Hoy quiero hablaros de cuando
un alma hace la Entrega.
Quiero hablaros de lo que
sucede a un alma cuando pone la totalidad de su ser a las manos de su
divinidad.
Quiero deciros unas palabras
sobre aquel que ha hecho la entrega absoluta de su alma, su vida y todo su ser
a aquel quien en verdad es.
Poder sentir la divinidad en
uno mismo te permite tener una claridad y comprensión absoluta sobre cualquier
mínimo detalle existencial en esta dimensión.
Ya no somos nosotros. Aquel
quien siempre se encontraba en cada rincón de nuestro interior, aquel quien no
es “un ser”, sino una energía con la plena consciencia y amorosidad, la energía
de más alta vibración existente que permite tu plena realización y llevar a
término tu servicio a la humanidad,…aquel quien tú eres no es materia, sino
espíritu, energía.
Aquel quien tú eres no admite
la densidad, ni la inquietud ni el desamor.
Cuando permites que tu
verdadera naturaleza divina se manifieste, toda tu vida cambia. Lo que
aparentaba ser, ya no es. Todo toma otro sentido y tu visión de la vida va más
allá de lo establecido, de lo previsto y de tus ideales. Tu mente deja de tener
el dominio de tu vida, porque ahora, a partir del momento que hagas la Entrega, dejarás de controlar tu vida y
favorecerás que la Voluntad Superior en ti pueda llegarse a materializar.
Tu consciencia te lleva a
niveles donde son inimaginables para la existencia racional. Supera toda
situación, denominada adversa, para fluir con ella y sanar con el aprendizaje
que ella te aporta.
Hoy querría transmitiros unas
palabras cuando un alma, desde la plena voluntad y fuerza de su corazón hace la
entrega de quien fue para permitir que el Dios que es se manifieste en él,
llevando a término su Voluntad, no la tuya.
Cuando alguien se entrega con
todas sus fuerzas a quien es en verdad, deja de crear el camino para dejarse
llevar por el que su corazón le indica.
Toda la vida de aquel que
desea ser él con todo su resplandor, empieza a liberarse de toda dualidad y
terrenalidad para elevarse y sentir el amor y la belleza que cada individuo y
entorno conlleva. En cada detalle aprecia la presencia divina de la creación y
se adhiere a ella como fuente anexa para ser alimento para la humanidad.
La Entrega representa el total desapego de la materia en uno mismo.
Cuando expreso la palabra materia, me refiero también, a todo lo encarnado, a
todos los seres que habitan este mundo que vivimos en el presente. Desapego
emocional de todo.
Se tiene, pero no se posee.
Se atrae, pero no se retiene.
Se sabe, pero no se evita.
Cuando abrimos las puertas de
nuestro Hogar de par en par, todo lo que en él se encuentra es en nosotros,
activándose en cada uno como consciencia de la divinidad que cada uno es. ¿Qué
representa esta puerta abierta? Nuestro ADN activado, un apoyo absoluto por
parte de nuestros Hermanos de la Luz, y sobre todo, de la esencia divina en
nosotros, guiándonos, protegiéndonos y acompañándonos en todo momento, siendo
tú, consciente de ello y de sus presencias.
¡No hay mayor sublimación
amorosa que sentir tus hermanos del verdadero Hogar de donde procedes, y sobre
todo, de Dios en ti manifestado!
Es una sensación sublime, más
allá de todo raciocinio, entendiéndola solo, con el sentir que cada uno pueda
llegar a percibir. Sentir te permite llegar a tu Hogar, a tu esencia, al AMOR.
Mi intención, hoy, es mirar
de describir la sensación y lo que puede llegar a suceder cuando nos entregamos
del todo a nuestra Divinidad interior, a aquel quien en verdad somos.
Permitidme que os comente
casos de este apoyo y claridad en la vida de uno. Es un caso real, vivido por
alguien que ha llegado a cruzar el umbral de lo terrenal para adentrase en el
desapego y entrega de su ser a quien en verdad es.
