La sabiduría no existiría, en
los confines de nuestro ser, sin la presencia de la Consciencia. Pero, ¿qué es
realmente la consciencia? Si es la llave para adquirir la sabiduría
existencial, ¿dónde se encuentra y cómo hacerla servir? Por lo tanto, para entender
la sabiduría deberíamos de conocer lo que es la consciencia.
La consciencia es como el ADN
del Universo. Todo él es consciencia. Todo él actúa en base a unas directrices
de orden, armonía y amor. Toda manifestación o movimiento se establece para un
fin superior a la individualidad de toda vida que en él habita. Cuando el TODO
se establece, lo individual brota sus raíces para sintonizarse con el TODO.
Nuestras existencias se basan en una sincronización con lo que sucede más allá
de nuestra terrenalidad. Un universo en orden, empuja a una tendencia al orden
en cualquier parte de él. Cuando la Fuente Universal emana una energía y patrón
a todos sus rincones, toda vida existente en él, recibe y adapta esta energía
para el mayor bien del TODO.
La consciencia es la esencia
de la cual todos procedemos y nos dirigimos. Cuando nos damos cuenta de nuestro
trayecto y el sentido de nuestra presencia en este mundo, la consciencia está
activada en nosotros. Es darnos cuenta de la esencia de nuestro ser y todo lo que
existe. Cuando llegas a este entendimiento y sentimiento a la vez, hace que tu
vida fluya al unísono con todo el universo, como parte de él que eres. Su ADN
se encuentra en ti, y el proceso de nuestra presencia consiste en activar el
universo en nosotros, a través de nuestro ADN individual. Éste está unido al
ADN universal. Cuando los dos se unen, a través de tu despertar y evolución,
vas adquiriendo una sabiduría que te lleva a subir nuevos peldaños en tu
escalera de la ascensión.
La sabiduría no existiría sin
la consciencia. Esta nos permite ir conociendo y sintiendo cada vez más, aquel
quien en verdad somos.
A mayor consciencia, mayor
sabiduría. No existe una sabiduría sin la activación de tus genes y ADN.
La consciencia, por lo tanto,
es el darte cuenta de tu ser, con todo lo que esto representa. Si tu presencia
tiene que ver con el lugar que te encuentras, entonces, tu consciencia te hará
entender el por qué estás dónde estás y tu función en relación a los que te
rodean. Esta función está relacionada, a la vez, con otra a nivel planetario.
Entendiendo tu ser en este lugar donde habitas y te mueves, entonces, podrás
entender el resto de la existencia que te rodea. Entendiéndote, entenderás tu
amado mundo y a la humanidad, con todo lo que está sucediendo en él y el por
qué las situaciones que están viviendo parte de los seres que cohabitan en este
mundo contigo.
Darte cuenta de las bases de
tu existencia, hará que todo fluya y puedas ayudar a los demás, también a
fluir. La sabiduría te lleva a vivir desde la aceptación y el amor que eres y
todos somos, como parte del universo, del cual pertenecemos. Estas influencias
del universo, llegan a nosotros, e incluso, están en nosotros. Llegar a darnos
cuenta de ellas, nos llevará a un camino de ascensión para elevar nuestro ser y
nuestras energías. Somos parte del Universo, cuanto más nos elevemos, también
ayudaremos a elevar y ensalzar el potencial que en él hay, y en cada uno de
nosotros.
La consciencia es la
activación de tu verdadero ser, albergado en tu ADN individual. Éste nos
llevará a la sabiduría al mismo ritmo que nos predispongamos a aceptar nuestra
verdadera esencia.
A mayor consciencia, mayor
sabiduría.
La consciencia va ligada al
interés de todos, del TODO, siendo nosotros parte de este TODO. No privan las
individuales, sino que todo lo que sucede es para el mayor bien del TODO y
todos. La intencionalidad inicial es el TODO.
Esta unicidad hace que seamos
como vasos comunicantes que si una entrada se llena, las otras salen
beneficiadas. Tu evolución, beneficia a todos y a todo el universo. Esta es una
de las grandezas de tus capacidades para establecer la armonía y el amor en
nuestras vidas y el universo. Eres parte de él. No podemos hablar del ser
humano sin relacionarlo con el universo. Van unidos. La consciencia es la
misma.
