De víctimas a responsables.
Éste es uno de los pasos que estamos viviendo y experimentando en nuestro
proceso evolutivo. Hay un camino a seguir hacia la ascensión, la iluminación
del ser donde nuestra alma se eleva para llevar a término aquello que hemos venido
a hacer, estando relacionado con la Voluntad Superior a la cual todos estamos
inmersos.
El cruzar la pasarela de lo
que fuimos a lo que somos, nos lleva a sentir, a ver la vida y a actuar ante
ella de una manera diferente. Cuando más vayamos dando pasos hacia nuestra
honestidad, integridad, más nos iremos empoderando interiormente, pero no
porque vayamos adquiriendo este poder, como algo externo a nosotros, sino
porque nos iremos acercando a aquel quien en verdad somos. Este acercamiento y
reconexión con nosotros mismos, nos permitirá ir recordando cada vez más, aquel
quien somos y siempre hemos sido, en el fondo, pero que nuestra cultura,
religión y educación nos han apartado de nuestra esencia y naturaleza.
No hay cambios sin una
reacción del ser, y esto es lo que está sucediendo dentro de cada uno y, como
espejo de nuestro interior, en todo el planeta. Hay una reacción por parte
individual que hace que el colectivo también reaccione. No hay exterior sin un
interior. No hay reflejo en un espejo si no hay una imagen que ver, una manera
de ser que mostrar.
Somos responsables de nuestro
exterior.
Somos responsables de nuestro
interior.
Somos responsables de nuestra
vida.
Cada vez son más las almas que
se elevan y hacen engrandecer al ser que habitan.
Todos, desde que nacimos, ya
siempre hemos poseído la capacidad de superación, el coraje, la firmeza y
fortaleza para conseguir aquello que nuestro corazón nos dicte. Nuestro
potencial va más allá de lo físico, de toda materia y fuerza bruta. Nuestra capacidad
de materializar nuestros sueños no se manifiesta a través del movimiento, de
luchar, cansarse e insistir constantemente para conseguir aquello que sentimos
en nuestro interior, sino que el verdadero potencial de cada uno, la capacidad
para ver realizados nuestros sueños, se percibe a través de nuestra actitud
ante la vida y las circunstancias que en ella vivimos.
Cuando nuestra presencia crea
apoyo, serenidad, paz y protección a nuestro entorno, algo está cambiando en
nosotros.
Cuando, ante una situación
supuestamente adversa u hostil nuestra actitud es de calma, tranquilidad y
convencimiento absoluto conforme todo está bien y saldremos de la situación
vivida con un aprendizaje para nuestro ser, entonces, querrá decir, que alguna
cosa está cambiando en nosotros.
Estaremos recuperando nuestro
poder interior.
Todo es una cuestión de
visión de vida y entendimiento sobre lo que está sucediendo a cada instante.
Cuando ves que todo tiene un sentido y para el mayor bien de todos,….entonces,
estarás recuperando, conectando, con tu verdadera esencia. Estarás abriendo las
puertas de la Consciencia Universal. Siendo así, verás que lo sucedido y lo que
está sucediendo, tanto en tu vida, como en el planeta, tiene su fin y el abrazo
amoroso del universo.
Nos dirigimos hacia nuestra
plena integridad y manifestación de nuestra Divinidad.
Este empoderamiento
manifestado nos llevará a darnos cuenta que somos responsables, y únicos
responsables de nuestras vidas. No hay culpables externos por lo que nos ha
sucedido o nos sucede. No hay a quien culpar, porque fuimos nosotros quienes
dimos el consentimiento para que así fuera, y fuimos nosotros quienes empezamos
a adentrarnos hacia nuestro malestar, alejándonos de quienes en verdad éramos.
