¡Hola a todos!
A continuación os presento los encuentros previstos para el próximo mes de noviembre que ahora entraremos. Para todos aquellos que que podáis estar interesados y que resuene en vuestro interior alguno de ellos, podéis enviar un mail a la dirección que consta en el documento adjunto de presentación, así como para más información e inscripciones.
Si sentís que alguna de ellas podría realizarse en vuestra población, centro o asociación, igualmente deberéis de enviar un mail a la misma dirección.
Deseando lo mejor para cada uno de vosotros, a todos,....un abrazo.
ESPACIO DEDICADO AL CAMINO DEL AUTOCONOCIMIENTO Y LA CONCIENCIA, DONDE PODRÁS ENCONTRAR RESPUESTAS Y PAUTAS DE REFLEXIÓN SOBRE LAS INQUIETUDES ESPIRITUALES Y LA EXISTENCIA. UNA PUERTA ABIERTA A NUESTRO VERDADERO HOGAR.
lunes, 31 de octubre de 2016
miércoles, 26 de octubre de 2016
Dos almas, desde el corazón
-
Sé que estás ahí, madre. Sé que sientes mi
respeto y mi amor hacia ti. Mis palabras van haciendo silencio con el tiempo
porque ya no todas llegan con la
comprensión de un tiempo pasado donde entendías y te resguardabas de la
incapacidad de poderte mostrar tal como sentías. Madre, sé que estás ahí, y en
el fondo, desde tu corazón, no existe la distancia entre tú y yo. Cuando menos
articulo los sonidos, más sentimos en nuestro interior, y para romper el
silencio que a veces puede producirse, una expresión tópica por mi parte, sin
sentido, atrae tu atención y te sientes dispuesta a intervenir con tus
recuerdos apagándose.
-
…
-
Te observo acurrucada en tu interior viendo como
el castillo de tus sueños va desprendiéndose ante ti, sin darte cuenta, pero
con la felicidad y la sonrisa en tus labios al poder sentir que la gente de tu
lado te protege y te ama.
-
….
-
¿Dónde estás madre?
-
Hijo, ante ti me encuentro. Te veo. Te oigo,
aunque mis palabras no te lleguen como yo querría.
-
¿Por qué tan lejos y cercana a la vez te siento?
-
Son nuestros corazones que nos acercan. Siento
como si solo a través de él pudiera llegar a aquellos que también abierto lo
tienen. Ya casi no entiendo las palabras, hijo, y gran parte de las veces, ni
las oigo. A veces no encuentro las adecuadas para hablarte, pero he podido
darme cuenta que es desde el corazón que podemos estar juntos y saber del otro.
-
Cierto, madre – le respondo. Mi corazón me habla
de ti. Me hace ver tu pasado y lo que sientes a cada instante de tu presente.
Puedo saber de ti, de tu estado, de cómo te encuentras y tus ansias de ser
comprendida y aceptada tal como eres.
-
Me cuesta hablar y tener una conversación - me
responde, pero esta se produce de una manera instantánea y natural cuando las
palabras son omitidas.
-
¿Sabes? Te amo y acepto tu situación porque veo
que tu alma está contenta aunque no puedas comprender y dar tu parecer al
respecto. Aceptas sin argumentos la situación, aunque no la comprendas. Lo que
tu mente en tiempos pasados relacionaba con tu exterior, ahora adormecida, ha
dado paso a tu corazón, a tu interior, aunque tampoco seas consciente de este
cambio.
-
Hijo, te encuentro muy cercano a mí. Lo que
antes entendía, ahora ya no es importante para mí. Lo que antes me reservaba,
ahora no tengo ningún motivo para que así sea. Lo que vivo en estos momentos no
varía en relación a lo que viví. Siento que mi vida es exactamente igual aunque
mi cabeza ya no sea la misma. Lo que en ella se encontraba va desapareciendo
rápidamente. Va haciéndose espacio para el vacío de lo racional. Ya no puedo
razonar ni entender las palabras que mis oídos perciben. Las reconozco pero no
puedo recordar el significado de la mayoría de ellas. Antes sí que podía, pero
ahora es como si hubieran perdido todo interés para mí, y sólo son sonidos con
los que relacionarse. Tengo la sensación que mi camino continúa siendo el de
antes. A veces has podido hablarme de mi capacidad de dar mi parecer sin
decírmelo directamente. Tus palabras hacían que tuviera que dar mi opinión
sobre lo que me preguntabas, pero parte de este vacío en mí no me permitía
expresar la respuesta de mi parecer. Hijo, solo vivo, sintiendo el amor de
aquellos que cerca de mí os encontráis. Siento tu alegría y, desde mi corazón,
me siento agradecida por volver a reír en mi vida. No sé porque ahora digo
esto, pero algo dentro de mí hace que te lo transmita.
-
Madre, con qué claridad te manifiestas cuando lo
haces sin palabras. Tu corazón te habla alto, y es desde él que puedo
entenderte y sentir el amor hacia ti.
-
…
-
Todo este tiempo que he estado a tu lado, he
sentido tus anhelos de liberar tu alma. A tu manera nos das tu parecer, aunque
éste sea ambiguo e indefinido, sintiendo tu valentía para expresarlo. Te
sientes una con nosotros siendo diferente, y tu corazón hace que quieras lo
mejor para todos aquellos que te rodean. Eres madre y abuela, y tu sentido maternal no ha desaparecido de
ti. Tu corazón te habla alto, aunque la mayoría de las veces lo ignores. Ahora
es lo único que te queda para seguir con tu vida. Tu corazón te habla con una gran nitidez y
claridad a medida que tu cabeza, tu mente, se vaya adormeciendo ya para siempre
en esta vida. Ha tomado la decisión de hacer el viaje de no retorno. En su
momento te preguntó si podía tomar esta iniciativa. Debido a lo vivido le diste
tu consentimiento. Ahora, con el tiempo a su favor, tuviste que encontrar una
nueva puerta para sobrevivir en esta vida. Tu presencia, madre, ha elevado mi
alma, nuestra alma, y ahora juntas, podemos abrazarnos para sentir el amor del
otro, más allá de lo racional. (Pausa). Te amo y mi amor está contigo, aunque
mi presencia en tu pasado. Ahora eres feliz, ¡y no sabes cómo me alegro, amada
alma!
-
Hijo, si los demás supieran lo que ahora estoy
descubriendo en la situación que me encuentro en mi presente, y fuera capaz de
transmitirlo, la vida que viví ya no la viviría, y mi vida hubiera sido otra.
Siento a mi corazón tomar las iniciativas de mi ser. Algo me dice que así es,
aunque no pueda concretártelo. Noto vuestras actitudes conmigo algo diferentes
a cómo actuáis con los demás, aunque no sepa definirlo exactamente. Siento que
algo está ocurriendo en mí, que hace que estéis más atentos a todo lo que yo
hago. Desde mi interior no acabo de entender lo que me está sucediendo porque
me da la sensación que continuo siendo la misma que antes. No noto ningún
cambio en mí, solo que ahora, no siempre recuerdo lo que quiero saber o
recordar. Pero bueno, a esto le pasa a todos, ¿no, hijo?
Mirándole a los ojos con mi
compasión hacia su ser y conociendo su situación, le respondo:
-
Sí, madre. A veces, no siempre recordamos lo que
queremos saber o encontrar.
En estos momentos siento cómo
mi madre y yo nos unimos en esta complicidad silenciosa, sintiéndose ella
comprendida por mí y aceptando sus vacíos esporádicos, como a cualquier otro que le puede pasar.
La lejanía mental nos lleva a
un acercamiento sin argumentos ni motivaciones, sencillamente se produce una
unión de respeto sin ningún indicio de juicio. Ahora, somos uno en la
convivencia, comunicándonos a través del corazón. En estos momentos, es como mejor
ella se expresa. No hay palabras, sólo sentimientos y sensaciones. No hay
raciocinio. Su mente lo va borrando cada vez con más aceleridad.
Llegará el día que sus
palabras dejarán de omitirse, pero continuará sintiéndose amada por todo aquel
que la respete según su presente y escuchando su corazón. Es el único camino
para llegar a ella. Cuando nos relacionamos desde el corazón, sobran las
palabras. Éstas van menguando cada vez más, pero con una comprensión superior
por nuestra parte, más allá del intelecto.
Al final, cogiendo una de sus
manos entre las mías, le pregunto:
-
Madre, ¿sabes quién soy?
-
Cómo no voy a saber quién eres. Claro que lo sé.
-
¿Quién soy?
-
Mi niño – me responde.
Hago una sonrisa cálida y una
caricia con mis manos en su cara, así como un tierno beso en su mejilla,
diciéndole:
-
¡Guapetona!
Ella me sonríe sabiendo de estos
momentos íntimos entre madre e hijo.
Todo,…… sin palabras.
miércoles, 19 de octubre de 2016
Alma amada
El movimiento de mis pasos
crea el silencio en mi interior. Sin necesidad de palabras, siento el susurro
de mi corazón haciéndome sentir la esencia del universo en mí.
Siento la fuerza del silencio
que nutre cada instante de mi existencia. Sencillamente soy, con grandes
comunicaciones interiores con todos aquellos seres procedentes del Hogar del
cual procedo.
Siento la Familia en mí y
conmigo.
A veces, prefiero la soledad
que el estar rodeado de otros seres que siguen su proceso, muchos de ellos
todavía apegados a tiempos pasados y a una visión mental de la vida. Entonces,
prefiero sentir mi esencia y permitir que la fuerza de mi presencia actúe sin
más. Sin omisiones. El silencio puede llegar a llenar todo el espacio
compartido con otras almas que siguen su curso.
Cuando sientes la expansión
de tu universo interior, solo queda el aquietarse y sentir y sentir esta
dilatación amorosa dentro de ti. Sobran las palabras, dando la fuerza a tu presencia y valorando el poder del
silencio en uno mismo.
Mi misión hace que tenga que
estar con otras almas para poder realizar mi Plan Divino. Estoy emocionado e
ilusionado con él. Lo acepto con todas mis fuerzas y anhelos. Es aquello que he
venido a hacer y quiero realizarlo, siendo yo el primero en aceptarlo y dar los
pasos pertinentes para que su realización sea con total plenitud.
He andado por diferentes
caminos en mi vida, he vivido diferentes situaciones, y llega un momento donde la vida ya no es como
la veías o pensabas, tus intenciones dejan de existir para adaptarte al
presente y a la guía de tu corazón.
Llevo tiempo siguiendo los
pasos de mi interior. Hace tiempo, y cada vez más, mis hermanos de la Luz y el
Hogar están conmigo para dirigirnos juntos hacia el sentido por el cual
encarné. Nuestras presencias son intensas, amorosas y llenas de sabiduría,
donde la respuesta a mis comunicaciones que pueda llegar a plantear o
consultar, aparece en el instante ante mí.
En su momento supe de ellos,
y ahora, con los años, ya estoy con ellos. Mi vida no tendría sentido sin sus
presencias. Ellos y yo formamos una unicidad al servicio de la humanidad y el
planeta. A veces tengo la sensación que incluso para más allá de nuestra
dimensión.
Vivo en este plano terrenal,
de la materia, y mi interior, todo mi ser, ya hace tiempo que no se identifica
con lo establecido.
Ya no tolero la banalidad, la
superficialidad de este mundo distorsionado por la visión de lo físico. Muchas
veces ya no respondo a todo aquello procedente de lo banal. Mi silencio
responde a todo ello.
Me encuentro viviendo mi
proceso sintiendo, no pensando. Sentir me libera y me hace discernir el camino
a seguir y la dirección a tomar.
Llega un momento que necesito
estar conmigo para poder ver claro. Es en mi interior donde siento la paz, el
sosiego, la serenidad y el amor para seguir llevando a término aquello que he
venido a hacer. Procedo de una familia celestial, y ésta es la que me ha dado
sustento a lo largo de estos años para poder llegar a todos aquellos de mi
entorno que pueden llegar a necesitar una mano para volver a conectar con ellos
mismos.
¡Gracias Hermanos por vuestra
presencia en mi vida!
Es yendo a mi interior donde
encuentro la puerta de mi ser y mi esencia. Yendo a mi interior conecto con la
sabiduría del Hogar y la existencia albergada en mí.
