Cuando la mañana florece, las horas se
desvanecen, dejando que el presente abrace cada instante de nuestra
cotidianidad. Nos despertamos fuera del tiempo, y cuando nuestros pies se
aposentan en el suelo físico, parece que la mente vuelve en sí cerrando la
puerta del no-tiempo y no-espacio.
Una gran parte de los habitantes que
habitan este planeta tienen el conocimiento que el espacio y tiempo no existen,
pero sus mentes les vuelven a su pasado terrenal, haciéndose como suyas las
pautas mentales adquiridas desde su nacimiento.
El ser consciente, iluminado por poder
ver la Luz de la Sabiduría y sentir el entendimiento de todo su proceso, se
levanta cada mañana, sin que su pasado pueda invertir su esencia en esta
existencia.
¡Es tan fácil vivir fluyendo y en la
pureza!
Más allá de todo conocimiento se
encuentra la esencia del ser. En ella, no hay programación, reglas, preocupación
y aspectos pendientes de nuestra cotidianidad, porque cada día es el principio
y el fin de un período de nuestro proceso evolutivo. Algunos días están
relacionados entre sí, sintonizados por el contenido de sus aprendizajes, del
fondo de las experiencias vividas y a vivir. Ante tales situaciones, nos queda
la aceptación de ellas y abrirnos para el aprendizaje que nos pueden aportar
con sus presencias.
Imaginaos levantarnos y no programar
nada, dejándonos llevar por lo que la vida nos ofrezca, y actuar entonces, en
consecuencia con lo que recibamos. Para que así sea, la mente no debe de
predominar. Será nuestro verdadero ser, nuestra esencia quien nos haga
reaccionar de una manera u otra a través de lo que se conoce como “nuestro
corazón”. Las sensaciones, percepciones y emociones de nuestro ser, nos
transmitirán de una manera clara y precisa, la verdadera identidad de lo que se
nos da para que aprendamos a discernir lo que es lo adecuado para nuestro
proceso evolutivo.
Aprender de nuestro interior nos permitirá
fluir más en nuestra vida actual y ver cuál es el camino a seguir según lo
acordado con la Voluntad Superior Universal.
Cuando se vive desde la Pureza y no desde
lo establecido, nuestro progreso se acelera.
La Pureza no es hacernos nuestro los convencionalismos
predominantes de nuestro exterior.
“El ser puede avanzar en su senda sin
ninguna interferencia de su pasado.
Vive según el presente de su existencia.
Actúa según su esencia, no según su conocimiento, su mente.
Más allá de lo externo se encuentra lo
interno, donde reside nuestro verdadero Yo, aquel que pertenece a la Fuente
Creadora de toda vida.
La Pureza es mostrarse según nuestros
orígenes, no según el cómo nos han hecho.
Vivir sin influencias, sin pautas
mentales ni conocimiento racional.
El camino se expande cuando sólo somos
nosotros, entonces, es cuando estamos predispuestos a aceptar toda situación
que se nos presente en nuestro proceso. Cuando así es, no hay críticas ni
juicios sobre lo recibido en nuestro camino, porque nuestra esencia nos hace
sentir lo mejor para nosotros con la bendición encontrada en cada paso dado.
El ser sabe que todo lo que su camino le
ofrece, es para su mayor bien, entonces, lo acepta con el pleno convencimiento
que detrás de aquella forma hay un fondo que beneficia a su ser y a todos
aquellos que le rodean.
A partir de aquí, nada le falta.”
La Pureza en este mundo es cómo obtener
la plena libertad, obteniendo la plena realización en nuestra vida según el
sentido que cada uno ha venido a hacer. ¡Olvidémonos de querer ser y que las
cosas sean como nosotros queremos! ¿Seguro que lo que queremos es lo que
necesitamos? ¿Por qué no nos dejamos ir para ir recibiendo a cada paso aquello
que es justo lo que necesitamos? Cuando así es, con nuestra apertura de brazos
para recibirlo, entonces el universo nos guiará para llevarnos de la mano hacia
aquello que cada uno ha venido a hacer en esta vida. Entonces es cuando nuestra
misión será llevada a término con todo su resplandor, porque no interferiremos
con nuestros miedos.
Abríos y no dudéis de lo que vivís. Todo
ello os lleva a un aprendizaje y a un grado de elevación de vuestro ser.
Vuestra consciencia irá en aumento de una manera acelerada, inesperada por la
mayoría del ser en proceso de evolución.
No os apeguéis a nada, porque la pureza
es vivir el día a día, el presente constantemente, según la Voluntad Superior.
No es porque sí, el hecho de atraer a vuestras vidas lo que atraéis. No es un
sinsentido el hecho de encontraros en situaciones, aparentemente, según vuestra
mente, no queridas.
Todo lo que vivís está basado en vuestra
esencia, en el Amor.
Cuando se vive encerrado en uno mismo, el
ser empieza a negar según qué vivencias en él, queriendo que todo sea según lo
que quiere, siendo este querer, los miedos albergados en su interior, debido a
lo adquirido como suyo, todo lo aprendido a lo largo de su vida, partiendo de
las creencias, tradiciones, convencionalismos externos,….
“La pureza os llevará a la plena libertad
del ser.
Os sentiréis libres y capacitados para
superar todo supuesto obstáculo que la vida os puede llegar a dar.
La vida no limita: ¡Libera!
Cuando aceptamos las bendiciones
recibidas, nos abrimos para recibirlas y poder ver el sentido de su presencia
en nuestra vida. Todas, cada una de ellas, son una mano del Hogar del cual
procedemos para elevar nuestras vibraciones y las de este amado planeta.
Sois, con vuestra predisposición y
actuación, la Fuente de calidad de vida de vuestro mundo y vuestra vida
personal.
Ésta está a nuestro favor cuando no
dejamos intervenir a nuestra mente.
La Pureza es vivir en la Gloria Divina
sin anteponer nuestras posibles creencias, resistencias o limitaciones.
Sencillamente siendo nosotros mismos,
liberaremos la densidad de toda la humanidad y de nuestra propia vida
existencial. Todo depende de cada uno.
La Pureza es la manifestación de nuestra
esencia Divina.
Entonces, sentiremos el Hogar en nosotros
y la plena conexión con la Luz y todos los seres que la habitan.
Entonces, la Sabiduría será en nosotros,
y ésta, nos permitirá cruzar el umbral de la vida vivida hasta nuestro
presente.
Los sueños se harán realidad a niveles
inesperados. ”
Que el Amor y la Paz sean en cada uno de
vosotros.
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