Como si
estuviera en una gran sala llena de libros en inmensas estanterías, me dirijo
sin pensar a uno de los lugares de esta “gran biblioteca” que son los archivos
akásicos.
De repente se
me acerca un ser con una fuerte energía y me pregunta qué busco, qué quiero consultar.
-
Un libro para transmitir alguna de
sus palabras. El que tú quieras – le digo sintiendo su fuerte energía, y
conforme no todos pueden leer aquellos libros cuando quieran.
Entonces, después de unos instantes de contacto energético de su energía
con la mía para él recibir mi información vibracional, me dice:
-
Si necesitas algo me lo dices –
sintiendo la sensación conforme puedo elegir cualquier libro de aquella gran Biblioteca.
Tengo la sensación de ser aceptado y ser apoyado, no tan solo por aquel
ser, sino por los que rigen aquel espacio.
(Pausa). Es inmenso. Allí se encuentra toda la información de la existencia,
donde cada uno de nosotros tiene su lugar, su historia y su proceso vivido
hasta ahora, incluyendo el camino a seguir a partir de nuestro presente. Toda
la sabiduría existencial se encuentra en este lugar.
Me dirijo hacia
unas estanterías y veo libros muy antiguos. Cada uno de ellos pertenece a cada
ser encarnado o no encarnado. Todos se encuentran allí.
Siento la
fuerte presencia del ser que se me acercó al entrar donde ahora me encuentro,
pero a la vez, me encuentro seguro y aceptado, apoyado.
Voy andando
viendo la cantidad de libros, de información que allí hay. Se respira
sacralidad y protección. Están bien a salvo y resguardados de cualquier energía
que no sea la adecuada para su mantenimiento y protección. No todos pueden
consultar lo que estos libros albergan. Hay seres pero no encarnados. Parecen
luminosos o translúcidos. Seres como guardianes de este lugar, revisan
constantemente la energía que habita esta biblioteca
akásica.
Voy andando por
los largos pasillos de toda la historia habida y por haber. Finalmente, veo un
grueso libro viejo que pone mi nombre. Es mi libro, mi existencia, puesto en
perfecto orden según los parámetros de ordenación y seguimiento.
-
¿Puedo cogerlo? – le pregunto a
quien me asesora.
-
¡Espera! Primero haz lo que has
venido a hacer.
Me dirijo a unos estantes donde se encuentran las directrices de nuestra
existencia (los humanos). Veo un libro que hace tiempo ya consulté y transmití
algunas de sus palabras: “El libro de
vuelta a Casa”. Es un libro pero como si fuera un apéndice de un Contenido Mayor. Todos los que se
encuentran en estos estantes tienen que ver con nuestra existencia, con la
presencia e historia de los seres que ahora estamos encarnados en estos
momentos.
Voy a cogerlo y
el Ser Asesor me sonríe, dando conformidad a mi elección. Ojeando al azar en
diferentes páginas del mismo, voy leyendo fragmentos de su contenido:
1.
La ilusión que el humano puede llegar a vivir, pertenece a un estado de
no consciencia que le llevará a un despertar para deshacer esta ilusión y
activar la consciencia de la realidad.
2.
No hay deudas pendientes en el camino, solo la luz que te guía para
llegar a ti mismo. Es en la luz que la evolución llega a la conexión del ser
con su propia esencia. Lo que puede llegarse a conocer como deudas pendientes
(karma), solo son las germinaciones de vuestro amor para poder regar la nueva
semilla y sentir la paz y la plenitud de vuestra existencia en aquellos
momentos. Una vez el alma sienta la armonía de su esencia, las deudas dejarán
paso a la alquimia del potencial del propio ser.
3.
El fin que pueda anunciarse solo es el principio de lo nuevo en el
interior de cada ser. Aquello que sientan elevará sus espíritus y unificaran
sus presencias con la Fuente de la cual procederán. Los encarnados tendrán
diferentes etapas, hasta su pleno apogeo espiritual, siendo los cambios más
importantes aquellos que procedan de su interior, de la aceptación de sus
existencias y el reconocimiento incondicional del Amor que son. No habrá
finales últimos, debido que la Voluntad
Superior no tiene fin. Cada finalización comportará nuevos grados de aceptación
y consciencia hasta llegar a lo etéreo.
Dentro de la no-materia, la disposición del ser hacia un servicio de
ensalzamiento de otros niveles de vibración inferior, hará que su dedicación
sea absoluta, sintiendo una mayor Unicidad con todo lo existente en su
universo.
4.
No habrá género en sus existencias innatas. Lo que conocerán como
masculino y femenino serán las dos partes del ser que deberán de complementarse
y aceptarse en uno mismo. Estas dos partes a nivel de materia serán vehículos
para el acercamiento del ser hacia sí mismo. Todas las variaciones al respecto
se manifestarán para que el ser pueda llegar a conectar con su verdadera
naturaleza. En su estado prístino nada existe que pueda crear limitaciones, por
lo tanto, no habrá dualidad en uno mismo cuando esté conectado consigo mismo.
Lo masculino y femenino serán dos aspectos en uno mismo para llegar a la
plenitud del ser. Cuando lo consiga, todo él brillará e iluminará a todas las
almas que le rodeen. Será el equilibrio del universo allí donde esté. Será
Fuente del Universo.
5.
A pesar de las diferentes tendencias de interpretación que se
realizarán en el planeta de los encarnados de libre albedrío, solo existirá la
Verdad, la pura Intencionalidad Amorosa por la cual fue creada. Solo el Amor
regirá el camino a seguir. Las elucubraciones que se realizarán, se basarán en
una mente racional que ralentizará el camino de aquel que quiera conservar lo
que denominará la verdad. Esta se encontrará en el silencio de consciencia de
uno mismo, y se mostrará en la presencia de la humildad y respeto que algunos
seres manifestarán. No impondrán ni convencerán, solo se manifestarán y dejarán
al libre albedrío de cada uno que decida si quiere ver la Verdad en sus
presencias o no.
6.
Lo que activará el proceso de los seres encarnados será el Amor. Será
el único camino a seguir. Muchos se perderán por el camino hacia él, al
obsesionarse por lo superficial del sendero. El verdadero Amor será la
manifestación de uno mismo allí donde esté. Al final, el planeta de la
humanidad resplandecerá, habiendo disminuido su población en los seres
seguidores de su Luz interior. No habrá grandes maestros, solo seres
conscientes que, desde su divinidad ensalzarán las existencias de todos aquellos
que le rodearán. Así, cada uno de los habitantes de este planeta encarnado. El
Amor será la plena manifestación de la divinidad que serán.
7.
Las desigualdades que se podrán crear, serán las limitaciones
interiores de cada alma. No habrá desigualdades desde el alma, sino desde las
mentes racionales de sus habitantes. Cuando aprendan a usar sus mentes, la
racionalidad dejará de manifestarse, y sus mentes se convertirán en apoyo para
sus realizaciones y armonizaciones. Dejarán sus raciocinios para dejar que sus
vidas no sean guiadas por sus pasados. Cuando aprendan a darse cuenta del valor
de sus presentes y la importancia de sus presencias en ellos, entonces las
desigualdades empezarán a menguar, ensalzando el amor en cada desigualdad hasta
hacerla Una con la Intencionalidad Superior, elevando a los seres que se
encuentren en este camino. Las densidades desaparecerán porque el sentido de
sus existencias habrán encontrado el camino hacia la Unicidad.
8.
No es importante lo que harán los seres desde su humanidad, sino desde
su intencionalidad según sientan desde su verdadera naturaleza. La fuerza de su
sentir abrirá los caminos, elevando a su planeta y a todos los que lo habiten.
Cada uno será la fuerza para el otro. Cada uno será el camino del otro. Cuando
vean que así es, cada uno individualmente empezará a dejar quien es según su
bagaje, para manifestar el verdadero ser que es según su naturaleza. Lo humano
dejará lugar a lo divino, y será desde lo divino que atraerán la Luz en ellos y
acercará el universo a sus vidas; entonces,
el proceso de sus existencias avanzará desde el sentimiento, y no desde
el raciocinio.
