Hoy me gustaría mostraros un fragmento de lo que
fue una charla que hice hace pocos días en relación a los niños de la
Nueva Era , así como unas pautas en relación
a la Escuela
de estos nuevos tiempos para aquellos que son y serán los maestros de la
humanidad.
Desde mi corazón, para todos vosotros:
Los tiempos están cambiando.
Para entender a los niños y jóvenes, hemos de
entender el cambio que estamos viviendo.
Demostrado está que las energías de la Tierra están cambiando: los
polos norte y magnético se están acercando, el cambio climático, la situación
política, social, económica, ballenas y delfines embarrancados,…..
Todos estos aspectos tienen que ver con las
energías.
Todos sabéis que alguien puede desprender energías
positivas o negativas. Las energías de la Tierra están cambiando de unos años hacia aquí.
Este cambio de energías hace que la mayoría de las
personas sientan una activación de su interior. Las inquietudes espirituales se
han activado. Cada vez hay más artículos, libros publicados, cursos, talleres
relacionados con el crecimiento personal.
-
Bien,
Jordi, ¿por qué nos explicas todo eso si hemos venido aquí a oír hablar de los
nuevos niños?
-
¡Bien!
Aquí es donde ellos entran en acción.
Parecen más activos, inquietos,
contestatarios, e incluso, son como más rebeldes según cómo. Esto y más.
Este cambio de energía que he comentado, han hecho
despertar las consciencias de quienes habitamos este planeta. No sólo esto,
sino que todo aquel que nace, nace con una consciencia diferente.
Nosotros obedecíamos. Ellos parece que no.
Algunos teníamos respeto, por no decir miedo, a
nuestros padres. Ellos no.
A menudo callábamos cuando veíamos que las cosas
no eran como nosotros queríamos, adaptándonos a las circunstancias. Ellos no.
Incluso los maestros se dan cuenta que estos niños
son diferentes.
Bien, no os alarméis. Son diferentes y como
siempre hemos actuado de una manera, ahora con ellos, parece que les cueste
seguir las reglas y las normas.
Alguna cosa
importante está pasando.
Imaginémonos que estos niños fuesen un porsche o
un ferrari de F1, y los quisiésemos hacer avanzar, vivir y pensar como un Seat
600, según las instrucciones de un 600.
Ellos tienen muchas más prestaciones para
manifestar que los adultos que los rodean quieren hacerles ver.
Ellos se sienten y saben qué coche son, no así
aquellos con quien conviven. Esto es lo que está pasando actualmente en
nuestros tiempos: queremos que actúen como nosotros lo hicimos según unos
patrones sociales, a menudo obsoletos, anticuados.
Esto es lo que está pasando con las almas que
están entre nosotros: los niños, los jóvenes.
Estoy hablando de un cambio de Consciencia en
relación a sentir, pensar y vivir.
Los tratamos y nos relacionamos con ellos, según
nosotros vivimos, pero en aquellos tiempos la mayoría del ser humano vivía
adormecido.
Llega un momento que las cosas deben de ponerse en
su lugar y dejar que cada uno pueda seguir su camino según su proceso de
evolución requiera.
Lo que rodea a los niños y jóvenes de la
Nueva Era , de los tiempos actuales,
continúa basándose en raíces de tiempos pasados, cuando todo ha ido cambiando.
La escuela es uno de estos pilares que tambalean debido que sus fundamentos
pertenecen, por ejemplo, a la época de Carlos V.
Cada vez hay más fracaso escolar, menos motivación
por parte de los niños y jóvenes para asistir a clase, incrementándose la falta
de atención hacia lo que se transmite. ¿Os suena esto?
Realmente, ¿a qué es debido estas actitudes o
resultados de nuestros niños? ¡Sencillo! Aquello que se les ofrece es obsoleto
y no tiene nada que ver con lo que viven ellos en el día a día. Entonces se
distraen, se aburren y se desmotivan.
Aquello que se les transmite está alejado de su
realidad, de cómo son en verdad, pero la escuela continúa siendo una fuente
transmisora de conocimientos intelectuales y racionales.
Se va haciendo modificaciones en la forma, pero lo
que ellos nos están diciendo que necesitan es que se cambie el fondo, porque
ellos vibran diferente. Son diferentes a dos, tres y cuatro generaciones atrás.
Se necesita una nueva Escuela diferente a la
actual.
Una escuela donde no se valore tanto la mente a
nivel racional, e introducir más aspectos relacionados con el corazón.
¡No nos asustemos! Necesitamos llevar la escuela a
los niños, no los niños a la escuela; porque ésta, ya no les pertenece.
Los niños de ahora tienen una Consciencia
diferente a la época que nosotros nacimos.