Mis pasos me han llevado a
este presente rebosando gratitud, serenidad y amor. He aprendido mucho sobre mí
y sobre todo ser encarnado: su sentido, sus acciones, sus expresiones, su
actitud y sobre el gran corazón que todos tenemos. Hay un gran amor en cada uno
esperando ser manifestado libremente y con todo su potencial. Somos almas
completas y radiantes, a la espera de ser reconocidas por nosotros mismos. El
camino nos lleva a cada uno, al encuentro del verdadero ser que somos, de la
Divinidad que somos.
Sigo avanzando entre la
aceptación de la Voluntad Superior en mí, y para esto, a veces tengo la
necesidad de no perder tiempo ni energía en las banalidades que sustentan mi
entorno. Puede parecer que me aleje de todos ellos, pero lo que estoy haciendo,
con toda humildad y fortaleza, es mostrar un gesto para que aquel que esté
preparado, pueda aprender de él y darse cuenta de lo que es importante en la
vida, y lo que no.
Tengo que decir que no me
siento de este mundo, aunque esté en él. Soy parte de él por la misión a
realizar, pero no mi esencia. Tengo la materia para expresar mi Divinidad en
esta dimensión de lo físico, pero solo es temporal, porque aquel quien yo soy,
somos, no pertenece a este mundo.
Sé que alguno de vosotros
puede sentirse reflejado en algún aspecto comentado. El proceso continúa, y
todos, absolutamente todos, llegaremos al día que sabremos de nosotros mismos y
habremos conectado con aquel quien en verdad somos: nuestra Divinidad, Dios.
Escucha a tu corazón. Desde
él sabrás lo que es importante y lo que no en tu camino. Hay la base, los
pilares, y luego, todos los complementos para
llenar este viaje que cada uno está realizando.
Aprender a discernir qué es
lo que realmente es primordial en nuestro avance y lo que no, os ayudará a
vivir desde la armonía del Hogar del cual todos procedemos.
En estos momentos, lo más
importante es el alma y todo aquello que te haga llegar al conocimiento de ti
mismo. Cuando más lleguéis a él, más bienestar habitará en vuestro interior y
más podréis llegar a sentir el Amor en todo vuestro ser, tal como es, no como
se interpreta en este mundo de visión mental y racional. Nada tiene que ver con
la realidad.
Vivo agradecido por todo lo
que me llega y se me da. Acepto cada una de estas bendiciones. Cada situación
vivida tiene su sentido para la elevación del alma, por lo tanto, aceptad
vuestro presente con el corazón abierto porque os llevará a vosotros y al
entendimiento del por qué de lo que vivís.
Uno de los aspectos más
importantes para llegar a uno mismo es el poner vuestra vida a las manos de
vuestra Divinidad. Ella os guiará, os prevendrá cuando sea necesario y os
protegerá, aunque la protección ya será en vosotros en todo momento por el
hecho de iros conociendo, yendo a vuestro interior.
No hay mayor gozo y alegría
que sentir vuestra verdadera esencia y el Hogar de donde procedéis. Vuestras
almas están aquí temporalmente con una misión. En su momento volveréis al Hogar
y allí sentiréis con toda vuestra plenitud, quiénes sois.
En estos instantes de gran
evolución espiritual en este planeta que nos encontramos, dejo de poner mi
atención a todo aquello que no se relacione con el alma. Son momentos que no
nos podemos distraer porque la vibración planetaria va aumentando
aceleradamente, y todos los seres encarnados que lo habitan, no pueden
distraerse, perdiendo el tiempo en otros aspectos que no ayuden a elevar el
alma.
Cada vez hay más almas que
también van sintiendo su interior conectado con quienes son en verdad. Esto me
alegra y me satisface porque veo como el Gran Plan Divino se está llevando a
término.
Para finalizar estas palabras
solo quiero dar las gracias a todos vosotros por ser y estar y alentaros a
continuar con vuestro proceso para llegar a conectar con vuestra verdadera
esencia, y así poder abrir una puerta del Cielo aquí en la Tierra. Todos somos
seres amorosos y capaces de llevar la estabilidad y la armonía en cada rincón
de nuestra vida y la de los demás.
Siendo tú, ayudarás a los
demás.
Sintiéndote, irradiarás la
energía necesaria para ayudar a aquellos que puedan necesitarla, estando cerca
de ti o en la lejanía.
Gracias por todo, por todos y
por mí.
