Rhalemize es una pequeña
población dentro de mi interior. Actualmente vivo en ella desde hace mucho
tiempo, tanto, que no recuerdo si en algún momento viví en otro lugar que no
fuera en él.
A medida que va pasando el
tiempo dentro de este lugar donde ahora habito me siento cada vez más atrapada,
perdiendo la noción del tiempo y de mi capacidad para reaccionar a mi exterior.
Parece como si él no se adaptara a mi interior, a lo que siento en verdad.
Los años han ido pasando, y
el tiempo parece no existir aquí donde vivo. Solo existe el presente marcado
por la desaparición de los recuerdos albergados en el pasado. Solo es presente
y todos los que nos encontramos en Rhalemize parecemos extraños los unos con
los otros, debido a la falta de comunicación entre nosotros. Hay una tristeza
que nos invade, pero no es exactamente tristeza, sino un resentimiento común en
todos y una impotencia por no haber vivido tal como todos queríamos. Nuestras
relaciones son intuitivas, emocionales.
En este lugar, donde todos
siguen una rutina, exactamente igual al día anterior, y éste, al anterior y así
sucesivamente, se crea una alteración cuando alguien propone algo nuevo en
nuestra cotidianidad. Nos alteramos y miramos con recelo todo lo nuevo porque
nos evoca a nuestro proceso de sumisión. Sí, todos los que en Rhalemize nos
encontramos, procedemos de un pasado de fuertes influencias externas,
dominantes, rígidas y de instantes de imposición en nuestra vida. Todas las
almas que habitamos este lugar, venimos de un pasado, ahora desaparecido, y una
falta de apoyo y consuelo en nuestros primeros años de vida. Ahora nos vemos
abocadas a convivir en la más absoluta dependencia de quien nos rodea y ama.
Rhalemize no es un lugar de
veraniego. Tampoco de fin de semana. Aquel quien llega para instalarse, ya no
puede salir de allí, debido que el camino de llegada desaparece ante ti,
quedándote sola en un espacio donde la pérdida de orientación te coge de la
mano para llevarte a la actuación de una visión de la vida distorsionada y
mecánica, donde no hay cabida para la espontaneidad. Aquí tú solo eres tú. Solo
eres presente sin más motivación que el sencillamente ser y estar, sintiendo tu
interior.
La vida deja de tener sentido
una vez llegas a esta población. Es una opción en el camino donde muchos
deciden pasar los últimos años de su vida en ella. Una vez llegas, hasta ahora
no hay vuelta atrás, solo una sensación inconsciente de dependencia, yendo a
más hasta que nuestro ser pasa de adulto a bebé nuevamente, donde ya no
controlas nada y vas encerrándote cada vez más en tu interior, en Rhalemize.
Hasta ahora, todos los que han llegado no han salido. Parece ser como si fuera
un lugar de acogida para los marginados de la vida.
Cada uno llega con su pasado,
pero la puesta en común entre los que aquí nos encontramos, vemos que hay unos
puntos en común que nos ha llevado a alejarnos de la realidad que vivíamos
antes de emigrar involuntariamente hacia la necesidad de una dependencia que va
en aumento a medida que pasan los meses.
Rhalemize no sale en los
mapas, porque se encuentra en el interior de aquellos que han decidido
construir una vida alejada de uno mismo. Los de la bata blanca (médicos),
tampoco saben exactamente el funcionamiento de esta población. Saben de su
existencia, pero no la manera exacta de las leyes que la rigen y el sentido de
ellas. Están perdidos, basándose en algunos de los síntomas que mostramos los
que hemos llegado hasta aquí. Es imprevisto saber desde el raciocinio, quien
dejará la realidad para viajar hasta Rhalemize.
Yo no me di cuenta que me iba
alejando de mi entorno, mi familia, hasta que percibí que mi mente ya no era la
que era. Mi memoria empezaba a difuminarse y no encontraba las palabras para
expresar lo que sentía, aunque no siempre daba el paso para hacerlo. Alguna vez
quise hacer ver a los que me rodeaban que yo también existía, pero no pude,
porque no encontraba la manera de hacerlo. Me sentía insignificante. Por eso me
enfadaba y me ponía nerviosa. Era conmigo misma, aunque el resentimiento que
había en mí, hacía que dirigiera esta rabia de auto anulación contra quien yo
creía que era el culpable, expresándola en forma de broma hacia la persona
concreta y sintiendo un malestar en mí por no poder mostrarme tal como era.