Los tratamos como niños que no saben, en cambio,
¿no os han sorprendido a veces las respuestas y los razonamientos que nos dan o
hacen pareciendo más maduros de lo que nos pensamos que son?
Alegraos porque nuestros niños y jóvenes son los
grandes Maestros de la
Humanidad.
Recuerdo alguna situación de un niño que se le
hizo un regalo y antes de abrirlo ya sabía lo que era, sin haberle dicho nada;
o aquella niña de siete años con una sensibilidad más allá de lo normal que
sabía qué le pasaba a sus padres sin que le dijesen nada, o el gran respeto que
tienen por la vida y la naturaleza.
Esto sólo son ejemplos de las capacidades de los
nuevos niños. Sus consciencias no son iguales a la de sus padres y adultos que
les rodean.
Todos tienen este potencial, y cada vez más, son
más los que lo manifiestan, sobre todo, si tienen un ambiente adecuado.
Aquellos que vivís o estáis con niños, no os
debéis de apegar a vuestras creencias, sino que debéis de aprender a
observarlos, sin juicios ni críticas, desde el Corazón, y entonces os daréis
cuenta del por qué de sus actitudes. Entonces os daréis cuenta qué os están
transmitiendo.
Son todo amor, manifestándose tal cual son.
La escuela debería de cambiar, y no sólo la
organización de los años a estudiar, sino el fondo de lo qué transmitir.
Sus almas saben lo qué han venido a hacer, y no es
para hacernos la puñeta, sino para indicarnos el camino a seguir a partir de
ahora para el mayor bien de la humanidad.
Uno de los aspectos que nos indican es el camino
de la espiritualidad, ¡que no es religión! ¡No tiene nada que ver! Es el camino
de la realización, del recordar quiénes somos y el bienestar interior.
Algunos pensaréis que esto es una locura y que la
escuela ¡no debe de dedicarse a esto!
Por esto os digo que la Escuela debería de tener
otra función a la actual. Se debería de reestructurar para adaptarse a nuestros
niños. Entonces, facilitaríamos que cada uno pudiese realizarse plenamente en
su vida porque se sentiría seguro, motivado y comprendido por aquellos que le
rodearían, dando el máximo de sí en aquello que eligiese para hacer en su vida.
Padres y maestros deberían de tener una relación
diferente a la actual con ellos, verlos diferente, y todos, se deberían de
implicar más. Todavía hay muchos padres que dicen que la educación de sus hijos
corresponde a los maestros.
Nada más lejos de la realidad. Actitudes como ésta
facilitan el distanciamiento entre la escuela y la realidad: lo que se hace en
la escuela es de la escuela, y lo que los padres hacen con los hijos, esto es
la realidad.
La escuela también es la realidad para el niño, y
allí sólo le enseñan cosas que no se corresponden con lo que siente y motiva,
en su día a día.
¿Empezáis a comprender ahora el por qué de todo, a
nivel escolar?
Si a la
ESCUELA (con mayúsculas) se enseñase al niño, al joven, a
recordar quién es y que él tiene todo el potencial para crear bienestar, salud
y materialización en su vida, los resultados serían otros.
Se necesita que la Escuela empiece a dar
pasos hacia el Corazón y no potenciar exclusivamente la mente intelectual.
Desde el Corazón, la Escuela uniría y
motivaría; desde la mente, crea divergencia, desigualdad y diferencias.
Nuestros niños se dan cuenta de esto, aunque no
todos sepan expresarlo con palabras, pero todos nos lo hacen saber con sus
actitudes y acciones.
Ahora falta que aquellos que estáis con ellos,
abráis el corazón, los ojos y aprendáis juntos, del camino que necesitan para
su realización como seres.
Dejemos de tener miedo y adaptémonos a los cambios
para esta nueva etapa de evolución del ser humano y el planeta, que nos han de
llevar a la manifestación del verdadero ser que somos.
Los niños y jóvenes nos hablan alto, pero todavía
hay, debido a sus miedos, que ignoran el clamor del nuevo camino a seguir.
Insisten en mantener el control, la limitación y los temores de aquello que es
nuevo para vivir según sus abuelos, bisabuelos e incluso ellos mismos.
A menudo se olvidan que ellos también fueron
niños, y nuestros niños, estos niños de la Nueva
Era , nos recuerdan aquello que dejamos de hacer y ahora es el
momento para que sea.
Ahora tenemos una nueva oportunidad para dejar que
cada alma pueda seguir la voz de su corazón y sentir la Unicidad con todo, todos
y la Fuente de
la cual procedemos.
Nos encontramos en un período de Gran Cambio
Planetario, y nuestros niños y jóvenes tienen mucho que decirnos.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
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