Las propuestas de nuestro alrededor, a menudo nos
deslumbran. Quedamos boquiabiertos por todos los ofrecimientos que podemos
llegar a ver a medida que vamos avanzando por nuestro camino.
Atendemos a uno, después a otro, hasta llegar a un punto
donde nuestro actuar queda ligado a lo que podamos encontrar en nuestro
entorno. Uno tras otro, los acontecimientos y situaciones creadas por terceros
se nos presentan ante nosotros, con la intencionalidad de captar adeptos a sus
proyectos. ¡Estamos tan deslumbrados por la cantidad de direcciones que vemos a
nuestro alrededor que, con el tiempo, nuestro ser se convierte en alguien
pendiente de una nueva oferta! Perdemos la capacidad de sentir nuestro interior
y saber qué nos está diciendo. Todo es muy rápido.
Imaginaos a un niño de unos 7 u 8 años en una habitación
donde encuentra un baúl. Se dirige a él, antes que nada, y una vez delante de
su presencia, mira cómo abrirlo para satisfacer su curiosidad y poder llenar su
tiempo con algo que le satisfaga. Abre la tapa. Por momentos se queda quieto
por la cantidad de objetos, cosas y vestimentas que encuentra allí. De repente
se inclina ante él y empieza a remover todo su interior. Hay prendas que las
esparce fuera del contenido que se hallaban. Después de un buen rato y no
encontrar nada que le sea útil en aquellos momentos, se levanta, y como
pensando qué hacer ahora, mira en su bolsillo y encuentra una canica de
colores. Sonríe y empieza a jugar con ella. Así pasa su momento más preciado en
el presente.
De alguna manera, si alguien se encontrase en una
situación como la descrita o similar, vendría a ser una señal para que el ser
despierte y sepa qué hacer en aquellos momentos en su vida.
Así el ser humano busca donde no encontrar, aunque la variedad
inicial que le rodea sea una especie de tentación. Al final, se dará cuenta que
lo que realmente está buscando, él ya lo tiene y siempre lo ha tenido.
Nuestro presente tiene que ver con lo que nosotros ya
somos, con el contenido de nuestra existencia y lo que se encuentra en nuestro
interior. Si miras bien, verás que en tu bolsillo interior contendrá justo lo
que necesitas en aquellos momentos para gozar de la vida y sentir la ilusión de
lo aparentemente nuevo. Todo es muy sencillo: no necesitamos grandes baúles
para descubrir nuevos tesoros, porque en la sencillez se encuentra la capacidad
de los grandes logros, y éstos, se encuentran en ti. Cuando pongas tu mano en
el bolsillo adecuado de tu presencia, te darás cuenta que aquello que buscas ya
lo tienes.
Tú, amado ser humano, que apartas la niebla de tu camino
con tu voluntad y predisposición, a ti te digo que no por más buscar más allá
de tu piel, vas a encontrar. La llave que buscas para tu vida ya se te fue
dada. Aunque no la hayas encontrado todavía, no te preocupes, busca en tus
bolsillos interiores y, al final, vas a encontrarte con ella. No desfallezcas.
Continua, porque lo que es valioso e importante en tu vida se encuentra en ti.
Es tentador lo que se nos ofrece, pero la mayoría de
propuestas son parciales que harán que necesites cada vez más para completar tu
curiosidad e interés hacia quien eres.
¿Sabes?, en tu interior vas a encontrar la esencia
absoluta para ser tú mismo. Es cierto que hay quien puede mostrarte el camino
hacia ti, pero solo lo vas a encontrar si escuchas tu corazón, teniendo
presente que la mayoría de las ofertas son parciales, o complementos de lo
esencial. ¿Seguro que quieres seguir este camino de la no satisfacción plena?
He llegado a conocer almas que han hecho todo tipo de
cursos, y algunos de ellos parecían ser la panacea del ser. Actualmente
continúan buscando y hurgando en el baúl de su entorno. ¿Cuándo vais a ir, sin
miedos y abiertos de corazón, a mirar en la dirección adecuada?
Aparentemente lo anunciado con letras de neón parece ser
el camino a seguir. Puede ser un inicio del despertar de muchos, todo y así,
cuando finalizamos la actividad elegida, vemos que todavía nos falta algo, al
cabo de unos días.
Nacemos con un gran potencial integrado en nuestro ADN. Activarlo
es parte de nuestro proceso. La dependencia lo bloquea todavía más, mientras
que el descubrimiento de uno mismo lo activa.
Nacemos con unas herramientas ya adquiridas por el solo
hecho de dar el consentimiento de volver a nuestra encarnación. Descubrirlas es
el mayor tesoro que podremos llegar a descubrir. Llegar a él, nos permitirá
abrir las puertas del verdadero ser que somos y elevar nuestra alma hasta
peldaños inimaginables.
Nuestro entorno nos pueda ayudar, pero tened presente que
en nosotros se encuentra lo que necesitamos, buscamos y deseamos. Cuando
conectamos con el verdadero ser que somos, entonces nos damos cuenta que las
puertas se abren y perdemos toda motivación para buscar fuera de nosotros, y en
cambio, nos motiva el ir adentrándonos en este mundo interior de nuestro
centro, donde iremos encontrando por el camino, cada una de las herramientas
que podamos llegar a necesitar a lo largo de nuestra existencia actual. Se nos
irán abriendo unas puertas que hasta entonces nos pensábamos que estaban
cerradas a nuestro ser o que no las vimos en su momento. Travesarlas nos
llevará a un estado de mayor bienestar, manteniéndolo y sintiendo aquello que
todos somos: AMOR.
Otras puertas están dispuestas a presentarse ante
nosotros y abrirse. A través de ellas llegaremos a quienes nos rodean desde el
mundo sutil de la Luz y el Amor. Podremos llegar al Hogar del cual todos
procedemos.
Poner la mano en nuestro bolsillo y encontrar la canica,
nos puede llevar al umbral de nuestra divinidad. Así de sencillo.
Abrid vuestro corazón. Escuchad lo que os susurra y haced
lo posible para realizar su guía.
La vida es sencilla cuando la vivimos desde el corazón.
La grandeza del ser humano se encuentra en el grado de humildad y sencillez de
su presencia.
¡Es tanto lo que hay en nosotros! Lo que podáis llegar a
sentir es imaginable en estos momentos para la mayoría de los que leéis estas
palabras. Lo que está por venir, desde vuestro interior, en nada se parece a lo
ya vivido. El universo espera que os predispongáis al camino de vuestro
interior. Seréis guiados, protegidos, y sobre todo, amados como nunca hasta
ahora lo habéis estado.
El camino está en vosotros, no en las proposiciones de
vuestro entorno.
Haz silencio. Escúchalo y pregúntate hacia dónde debes dirigirte.
Aquello que puedas llegar a sentir, puede ser el camino a indicado.
Aquello que buscas, ya lo tienes. Aquello que anhelas,
siempre lo has tenido.
No hay mayor satisfacción que sentir la esencia de uno
mismo con todo el potencial que os abraza.
La fuerza de tu vida se encuentra en ti.
Tú eres Amor, y es este Amor que te abrirá las puertas de
tu realización.
Deseo, sinceramente, que el discernimiento, el Amor y la
Paz sean en ti.
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