La sabiduría no es
conocimiento. Éste es el primer peldaño de una escalera donde no divisas su
final. Conocimiento no es sabiduría. El conocimiento estriba en saber desde el
raciocinio, mientras que la sabiduría está relacionada con el corazón, con el
amor. El amor es la energía de más alta vibración existente en el universo.
Nosotros, como hijos de él, como parte de él, también albergamos este amor en
nosotros. Darnos cuenta de él, nos llevará a adquirir un grado de consciencia
para elevar nuestro verdadero hogar universal y ser. Nuestra alma está
relacionada con la intencionalidad de darnos cuenta de nuestra procedencia y
esencia. Uno de nuestros fines en las encarnaciones, es el hecho de adquirir
mayor grado de consciencia a través de nuestro proceso como almas en evolución
que somos.
El universo nos facilita
todos los elementos y herramientas para que así sea. Lo sorprendente de todo
esto, es que estas herramientas las llevamos ya en nuestro interior desde el
momento de cada nacimiento en la materia. Irlas descubriendo y dándonos cuenta
de ellas, nos llevará a quienes somos nosotros en verdad y al sentido de
nuestra presencia en esta dimensión que nos encontramos actualmente.
La sabiduría procede del
grado de consciencia que uno puede llegar a tener. No es conocimiento, porque
este es mental, intelectual. La sabiduría pertenece a nuestro verdadero ser, no
a lo humano, sino a la divinidad que hay en cada uno.
Consciencia y sabiduría van
de la mano, aunque la segunda, tendrá que ver con los aspectos que el ser
necesite según su Plan Divino Individual.
El universo es energía.
Nosotros también.
El universo es consciencia.
Así nosotros.
El universo es amor, como
esencia de armonía. Nosotros también.
Somos universo, y entendiéndonos,
lo entenderemos también a él. Entendiéndolo, entenderemos el funcionamiento de
todo lo existente y encarnado, incluyéndonos. Queriéndolo entender desde lo
exterior, lo físico, no lo llegaremos a comprender del todo, porque su
presencia va más allá del raciocinio y lo físico. Por eso estamos nosotros, los
humanos, inicialmente. Para entender el universo desde nuestro interior. A
través nuestro llegaremos a él, pero no porque nos hayamos separado, sino para
ensalzarlo y unirnos más, entendiendo este “unirnos”, como la atracción entre
todos los sistemas de vida existente en él y adquirir una Unicidad más firme y
amorosa entre todos los que existimos en esta amada cuna celestial.
Tenemos un sentido en nuestro
camino. El avanzar por él, cada uno el suyo, nos iremos acercando los unos a
los otros, e iremos elevando y magnificando la esencia de la cual todos
procedemos: el Amor.
Por eso, ahora, todo lo que
sucede en nuestro rincón donde habitamos. Nuestro planeta se eleva, y tú
sientes con fuerza este desprendimiento de lo humano para dar paso al verdadero
ser que eres: divinidad.
La consciencia necesitaba
hacer presencia en nuestras vidas, y ahora que ya es sabido el camino para
activarla en cada uno, depende del ser dar los pasos para aceptarla en su vida
y vivir con ella. Se respeta el libre albedrío. Sentimos una fuerza que nos impulsa
a liberarnos de lo que nos identificamos en nosotros y dar paso al verdadero
ser que somos.
Eres amor, consciencia y
alimento para todos aquellos que te rodean. Eres cabo donde acogerse y vencer
los miedos y resistencias que puedan llegar a tener los que te rodean. Sé
fuente en medio de sus caminos.
Sé consciente de tu presencia
y no quieras hacer nada especial, solo SÉ y manifiéstate tal como eres. Todo,
entonces, fluirá y rodará hacia el encuentro con tu verdadero ser amoroso.
Eres parte del Universo, y él
te apoya y protege.
Eres amado.
Desde mi corazón, que el Amor
y la Paz sean en cada uno de vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario