miércoles, 15 de noviembre de 2017

El canto del silencio



Nuestro fiel acompañante en los momentos más necesitados, nos abraza, respetando nuestra presencia sintiendo lo que sientas en cada momento. Aposentado en nuestro ser, abre sus brazos para ser aceptado cuando necesitemos de instantes de conocer nuestra verdadera historia, situación o verdad ante la vida que nos encontramos avanzando entre los lazos de un pasado y nuestra esencia abriéndose paso entre los obstáculos, la indiferencia y la ignorancia de nuestra racionalidad apegada a unos troncos ancestrales procedentes de lo que ya no es.
Nuestro fiel acompañante en medio de mareas emocionales, dudas, incertidumbres y resistencias, respeta nuestro espacio y nos consuela con su presencia. A ti, amado Silencio, mano donde acogerse en los momentos de más sonoridad en nuestra vida e impulsos para mostrar y expresar aquello que sentimos.
¡Oh, amado Silencio procedente de un más allá para apaciguar y calmar las mentes humanas de este mundo terrenal! Hemos invadido tu espacio, ignorado tu presencia, sin saber el por qué de tu melodía apaciguadora y canto de liberación para todos aquellos que quieran saber de ti. Aceptarte, es permitir que nuestra voluntad se vea reflejada en un espejo donde puedas darte cuenta de la veracidad de tu situación actual. Es poder ver la luz tan anhelada por nuestro interior para abrir su puerta y airear todo aquello que pueda haber en nosotros que no esté en consonancia con nuestra verdadera esencia.
¡Oh, amado Silencio! Estar contigo nos permite ir más allá del raciocinio y poder sentir, porque tu presencia está abrazada con el sentir innato que cada uno posee.
Momentos preliminares para preparar tu presencia en cada uno, aireará el interior de cada humano que se predisponga a encontrar y conectar con su verdadera esencia.
Tú, Silencio eterno, que nos ofreces tu lucidez para poder hacer las paces con nosotros mismos y crear la cuna para el bienestar de nuestros pasos a dar. A ti, amado Silencio, procedente de las estrellas y más allá de nuestra presencia actual, a ti, me entrego por momentos para sentir y observar la situación que pueda estar viviendo y establecer la armonía en mi interior y todo mi ser, para que mi alma pueda mostrarse con todo su resplandor y majestuosidad.
¡Oh, amado Silencio!, que durante milenios te hemos ignorado y no aceptado como parte de nuestro proceso, ahora me abro a ti y me dispongo a sentir tu canto, derramando tu amor hacia mi esencia y todo mi ser.
Dejo que me abraces y me hagas ver lo que en medio del tumulto diario donde puedo navegar, permitas que pueda dilucidar el camino a seguir según lo establecido por mi alma. Tu presencia ilumina mi camino y me muestra todos aquellos aspectos ignorados o escondidos inconscientemente para no desapegarme de todo aquello que limitan mis pasos y mi proceso en esta vida actual.
Tú, siempre expandes mi interior y mi visión de los hechos. Cuando estamos juntos me transportas más allá de mi presente y me haces sentir mi esencia y aquello que mi corazón susurraba para mi mayor bien, aunque quizás, no siempre fue escuchado y atendido.
Con los años, nuestro amado Silencio ha aprendido a estar con cada uno de nosotros para cuando lo podamos llegar a necesitar. Él, cuando le cogemos de la mano y nos abrazamos nos hace sentir el amor que somos. Nos lleva a restablecer nuestro posible estado inicial y nos eleva hacia la lucidez y el amor de nuestra verdadera esencia, la cual, a pesar de todo nuestro rechazo a lo largo de las encarnaciones, continúa estando con nosotros, siendo paciente con nuestro proceso evolutivo de recordar quien en verdad somos.
Nos encontramos en tiempos donde nuestro querido acompañante, nos invita a cooperar con él para la creación de una nueva Tierra y una Humanidad resplandeciente donde el Amor sea la unión con todos los seres que habitemos el nuevo mundo.
Empecemos a estar en nuestro amado SILENCIO para poder permitir la recuperación del estado interior que nos abrirá las puertas de la reconexión con nuestra alma, y poder con el tiempo, llegar a mostrar nuestra verdadera esencia Divina que cada uno es.
El Silencio nos abrirá las puertas de nuestra Divinidad. En él sentiremos la verdadera energía que estamos irradiando, así como nuestra esencia innata, el Amor que nos elevará y permitirá llevar a término aquellos pasos que necesitemos dar para llegar a aquel quien en verdad somos.
Todos los grandes maestros espirituales han sabido del Silencio y cómo utilizarlo para su sendero de Ascensión.
Te invito, amada Alma, que a partir de hoy abras tu interior para tener en cuenta y abrazar aquel acompañante que siempre ha estado contigo para cuando necesites unos momentos de calma, lucidez y claridad en relación a tu estado interior.

El Silencio me ha enseñado mucho de mí.
Ha estado un maestro donde, sin imposición, me ha transmitido la verdad de lo que iba viviendo a lo largo de los años. Lo llegué a aceptar en mi vida, y ahora, él y yo somos Uno, teniendo su espacio cada uno cuando nuestra alma así lo determine.
Sigo mi camino entre el sosiego y el amor que siento en mi interior. Ha sido, y es, a través del Silencio que a lo largo de los años, pude llegar a discernir qué era lo más adecuado en mi camino y lo que no. Pude llegar a sentir con intensidad mi verdadera esencia y mi naturaleza como ser encarnado que era, sabiendo mi sentido en esta vida actual y mi misión.
El silencio está en contacto continuo y relacionado con la meditación, los momentos de interiorización, con la naturaleza y los estados internos alejados del mundanal ruido que nos rodea en medio de nuestro día a día ajetreado.

Abrid vuestras mentes para dejar un espacio para el Silencio. Él os ayudará a retornar a vuestro estado inicial.
¡Hay tanta sabiduría inmersa en el Silencio!
¡Hay tanto Amor irradiando desde la cuna del Silencio!
Aceptemos todo lo que el universo nos permite utilizar para el mayor bien, no tanto de nosotros, sino el de todos. Recordemos que cada uno de nosotros es una Fuente donde beber o recibir todos aquellos que nos rodean.
Que todo lo emitido desde el centro de nuestro corazón sea el Amor que todos somos. Que nuestra Divinidad pueda mostrarse con toda su majestuosidad y pureza.
Que el canto del Silencio eleve vuestro ser. Que su melodía armonice vuestro Espíritu y podáis volar sintiendo el Hogar del cual todos procedéis en este plano Tierra donde ahora todos coincidimos y colaboramos para su Ascensión.

Que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.

No hay comentarios: