He
estado sintiendo el estar solo rodeado de otros seres que seguían también su
camino.
He
sentido en momentos de mi vida una especie de desconexión con todos aquellos que
eran parte de mi entorno. Durante años ha habido una línea invisible entre
quienes vivía y mi ser. No me sentía parte de ellos, y tuve que adaptarme a las
circunstancias que me tocaron vivir.
Todo
ello me llevó, a valorar la importancia de estar contigo mismo y el silencio.
Era, estando en él, cuando me sentía a mí mismo y el alivio del sentido de mi
vida. Era el refugio de un ser que vivía en un entorno desfasado a cómo sentía.
Era como si la voluntad de toda existencia me hubiera dejado en medio de un “Fuerte
Americano” y yo fuese un indio apache. Tengo la imagen de estos juguetes que en
su momento los Reyes Magos me trajeron y yo jugué y jugué, haciendo que “los buenos” no fuesen vencidos.
Durante
años tuve que vivir abrazado por una energía que no era la mía. Tuve que
aceptar, porque no había otra salida, el hecho de convivir con seres que solo
transmitían lo recibido por la sociedad y su ambiente familiar adaptado a esta
sociedad.
Tuve
que buscar un espacio, un refugio para encontrarme conmigo mismo y saber que
existía algo que me hacía sentir bien. Este algo era el silencio creado por
estar conmigo mismo. Sí, solo estando conmigo sentía el bienestar, porque mi
inexperiencia en esta dimensión con mi cuerpo actual no sabía cómo encajarlo
para poder ser yo y seguir las pautas adquiridas que todos hacían imperar para
mantenerte en el estatus de grupo social. Sentía que quizás no era el mío.
El
silencio me ayudó a avanzar por el entendimiento de mi proceso terrenal. Era
como una melodía después de escuchar música house
o heavy. Todo era sonido fuera de mí
sin ningún sentido y coordinación. Notas fuera de lugar que no encajaban con mi
partitura. Necesitaba de la batuta de mi ser para recolocar a cada instrumento
y nota en su lugar para que la composición fuese música para mi alma. Esta
batuta era el silencio y la soledad, porque sin soledad no hay silencio
consciente.
Puedes
dejar de emitir sonido, pero tus energías continúan desfasadas. Cuando permites
que tu ser no oiga nada más que tu melodía interior, entonces es cuando relajas
tu cuerpo, tu mente y tu corazón se abre para poder respirar un poco ante tanto
ajetreo.
Crecí
y llegué a lo que se conoce como edad adulta. Bueno, aquí estoy, pero con un
aprendizaje a través de mi voluntad de ser íntegro, honesto y yo mismo ante
todo. No fue una decisión que me enseñasen, pero aquel quien yo era me empujaba
hacia esta dirección.
¿Dónde
poner orden y ver claro la dirección a seguir? Pues estando en el balanceo del
silencio, que como una cuna, te mece hasta llegar a un estado de dejadez
espiritual y poder ser amado por quienes pertenecen más allá de nuestra realidad y sentir el bienestar que hay
en cada uno de nosotros.
El
silencio es el estado de escuchar aquello que hay en ti y poder liberar todo lo
incluido que no te pertenece por naturaleza. El silencio es la Luz de tu alma,
que te susurra amorosamente indicándote la presencia de aquel quien eres. Cuando
te dejas invadir por este espacio y estado interior donde nada predomina por
encima de lo que hay en ti, entonces sientes como la puerta del sentido de tu
existencia se abre de par en par para mostrarte las raíces de las cuales
provienes y todo lo que se te ha acumulado de la densidad de tu entorno. ¡Oh,
sí! Todo esto aparece y lo percibes de una manera muy clara, sabedor que lo que
se manifiesta ante ti es tu situación actual ante la densidad de tu entorno.
El
silencio te hace conectar con aquella fuerza que hay en tu interior, e incluso,
con tu Familia, tu verdadera Familia.
Estar
en silencio es como adentrarte en la cueva de tu empoderamiento y tus
capacidades adormecidas o descolocadas debido a la posible identificación con
todo lo que te ha rodeado hasta ahora.
Cuando
me adentro en él, siento un gran alivio y sosiego que permite relajar mi alma y
todo mi cuerpo.
En
el silencio Yo Soy.
En
el silencio se produce la conexión con quien en verdad soy y guía mi vida.
Es
un camino que se abre ante mí, pudiendo sentir la inmensidad de mi ser, aunque
a veces, puede llegar a crear una desolación y llanto por cómo está funcionando
tu vida. Nada es lo que parece. El silencio es el verdadero espejo de cómo eres
en aquel preciso momento. No lo rompas. Siente lo que estés sintiendo y
respira. Podrás ver como el vacío que pueda haber en ti se irá apaciguando y la
tranquilidad irá apareciendo poco a poco. Continúa respirando y sé un
observador de tu interior, de todo lo que sientas y de tus pensamientos
recurrentes que puedan hacer presencia en aquellos momentos. Obsérvalos y
déjalos ir. No te detengas en ellos o querer saber el por qué han aparecido.
Míralos y déjalos ir, porque ellos no pueden contigo. Eres tú quien los ha
creado y ahora se manifiestan para que sepas qué es lo que ha sido parte de tu
creación en estado de no silencio.
Tu
camino hacia a ti, lleva incluido esta herramienta para romper con todo lo
establecido y unir aquellas partes de ti que estaban descompuestas u olvidadas.
Únelas en este espacio y deja que la sensación de bienestar en ti te abrace y
puedas sentir el verdadero ser que eres.
No
temas al silencio, amada alma, que estás leyendo estas palabras. Estas van
dirigidas a ti. No es porque sí, que las estés leyendo. Tenlas presente y
aposenta este pilar en tu vida a partir de ahora. Deja que el silencio sea
parte de ti, pero no para alejarte y distanciarte de tu entorno, sino para
recordarte aquel quien en verdad eres y lo que has ido acumulando a lo largo de
los días o años y no te hacen sentir bien.
El
silencio te activa el empoderamiento y pone Luz en tu vida.
¡Sal
al campo, a la naturaleza y haz silencio! Observa, escucha y te darás cuenta
cómo vas a percibir mucho más la vida que te rodea. Esta vida es el reflejo de
la tuya.
Abre
la puerta de tu interior y deja que todo fluya.
El
silencio puede mostrarte la Verdad del camino que estás siguiendo. Cógele de la
mano, porque en verdad, en tu día a día, hay poco que decir, y las palabras
pueden no tener sentido para quien las escucha ante ti. Es tu presencia la que
se necesita, no tus palabras.
El
silencio puede ayudarte en la plena manifestación de tu ser, de aquel quien en
verdad eres. Cuando éste se muestra, la majestuosidad de tu presencia invade el
lugar y sobran las palabras. Tu compañía es la que se necesita en aquellos
momentos.
Deja
que el silencio te abrace en los momentos de reconexión. Verás la Luz y las
respuestas que puedes llegar a necesitar en tu vida.
Desde
el Amor del silencio de mi corazón expandido, te deseo que el Amor y la Paz
sean en ti.
3 comentarios:
Gracias Jordi! Feliz Navidad y Feliz Silencio :)
Emma
Gracias Jordi! Feliz Navidad y Feliz Silencio con tu Familia.. :)
Emma
Gracias Emma. Un fuerte abrazo y lo mejor para ti, también.
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