Paseando por el
mercadillo semanal de mi pueblo escuché a un niño que le decía a su padre:
-
Papá, ¿sabes cuál es el oficio más
aburrido que hay?
-
¿Cuál? – preguntó su padre.
-
El de socorrista de mar, porque
casi nunca trabaja porque la gente no se ahoga. Está mucho rato sin hacer nada.
-
Cierto – le respondió el padre.
Pasa muchas horas quieto, observando todo el tiempo, y no pasa nada. Está
atento todo el tiempo por si algo pasa, pero nada. Tienes razón hijo. Mira,
observa y nada – acabó respondiendo.
-
Sí, sí, y a más a más siempre está
quieto.
(Sin comentarios. Cada uno puede añadir su parecer al respecto).
¡Qué aburrido
ser “ángel de la guarda”! ¡O no!
Están con
nosotros en todo momento. Nunca estamos solos, pero cuando vamos por nuestra
cuenta, sin oír a nadie ni a nuestro corazón, algún día, podemos “ahogarnos” en el mar de nuestra
existencia por no hacer caso a la bandera
roja que ondeaba gracias a los socorristas
celestiales.
Alguna vez
podéis pensar o tener la sensación que estáis solos y vuestros guías o seres de
Luz no os atienden. Podéis tener la sensación que no oyen vuestras peticiones.
Cuando así parece, pensad que es cuando más están poniendo de su parte para vuestro
proceso. Reposa. Cálmate, y en la quietud de tu interior encontrarás la
respuesta o salida que buscas. Te darás cuenta que la situación que vives es
temporal. ¡Siempre hay la salida! No será una salida, sino la SALIDA a vuestra
situación, y ésta no proviene que alguien de fuera venga para sacaros del
momento que vivís. Está en vosotros mismos la solución y la salida.
¡Estáis tan
acompañados, velados y amados! Cada uno tiene sus “socorristas”, que aunque parezcan que no hagan nada, siempre están
contigo e intervienen cuando así ha de ser para el mayor bien de tu alma.
Cuando tú estás
preparado, sientes, ves o percibes sus presencias contigo y los resultados de
estar junto a ti, en tu vida, aceptándolos.
A veces no
valoramos lo mucho que tenemos y la actividad o el voluntariado de algunas
almas al servicio de los demás.
Cuando
aprendamos a honrarlos por lo que hacen, nos daremos cuenta que sus presencias
han ayudado mucho y nos están ayudando cada día de su dedicación.
A ellos,
gracias y que sus presencias perduren por la gran labor que están haciendo.
¿Sabéis quien es el ser más alejado de su alma, más perdido y ofuscado?
Aquel que no ve la REALIDAD de lo que sus ojos perciben, el no poder ver más
allá de la forma, y darse cuenta del sentido de sus presencias ante nosotros.
El niño solo
reflejó las creencias inculcadas de su entorno. Fue una expresión procedente de
su mente, no de su corazón.
Vuestro corazón
os hará libres porque os permitirá ver la VERDAD de lo que sentís y vivís.
Que el Amor y
la Paz sean en cada uno de vosotros.
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