La palabra
desprende una energía que nos envuelve y nos hace manifestar una manera de ser.
Cuando este tipo de energía nos ha envuelto una, dos, cien, veinte mil veces,
se transforma como parte de nosotros, de manera, que nos enraíza y potencia la
energía inicial que hemos manifestado.
Cuando nuestra
palabra se muestra y suena en el aire a través nuestro, crea unos pilares
energéticos en nosotros que nos permite construir un camino concreto, una
manera de ser.
Nuestra palabra
tiene fuerza. Tiene poder porque nos representa y da pie a un reforzamiento de
nuestras creencias, a la energía con la cual estamos vibrando en el momento de
manifestar el contenido de nuestra voz.
La palabra
tiene poder, un poder según la intencionalidad de quien la expresa. Es energía
con una vibración concreta. Alguien puede necesitar esta energía. Nos podemos
acercar a él y transmitirle. A través de ella, puede resurgir de su estado
abatido o hundirse más. Todo depende, en parte, de la energía con la cual tú te
expresas.
Cuando lo que
sale de nuestros labios son sonidos y palabras de limitación, estancamiento,
decaimiento, víctima, incapacidad, insulto o menosprecio, nos está indicando
cómo nos encontramos y qué tipo de energía hay dentro de nosotros, es decir,
qué energía somos nosotros ahora. Todos estos síntomas comentados es parte de
un proceso de auto anulación como ser. Nos anulamos cuando empezamos a poner
nuestra vida en manos de nuestro exterior.
Empezamos a aceptar situaciones, cosas que no nos gustan o no estamos de acuerdo,
y así, la bola de nieve se va haciendo más y más grande a medida que va pasando
el tiempo, los años.
En mis sesiones
voy encontrándome situaciones que me exponen que tienen que ver en la
recuperación del poder interior de cada uno. Durante años lo han ido cediendo a
algo o a alguien que no se correspondía con lo que uno sentía en verdad. Cuando
cedemos nuestro poder interior, nuestra vida a las manos de alguien o algo no
haciéndonos estar bien con nosotros mismos, con el tiempo se produce un alejamiento
de nosotros mismos con nuestra alma, y una incapacidad inicial de poder
transformar todo lo que se ha creado hasta entonces para llegar a estar uno
bien consigo mismo nuevamente. La bola de nieve es tan grande que, al
contemplarla nos parece inmensa, apareciendo, a veces, una sensación de
incapacidad para volver a ser nosotros y sentirnos bien.
Cuando nuestras
palabras empiezan a mostrar síntomas de auto anulación y menosprecio hacia
nosotros, es que nuestra alma está pidiendo ayuda en voz alta para que alguien,
empezando por nosotros, la ayude,……la ayudemos. Estas palabras derivan hacia
una actitud ante la vida, viendo como nosotros, nos vamos apagando hasta llegar
a un punto de hacedores de dolor por todo lo relacionado con lo vivido.
Este dolor
interior, emocional, e incluso físico, están representados por nuestra
expresión oral. Nuestras palabras piden ayuda cuando empezamos a emitir
expresiones del tipo: “esto es muy
difícil”, “a mi edad ya no me harás cambiar”, “no se puede”, “¡Uff!, ya no
puedo más”, “cada día me encuentro más cansado y desencantado de la vida”, “ya
no sé qué hacer”, “en la vida, si no te lo haces tú, no te lo hace nadie””estoy
muy cansado de la vida”, “la vida es
muy dura”,…. ¿Os suenan estas palabras? Podríamos añadir otras muchas, pero
solo son un ejemplo, una muestra de cómo nuestra palabra nos habla de nosotros
mismos, de cómo nos encontramos y nos sentimos.
Una palabra
puede ser un soplo de energía para restablecer nuestra vida, una bocanada de
aire nuevo para resurgir de las cenizas en las cuales nos encontrábamos.
Una palabra
puede elevar nuestra alma y poder continuar nuestro camino.
¡Si supiéramos
de la importancia que representa cada una de nuestras expresiones orales,
nuestros labios, a menudo, se soldarían para no manifestar la densidad que
nuestras creencias pudieran llegar a tener!