Que el Amor y la Paz sean en
cada uno de vosotros.
jueves, 13 de octubre de 2016
Movimientos de Ascensión
Últimamente estoy recibiendo a seres como tú o yo, que sienten unos movimientos internos
conforme deben de dar un giro en sus vidas. Quizás tú, que estás leyendo estas
palabras sientas lo mismo en tu interior.
Parece como si la vida nos
hubiera llevado a un punto tal que no pudiésemos continuar así, y podernos dar
cuenta que necesitamos romper con todo esto y empezar una nueva vida más en
acorde a cómo sentimos nosotros, personalmente, la vida.
El malestar es notable y
llegan a concertar hora para ver un poco de luz y cómo dirigirse a ella para
empezar a romper los hilos de su pasado y conectar con el verdadero ser que
son, y así, iniciar una nueva etapa siendo ellos, sintiendo el bienestar en
todo su ser y volver a encontrar la alegría en sus pasos hacia la ilusión de su realización en esta vida.
El pasado empieza a reclamar
el poder que tenía antaño. Ve como cada vez va perdiendo más su papel en el
presente y cómo el ser empieza a plantearse si haciendo caso a su mente, algún día podrá llegar a la
felicidad. Por más que lo intentan parece que no hay salida siguiendo el patrón
mental y lo adquirido en un pasado conforme hay que mostrar unos hábitos,
costumbres y maneras de hacer convencionales.
Ellos sienten diferente y los tiempos actuales les están anunciando que ha
llegado la hora de romper con lo que fueron para dar paso al nuevo ser que en
verdad son.
El tiempo de la Verdad ha
llegado, poniendo a cada uno en su lugar.
Ya no podemos continuar con
lo aprendido como farsa y basado en el miedo para no desentonar y ser aceptado.
¡Ya no! Los miedos piden paso para ser liberados y muchas veces no se sabe cómo
hacerlo. Muchos de vosotros os encontráis solos en un entorno programado por
los convencionalismos y la materia. Vosotros sentís diferente y buscáis una
salida teniendo presente vuestro interior. Aquellos que sentís no siempre sois
aceptados donde vivís y, algunos, decidís dejar donde habéis nacido para
adentraros en una aventura para encontraros a vosotros mismos.
Desconciertos basados por
contradicciones entre lo que sentís y lo que se realiza en vuestro exterior.
Interior y exterior distanciados a años luz. Hay un abismo que separa aquel
quien fuisteis de aquel quien sois. Este “quien sois” está pidiendo paso para
mostrarse con todo su resplandor. La Verdad está pidiendo paso en vuestro
proceso. Ya no hay lugar para la farsa, lo ilusorio y el malestar. No hay lugar
para la mente como guía en vuestras vidas. Ha llegado la hora de la Verdad, del
Corazón, de su guía y protección.
Para todos los que os podáis
llegar a encontrar en una situación pareja, os digo que hay una puerta abierta
para cada uno de vosotros, la SALIDA, de vuestra situación para mostrar al
verdadero ser que sois y la manifestación de vuestro interior tal como lo
sentís.
No os desesperéis. Confiad y
lo que os está sucediendo solo es la llamada de vuestro verdadero ser para que
os unáis con él, para que tú y tu Divinidad podáis ser UNO en el camino a
seguir.
En vuestro interior
encontraréis la salida de vuestra situación. No os desesperéis porque el Amor
está llamando a vuestras vidas. El pasado se está quejando debido que ya no
tiene la total atención de vuestro ser como lo tenía tiempos atrás, por eso
está reclamando, y cada vez con más espectacularidad para que le hagáis caso,
vuestra obediencia ciega para dominaros y llevaros a vuestro pasado, dejando de
vivir la bendición de vuestro presente que es donde se encuentra vuestro
verdadero poder. Así os susurra vuestro corazón, y por eso sentís lo que
sentís.
Os digo, amadas almas, que en
todo momento hay a vuestra disposición, la SALIDA de vuestra situación.
Nos encontramos en los
tiempos de volver a la Integridad, a la Divinidad que cada uno es. Esta llamada
resuena en vuestro interior, y de ahí los movimientos que estáis viviendo en
vuestra vida para que empecéis a dar los pasos pertinentes hacia el verdadero
ser que sois, el cual os llevará a la felicidad, el bienestar, la realización y
la plenitud.
