miércoles, 5 de noviembre de 2014

Sabiduría y Consciencia

La sabiduría no existiría, en los confines de nuestro ser, sin la presencia de la Consciencia. Pero, ¿qué es realmente la consciencia? Si es la llave para adquirir la sabiduría existencial, ¿dónde se encuentra y cómo hacerla servir? Por lo tanto, para entender la sabiduría deberíamos de conocer lo que es la consciencia.
La consciencia es como el ADN del Universo. Todo él es consciencia. Todo él actúa en base a unas directrices de orden, armonía y amor. Toda manifestación o movimiento se establece para un fin superior a la individualidad de toda vida que en él habita. Cuando el TODO se establece, lo individual brota sus raíces para sintonizarse con el TODO. Nuestras existencias se basan en una sincronización con lo que sucede más allá de nuestra terrenalidad. Un universo en orden, empuja a una tendencia al orden en cualquier parte de él. Cuando la Fuente Universal emana una energía y patrón a todos sus rincones, toda vida existente en él, recibe y adapta esta energía para el mayor bien del TODO.
La consciencia es la esencia de la cual todos procedemos y nos dirigimos. Cuando nos damos cuenta de nuestro trayecto y el sentido de nuestra presencia en este mundo, la consciencia está activada en nosotros. Es darnos cuenta de la esencia de nuestro ser y todo lo que existe. Cuando llegas a este entendimiento y sentimiento a la vez, hace que tu vida fluya al unísono con todo el universo, como parte de él que eres. Su ADN se encuentra en ti, y el proceso de nuestra presencia consiste en activar el universo en nosotros, a través de nuestro ADN individual. Éste está unido al ADN universal. Cuando los dos se unen, a través de tu despertar y evolución, vas adquiriendo una sabiduría que te lleva a subir nuevos peldaños en tu escalera de la ascensión.
La sabiduría no existiría sin la consciencia. Esta nos permite ir conociendo y sintiendo cada vez más, aquel quien en verdad somos.
A mayor consciencia, mayor sabiduría. No existe una sabiduría sin la activación de tus genes y ADN.
La consciencia, por lo tanto, es el darte cuenta de tu ser, con todo lo que esto representa. Si tu presencia tiene que ver con el lugar que te encuentras, entonces, tu consciencia te hará entender el por qué estás dónde estás y tu función en relación a los que te rodean. Esta función está relacionada, a la vez, con otra a nivel planetario. Entendiendo tu ser en este lugar donde habitas y te mueves, entonces, podrás entender el resto de la existencia que te rodea. Entendiéndote, entenderás tu amado mundo y a la humanidad, con todo lo que está sucediendo en él y el por qué las situaciones que están viviendo parte de los seres que cohabitan en este mundo contigo.
Darte cuenta de las bases de tu existencia, hará que todo fluya y puedas ayudar a los demás, también a fluir. La sabiduría te lleva a vivir desde la aceptación y el amor que eres y todos somos, como parte del universo, del cual pertenecemos. Estas influencias del universo, llegan a nosotros, e incluso, están en nosotros. Llegar a darnos cuenta de ellas, nos llevará a un camino de ascensión para elevar nuestro ser y nuestras energías. Somos parte del Universo, cuanto más nos elevemos, también ayudaremos a elevar y ensalzar el potencial que en él hay, y en cada uno de nosotros.
La consciencia es la activación de tu verdadero ser, albergado en tu ADN individual. Éste nos llevará a la sabiduría al mismo ritmo que nos predispongamos a aceptar nuestra verdadera esencia.
A mayor consciencia, mayor sabiduría.
La consciencia va ligada al interés de todos, del TODO, siendo nosotros parte de este TODO. No privan las individuales, sino que todo lo que sucede es para el mayor bien del TODO y todos. La intencionalidad inicial es el TODO.
Esta unicidad hace que seamos como vasos comunicantes que si una entrada se llena, las otras salen beneficiadas. Tu evolución, beneficia a todos y a todo el universo. Esta es una de las grandezas de tus capacidades para establecer la armonía y el amor en nuestras vidas y el universo. Eres parte de él. No podemos hablar del ser humano sin relacionarlo con el universo. Van unidos. La consciencia es la misma.
