Si buscásemos en el
diccionario la palabra Metafísica,
veríamos nos la define como “más allá de
la materia, de lo físico”.
¿Pero existe algo más allá de la materia? ¡Sí, nosotros!
No os cuestionéis esta
respuesta, porque no puede ser aceptada por nuestro raciocinio. Para entenderla
debemos de tener presente que más allá de lo físico se encuentra lo etéreo, y
esta sutileza nos lleva a hablar de la energía. Por lo tanto, hablar de metafísica es hablar de la energía y su
funcionamiento.
Más allá se encuentra la Fuente de nuestra esencia.
Más allá reside la raíz y la intencionalidad de nuestra presencia
en esta dimensión.
¿Hay mayor misterio que
desvelar nuestra esencia y nuestro potencial acurrucado en nuestro ADN
dispuesto a ser activado para ser manifestado en nuestro día a día?
Para poder llegar a entender
el universo, debemos de empezar a entendernos nosotros mismos. Según una de las
leyes espirituales, donde lo que es arriba, es abajo, nos abrirá la sabiduría
de entender la bóveda que nos cubre del firmamento. Somos un universo. Somos
parte del firmamento. A imagen y semejanza. Lo que es arriba, es abajo. Tenemos
más cercano lo de abajo, pues empecemos por nosotros mismos para abrir las
puertas del descubrimiento del Universo en el cual habitamos.
Una segunda ley nos dice que
lo que es adentro, es afuera.
La Metafísica no es teoría, artículos, normas, sino una puerta abierta
a nuestro autoconocimiento. Conocernos, entendernos, recordar quienes somos,
nos llevará a la comprensión mayor de la existencia.
Cuando comprendemos lo
invisible, lo visible se adapta a nosotros. Cuando ignoramos el contenido, la
forma nos lleva a distorsionar la realidad. Al experimentar y adentrarnos a
nuestro interior, lo importante continua siendo invisible, pero nuestros actos
y resultados nos apoyan y florecen sintiendo el empoderamiento de nuestro ser.
Lo que es importante en nuestra vida, no se postra ante los ojos físicos.
Necesitamos ir más allá de la materia para entender nuestra presencia y conocer
aquel quien en verdad somos.
Metafísica, en el fondo, no es algo para alguien iluminado.
Metafísica es un término que nace del predominio de la ciencia racional. Al no
poder dar una explicación desde el raciocinio, se etiquetó nuestro mundo interior
y exterior, como algo que se escapaba a los patrones de la física, de ahí la Metafísica. En el fondo, no existe la
metafísica, sino el proceso de recordar, de seguir el flujo del
autoconocimiento para despojarnos de las limitaciones de nuestro ser y poder
expresarnos desde la plena libertad de nuestra esencia.
Si nos adentráramos en el
término o contenido de lo que se conoce como Metafísica, llegaríamos a la
conclusión, que en el fondo, este término y todo lo que en él se incluye está
basado y sostenido por el AMOR. Este es el verdadero sentido e intencionalidad
de nuestra presencia en este planeta. AMOR.
Por consiguiente, el camino
de la Metafísica, es el camino de introspección en uno mismo para llegar a
sentir la esencia de nuestro ser y el entendimiento del camino de nuestra alma
ahora y aquí. Llegar a “estudiar” metafísica, es adentrarse en uno mismo para
conocer la esencia del Universo. Al abrir las puertas de nuestro interior,
abrimos las puertas del universo en el cual nos encontramos, y como consecuencia,
podemos llegar a conocer a los seres, a las diferentes energías que en él habitan,
incluyendo la nuestra y el papel que todas ellas tienen al estar
interrelacionadas.
¡Ah, Metafísica, Metafísica!
Dentro de nuestro día a día,
podemos no entender o dar nuestro juicio a todo lo que está sucediendo, pero no
somos conscientes que esto que vemos, por ejemplo en los medios audiovisuales,
nuestro entorno o redes sociales, está sucediendo debido a nosotros. Sí, cada
uno de los habitantes de este planeta está irradiando una energía, y es esta
energía, junto con la de cada miembro de la humanidad que hace que los cambios
o sucesos de hoy en día, sean posibles. Entender y saber aplicar la energía que
somos, dará paso a aquello que todos anhelamos desde nuestro corazón: la paz y
el amor en una tierra donde todos los seres convivan en armonía y respeto.
No hay mayor secreto guardado
que aquel que se encuentra en nuestro interior. ¿Quieres conocer el universo?
¡Conócete a ti mismo! ¿Quieres tener el empoderamiento de tu Voluntad
manifestada? ¡Conócete a ti mismo! ¿Quieres conectar con la sabiduría universal
y saber en todo momento lo más adecuado para ti? ¡Ves a tu interior y escucha
la Voz de tu Corazón! No hay respuesta externa a tus preguntas. No hay solución
o entendimiento para tu vida actual que no se encuentre dentro de ti.
No se necesita estudiar algo
externo para saber de ti. Lo importante de cada uno se encuentra en cada célula
de tu interior. Adéntrate en ti y deja que las puertas del Cielo se abran para mostrarte aquel quien eres.
Lo oculto no existe. Lo
misterioso solo es ignorancia, porque cuando te abres a tu verdadera esencia,
todo tiene sentido, porque tu corazón te va guiando y aquellos que se presentan
ante ti te ayudan en tu camino. Desde la consciencia despierta, lo oculto,
misterioso o enigmático no existe. Todo es normal, así como los milagros. Este
es nuestro potencial, amada alma en busca de sabiduría.
El mayor secreto guardado
eres tú. ¡Búscate! ¡Encuéntrate y empieza a recordar aquel quien eres más allá
de la materia!
¡Tú eres el camino de la
Metafísica!
¡Tú eres el camino hacia la
plena libertad y felicidad!
Conocerte no solo va a
beneficiar tu vida, sino a todos aquellos que te rodeen, y a la vez, a todo el
planeta y la humanidad.
Cuanto más consciente seas de
ti mismo, más vas a entender el camino que sigues y, no solo hacia dónde
dirigirte, sino el cómo hacerlo. ¡Fluye! ¡Déjate llevar por la mano del Amor en
ti! Tu divinidad está esperando que la aceptes para que ella pueda manifestarse
a través de ti, siendo tú, UNO con ella. Entonces,….todo es posible.
Lo que es importante no es
visible a los ojos físicos.
El mayor tesoro en ti, eres
tú mismo, la conexión con tu propia esencia y permitir que ella pueda
manifestarse majestuosamente.
Hay muchos caminos, pero una
sola dirección, y ésta, se encuentra en tu interior.
El tesoro eres tú. Cuando lo
encuentres, te encontraras. Entonces, nada más necesitarás, porque siendo tú,
todo te va a venir sin esfuerzos y las puertas de tu realización se van a abrir
de par en par.
No esperéis grandes teorías metafísicas, porque todo es muy
sencillo, y el Amor nos lo ha puesto en un lugar seguro: dentro de ti, de cada
uno.
Para conocer el más allá de
la materia solo se necesita una sola cosa: tu intencionalidad incondicional a
encontrarte. Deja que el camino te manifieste el sendero de la mayor aventura
jamás imaginada. La sabiduría te espera.
Eres Amor, y es este Amor el
que te llevará a ti.
Desde mi corazón, que el Amor
y la Paz sean en cada uno de vosotros.
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