Siento y veo la
presencia asesora en mi ser, a la vez que también me doy cuenta que me rodean
muchos más seres de luz en relación al principio. Todos ellos parecen
sonreírme. Vuelvo a mirar el libro que tengo entre mis manos, fijándome en unas
líneas de la página derecha que tengo ante mí. Leo:
9.
Al final, cuando encuentren el sentido de sus vidas, se darán cuenta
que este sentido eran ellos mismos, y todo lo que habrán vivido hasta aquel
momento, habrá dependido de ellos según su libre albedrío. Este les fue dado
para llegar a ellos y ayudar al universo, a otras formas de vida, donde este
libre albedrío no existe. Al final, los seres que evolucionarán se darán cuenta
que toda su existencia ha sido basada en el Amor, y que todo lo que habrán
vivido habrá estado regido por el Amor, porque solo existe el Amor en el
Universo. Cuando el ser humano despierte y acepte este Amor en ellos, dejarán
su humanidad para dar el paso hacia su divinidad. Será en ella donde podrán
comunicarse con otros seres más allá de su planeta y universo. Será en ella
donde podrán crear un nuevo sentido en sus vidas encarnadas y transmutar la
densidad en Amor, elevando la vibración de su planeta y sentir la plenitud de
quienes son.
Veo que van
rodeándome cada vez más seres de Luz, sintiendo sus presencias en mí y un gran
Amor más intenso y puro en todo mi ser. Veo en sus “expresiones”, como si me
alentaran a continuar un poco más con el libro.
Yo, voy pasando
las páginas de una manera aleatoria, hasta sentir un impulso de parar. Voy a la
parte final del libro, quedando pocas hojas para su finalización, que leo:
10.
Una vez conseguido la función por la cual encarnaron, volverán al hogar
de donde proceden. Desde allí, ayudarán a otros seres, no todos encarnados, a
elevar sus consciencias, sus vibraciones u otros tipos de energías que llegarán
a necesitar para que la Voluntad Superior de toda la Creación sea realizada
para ensalzar la energía del Amor. Será desde este Amor que los seres
encarnados están y estarán Unidos con toda frecuencia de alta vibración,
alejando y transmutando toda oscuridad existente para dar paso a un universo
iluminado e irradiando esta frecuencia vibracional de una octava superior a
todos los universos creados. La Unicidad será más fuerte e intensa.
-
Y nosotros estaremos con todos
vosotros – me transmiten los que allí se encuentran conmigo. Continúan
diciéndome: Ves a la última página y lee la última línea.
Paso todas las
hojas hasta que llego a la última. Me doy cuenta que me encuentro en una página
enumerada, como todas, que contiene muchas cifras. Dirijo mis ojos hasta donde
me dijeron y leo:
11.
Lo vivido habrá sido por propia voluntad. Nunca estuvieron solos.
De repente me vienen ganas de llorar de la emoción
y la alegría de lo leído. Miro a mis acompañantes y me sonríen.
Siento su Amor
en mí, y mi propio Amor Uno con el suyo. Siento esta Unicidad nombrada en este
libro que tengo en mis manos. Lo cierro y lo vuelvo a poner en su lugar.
Todo está en
perfecto orden. Todo es armonía aquí donde estoy. Siento que es parte de mí y
ellos me confirman que toda esta información, toda la que habita en esta “gran biblioteca” se encuentra en mí,
albergada en mi interior, pudiendo ir a ella cuando lo crea conveniente.
-
Gracias por permitirme poder llegar hasta aquí y ojear nuevamente nuestra
existencia. ¡Gracias!
-
Cuando llegas a ti, las puertas se
te abren porque solo el Amor que sois os permitirá llegar a la sabiduría y
plenitud de vuestra existencia – me comentan.
-
¡Gracias! – digo nuevamente,
sabiendo que cada vez, las puertas se van abriendo más de par en par.
Hago una
respiración profunda y siento su Amor en mi interior, y el mío, como parte del
suyo. Siento como si fuera parte de ellos y ellos de mí.
Que el Amor y
la Paz sean en todos vosotros.
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