Todo lo oído
llega a nuestro interior, y desde allí, nos apuntala para continuar el camino,
o nos abate para frenar nuestro proceso según sentimos en nuestro corazón.
Toda palabra
conlleva una energía, y si has llegado a un punto donde te ves envuelto por una
gran bola de nieve, sólo se necesita calidez para derretirla y poder ver el
centro de tu interior pidiendo a gritos poderse manifestar y que lo escuches de
una vez por todas. Es con el Amor que puedes abatir toda supuesta adversidad
que creas tener en tu vida. Nada de esto es, solo tus percepciones basadas en
la negación de quien eres. Cuando te empoderas y consigues liberarte de todo lo
superficial o distorsionado, entonces lo ves claro y notas tu plena presencia
manifestándose a través de ti, derritiendo con gran nitidez lo que fue
resistencias y miedos en un pasado.
Solo existe el
AMOR. Cuando este no se siente ni se manifiesta, empezando por ti mismo, es
cuando empiezan a aparecer las siluetas del miedo y las resistencias. El miedo
no existe como tal, sólo es la identificación con lo que tú no eres, y la
ignorancia del verdadero ser que eres. El miedo te hace distorsionar toda la
realidad, creando una falsa verdad en tu vida, que con el tiempo la generalizas
con todos porque para ti es real.
Solo existe el
AMOR. Cuando, en algún momento de nuestro proceso no estamos siendo nosotros,
estamos cediendo nuestro ser a algo ajeno a nosotros. Cuando lo hacemos, nos
adaptamos a algo que no nos corresponde como seres únicos que somos.
Las palabas son
manifestaciones de estos estados interiores. Podemos oír a alguien y saber su
sincronización con su alma y su verdadero ser. También podemos escuchar a
alguien y molestarnos con sus expresiones y maneras de hablar. Podemos
diferenciar lo armonizado y lo inestable de uno con solo escuchar sus palabras.
Cuando
encarnamos nos dieron una herramienta valiosa, poderosa y creadora. El uso que
hagamos de ella, nos permitirá morir, aunque sea en vida, o deleitarnos de la
bendición de nuestra existencia en estos momentos, creando armonía, sosiego,
calma e irradiando el Amor de nuestra naturaleza, allí por donde vayamos.
Cuando nosotros
repetimos una y otra vez un tipo de expresión o palabras, esto está creando un
tipo de energía concreta, depende de lo expresado. ¿Entendéis ahora, el por qué
repetir una frase de pensamiento positivo varias veces para identificarnos con
ella? Porque al hacerlo, nuestras vibraciones cambiarán, porque estaremos
regando nuestra tierra fértil interior con palabras positivas, con energía de
alta vibración. Al crear unas bases de este tipo, nuestra manera de ser
cambiará, por lo tanto, nuestra actitud ante la vida, también. A partir de
ahora será más positiva y amorosa.
Cada palabra
emitida nos retrata ante los demás y nos crea más energía en nosotros de la que
expresamos. Es un círculo que nos alimenta y nos hace crecer a la vez. Depende
de lo que emitas, así te encontrarás y te adentrarás más en este estado, según
las energías que te encuentres.
Vigilad lo que
decís, porque será vuestro propio alimento y el de aquellos que os rodean y
están con vosotros.
¡SENTID el Amor
en vosotros!, y sintiéndolo, sólo deberéis de dejaros ir por él.
Sentid la Paz
en vuestro interior, y desde el sosiego, sabréis que decir en todo momento.
Vuestra palabra
os hace avanzar o retroceder, todo depende de quien la exprese, o bien el
corazón, o vuestra mente.
Dejad que
vuestro corazón guíe vuestros pasos y recordad que, a veces, vale más un
silencio que una palabra.
Que vuestras
palabras nos hagan saber a todos el verdadero ser que sois, este ser amoroso,
omnipotente, majestuoso e irradiando con todo su resplandor, el AMOR que sois.
Gracias por ser
y estar.
Que el Amor y
la Paz sean en cada uno de vosotros.
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