“Este ser encarnado tuvo un
encuentro con ciertas personas cercanas a él. Lo que en él se comentó, algo le
llegó a su interior, haciendo que su mente reaccionase tímidamente. La persona
en concreto sabía que los resultados que obtendría de algo en su vida no tenían
nada que ver con lo que en la reunión se llegó a comentar.
Fue a su casa y allí, antes
de dormirse, ya en la cama, tuvo una visión donde se le confirmaba y mostraba,
a la vez, lo que él ya sentía en su interior conforme cómo acabaría la
situación. Todo y así, mientras dormía, tuvo un sueño donde se le liberaba de
toda inquietud, apego que haya podido tener a una creencia o resultado
limitado, y cómo una energía, o mejor dicho, varias energías que fue recibiendo,
iban sanándolo y liberándolo de todo pensamiento o emoción limitadora”.
A medida que iba sucediendo
este sueño, él era consciente de todo lo que sucedía en él y sintiendo, a la
vez, esta liberación absoluta de su ser. Se levantó aquella mañana, como nuevo.
¿Qué había sucedido en el
fondo y por qué lo vivido?
No estamos solos. Todo aquel
que se deja llevar por la Fuente de la cual todos procedemos, está siendo guiado,
aconsejado y amado por estos seres del Hogar, que muchos denominan, sus guías. No está solo en ningún momento,
ni vosotros lo estáis ahora. Todo lo que necesite para llevar a término lo que
ha venido a hacer, se le dará y comunicará para poder seguir su camino, su
misión en esta vida.
Esta alma recibió la
información adecuada para poder continuar con el estado interior necesario y
así proseguir con su misión en el día a día, permitiendo que, aquel quien es,
pueda manifestarse a través de ella con toda su majestuosidad.
Cuando hacemos la Entrega de todo nuestro ser, nuestra
alma, con todas nuestras fuerzas y convencidos que así lo queremos, todo lo que
necesitemos saber, se nos facilitará; todo lo que necesitemos, se nos dará, y
en todo momento, con la paz interior, el sosiego, la serenidad, armonía y el
amor que somos abrazándonos sintiendo el Hogar del cual todos procedemos. Desaparecerá
todo control en la vida, porque sentiréis cómo vais siendo llevados por las
aguas tranquilas del Amor, dejándoos llevar abiertos a lo que os llegue,
sabiendo que será lo mejor para vosotros. Cuando se siente el Amor, todo se
comprende y uno se eleva.
Cuando alguien expresa su
intención de Entrega, todo el
universo se alegra y resuena con una melodía de alegría y emoción, alegrándose
que un hermano retorne al Hogar para vivir desde el Hogar a través de su
corazón y su materia. Empezará a alejarse de lo insubstancial, lo banal, lo frívolo,
para centrarse y dirigirse exclusivamente hacia lo espiritual, hacia el
servicio a las almas que con él conviven y comparten este amado planeta. Se
convierte en una Fuente de Luz y Amor.
Cuando sentimos el Hogar en
nosotros, Dios en nuestro interior, entonces, nuestra vida ya no nos pertenece,
porque nuestra existencia no tendría sentido sin el Amor. Todo lo que
necesitemos se nos será dado, sea lo que sea. Ya no pediremos porque sabremos
que lo obtendremos. Aceptaremos toda nuestra vida con lo que hayamos de
vivenciar, porque sabremos que será lo mejor para nosotros, e iremos al fondo
de toda existencia, alejándonos y dejando de valorar la forma, que confunde al
ser en su camino.
Seremos Amor y Sabiduría en
el sendero de la humanidad, donde seremos protegidos por el universo para
llevar a término la Voluntad Superior de la Divinidad que hay en cada uno, que
ya será la nuestra, uniéndose Padre e
Hijo, para ser UNO.
Cuando un alma hace la
entrega de su ser y su vida,….solo puede esperar lo mejor.
Que el Amor y la Paz sean en
cada uno de vosotros.
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