¡Hola Madre! Sé la situación que vives, y con los años que llevo
a tu lado, me doy cuenta como ya has empezado a despedirte de aquellos que te
rodean, siendo tú partícipe de sus creaciones y vidas. Para aquellos abiertos
de Corazón, pueden darse cuenta como ya vas despidiéndote de los seres más
cercanos. Las señales empiezan a aparecer.
En un principio te quitaste la medalla donde constaban todas
las iniciales de tus hijos y la pusiste en un lugar bien escondido. Tú no eres
consciente de este hecho.
Después de un par de semanas, y de buscarla por toda la
casa, pude encontrarla.
A continuación perdiste el anillo de casada. Esta vez, tu
pareja y esposo pudo encontrarla al cabo de unas horas. Tampoco fuiste
consciente de esta perdida.
Todo lo representativo, a través de las joyas que tú tanto
has valorado a lo largo de tu vida, empiezas a dar los primeros pasos de
liberación, como si ya tuvieses presente el marcharte de este mundo, de tu
familia más cercana a través de la simbología de las joyas: tus hijos y tu
esposo.
Los ojos conscientes pueden darse cuenta de lo qué ha
representado estas pérdidas iniciales, aunque luego llegaron a encontrase como
si quisieran decir:
-
Todavía no es la hora, pero ya se vislumbra.
Amada madre, cada vez vives más en tu mundo irreal abrazado
por tu pasado. Tu ser va desapareciendo de esta realidad que vives. Aquella
madre que recordaba y podía llegar a tener opinión, ya no está. Haces presencia
en este mundo, y aquellos que te ven por la calle no saben de los momentos que
estás viviendo, a no ser que nosotros, tu familia más cercana, les hayamos
comentado la situación. No aparentas tener los síntomas que manifiestas en la
convivencia diaria con los seres, que en estos momentos tienen cuidado de ti.
No tienes opinión, ni parecer, ni capacidad de decisión,
porque todo lo relacionado con tu empoderamientos ha sido bloqueado por el
proceso seguido a lo largo de tu vida.
Tu corazón, todo y así, todavía se da cuenta cuando alguien
te ama o no y cuando se te respeta.
No disciernes lo que te conviene y lo que no. Tu mente ya no
es la que era, y tu palabra un cúmulo de dudas, equivocaciones o silencios por
no saber qué palabra es la adecuada según lo que quieres decir a cada momento.
A veces te doy conversación para que practiques y no acabes
de olvidar del todo el lenguaje que has ido haciendo servir a lo largo de tu
vida actual.
En algún momento te has enfadado un poco porque se te decía
que hagas alguna cosa para tu mayor bien, debido que ya no recordabas el motivo
de aquel paso a dar.
Todo y así, ahora eres feliz. Ahora, en estos últimos años,
desde que vuelvo a estar contigo, te he visto sonreír, reír sola y activar tu
sentido del humor, que nunca has manifestado. Me alegro que mi presencia haya
activado esto en ti. Me gusta verte reír y sentirte bien. Esto me alegra porque
no recuerdo haberte visto reír nunca de corazón, a gusto. No tenía estos
recuerdos de ti cuando era pequeño estando a tu lado; en cambio ahora, eres la
mujer más feliz porque te sientes amada, respetada y tratada de tu a tu sin un
pasado a recordar.
Solo existe el presente en estos momentos para ti. Te has
liberado de vivir en el tiempo, y ahora, solo eres presente, donde puedes
deleitarte plenamente de la vida.
Te amo y veo como tu físico va deteriorándose cada vez más,
con más aceleridad. Tu mente…….cada vez
se despide más de ti, todo y así, intentas mantener la imagen de estar como
todos tus años anteriores hasta hace poco, aunque hay días que te hayamos de
decir qué ponerte porque si fuera por ti te pondrías cualquier cosa que no
sintonizaría con el lugar donde deberías de ir.
Solo aquellos que vivimos contigo sabemos de la situación
que vives, y cuando alguien se da cuenta del verdadero estado interior, queda
afectado en más o menos grado depende de la relación que pueda llegar a tener
contigo.
No podemos decir que las cosas ya no son como antes, sino,
como el mes pasado, o incluso, como la semana pasada. Todo se acelera.
