Siento una gran emoción de plenitud, donde la alegría, el
amor, la paz, serenidad y bienestar inmenso inundan mi ser.
Siento unas inmensas ganas de llorar por el amor que
siento, sabiendo que éste no queda en mí, sino que se une a toda la vibración
del universo.
Siento una absoluta plenitud en mi interior, en cada
partícula de mi ser, sin poder diferenciar donde acaba mi espíritu y donde
empieza mi materia. Todo Uno vibrando más allá del condicionamiento humano.
¡He deseado tantas veces el hecho que me gustaría que
todos pudierais sentir lo que puedo yo sentir!
Lo que uno puede llegar a sentir en su interior va más
allá de toda humanidad. La pureza solo existe en lo divino, y cada uno de
vosotros sois esencia divina en una biología. Cuando recordamos cada vez más
quien realmente somos y nos liberamos de nuestra condición humana, entonces
abriremos las puertas de aquel que somos: Luz Divina, Amor, Consciencia.
No hay mayor satisfacción que sentir nuestra verdadera
naturaleza, y es en estos momentos que la estoy sintiendo.
Estar con nosotros, abrirnos y SENTIR, llegaremos a aquel
ser que siempre hemos pensado más de una vez, donde las limitaciones
desaparecen, así como la racionalidad de nuestra especie.
SOLO CORAZÓN. SOLO AMOR.
No estamos solos en momentos como éste, mejor dicho,
nunca estamos solos. Sólo es necesario abrirnos interiormente y percibir a
todos aquellos que nos rodean del Hogar del cual pertenecemos.
Una Gran Familia de Luz nos acompaña en nuestro andar, un
séquito acordado antes de encarnar.
No me siento un afortunado, porque no es una cosa de unos
cuantos, sino que todos podéis llegar a sentir quien sois. Sólo esto: recordar
quienes sois.
El camino que he tenido que hacer hasta llegar a este
punto del camino ha sido largo, teniendo presente que todavía lo estoy
siguiendo. Tengo un cuerpo, ¿no?, pues a andar toca. Mientras encarnemos tenemos algo que hacer para nosotros,
también.
Me relaciono con la gente, así lo pacté y muestro el
camino hacia cada uno: su interior, su corazón. Sólo hay un camino: el del
Amor. Llegando al corazón, llegaremos al verdadero ser manifestado.
Cuando sentimos esta emoción de estar en contacto con el
Hogar, nada hay que decir, ni de hacer. Te apetece estar en silencio y quieto,
sintiendo el Amor en ti como va activando y recorriendo toda tu biología y tu
ser. Ves tu Luz expandirse y el Amor intensificándose. A eso le llamo plenitud
para designar el estado que uno puede encontrarse, teniendo presente, que a
veces, esta palabra elegida entre nuestro vocabulario, queda corta. Para mí,
hay otra que designaría y me hace sentir la inmensidad de la plenitud, y es AMOR, DIOS en MÍ, ahora y aquí.
Entonces, no piensas en nada porque la dejadez es
absoluta, la paz, el orden, la armonía, el sosiego y la confianza absoluta
conforme nada te puede pasar (incluso ni esto llegas a pensar, porque la
sensación de estar en Familia es intensa; pero tu verdadera Familia, aquella
que está contigo y te ama, protege y nutre como la energía de Madre que en ella hay. Así siente un
bebé en brazos de quien lo alimentó durante meses en su seno. Nosotros todavía
y siempre estaremos en el seno de donde procedemos). Seguridad total.
Al SENTIR nuestra vida da un giro completo a la visión
terrenal que adoptamos en un principio. Nada es igual. Piensas, vives, sientes,
actúas y hablas diferente, porque sabes de tu integridad y tu potencial divino.
Comprendes, aceptas, sabes y percibes. La vida, aquella que los anhelos de tu
voluntad siempre han manifestado,……ahora es posible.
Desaparecen las adversidades, los problemas, el ego, los
desequilibrios emocionales, porque vibras a otro nivel, debido que sientes el
Amor en ti en todo momento y entiendes el sentido de tu vida y la existencia.
No hay alteración en ti, porque no hay un choque con tu entorno, sino que éste
lo creas tu i lo aceptas desde el corazón.
Estamos entrando en una nueva vida, con una nueva energía
y consciencia. Adaptémonos a ellas y dejemos que todo lo demás venga por sí
solo. Déjate llevar y verás como la flexibilidad te permitirá superar cualquier
supuesto obstáculo que creas que la vida te ofrece. Sólo verás la bendición de
este regalo, que a lo mejor, la
primera impresión sería devolverlo.
Hay un empoderamiento en nosotros, y cuando éste se
manifiesta desde el corazón, solo puedes esperar lo mejor…..para ti y los que
te rodean. Así funciona el mecanismo del proceso hacia nuestra divinidad. Todos
salimos beneficiados si nos predisponemos a aceptar y aprender de lo que
vivimos.
Sentir el Amor en uno mismo es conectar con el Dios que
cada uno es. Con él todo es posible. Abrimos las puertas del ser
multidimensional que somos y a partir de aquí,….que cada uno lo experimente.
Vale la pena ser Uno Mismo. Sentir quien es, es sentir la
divinidad por la cual fuimos creados.
Debéis de abrir muchas puertas, es cierto, pero os animo
que cuando os encontréis al umbral de cada una de ellas no tengáis miedo a
cruzarlas, porque vuestra vida va a materializar los cambios que sentís en
estos momentos que queréis hacer.
En estos instantes soy consciente que estoy con mis
hermanos de la Luz, porque su Luz y su Amor son inmensos. Veo su alegría al
estar conmigo y ver cómo voy transmitiendo lo que siento con cada paso
dado. Muchas veces el ser humano se
distrae en aprender técnicas y saber historia de dónde procede, en cambio, se
olvida de recordar quién es realmente. Se olvida de Sentir, llave maestra para
llegar a integrar y transmutar cualquier situación en que se encuentre
estancado.
No hay mayor satisfacción y placer que sentir la energía
de nuestra semilla. Somos seres de las estrellas. Somos semilla divina en un
cuerpo, la cual debe de crecer y mostrar sus raíces fuera de su cuerpo. Éste
solo es el vehículo de quienes sois y qué habéis venido a hacer.
No os centréis exclusivamente en vuestro cuerpo. Es
vuestro espíritu, vuestra esencia quien os dará la salud a todos los niveles.
Sentid y dejaros llevar. No temáis porque quienes estamos
de donde procedéis, os acompañamos para que juntos podamos elevar la
magnificencia de quien nos creó.
Tú eres parte de él. Tú eres parte de nosotros, y
nosotros de ti.
Siente el Amor dentro de ti, y todo tu ser te llevará a
nosotros y a manifestar desde el corazón lo que has venido a hacer. Entonces
todo el Hogar hará resonar sus campanillas para decirte: ¡Sí! ¡Enhorabuena!
¡Por fin te has decidido!
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
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