Se encontraba un alma contemplando el paisaje ante sí, en lo más alto de una cima.
Desde allí podía divisar el horizonte lejano. Se encontraba
sola, en un amanecer cálido con el silencio abrazando su esencia, y cuando los
primeros rayos empezaron a esclarecer el lugar, melodías de pájaros cercanos
ambientaron aquel espacio sereno, tranquilo y apacible.
Nuestra alma se había tomado su tiempo. Había llegado para
poder ver el renacimiento de un nuevo día claro, soleado y con alguna nube
lejana para decorar el paisaje que se observaba desde la cima.
Se encontraba en una especie de cavidad en medio de aquella
altitud. Era un lugar bien conocido por ella por haber venido otras veces
cuando la soledad le llamaba para ir a su interior y ver la luz de sus nuevos
pasos en el proceso que se encontraba.
Recordar le ayudaba en su camino.
Era un alma encantada por la naturaleza, y siempre que
podía, se perdía o adentraba en ella para sentir nuevamente su esencia y la
armonía de la existencia.
Eran momentos como mágicos donde se abría y entregaba a su verdadero
ser para sentir su procedencia y recibir toda la información que desde su Hogar
Celestial se le daba.
Los rayos del sol naciente empezaban a iluminar cada rincón
de aquel vasto territorio de paz, vida y belleza.
Estando allí, sintió que se le decía:
-
¡Hola!
Ella sabía quién era por las energías que recibía. Su
relación con el Hogar de donde procedía, más allá de este mundo, le era su
apoyo y su coraje para llevar a término el sentido por el cual se encontraba
encarnada en esta existencia de materia.
-
¡Hola! – le respondió.
Nuestra alma se encontraba sentada en una piedra. Su mirada,
sintiendo a su hermano celestial a su lado, continuaba observando el amanecer
estival de aquella latitud.
El ser que con él se encontraba desprendía una gran luz
cálida y amorosa. Sus energías eran fuertes, poderosas.
Se acercó a él hasta ponerse a su lado. Allí juntos dejaron
pasar unos instantes a través del silencio y sintiéndose bien el uno con el
otro.
-
Tenía ganas de estar contigo – le dijo el alma
mientras continuaba sintiendo cada vez más, la energía de aquel ser de la Luz.
Luego prosiguió:
-
Tanta belleza que hay a mi entorno y quienes
están conmigo no consiguen verla, y en caso que algo les llegue a su interior,
no son capaces de apreciarla.
Girando la cabeza y mirando a aquel ser continuó diciendo:
-
¿Cómo puede ser que me encuentre mejor conmigo
mismo y con vosotros, en vez de con aquellos que me rodean en mi día a día?
(Pausa). Cada vez me encuentro mejor conmigo mismo.
-
Has tenido que elevarte para llegar hasta aquí –
dijo su acompañante. Desde la cima donde
te encuentras ves lo que ellos no ven. Para ti es algo innato al alcance de
todos, pero para ellos, algo ocasional que parece no valorarse debido a su
pasado.
-
…
-
¿Ves el sol elevarse? – prosiguió.
-
¡Sí! – le respondió.
-
Él no se cuestiona si su luz es aprovechada o
no. Él sale y luego deja lugar a la noche, a vuestra luna. Ella también sabe de
su sentido en este mundo donde está. Así, el alma entregada a su Divinidad,
debe de actuar. Estáis sirviendo a una Voluntad Superior para el mayor bien de
todos aquellos que encarnan en esta dimensión.
-
…
-
El sol tampoco se vanagloria de su presencia,
sólo se manifiesta y deja que todo sea. Así tú debes de actuar. Manifiéstate y
deja que todo sea. Muéstrate tal como eres y deja que todo sea. Hay quien
valora tu presencia junto a ella. Esta alma siente la grandeza de tu ser con ella.
Así sucede con otras almas que saben de ti. ¡Sé! Sencillamente sé y deja que
todo sea según lo acordado.
Mientras, nuestra alma continuaba en silencio escuchando
cada transmisión de aquel ser de alta vibración, sintiendo su amor hacia él.
-
Tu corazón te habla. Has aprendido a escucharle.
