Las
palabras pueden llegar a confundir, sobre todo, si éstas son interpretadas por
la visión terrenal, racional de aquellos que se encuentran, incluso, ya
adentrados en el mundo que se conoce como “espiritual”.
Alguna de
estas palabras son creencias que ponen una distancia entre quien es etiquetado
y aquel quien lo etiqueta.
Venimos
de una energía donde solo unos cuantos podían estar en contacto con seres de
otras dimensiones, podían ayudar a los demás de una manera no convencional, así
como hacer curaciones o ayudar a restablecer la paz dentro de uno, haciendo que
pueda sentir la felicidad en su interior.
Estos
seres que tenían todo este supuesto potencial en ellos, hacía que los de su
entorno lo vieran como alguien especial que podía hacer cosas que los demás no
eran capaces, aparentemente.
Hoy
quiero mostraros lo que uno de estos seres quiso aclarar ante toda una serie de
personas relacionadas con los medios audiovisuales, mediáticos en general, así
como periodistas y algún que otro presentador de TV para matizar y esclarecer
lo que representa, a menudo, el hecho de considerar a alguien como un ser que
puede llegar a realizar actos “no normales” o tener una sabiduría más allá de
nuestra existencia terrenal.
JC hacía años que dedicaba su vida a ayudar a
los demás. Su experiencia le llevó a darse cuenta de cual era la dirección que
debía de seguir en su vida. Sintió la voz de su corazón y empezó a adentrarse
allí donde se susurró.
Actualmente,
su vida no es como la de la mayoría de los seres que le rodean. Se dedica a
ayudar a las almas para poderse manifestar de una manera libre y total en este
plano existencial donde nos encontramos.
Hacía
años que su vida estaba entregada a transmitir a través de sus encuentros,
escritos y sesiones individualizadas todo lo que su verdadero Hogar le
transmitió, así como su experiencia personal abrazada por su trabajo individual
para poder encontrarse y llegar a manifestarse aquel quien en verdad era.
Llegó el
día que sintió que debía de dar este paso para no distanciar más a los humanos
por el hecho de haberse creado una imagen y concepto de algunos de ellos
dedicados al planeta y a la humanidad. Había concertado una especie de
encuentro para hablar a todos aquellos que sintieran en su corazón el hecho que
todos somos iguales y estamos unidos por un fin superior dando sentido a
nuestra existencia en esta vida actual.
Llegó la
hora y la sala prevista a realizar este acto se encontraba llena, con algunas
caras conocidas popularmente dentro del mundo espiritual.
JC entró en ella y se dirigió hacia el centro,
ante todos, para poder ser visto por todos los asistentes, se encontrasen donde
se encontrasen dentro de aquella sala.
Todos lo
miraron esperando oír sus palabras al respecto.
Finalmente,
después de saludar a todos los presentes, empezó a expresar lo que su interior
le susurraba:
“Gracias por estar hoy aquí y dedicar parte de
su tiempo a escuchar las palabras que van a ser pronunciadas por mi persona,
que, aunque sea mi voz quien les llegue, agradecería que fuera su corazón quien
las escuchara y las tuviera en cuenta.
Quiero comentarles el hecho de que en nuestro
mundo, sin darse cuenta, está distanciando a los seres clasificando, creando
diferentes estatus, con lo que esto conlleva de cara el proceso de evolución de
nuestro mundo.
Llevo años entregando mi vida a un fin mayor,
más allá de lo terrenal. Mi vida ha ido haciendo, con el tiempo, cambios y
reajustes para irme adaptando, cada vez más, a los tiempos que íbamos viviendo.
Por eso, hoy, ustedes y yo estamos aquí, para dar juntos un nuevo paso y
expandir la Unicidad y el entendimiento de lo que cada uno representa en estos
momentos que vivimos.
Quiero decirles que no hay nadie superior a
otro. Muchos de ustedes pueden decirme que esto ya lo saben, pero una cosa es
saberlo y otra sentirlo. Cuando se siente, es entonces cuando se vive
integrándolo en su vida cotidiana. Mientras, solo se queda como un concepto más
racional, y es la racionalidad la que nos ha llevado a distanciarnos los unos
de los otros.
Hoy quiero transmitirles algo que me atañe
directamente, y que en momentos de mi vida, fui etiquetado como aquel quien no
era. Muchas personas que pregonan y presentan actividades relacionadas con el
autoconocimiento y la consciencia, todavía tienen tendencia a etiquetar a
aquellos que, en algún momento pueden hacerle una entrevista o quedar para
comunicar algún aspecto existencial o sobre el proceso evolutivo del ser
humano.
Miren, en mi vida he recibido tantas
etiquetas, que tengo que decirles que todas ellas no se correspondían a aquel
quien yo era y lo que hacía. Cada uno tiene una visión personal y parcial de
lo que ve o cree.
Entre otras etiquetaciones me llamaron:
psicoterapeuta, vidente, sanador, maestro espiritual, terapeuta holístico,
maestro de Reiki, en fin,....toda una serie de nombres que no concordaban,
exactamente, con lo que yo hacía.
Agradezco que estén hoy aquí porque quiero
decirles a todos ustedes que, por favor, no etiqueten. El hecho de hacerlo
parece que entonces ya tienen más clasificado a alguien sobre lo que hace.