La sabiduría no es conocimiento. Éste es el primer peldaño de una escalera donde no divisas su final. Conocimiento no es sabiduría. El conocimiento estriba en saber desde el raciocinio, mientras que la sabiduría está relacionada con el corazón, con el amor. El amor es la energía de más alta vibración existente en el universo. Nosotros, como hijos de él, como parte de él, también albergamos este amor en nosotros. Darnos cuenta de él, nos llevará a adquirir un grado de consciencia para elevar nuestro verdadero hogar universal y ser. Nuestra alma está relacionada con la intencionalidad de darnos cuenta de nuestra procedencia y esencia. Uno de nuestros fines en las encarnaciones, es el hecho de adquirir mayor grado de consciencia a través de nuestro proceso como almas en evolución que somos.
El universo nos facilita todos los elementos y herramientas para que así sea. Lo sorprendente de todo esto, es que estas herramientas las llevamos ya en nuestro interior desde el momento de cada nacimiento en la materia. Irlas descubriendo y dándonos cuenta de ellas, nos llevará a quienes somos nosotros en verdad y al sentido de nuestra presencia en esta dimensión que nos encontramos actualmente.
La sabiduría procede del grado de consciencia que uno puede llegar a tener. No es conocimiento, porque este es mental, intelectual. La sabiduría pertenece a nuestro verdadero ser, no a lo humano, sino a la divinidad que hay en cada uno.
Consciencia y sabiduría van de la mano, aunque la segunda, tendrá que ver con los aspectos que el ser necesite según su Plan Divino Individual.
El universo es energía. Nosotros también.
El universo es consciencia. Así nosotros.
El universo es amor, como esencia de armonía. Nosotros también.
Somos universo, y entendiéndonos, lo entenderemos también a él. Entendiéndolo, entenderemos el funcionamiento de todo lo existente y encarnado, incluyéndonos. Queriéndolo entender desde lo exterior, lo físico, no lo llegaremos a comprender del todo, porque su presencia va más allá del raciocinio y lo físico. Por eso estamos nosotros, los humanos, inicialmente. Para entender el universo desde nuestro interior. A través nuestro llegaremos a él, pero no porque nos hayamos separado, sino para ensalzarlo y unirnos más, entendiendo este “unirnos”, como la atracción entre todos los sistemas de vida existente en él y adquirir una Unicidad más firme y amorosa entre todos los que existimos en esta amada cuna celestial.
Tenemos un sentido en nuestro camino. El avanzar por él, cada uno el suyo, nos iremos acercando los unos a los otros, e iremos elevando y magnificando la esencia de la cual todos procedemos: el Amor.
Por eso, ahora, todo lo que sucede en nuestro rincón donde habitamos. Nuestro planeta se eleva, y tú sientes con fuerza este desprendimiento de lo humano para dar paso al verdadero ser que eres: divinidad.
La consciencia necesitaba hacer presencia en nuestras vidas, y ahora que ya es sabido el camino para activarla en cada uno, depende del ser dar los pasos para aceptarla en su vida y vivir con ella. Se respeta el libre albedrío. Sentimos una fuerza que nos impulsa a liberarnos de lo que nos identificamos en nosotros y dar paso al verdadero ser que somos.
Eres amor, consciencia y alimento para todos aquellos que te rodean. Eres cabo donde acogerse y vencer los miedos y resistencias que puedan llegar a tener los que te rodean. Sé fuente en medio de sus caminos.
Sé consciente de tu presencia y no quieras hacer nada especial, solo SÉ y manifiéstate tal como eres. Todo, entonces, fluirá y rodará hacia el encuentro con tu verdadero ser amoroso.
Eres parte del Universo, y él te apoya y protege.
Eres amado.
 
Desde mi corazón, que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros.

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