¿Cómo podemos culpabilizar a otros si fuimos nosotros que le dimos el permiso
para que todo fuera según fue o está siendo? Fuimos nosotros que tocamos el
interruptor de nuestro camino de malestar y dolor. No hay ofensas contra nadie,
porque lo que podamos llegar a sentir en nuestro interior está todo relacionado con nosotros mismos, por lo tanto, aquello que sentimos está dirigido a
nosotros mismos. ¿Rabia quizás? Es hacia nosotros por lo que vivimos y queremos
finalizar con ello. La rabia sería contra ti mismo por no ser tú y tener una
actitud más amorosa hacia la situación vivida y tu ser.
Amadas almas, sé tú y verás
abrirse las puertas de tu liberación y felicidad. No hay adversario más allá de
tu piel, solo tu visión y tu actitud debido a tu mente. Es tu pasado, a través
de tu mente, quien te hace ver lo que no es. Siente tu corazón y sabrás la
verdad de tu existencia y lo que te rodea.
¿Te sientes limitado,
impotente por no poder finalizar o acabar con una situación? Es tu visión de lo
que fuiste lo que no te permite ver claro y encontrar el camino nuevamente
hacia ti, tu bienestar.
Sois seres ilimitados, con
todo lo que podáis llegar a necesitar para llegar a vosotros y materializar
vuestra misión en esta vida. A veces no importa el saber qué he venido a hacer,
sencillamente escucha a tu corazón y haz aquello que sientas en él. Él te irá
guiando sobre lo qué hacer o dónde dirigirte si así ha de ser. No temas, amada
alma, porque para llegar a ti no estás sola. Todos estamos contigo. Todo el
Hogar, del cual procedes, y todos los que encarnamos en su momento, estamos
siendo acompañados, guiados y protegidos como no lo habíamos estado hasta
ahora. Expresa tu predisposición para llegar a ti y liberarte de todo aquello
que no pertenece a tu naturaleza.
Tu consciencia te liberará y
te permitirá vivir en la alegría, la serenidad y la sabiduría. Irás percibiendo
con más claridad que la vida depende exclusivamente de ti. La calidad de vida
depende solo de ti. Tu vida es un tesoro, un proceso a seguir para elevar tu
alma y empezar a recordar aquel quien en verdad eres.
Estos son los tiempos
anunciados para el fin de la humanidad, pero no para su extinción, sino para
una manera nueva, más amorosa de vivir y relacionarnos con todos aquellos que
habiten nuestro amado planeta.
Cuando más recordemos quienes
somos, más nos responsabilizaremos de nuestra vida, de nuestros actos y
expresiones. Nuestra palabra ya no será la nuestra, sino la de nuestra
Divinidad. Nuestra presencia no será, tampoco la nuestra, sino la de nuestra
Divinidad, y nuestros actos, llenos de amor y comprensión, tampoco, porque será
nuestra Divinidad quien se manifieste cada vez más, a través de nosotros.
Nuestro potencial es divino
porque cada uno de nosotros somos DIOS.
Los tiempos que vivimos nos
llevan a recordar nuestra Divinidad, a conectar con ella y a manifestarnos tal
como somos, aquel quien en verdad somos, no el que fuimos. Este ser se va
alejando cada vez más de nosotros, porque no hay lugar para él en las nuevas
energías.
Un nuevo ser va presentándose
hacia la humanidad lleno de comprensión, sabiduría, serenidad y amor. Su luz
permite la transmutación de todo lo que a él se acerca, allí donde está. Esta
Luz y este Amor son parte de nuestra esencia. Siempre la hemos tenido en
nosotros, y es ahora que la humanidad empieza a percibir de una manera
consciente que es algo más que materia y que tiene un potencial para
transformar y sanar, no solo su vida, sino toda la humanidad y la Tierra.
Tú eres el único responsable
de tu vida.
Pensad que:
“El mayor empoderamiento es la consciencia de
la responsabilidad de uno mismo hacia su vida. “
Que el Amor y la Paz sean en
cada uno de vosotros.
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