lunes, 10 de marzo de 2025

Historia de una familia de orugas

 


Había una vez una familia de orugas donde todo lo establecido se basaba en su condición de desplazarse arrastrándose por el suelo. Esta era la visión que tenían de la vida.

Cuando una nueva oruga aparecía en esta familia todos la animaban para que se adaptara a su situación de avanzar lentamente, haciéndole saber que toda su vida estaría relacionada con su aspecto físico y las limitaciones que esto comportaba y que debería aceptar.

Una vez, hubo una oruga que vio que todo lo que le transmitían de pequeña era limitado y no le permitían llegar a ser ella misma. Llegó el momento que esta oruga sintió que debía de separarse de su familia.

Una noche, mientras todas ellas descansaban nuestra oruga empezó a desplazarse hacia otros lugares de aquel bosque en que se encontraba. A lo largo de este desplazamiento, vio a otros seres de animales que podían llegar a hacer otras cosas de lo impuesto según su naturaleza animal.

Nuestra amada oruga, en su momento vio un bello árbol el cual le hizo sentir que se subiera a él y tuviera un contacto con todo su cuerpo. Empezó a subir lentamente, llegando a una rama más alargada de lo normal que había visto hasta entonces. Siguió esta rama hasta un punto donde sintió que debía de descansar. Estando allí, se colgó de ella, relajando todo su cuerpo, quedándose adormecida y en paz con ella misma. Así estuvo un tiempo, cuando llegó el día que percibió que lo que era su cuerpo, ahora había cambiado. Sus numerosas patas habían desaparecido, convirtiendo su ser en unas alas dobladas y de colores luminosos. Poco a poco fue intentando salir de allí, de esta protección donde se encontraba.

Su imagen ya no era la misma. Con la práctica fue dándose cuenta que podía mover estas alas y sentía como si se elevara, pudiendo volar como no lo había hecho hasta entonces.

Por fin, con la práctica del bateo de sus alas, pudo dejar aquella rama, y empezar una nueva etapa en su vida.

Lo que sintió en el primer vuelo, fue tan sorprendente, que percibió como si éste fuera su estado natural. Sentía tanta conexión con la naturaleza, abrazada por la paz interior que sentía y la gran luz que percibía ante sí pudiéndose dar cuenta que esta luz le permitiría saber qué dirección tomar en cada momento.

Entonces decidió volver a ver a su familia.

Cuando llegó a allí, pudo percibir cómo todos sus familiares continuaban estando en un cuerpo de orugas. Uno de ellos miró hacia arriba y vio como una maravillosa, bella y resplandeciente mariposa se acercaba a ellas.

Deteniendo el vuelo a su lado de esta oruga le dijo:

-         ¡Hola, soy yo! Soy tu hermana!

La oruga la miró y le dijo:

-         Tú no eres nuestra hermana. Nuestra hermana un día se fue y todavía no ha vuelto. No sabemos nada de ella desde entonces.

-         El día que me fui sentí que había de saber quien en verdad yo era. Dentro de mi percibía que no era aquel ser que parecía ser. Al final pude darme cuenta del verdadero ser que yo soy. La vida de esta nueva etapa que ahora me encuentro me ha permitido darme cuenta de lo qué hacer y cómo llegar a mí misma. Vosotras, amadas hermanas no sois quienes aparentáis ser. Vuestro cuerpo actual sólo es el medio para aprender y daros cuenta que todas vosotras también podéis llegar a volar. Sólo es cuestión de quererlo. Yo así lo quise y me encontré con unas sensaciones no sentidas hasta entonces cuando todavía era una oruga. Ahora sé que toda oruga puede elevarse con su vuelo interior para mostrar toda su belleza y todo su resplandor.

La oruga que escuchaba lo que su hermana le estaba diciendo hizo que sus ojos se humedecieran, a punto de llorar. Al final así lo hizo.

-         Este lloro – le dijo la mariposa – son tus inicios para desprenderte de tus limitaciones. Todas vosotras podéis aprender a volar como yo lo llegué a percibir y a conseguirlo. Ahora mi vida es de una libertad inmensa al darme cuenta de quien en verdad yo era.

Poco a poco fueron acercándose más orugas de su familia al ver cómo una de ellas hablaba emocionada con una bella mariposa.

Vuestra familia sólo es el medio para poder llegar a uno mismo, al darse cuenta del camino a seguir, o elegir uno de nuevo. Esto es lo que hizo aquella oruga que se transformó en un precioso ser que volaba y sentía el amor en él. Se transformó y manifestó en aquel quien en era interiormente.

Muchas veces los miembros de una familia no quieren aprender a volar y la mariposa se encuentra sola sin una aceptación por parte de quien era su familia.  Aceptadlos, porque cada uno está siguiendo su proceso y llega a él cuando ya se encuentra preparado, como esta oruga que recibió a la mariposa.

La familia es una puerta abierta para saber del camino a seguir en tu proceso.

A todos les llega su momento.


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