En estos momentos un alma
siente la plenitud y la serenidad de estar con su estado prístino, más allá de
su condición humana como ser.
Estando en la elevación de su
existencia puede vislumbrar y discernir todos los caminos que traviesan la
sabana existencial y las aportaciones en cada camino para poder elevar al alma,
cuando, en el lugar y momento adecuado deba de encontrarse con ellas.
Las bendiciones están
extendidas en cada sendero por más pequeño y aparentemente escondido pueda
llegar a estar. No hay toma de caminos que no nos lleven a nuestra esencia.
Estando esta alma en la cima
del desapego terrenal puede divisar toda actitud y sus consecuencias para aquel
que decida emprender su viaje en aquella dirección.
Estando desde aquí puede ver
los caminos creados por el mismo ser encarnado, en el momento de su
encarnación. Todo es calma y aceptación desde donde nuestra alma puede observar
las veredas de nuestra vida y los atajos existentes para poder acortar el
trayecto hacia nuestro sentido en esta vida. Hay calma, paz y una inmensa
tranquilidad en este estado que te permite sentir aquel quien eres y ver las
posibilidades de tu vida para poder tomar el camino adecuado para la elevación
de nuestra alma.
Desde aquí podemos percibir y
darnos cuenta de todos los actos pertenecientes del desamor aparente en el
mundo donde nos encontramos.
Desde aquí donde nuestra alma
se encuentra puede ver los acontecimientos emergentes dentro del proceso de
evolución de la especie humana. Aquí no hay duda. No hay crítica ni juicio,
solo percepción clara y nítida sintiendo el Amor en cada acto supuestamente
adverso a la condición humana y el camino a seguir hacia la elevación de la
humanidad y el planeta.
“Apártate del árbol que no te deja ver el bosque”
En este estado de elevación
puede verse el proceso que está siguiendo cada alma encarnada y los resultados
a conseguir en su momento. Nada es lo que parece. Pudiendo ver y sentir con
intensidad el amor que hay en cada acto y situación creada, nuestra alma
expande su esencia abrazando a todas aquellas otras energías que la acompañan,
formándose una Unicidad con todas ellas. Siente el Amor hacia ella y ella
irradia su esencia amorosa a todos
aquellos seres luminosos que la rodean y con ella están.
Nuestra alma sabe de lo que
realmente es la Plenitud existencial.
Solo el Amor puede llevarte a ella. Sintiéndola se transciende todo lo
terrenal, lo físico que pueda haber en ti. Sientes la liberación absoluta de tu
ser y permites que la puerta de la mayor paz existente abrace cada una de tus
células sintiendo conforme debes de dejarte ir y ser llevado según tu
naturaleza superior en ti. Sabes que nada debes de temer y que tus pasos serán
guiados por un Amor Superior, habido en cada uno, esperando ser reconocido en
su momento para activar y despertar cada una de las consciencias y permitir que
la intencionalidad inicial de nuestra presencia en esta vida pueda ser
manifestada tal como se acordó anteriormente.
¡Qué paz habita en un alma
encontrándose en plena contemplación desde la elevación donde ahora se
encuentra! Hay una sensación conforme todo está en orden y realizándose según
la Voluntad inicial.
Todo debe de realizarse sin
quedarnos con el detalle, porque éste nos puede llevar a una distorsión del sentido
del acontecimiento. Más allá de su presencia, hay una finalidad superior donde
el presente actual nos llevará a la realización de cada alma y a una Unicidad
cada vez más firme, fuerte y amorosa entre todas ellas. La Tierra está viviendo
momentos de grandes cambios. A veces, estos cambios requieren almas que
revolucionen o vayan en contra de lo establecido para remover a las otras almas
y así, despertar las consciencias y derivarse a la responsabilización de cada
uno para poder crear y vivir la vida que siente en su interior. Los
adormecimientos y resistencias crean seres y situaciones que hagan despertar a
las almas dispuestas a abrir sus corazones y vivir desde ellos. Más allá de un suceso o situación aparecida,
supuestamente adversa y asociada al desamor, hay un sentido espiritual para
remover y activar las consciencias del mundo que se vive y así poder establecer
una nueva tierra donde amar, aceptar las diferencias, respetar, escuchar y
comprender sean los pilares de la resurrección del recuerdo en cada uno para
poder manifestar, cada vez más, la Luz que cada ser alberga en su interior y su
verdadera naturaleza amorosa para sentir la UNICIDAD, no tan solo con sus seres
más cercanos, sino con la Familia a la cual todos pertenecemos más allá de este
plano dimensional.
Nuestra alma siente el
sosiego de encontrase en este estado de éxtasis contenido al poder ver y sentir
como el proceso que la humanidad está siguiendo la llevará a una vibración más
elevada y a una manifestación de la Luz y el Amor que cada uno es. Desde el
lugar que se encuentra recibe las energías de emoción y alegría del Hogar al
poder ver cómo la Gran Voluntad Superior será llevada a término con éxito.
Lo vivido actualmente sólo es
parte del proceso para llegar allí.
Más allá de lo físico y la
forma, se encuentra el fondo, la esencia y el sentido por lo que vivimos cada
experiencia en esta vida y el por qué de lo sucedido en cada rincón de nuestro
amado planeta.
Sintiendo el Amor en ella,
nuestra alma, conocedora de su misión en esta vida y del sentido de nuestra
existencia, siente una fuerte sensación de agradecimiento por estar viviendo
estos momentos cruciales de la evolución del planeta y la humanidad. Sabe por
qué está donde está y el motivo de su presencia en esta encarnación. Está
contenta y feliz por estar donde ha de estar según la Gran Voluntad.
No hay mayor satisfacción que
ser consciente de tu vida y poder percibir el sentido de lo existente y tu
papel en cada presente vivido.
Que el Amor y la Paz sean en
cada uno de vosotros.
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