentir el
Hogar de donde todos procedemos.
Estos seres de luz
aceptan su propósito terrenal y, cada uno a su manera, transmiten la finalidad
por la cual encarnó. Ellos han llevado a término el proceso de años para poder
llegar a un despertar de las consciencias para que luego, individualmente,
puedan continuar por sí solos, cada uno, su camino de Ascensión.
Han sido seres que han
tenido que vivir una vida no siempre agradable, pero teniendo a su favor, todo
el acompañamiento celestial y amoroso del Universo, del Hogar del cual
pertenecemos.
Se han sentido solos e
incomprendidos a menudo, y han tenido que silenciar sus palabras para esperar
el día que éstas pudieran llegar a ser comprendidas.
El día ha llegado, y toda
la sabiduría interior de estas fuentes de vida, deben de ser transmitidas, y
sus presencias, el maná esperado durante tanto tiempo.
Ha llegado la hora de una
nueva vida conforme uno mismo puede sentirse realizado con toda su
majestuosidad. Así lo sentirán en sus corazones. Ha llegado la hora de nuestra
plena realización, de una nueva vida donde empezar a avanzar desde nuestro
interior, sin los lastres de nuestro pasado. En
estos momentos ya es un hecho.
La puerta está abierta
para ti. A lo largo de tu camino irás encontrándote con otros seres que sienten
lo mismo que tú, y juntos, ensalzaréis vuestra alma y la de todos aquellos que
con vosotros estén.
Gracias por ser y estar.
Que el Amor y la Paz sean
en todos vosotros.
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