Amada madre, has querido abrazar el Alzheimer y aceptarlo
como parte de ti. Ya no nos podemos dirigir a ti como lo hacíamos antes. Ahora
hemos de dejar la mente a un lado y solo acercarnos desde el Corazón, siendo
así como nos podemos relacionar y aceptarnos. Ya casi no hay mente, solo el
presente, y es en cada presente en tu vida terrenal que hace que des sentido a
tu existencia. Siempre lo mismo. Por la mañana aquí o hago esto, y por la tarde
ir a allá o hacer lo otro. Tu vida se ha convertido en una rutina que te
permite saber qué hacer aquel día, y que este tenga sentido para ti.
Al atardecer, entonces, es cuando expresas:
-
¡Un día más! – como si ya fuera la hora de ir a
dormir.
Así cada día.
Lo que no sabes, madre, es que aquellos quienes contigo
estamos, hemos tenido que cambiar nuestras vidas. La Luz de tu situación ha
hecho que tuviéramos de hacer cambios en nuestra cotidianidad y tenerte más
presente a cada momento.
Ya no puedes vivir sola, pero tú no lo sabes.
Hemos tenido que tomar una nueva decisión en relación a ti,
debido que eres tú, con tu sintomatología, quien nos va dirigiendo sobre qué
decisiones tomar. Tú no eres consciente de lo que te está pasando. Para ti,
todo continúa igual, a excepción de tu cuerpo que ya no te responde como
tiempos atrás. De eso sí que eres, en cierto grado, consciente.
Te tenemos presente, como parte amada de nosotros, pero no
podemos preguntarte sobre lo qué hacer. Ahora las decisiones esenciales hemos
de tomarlas nosotros porque has hecho que nos concedieran tu tutela en nuestras
manos. Tú, esto, tampoco lo sabes, solo el hecho de sentirte amada y respetada
por la persona que aceptaste como esposo, y tu hijo mayor, aunque a veces me
llames como “mi hijito”, que
compartimos nuestras vidas contigo.
Todo lo vivido contigo me ha permitido llegar hasta aquel
quien ahora soy. Sinceramente, sin ti, yo ahora no sería quien soy.
Estos últimos años han sido un “máster existencial” para mi ser, pudiéndote entender como no lo
había hecho hasta ahora, con la claridad de la Verdad.
Me alegro de estar a tu lado en estos momentos que vives.
Tu alma ya no encuentra sentido continuar aquí donde estás.
Pero tú no lo sabes. Este cuerpo tuyo ya no te responde como hacía años atrás.
Los detalles de las pérdidas comentadas, y de otras, denotan que estás
esperando el momento de transcender. Pero tú no eres consciente. Continuas
viviendo tu mundo, riendo, haciendo broma y sintiéndote apoyada por los quien
contigo estamos.
Llegará el día que verás la Luz, y cuando quizás ya no
recuerdes nuestros nombres, y la veas ante ti, no tengas miedo madre. Acércate
y entra en ella, porque seres amados te
estarán esperando para dar la bienvenida. Sabrás que dentro de aquella Luz
serás amada. Sabrás que todo lo vivido tenía un sentido, ayudándonos a todos
aquellos que contigo habremos estado a tu lado. Mientras, continúa en tu día a
día, aplicando tus rutinas y comentarios intranscendentes y distorsionados,
porque son los que dan sentido a tu vida actual, dentro de tu mundo irreal.
El Amor de quienes vivimos este proceso junto a ti, te
abraza y te acompaña elevando tu alma y la nuestra, en este proceso de gran
aprendizaje, comprensión, aceptación y Amor.
Gracias por tu Luz, amada madre.
Gracias por tu situación, porque sin tú saberlo, has
permitido que seres de tu entorno pudieran acercarse a ti desde su corazón. Les
has enseñado a abrir sus corazones, porque es la única llave que puede abrir la
puerta de poder vivir estos momentos a tu lado hasta el final, con la naturalidad,
aceptación y serenidad necesarias, dándote el Amor que en estos momentos
necesitas.
Para nosotros has sido, y continúas siendo, una gran Luz,
aunque no todos sean conscientes.
“....y la barca se
aleja, dejando atrás una vida llena de anhelos y momentos esperanzadores de
poder expresar aquel que habita dentro de uno mismo.
La nave se adentra en
el curso de las aguas celestiales para iluminar a aquel ser y poder subir
nuevos peldaños en su proceso de Ascensión”.
Te amo madre, y desde mi corazón, abrazo tu alma.