Ahora ya casi no soy
consciente de lo que sucede en mi vida. Siento que esta me va llevando a una
rutina constante. A solo ser. Todos los que aquí nos encontramos sabemos del
horario de todos, porque todos seguimos las mismas costumbres, hábitos y
automatismos, día tras día. Nuestras palabras son tópicos, frases hechas, hasta
que llega el día, que éstas también dejan de existir, entonces, solo nos
dejamos llevar por quien nos rodea y está a nuestro cuidado.
Mi vida se va apagando, pero
en el fondo no me desespero, porque empiezo a sentir la calma en mí, el sosiego
de “no recordar” un pasado que me mantenía atada a la nulidad de mi persona.
Ahora, mis pasos están siendo guiados, inconscientemente, por el dolor de lo
que viví en mi vida. Siento la alegría en mi interior porque veo que soy amada
por quienes me rodean. Lo siento con gran fuerza dentro de mí. Me siento muy
lejos de lo que viven los demás, pero hay un sosiego en mí, al ya no tener
preocupaciones. Mi vida, ahora, es presente y solo presente. No existe nada
más. Mi cuerpo se va desmoronando, quejando y doliendo, viendo como mi
movilidad va cada día a menos.
Mis anhelos ya no existen. No
tengo ilusión por nada, ni motivaciones ni recuerdos exactos. Nada de nada.
Solo mecanismos que me impulsan a hacer una y otra vez los mismos gestos, actos
y expresar tópicos constantemente.
Me doy cuenta que vivir aquí
me está llevando a los últimos días de mi vida, sin más que levantarme cada día
y dejarme llevar como he ido haciendo a lo largo de mis años. Ahora ya no puedo
hacer nada para romper este hechizo.
Yo ya no soy la misma. En
algún lugar, me liberaré de este espacio donde me encuentro atrapada.
Seguramente será la muerte quien venga a liberarme. Yo no me siento con fuerzas
para deshacerme los nudos que me he ido haciendo yo misma con mi pasividad y mi
rabia.
Me siento atrapada y mis
pensamientos parecen que me han dado la espalda porque no los veo ni me vienen
por mi mente. Ya no los encuentro como antes. Parece como si ésta estuviera
vacía de todo contenido y me encontrara siendo llevada por un viento no querido
hacia la descomposición de mi ser.
Aunque mi estado ya se
encuentra bastante avanzado y no puedo valerme por mí misma, hay algo de mí que
me dice que mi situación, viviendo en Rhalemize ayuda a aquellos que conviven
conmigo. Mi situación ha hecho replantearse sus vidas, y ahora soy el punto de
mira de sus decisiones. Sé que sus vidas también han cambiado, pero en lo más
profundo de mí, siento como que un gran aprendizaje les estoy dando por el
hecho de vivir aquí.
Ellos no se dan cuenta del
sentido de mi presencia. Yo continúo amándolos, aunque noto como si mis pasos
ya no fueran los míos. No sé hasta cuando sentirán mi amor hacia ellos.
Reconozco que no lo muestro como quizás me gustaría, porque no encuentro
motivación alguna ni el camino para romper con lo que viví.
Mi vida, diría que no fue
perfecta, pero estoy contenta con los padres que tuve y mi marido. Mi
obediencia y dedicación a ellos fueron creando el camino hacia Rhalemize.
Ahora, ya estoy aquí. Ya hace tiempo que me encuentro en una vida que no es la
mía, y que por momentos me gustaría cambiarla, pero ya no puedo. Ya casi no
pienso en ello. No siento las fuerzas de otros tiempos, ni la voluntad que así
sea.
Pausa larga.
En el fondo nunca me he
amado, pero siempre he hecho lo que me han dicho que haga. Fui una niña
obediente. Así me enseñaron y así me hicieron. Así lo hice hasta que un día
llamaron a mi puerta y me dieron el pasaje para trasladarme a Rhalemize.
Ahora estoy aquí y no sé desde
cuánto tiempo.
He escrito estas palabras,
pero tengo que decir que no sé exactamente qué he puesto. No recuerdo nada de
lo escrito. Sólo lo hago cuando siento lo que siento. Solo me queda el sentir,
y eso, los que me rodean no lo saben. Ya no tengo pasado, ni futuro, porque
ignoro si existen. Solo sé si el día hoy está soleado, porque me encanta el
sol, o si estoy allí donde me siento bien en aquel instante. No recuerdo que
sea nada más.
Me dejo llevar por algo
inconsciente que me dirige, y que algunos llaman rutina.
Dejo que mi ser siga su
proceso, porque aunque no sepa qué sentido tiene, algo dentro de mí me indica
que aquellos que conmigo están, reciben un aprendizaje y mi amor cómo lo
transmito.
(Pausa larga).
Me siento amada.
RHALEMIZE
ALHEMIZER
ALZHEMIRE
ALZHEIMER
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