Nuestra vida ha pasado por diferentes situaciones donde
nuestro ser ha parecido quedar encerrado por una visión física, dentro de unas
creencias terrenales. Aquello que parecía ser, no era. La parte dramática de
nuestras experiencias solo han sido el reflejo de nuestra identificación con
nuestro entorno y nuestras resistencias a sanar ciertas partes de nuestro
interior para dar una mayor soltura y fluidez a nuestra vida actual.
Más allá de lo vivido se encontraba el sentido por el cual
atrajimos estas vivencias a nuestra vida. Cuando desde nuestro interior
percibimos el sentido de todo lo que vivimos, entonces, el dramatismo se
convierte en oportunidad para dar nuevos pasos en nuestro proceso consciencial.
Cada vez que sentimos un malestar en nuestro interior, se
nos está indicando que hay algo que debemos tener en cuenta y sanar en
nosotros. Para esto tenemos los sentimientos y las emociones. Ellas están en
conexión directa con nuestra alma y proceso evolutivo. Cuando todo está
sintonizando con la Voluntad Superior, entonces todo fluye y aceptamos las
situaciones. Entendemos el por qué de lo vivido. Ahora bien, cuando algo nos
hace sentir mal, puede ser por dos causas:
1.
Éste no es el camino a seguir, y/o
2.
Lo que nos hace sentir mal, como enfadarnos,
rabia, ira, estrés o depresión, por ejemplo, es una señal conforme debemos de
sanar aspectos relacionados con lo que nos ha hecho alterar nuestro interior,
habiendo un aprendizaje en cada situación vivida. Esta causa nos lleva a la
primera, conforme debemos de revisar nuestra vida y ver el por qué, el sentido
por el cual uno no está siendo él mismo. ¿Qué nos quiere decir lo
experimentado?
No hay situaciones propiamente dolorosas. Cuando así sucede,
es porque en su momento, o en el presente, uno se ha encerrado en sí mismo y se
ha apegado a unas creencias y convencionalismos establecidos por el exterior
donde se encuentra.
El universo siempre ofrece a toda alma encarnada las
oportunidades de dejar de ser quien no es, para abrir la puerta de la
Integridad y la Honestidad.
Todo está basado en el Amor. Cuando no lo vemos en nuestra
vida, es porque estamos centrados en la forma y nos olvidamos del fondo y el
sentido de nuestra existencia en este mundo. Todavía predomina gran parte de lo
físico. Más allá de él, nos encontramos nosotros,….nuestra verdadera esencia.
No tenemos porque sufrir y vivir lo que vivimos que nos
aporta malestar. Cuando en alguien así sucede, es porque se le da una nueva
oportunidad para dar nuevos pasos en su proceso evolutivo. Cada paso dado
equivale a poder aumentar un grado más su consciencia.
Esta consciencia, fruto del autoconocimiento, es la que nos
permite darnos cuenta de quien somos y del verdadero ser que cada uno es. Será
entonces cuando se empezará a ver la Verdad de nuestra realidad terrenal, más
allá de la forma en que se presenta. Esta imagen solo es la manera de
materializar lo que debemos de darnos cuenta para llegar a nuestra sanación, y
así liberar todo aquello que hay en nosotros que no nos pertenece por
naturaleza.
Cierto que en este mundo podríamos enumerar muchas
situaciones que crean un gran dolor, al nivel que sea, a todos aquellos que se
encuentran en ellas. Cada una de estas situaciones tiene dos finalidades:
1.
Para quien lo vive, y
2.
Para el resto de la humanidad.
La mayoría de las noticias que uno puede ver y escuchar en
su día a día, proceden de una manera de ser que no se corresponde con nuestra
esencia: injusticias, abusos, infravaloraciones, intereses personales,
autoridad interesada,… ¿Por qué esto?
Todos atraemos aquello que necesitamos, no lo que queremos;
por lo tanto, tiene un sentido para nuestro mayor bien y el de los demás. ¿Por
qué para los demás también?
Los grandes acontecimientos de nuestro mundo han hecho que
la humanidad reaccionase al respecto. A mayor consciencia, la reacción será de
más sentido común para todos, y una ayuda para los que viven en este mundo. A
menos consciencia, se potenciará este tipo de situaciones hasta que el “mundo
despierte”. Este mundo se refiere a cada uno de nosotros. Debido a este
“Despertar”, el planeta ha elevado su nivel vibracional en este principio de siglo.
Todo tiene un sentido para nuestro proceso de Ascensión.
Lo sucedido repercute a quien lo vive y es una herramienta
para ayudar a despertar o aumentar las consciencias y dar pasos para que lo inhumano deje de prevalecer, para dar
paso a aquel quien somos: nuestra Divinidad.
Vivimos lo adecuado para cada uno y de todo el planeta.
Cuando un alma encarnada siente su esencia y vive
desde ella, entonces, este mundo habrá creado una Fuente para dar de beber a todos aquellos que lo necesiten para
avanzar en el proceso individual. Todo lo individual se traspasa a lo
colectivo, por lo tanto, cuanto más seas tú mismo, más estarás ayudando al
resto de este sistema de vida dentro de la materia.
Nada es lo que parece.
Para momentos como éstos que hemos comentado, no estáis
solos. Nunca lo habéis estado. El Hogar está con cada uno de nosotros.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
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