El ir abriendo las
puertas del interior de uno mismo, lleva a poder salir de toda situación que
pueda llegar a encontrarse. Siempre llega a encontrar la luz que le permitirá
salir de los momentos que uno pueda llegar a vivir y no siempre pueden llegar a
ser deseados.
Llega un momento en su
vida actual que su fluir le lleva por si solo a los momentos acordados antes de
su venida. Entonces es cuando ya empieza a sentir el Amor dentro de él, ese
Amor que es innato en cada uno y siempre uno lo ha llevado en su interior.
Este Amor hará que todos
aquellos que se le acerquen y le conozcan se den cuenta que este ser,
manifestando su amor innato, nunca les reprime, ni se enfada, ni les quiere
convencer conforme él tiene razón. Habrá un respeto total hacia ellos con una
actitud de aceptación, fe, paz, serenidad, viviendo su presente en todo momento
y abriendo los brazos para el abrazo deseado por todos aquellos que lo
necesiten.
Estos seres ven el
distanciamiento exterior con el ser interior y el cómo avanzar en este camino
en que se encuentre actualmente para ayudar y elevar las vibraciones de este
mundo terrenal.
Son seres que viven
plenamente desde su esencia innata, respetando a todos aquellos que les rodean,
y como ya he comentado, sin imponer, reprimir, enfadarse, aceptando el cómo es
cada uno, respectándolo, viendo el camino que deberían de seguir.
El Amor encarnado no se
vanagloria, ni manifiesta un ego, ni una soberbia. No manifiesta que todos
hagan lo que él quiere, porque el Amor no quiere, solo siente y manifiesta este
sentir. Al no vivir desde su exterior, deja de querer. Su manifestación es
fruto de su interior, y éste procede de la Luz de su sentir.
Cuando se llega a
manifestar este Amor en esta dimensión que uno se encuentra, ya no se quiere
por querer, sino que se tiene la Fe conforme todo está yendo como uno acordó
antes de su nacer.
Son seres que ya están
cruzando la quinta dimensión en esta vida que se encuentran. Cruzan las puertas
de su materialización irradiando el Amor hacia todos aquellos que le rodean y
este planeta, para poder elevar su vibración y seguir su proceso de ascensión,
motivo por el cual fue creado, pudiendo venir a él todos los que ahora aquí nos
encontramos.
El ser ascendido no teme,
no se enoja, no impone, no se vanagloria. Su ego ha sido liberado,
manifestándose según su esencia innata, su Amor.
Son seres, muy cercanos,
cálidos, comprensivos, alegres, serenos, con una gran paz interior, con una
gran sabiduría interior sobre la verdadera vida, haciendo que todo aquel que se
le acerque, abra su corazón y pueda llegar a verse aquel quien en verdad es al
verse reflejado ante la presencia del ser de Luz y Amor.
Ellos son el camino a
seguir en esta vida que uno llega a encontrarse. Su sencillez y humildad, les
permiten transmitir el camino a seguir ante esta experiencia que uno puede
llegar a vivir en estos momentos. Sus presencias establecen la serenidad, la
paz, el amor, la sabiduría y el sentir que nunca se ha estado solo, porque
desde su existencia siempre ha tenido a su verdadera familia celestial.
El Amor sentido y
manifestado iluminará vuestro camino hacia el sentido de vuestra presencia en
esta vida.
Todos, sois grandes seres
amorosos.
El Universo siempre ha
estado con vosotros.
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