Los tiempos actuales están
anunciando la llegada de un nuevo ser aquí en este planeta. Un ser lleno de
Amor, cocreador de la Nueva Tierra.
No veáis vuestra situación
como un drama, sino como una llamada para dar los pasos que os llevarán a liberaros
de vuestro pasado y os irá acercando cada vez más, a aquel quien en verdad
sois,… con vosotros mismos.
Por lo tanto, no temáis,
porque en este proceso no estáis solos.
Que el Amor y la Paz sean en todos
vosotros.
miércoles, 5 de octubre de 2016
La Entrega
Hoy quiero hablaros de cuando
un alma hace la Entrega.
Quiero hablaros de lo que
sucede a un alma cuando pone la totalidad de su ser a las manos de su
divinidad.
Quiero deciros unas palabras
sobre aquel que ha hecho la entrega absoluta de su alma, su vida y todo su ser
a aquel quien en verdad es.
Poder sentir la divinidad en
uno mismo te permite tener una claridad y comprensión absoluta sobre cualquier
mínimo detalle existencial en esta dimensión.
Ya no somos nosotros. Aquel
quien siempre se encontraba en cada rincón de nuestro interior, aquel quien no
es “un ser”, sino una energía con la plena consciencia y amorosidad, la energía
de más alta vibración existente que permite tu plena realización y llevar a
término tu servicio a la humanidad,…aquel quien tú eres no es materia, sino
espíritu, energía.
Aquel quien tú eres no admite
la densidad, ni la inquietud ni el desamor.
Cuando permites que tu
verdadera naturaleza divina se manifieste, toda tu vida cambia. Lo que
aparentaba ser, ya no es. Todo toma otro sentido y tu visión de la vida va más
allá de lo establecido, de lo previsto y de tus ideales. Tu mente deja de tener
el dominio de tu vida, porque ahora, a partir del momento que hagas la Entrega, dejarás de controlar tu vida y
favorecerás que la Voluntad Superior en ti pueda llegarse a materializar.
Tu consciencia te lleva a
niveles donde son inimaginables para la existencia racional. Supera toda
situación, denominada adversa, para fluir con ella y sanar con el aprendizaje
que ella te aporta.
Hoy querría transmitiros unas
palabras cuando un alma, desde la plena voluntad y fuerza de su corazón hace la
entrega de quien fue para permitir que el Dios que es se manifieste en él,
llevando a término su Voluntad, no la tuya.
Cuando alguien se entrega con
todas sus fuerzas a quien es en verdad, deja de crear el camino para dejarse
llevar por el que su corazón le indica.
Toda la vida de aquel que
desea ser él con todo su resplandor, empieza a liberarse de toda dualidad y
terrenalidad para elevarse y sentir el amor y la belleza que cada individuo y
entorno conlleva. En cada detalle aprecia la presencia divina de la creación y
se adhiere a ella como fuente anexa para ser alimento para la humanidad.
La Entrega representa el total desapego de la materia en uno mismo.
Cuando expreso la palabra materia, me refiero también, a todo lo encarnado, a
todos los seres que habitan este mundo que vivimos en el presente. Desapego
emocional de todo.
Se tiene, pero no se posee.
Se atrae, pero no se retiene.
Se sabe, pero no se evita.
Cuando abrimos las puertas de
nuestro Hogar de par en par, todo lo que en él se encuentra es en nosotros,
activándose en cada uno como consciencia de la divinidad que cada uno es. ¿Qué
representa esta puerta abierta? Nuestro ADN activado, un apoyo absoluto por
parte de nuestros Hermanos de la Luz, y sobre todo, de la esencia divina en
nosotros, guiándonos, protegiéndonos y acompañándonos en todo momento, siendo
tú, consciente de ello y de sus presencias.
¡No hay mayor sublimación
amorosa que sentir tus hermanos del verdadero Hogar de donde procedes, y sobre
todo, de Dios en ti manifestado!
Es una sensación sublime, más
allá de todo raciocinio, entendiéndola solo, con el sentir que cada uno pueda
llegar a percibir. Sentir te permite llegar a tu Hogar, a tu esencia, al AMOR.
Mi intención, hoy, es mirar
de describir la sensación y lo que puede llegar a suceder cuando nos entregamos
del todo a nuestra Divinidad interior, a aquel quien en verdad somos.
