Nuestro fiel acompañante
en los momentos más necesitados, nos abraza, respetando nuestra presencia
sintiendo lo que sientas en cada momento. Aposentado en nuestro ser, abre sus
brazos para ser aceptado cuando necesitemos de instantes de conocer nuestra
verdadera historia, situación o verdad ante la vida que nos encontramos
avanzando entre los lazos de un pasado y nuestra esencia abriéndose paso entre
los obstáculos, la indiferencia y la ignorancia de nuestra racionalidad apegada
a unos troncos ancestrales procedentes de lo que ya no es.
Nuestro fiel acompañante
en medio de mareas emocionales, dudas, incertidumbres y resistencias, respeta
nuestro espacio y nos consuela con su presencia. A ti, amado Silencio, mano
donde acogerse en los momentos de más sonoridad en nuestra vida e impulsos para
mostrar y expresar aquello que sentimos.
¡Oh, amado Silencio
procedente de un más allá para apaciguar y calmar las mentes humanas de este
mundo terrenal! Hemos invadido tu espacio, ignorado tu presencia, sin saber el
por qué de tu melodía apaciguadora y canto de liberación para todos aquellos
que quieran saber de ti. Aceptarte, es permitir que nuestra voluntad se vea
reflejada en un espejo donde puedas darte cuenta de la veracidad de tu
situación actual. Es poder ver la luz tan anhelada por nuestro interior para
abrir su puerta y airear todo aquello que pueda haber en nosotros que no esté
en consonancia con nuestra verdadera esencia.
¡Oh, amado Silencio!
Estar contigo nos permite ir más allá del raciocinio y poder sentir, porque tu
presencia está abrazada con el sentir innato que cada uno posee.
Momentos preliminares
para preparar tu presencia en cada uno, aireará el interior de cada humano que
se predisponga a encontrar y conectar con su verdadera esencia.
Tú, Silencio eterno, que
nos ofreces tu lucidez para poder hacer las paces con nosotros mismos y crear
la cuna para el bienestar de nuestros pasos a dar. A ti, amado Silencio,
procedente de las estrellas y más allá de nuestra presencia actual, a ti, me
entrego por momentos para sentir y observar la situación que pueda estar
viviendo y establecer la armonía en mi interior y todo mi ser, para que mi alma
pueda mostrarse con todo su resplandor y majestuosidad.
¡Oh, amado Silencio!, que
durante milenios te hemos ignorado y no aceptado como parte de nuestro proceso,
ahora me abro a ti y me dispongo a sentir tu canto, derramando tu amor hacia mi
esencia y todo mi ser.
Dejo que me abraces y me
hagas ver lo que en medio del tumulto diario donde puedo navegar, permitas que
pueda dilucidar el camino a seguir según lo establecido por mi alma. Tu
presencia ilumina mi camino y me muestra todos aquellos aspectos ignorados o
escondidos inconscientemente para no desapegarme de todo aquello que limitan
mis pasos y mi proceso en esta vida actual.
Tú, siempre expandes mi
interior y mi visión de los hechos. Cuando estamos juntos me transportas más
allá de mi presente y me haces sentir mi esencia y aquello que mi corazón
susurraba para mi mayor bien, aunque quizás, no siempre fue escuchado y
atendido.
Con los años, nuestro
amado Silencio ha aprendido a estar con cada uno de nosotros para cuando lo
podamos llegar a necesitar. Él, cuando le cogemos de la mano y nos abrazamos
nos hace sentir el amor que somos. Nos lleva a restablecer nuestro posible
estado inicial y nos eleva hacia la lucidez y el amor de nuestra verdadera
esencia, la cual, a pesar de todo nuestro rechazo a lo largo de las
encarnaciones, continúa estando con nosotros, siendo paciente con nuestro
proceso evolutivo de recordar quien en verdad somos.
Nos encontramos en
tiempos donde nuestro querido acompañante, nos invita a cooperar con él para la
creación de una nueva Tierra y una Humanidad resplandeciente donde el Amor sea
la unión con todos los seres que habitemos el nuevo mundo.
Empecemos a estar en
nuestro amado SILENCIO para poder permitir la recuperación del estado interior
que nos abrirá las puertas de la reconexión con nuestra alma, y poder con el
tiempo, llegar a mostrar nuestra verdadera esencia Divina que cada uno es.
El Silencio nos abrirá
las puertas de nuestra Divinidad. En él sentiremos la verdadera energía que
estamos irradiando, así como nuestra esencia innata, el Amor que nos elevará y
permitirá llevar a término aquellos pasos que necesitemos dar para llegar a
aquel quien en verdad somos.
Todos los grandes
maestros espirituales han sabido del Silencio y cómo utilizarlo para su sendero
de Ascensión.
Te invito, amada Alma,
que a partir de hoy abras tu interior para tener en cuenta y abrazar aquel
acompañante que siempre ha estado contigo para cuando necesites unos momentos
de calma, lucidez y claridad en relación a tu estado interior.
El Silencio me ha
enseñado mucho de mí.
Ha estado un maestro
donde, sin imposición, me ha transmitido la verdad de lo que iba viviendo a lo
largo de los años. Lo llegué a aceptar en mi vida, y ahora, él y yo somos Uno,
teniendo su espacio cada uno cuando nuestra alma así lo determine.
Sigo mi camino entre el
sosiego y el amor que siento en mi interior. Ha sido, y es, a través del
Silencio que a lo largo de los años, pude llegar a discernir qué era lo más
adecuado en mi camino y lo que no. Pude llegar a sentir con intensidad mi
verdadera esencia y mi naturaleza como ser encarnado que era, sabiendo mi
sentido en esta vida actual y mi misión.
El silencio está en
contacto continuo y relacionado con la meditación, los momentos de
interiorización, con la naturaleza y los estados internos alejados del mundanal
ruido que nos rodea en medio de nuestro día a día ajetreado.
Abrid vuestras mentes
para dejar un espacio para el Silencio. Él os ayudará a retornar a vuestro
estado inicial.
¡Hay tanta sabiduría
inmersa en el Silencio!
¡Hay tanto Amor
irradiando desde la cuna del Silencio!
Aceptemos todo lo que el
universo nos permite utilizar para el mayor bien, no tanto de nosotros, sino el
de todos. Recordemos que cada uno de nosotros es una Fuente donde beber o
recibir todos aquellos que nos rodean.
Que todo lo emitido desde
el centro de nuestro corazón sea el Amor que todos somos. Que nuestra Divinidad
pueda mostrarse con toda su majestuosidad y pureza.
Que el canto del Silencio
eleve vuestro ser. Que su melodía armonice vuestro Espíritu y podáis volar
sintiendo el Hogar del cual todos procedéis en este plano Tierra donde ahora
todos coincidimos y colaboramos para su Ascensión.
Que el Amor y la Paz sean
en cada uno de vosotros.
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