La serenidad avanzaba entre las hojas secas que el sendero ofrecía a mis pies. Avanzaba en compañía de todo mi ser, el cual la cogía de la mano para sentir su presencia abrazando toda su esencia en medio de la naturaleza.
No podía decir que estaba solo porque los sonidos de los pájaros, sus melodías, y alguna que otra brisa acariciando mi cara y aireando parte de mi pelo en medio del Todo se mostraban ante mí.
Sentía una inmensa sensación de vacío, despreocupación, donde sólo mi presencia emergía en medio de aquel paisaje acompañándome a cada lado de mi ser.
Todo era como si hubiera cruzado la puerta de la plena Unicidad. Todo era Uno. Sentía esta Unicidad como si fuera parte de todo aquello que me rodeaba y acompañaba a lo largo de mi camino.
Momentos como éstos es cuando te das cuenta que nuestra existencia no consiste en seguir unos patrones establecidos por una sociedad terrenal. Más allá de ella se encuentra nuestro verdadero Hogar, nuestro origen, que estando en una situación y lugar como el que ahora mi ser se encuentra, puedes sentir el verdadero sentido de tu esencia y de la vida que estás creando desde el primer suspiro que diste al nacer.
Esta paz y este encuentro con aquel quien uno es, permite sentir la verdadera esencia de aquel quien eres.
Los pasos continuaban siguiendo su camino, deteniéndose de cuando en cuando para ver, sentir o percibir algo más allá de lo físico. El cielo, decorado por alguna que otra nube, permitía que la imaginación pudiera ir más allá de lo racional. Sentía la belleza de la vida, la sensación de una despreocupación total, viendo más allá de la forma.
Contemplaba estos dibujos en forma de nube, y en ellos, veía caras, imágenes y unas formas que elevaban mi ser. Son momentos donde sólo existe aquel quien eres, más allá de la forma y nuestra composición física.
En momentos como éste, no existe lo terrenal, sólo el sentido de lo espiritual para que puedas percibir aquel quien eres, y tu fuente innata interior, para verlo todo de diferente manera y poder sentir la fuente de tu procedencia y el sentido de tu existencia actual en aquel lugar.
Todo se sintoniza. Todo parece la eternidad en unos momentos donde el reloj puede llegar a anunciaros que ya han pasado unos minutos, sin ser uno consciente del tiempo.
En momentos como éstos, sientes y vives más allá del tiempo, del espacio, donde sólo existe el Ahora para ser abrazados por él y dejarnos llevar por aquel Ser Superior que cada uno es y lleva en su interior.
Estos momentos pueden ser literales a como se ha expuesto hasta ahora, o bien, sintiendo lo mismo, en unos instantes donde todo tú te adentras en tu interior y desconectas de lo que te rodea a nivel de forma. Son momentos donde sólo existe el fondo. Él te abrirá la comprensión de tu vida y te permitirá sentir todo lo perteneciente a tu verdadera esencia.
Una vez lo sientes, ya nada es lo mismo a partir de ahora.
Una vez lo sientes parece como si una voz te hablase, así como, en muchos, perciben unas luces que les rodean sintiéndose como si estuvieran en su casa innata.
Así es.
Nuestro ser, en momentos como éstos, no tiene nombre, ni cuerpo, ni imagen. Tú eres parte del universo, sintiéndolo en estos momentos, liberado de cualquier posible y supuesta densidad que tu parte humana pudiera llegar a tener.
Este estado interior puede ser sentido a lo largo de todo nuestro día, independientemente de aquello que hagas a lo largo de él. Irradias tu esencia en cada lugar que habitas, cruzas; o bien hagas lo que hagas.
Siendo tú, todo cambiará en tu vida. Lo que fue ya no será, y lo que eres y sientes, así será a partir de ahora. Tu vida cambiará abriendo la puerta de aquel quien en verdad eres: Divinidad.
Llegará el día que esta humanidad empezará a sentir quien es, y el corazón será la nueva voz en cada uno que le indicará el camino a seguir, dando la claridad para poder ver lo vivido hasta entonces como un sentido para llegar a nosotros mismos y mostrar nuestra verdadera esencia. Desde ella, todos se unirán y elevarán este planeta donde nos encontramos.
Siente y deja que la forma deje de ser un obstáculo para nuestro proceso evolutivo.
Quien tú eres se encuentra en tu interior
Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.
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