Permitidme que os comente
casos de este apoyo y claridad en la vida de uno. Es un caso real, vivido por
alguien que ha llegado a cruzar el umbral de lo terrenal para adentrase en el
desapego y entrega de su ser a quien en verdad es.
“Este ser encarnado tuvo un
encuentro con ciertas personas cercanas a él. Lo que en él se comentó, algo le
llegó a su interior, haciendo que su mente reaccionase tímidamente. La persona
en concreto sabía que los resultados que obtendría de algo en su vida no tenían
nada que ver con lo que en la reunión se llegó a comentar.
Fue a su casa y allí, antes
de dormirse, ya en la cama, tuvo una visión donde se le confirmaba y mostraba,
a la vez, lo que él ya sentía en su interior conforme cómo acabaría la
situación. Todo y así, mientras dormía, tuvo un sueño donde se le liberaba de
toda inquietud, apego que haya podido tener a una creencia o resultado
limitado, y cómo una energía, o mejor dicho, varias energías que fue recibiendo,
iban sanándolo y liberándolo de todo pensamiento o emoción limitadora”.
A medida que iba sucediendo
este sueño, él era consciente de todo lo que sucedía en él y sintiendo, a la
vez, esta liberación absoluta de su ser. Se levantó aquella mañana, como nuevo.
¿Qué había sucedido en el
fondo y por qué lo vivido?
No estamos solos. Todo aquel
que se deja llevar por la Fuente de la cual todos procedemos, está siendo guiado,
aconsejado y amado por estos seres del Hogar, que muchos denominan, sus guías. No está solo en ningún momento,
ni vosotros lo estáis ahora. Todo lo que necesite para llevar a término lo que
ha venido a hacer, se le dará y comunicará para poder seguir su camino, su
misión en esta vida.
Esta alma recibió la
información adecuada para poder continuar con el estado interior necesario y
así proseguir con su misión en el día a día, permitiendo que, aquel quien es,
pueda manifestarse a través de ella con toda su majestuosidad.
Cuando hacemos la Entrega de todo nuestro ser, nuestra
alma, con todas nuestras fuerzas y convencidos que así lo queremos, todo lo que
necesitemos saber, se nos facilitará; todo lo que necesitemos, se nos dará, y
en todo momento, con la paz interior, el sosiego, la serenidad, armonía y el
amor que somos abrazándonos sintiendo el Hogar del cual todos procedemos. Desaparecerá
todo control en la vida, porque sentiréis cómo vais siendo llevados por las
aguas tranquilas del Amor, dejándoos llevar abiertos a lo que os llegue,
sabiendo que será lo mejor para vosotros. Cuando se siente el Amor, todo se
comprende y uno se eleva.
Cuando alguien expresa su
intención de Entrega, todo el
universo se alegra y resuena con una melodía de alegría y emoción, alegrándose
que un hermano retorne al Hogar para vivir desde el Hogar a través de su
corazón y su materia. Empezará a alejarse de lo insubstancial, lo banal, lo frívolo,
para centrarse y dirigirse exclusivamente hacia lo espiritual, hacia el
servicio a las almas que con él conviven y comparten este amado planeta. Se
convierte en una Fuente de Luz y Amor.
Cuando sentimos el Hogar en
nosotros, Dios en nuestro interior, entonces, nuestra vida ya no nos pertenece,
porque nuestra existencia no tendría sentido sin el Amor. Todo lo que
necesitemos se nos será dado, sea lo que sea. Ya no pediremos porque sabremos
que lo obtendremos. Aceptaremos toda nuestra vida con lo que hayamos de
vivenciar, porque sabremos que será lo mejor para nosotros, e iremos al fondo
de toda existencia, alejándonos y dejando de valorar la forma, que confunde al
ser en su camino.
Seremos Amor y Sabiduría en
el sendero de la humanidad, donde seremos protegidos por el universo para
llevar a término la Voluntad Superior de la Divinidad que hay en cada uno, que
ya será la nuestra, uniéndose Padre e
Hijo, para ser UNO.
Cuando un alma hace la
entrega de su ser y su vida,….solo puede esperar lo mejor.
Que el Amor y la Paz sean en
cada uno de vosotros.
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