Él te habla claro y alto. Sientes el fondo de todo lo que te dice, así como el
hecho de qué es lo adecuado y lo mejor a realizar.
-
…
-
Pocos vienen a estas horas aquí donde ahora te
encuentras, viendo el despertar de un nuevo día con toda su belleza presencial.
Has aprendido a saber de los momentos que vivimos y el sentido que todos ellos
tienen para quien los vive. (Pausa). Has vuelto al Hogar y todos nos alegramos.
Te has abierto a nosotros y nuestro Amor es Uno con el tuyo. Sabes de nosotros
y de la presencia de la Divinidad en ti. Habla con ella. ¡Siéntela! – dice
alejándose de aquella alma contemplativa.
De repente, ésta siente una gran paz, una inmensa paz y
serenidad. Siente el Amor en todo su ser y una sensación de una gran expansión
dentro de sí misma. En este estado interior puede sentir aquel quien en verdad
es. Una sensación de liberación absoluta a este estado y un total
convencimiento conforme su vida y su presencia en ella manifestarán el sentido
por el cual volvió a encarnar.
La comunicación era a través del silencio e inmediata. Era
nítida, directa y amorosa. Todo lo que sentía dentro de sí era el Amor en su
estado más puro e incondicional. Todo se revelaba. Todo lo recibía.
-
Yo Soy lo que ves ahora y sientes en ti – dijo
su Divinidad. Yo Soy tu presencia innata y la Voluntad por la cual volviste a
esta experiencia terrenal. Cuando más sientes la Verdad en ti, más te das
cuenta del proceso de la humanidad y de sus actos en relación a lo que fue.
Sabes de los cambios que se están produciendo en este rincón del universo. Has
abierto tu corazón y nos has reconocido con tu sentir (refiriéndose a los seres
del Hogar Celestial). Sabes de tu procedencia y del camino a seguir por todas
las almas que habitan este espacio en el cual te encuentras. Así como el Sol
ilumina los senderos y todos los caminos para que los transeúntes puedan ver
con claridad sus pasos y saber hacia dónde ir, así tu presencia reconforta y
muestra la dirección a seguir para llegar al verdadero ser que cada uno es.
-
…
-
Aquel quien sigue las pautas de su corazón, nada
le falta y su presencia da de la mano a todos los que tienen su mente abierta y
sus corazones abrazando los nuevos tiempos que vivís.
-
…
-
Vuestro proceso es temporal, como el sol. Más
allá de su apariencia hay un sentido superior que permite la armonización de
vuestro mundo. Así, vuestras presencias también permiten a todos aquellos que
os rodean despertar de la somnolencia que el pasado les ha creado. Lo que
entendéis como Consciencia, es la llave para liberaros del pasado del cual
procedéis. Cuando esto sucede, entonces, es cuando sentís vuestro resplandor
interior. Entonces es cuando sentís la libertad de vuestra esencia y el Sentir
entra a formar parte de lo esencial en vuestra nueva etapa en esta vida.
-
…
-
Hay una vida esperándoos para ser manifestada, y sintiendo la plenitud
de vuestro presente, es lo que os llevará a vuestra realización. ¡Sentid quien
sois, y yo me manifestaré en vosotros!
Mientras, el alma escuchaba, sintiendo cada una de sus
comunicaciones.
-
Necesitáis estos momentos de estar con vosotros
para recordar el camino a seguir y vuestra procedencia. Nada debéis de temer
porque aquel quien se entrega a mí, le daré todo lo que necesita para su camino
y podrá sentir su esencia en él mismo. Será protegido y guiado por el Hogar y
mi Voluntad prevalecerá en él para llevar a término aquello que ha venido a
hacer. (Pausa). No hay mayor sentido que el servir a la Fuente de la cual todos
procedéis. Mi Amor os protegerá y os guiará. No temed, porque mi presencia os
protegerá a lo largo de vuestro proceso. ¡Sentid quien sois y me sentiréis!
A continuación parece como si el encuentro hubiera
finalizado.
Nuestra alma, ya con el sol elevándose, se levanta y se
dirige de retorno sintiendo la magnitud, la paz y la fuerza en su interior para
continuar con su proceso y su misión.
Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.
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