Y sus pasos le dirigían hacia uno de los momentos más
gloriosos de su proceso.
Por un instante se detuvieron justo cuando ante sí tenía el
gran abismo existencial para hacer frente a su voluntad.
Un paso más y todo él descendería con una caída libre en el
mayor vacío hacia un final no querido, pero nuestra alma, viendo el gran
espacio que se extendía ante sus pies, sentía que lo previsto no tendría lugar
porque era consciente que este abismo no era para finalizar su existencia
encarnada, sino para tomar la mayor decisión para realizar su vida tal como la
sentía.
Este ser contemplaba la profundidad y la lejanía de este
universo que se mostraba ante él. Se encontraba en el lugar adecuado. Él dejó
llevarse por sus pasos dirigidos por su esencia, y fue llevado hasta este
presente donde no era esperado según lo que en su interior sentía.
Parecía que su camino había finalizado tal como estaba
siendo llevado y había llegado la hora de tomar una decisión que lo elevaría
como ser y le permitiría materializar el acuerdo adquirido momentos antes de
nacer.
Ante sí no había un sustento sólido para continuar su
avance. Parecía que éste había llegado a su fin.
De repente, el cielo se iluminó y vio como desde él, una luz
descendió hasta cubrirlo del todo. Era una luz blanca/dorada. Nuestro ser
consciente sintió esta energía en él, sintiéndose arropado, amado, protegido y
con el coraje necesario para dar este paso que le llevaría a la plena
realización de su misión en este mundo en proceso de evolución.
Nuestra alma sentía la plenitud de aquel momento, sabiendo
que había llegado la hora de dar el nuevo paso. Sentía que todo iría bien, y
estaba siendo acompañado por sus hermanos de la Luz.
De repente hizo una inspiración profunda, con la plena
seguridad que era lo adecuado para su proceso evolutivo. Entonces, por unos
momentos, empezó a recordar todo lo vivido en los últimos años sintiendo una
gran Amor en él y conforme nunca había estado solo. En el momento de la expiración
dio un paso adelante ante el vacío que se encontraba ante él. Su Fe era
absoluta.
Dio el paso que pocos lo hubieran dado y vio como una puerta
se abrió ante él. Al otro lado se encontraban todos los seres celestiales,
siendo su Unicidad con ellos, invitándole a cruzar el umbral de esta nueva
etapa.
Parecía que el camino continuase, pero esta vez, como
sostenido en medio del vacío, como si se encontrase más allá de las nubes, y
andando sobre ellas, pero a la vez, viendo el espacio de aire que se encontraba
bajo sus pies.
Lo cruzó, avanzando sin ningún sostén físico donde pudiera
agarrarse. Nuestra alma se sentía segura y acompañada en todo momento. Sabía
que la supuesta “caída” no se produciría porque su Fe le sostenía.
No sabía exactamente qué sucedería a partir de ahora, pero
él sólo se centraba en el paso dado a cada instante. Más allá no existía para
él. No pensaba. Solo Sentía su estado no experimentado hasta ahora a lo largo
de su vida.
Era una sensación especial, única, sintiendo aquel quien era
y la plena seguridad que esto era lo que debía de hacer.
De repente se detuvo. Sólo sentía. Era como si sus ojos
físicos se convirtiesen en Sentir. Este Sentir le hacía saber que había dado el
paso adecuado. Este punto donde había llegado ya estaba previsto después de
toda su preparación e instrucción, la mayoría de ella, por parte del Hogar de
donde procedía. Al final se convirtió en uno de ellos aquí en este planeta
Tierra.
De repente vio en su interior, una visión como había estado
teniendo en los últimos tiempos. Vio como su cuerpo eclosionaba y se extendía,
irradiándose como energía que era hacia todas las direcciones. Esta energía
llegaba a todos aquellos que se encontraban con él o en medio de su
irradiación. Veía como ella hacía sentir un gran bienestar a todos los que
habían recibido parte de su expansión.
Nuestra alma sentía la energía que era como un ser
totalmente etéreo. Sentía una gran plenitud en su interior, en su esencia. Fue
una sensación como si todas las puertas estuvieran abiertas para él, sintiendo
una seguridad y fortaleza absolutas para continuar su proceso.
-
Sigue – sintió que le decían quienes con él
estaban.
Nuestro ser continuó avanzando con la sensación de estar
levitando. A voluntad podía avanzar o detenerse. Él no era cuerpo, solo la
energía de su esencia.
-
¿Y ahora? – preguntó.
-
Estás dejando lo humano y empiezas a sentir tu
esencia divina. Los momentos que vives te llevarán a la plena Unicidad con la
Divinidad Superior que hay en ti como parte de ella que eres. (Pausa). Sigue
avanzando aceptando tu presente, porque él será tu realización con todo su
resplandor.
-
¿Y estos momentos que vivo? – volvió a
preguntar.
-
Es la semilla brotando para mostrar toda la
belleza del Hogar.
-
No caigo – dijo el alma mientras veía el lugar
donde se encontraba. Sé que no caeré porque mi esencia me protege, y aquel
quien soy me guía.
Sintiendo todas estas sensaciones, aquel ser salió del
estado en que se encontraba, sabedor conforme se hallaba en el lugar adecuado y
el momento oportuno.
Nuestra vida normalmente no es lo que parece.
Aquello que podamos llegar a experimentar nos dirige hacia
la evolución de nuestro proceso. Nada hay al azar, y la vida nunca nos ha dado
la espalda. Cada momento vivido nos ha creado un presente, y es a través de
este presente que cada uno puede estar viviendo, donde nuestro ser es llevado
de la mano para su proceso de Ascensión.
A todos les llegará este momento como el de nuestra
historia. Es un caso real de los tiempos que vivimos.
Todos llegaréis al punto donde deberéis de tomar una
decisión, para muchos aparentemente drástica, para continuar con la vida que
sentís en vuestro interior, estando relacionada con aquello que habéis venido a
hacer. Esta decisión no será la deseada inicialmente según vuestra mente, pero
sí la adecuada para vuestro proceso.
No temed cuando sentáis que algo debéis de hacer, en el
sentido de tomar una decisión esencial para vosotros y vuestro mayor bien y
bienestar.
No temed, porque no estáis solos. Escuchad a vuestro
corazón.
Cada uno de vosotros sabrá cuando os llegará este momento. Id
a vuestro interior, porque lo que sentiréis será la dirección a seguir y la
veracidad del paso a dar.
No temáis porque en todo momento el Hogar estará con
vosotros. Id a vuestro interior para sentir la verdad de vuestro camino.
Llegaréis a sentir la claridad, la nitidez del paso a dar y sentiréis en
vosotros, una paz y una naturalidad que os hará dar este paso que os llevará a
una elevación de vuestro ser.
Escuchad a vuestro corazón, que él os dirá el camino a
seguir y qué hacer en todo momento.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
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