¿Seguro? Hay seres que están de servicio a la Divinidad Superior. Estos seres
no se incluyen en ninguna de estas categorías porque su misión en esta vida va
más allá de lo que uno puede llegar a pensar. Alguien puede dirigirse a mi
persona para que le dé una mano en su camino. Así lo haré. Entonces esta
persona pregunta para tener una idea de quien soy yo: ¿y tú qué haces? Mi
respuesta será, ayudarle en aquello que necesite para estar en paz consigo
misma, dependiendo solo de usted y no de elementos externos como medicamentos,
dieta, piedras o amuletos.
La persona insiste: ¿sí, pero usted què hace
para ayudar a los que le vienen en busca de ayuda?
Depende de la persona. Cada persona es
diferente. Pero, ¿cómo puede saber el qué hacer con quien tenga ante usted?
Mi respuesta será: Transmitirle Amor y mi
Energía. Me pongo en contacto con su energía y percibo la dirección adequada a
tomar. Al final, quien ha entrado en mi sala, sale alguien diferente,
equilibrado y sabiendo qué hacer en su vida a partir de aquel momento.
-
¿Cómo lo denominarían ustedes a
esta función? – preguntó sin esperar respuesta de los asistentes.
La respuesta sería: ser, senzillamente, UNO
MISMO. Nuestra esencia es la que produce los milagros y sanaciones, pero no
como si fuera algo extraordinario, sino como un hecho normal y natural cuando
alguien es uno mismo.
No quieran ver lo que no es, porque en el
fondo, todos somos iguales con el mismo potencial espiritual. Cada uno de
ustedes es divinidad. Cada uno de ustedes es un maestro para alguien o todos
los de su entorno, como puede ser la família, la pareja o hijos, o con la gente
que normalmente se rodea y comparte su vida.
Cuando hablan de “Maestro” – refiriéndose a
alguien -, están creando diferencias entre los humanos, porque todos ustedes
son maestros. ¡Sí, maestros! ¿Cómo puede ser entonces que no todos muestren su
maestría? Aquí es donde interviene el proceso de autoconocimiento y lo que se
conoce como despertar espiritual o una consciencia elevada.
Todos los que nos encontramos en esta sala
tenemos la misma esencia. Estamos hechos de la misma esencia, pero no todos son
conscientes de ella. No todos estamos en el mismo nivel que otros de nuestro
entorno. Aquí es donde radica el por qué unos sí y otros tan poco. El grado de
consciencia que tenemos nos hace acercarnos más los unos a los otros, o crear
distanciamiento entre los humanos, creando seres especiales o superiores y los
de la base, el resto.
No hay diferencias entre ustedes y yo. Cada
uno viene a ser una Fuente de Luz y Amor para alguien de su entorno o su
hábitat en general. Ustedes pueden manifestar aquel quien son, como estos seres
que etiquetan como maestros. Por favor, dejen de etiquetarnos y sientan sus
corazones, y van a darse cuenta que entre ustedes y yo, entre ustedes y
cualquier ser no hay diferencias espirituales. Senzillamente, unos son
conscientes y otros no. Es como si un grupo de personas están sentadas en un
coche y con las manos al volante. Todos tienen el mismo coche, pero no todos
saben utilizarlo y aplicar todas sus características. Algunos sabrán de las
básicas, otros alguna más, y pocos, quizás, la mayor parte de ellas; pero
todos, tienen el mismo potencial para hacer que su vehículo pueda llegar allí
donde cada uno quiera.
Cuando se habla de “Maestro”, parece como si
nos encontrásemos ante un ser especial, superior a los demás. Nada de eso es.
Por eso, hoy he querido estar con todos ustedes para decirles que, por favor,
no me llamen más “maestro”. No soy más que usted, que usted o usted – señalando
a diferentes asistentes de la sala.
Yo Soy quien soy y aquel que escuche a su
corazón, sabrá que nada parcial indica mi misión a realizar en esta vida.
Traten a aquellos que hasta ahora se les ha considerado
como “Maestros”, como alguien como ustedes, que habiendo despertado su consciencia
y llegándose a conocer, consiguió abrir su corazón y sentir su esencia divina,
entregando su vida a la Divinidad que cada uno es.
Todos somos maestros y discípulos a la vez,
porque incluso los conocidos maestros o mesías de la humanidad a lo largo de
los siglos, ellos estaban aquí, principalmente por ellos, por su proceso
evolutivo, y habiendo despertado su consciencia, sintieron que habían de
entregar su vida a traer el Cielo aquí en la Tierra.
No hay personas especiales, porque todos somos
especiales.
Nadie es más que otro, senzillamente es más
consciente. Esta es la gran diferencia.
No alabéis a nadie y adoréis a ningún ser
humano, porque ellos son como ustedes. ¿Porqué no empiezan a amarse a ustedes
mismos y a dejar de vivir desde la mente racional para iniciar un nuevo camino
escuchando la voz de su corazón? Entonces, su visión de vida cambiará y se
darán cuenta que no hay nadie más que otro, porque todos somos esenciales para
los de nuestro alrededor. Todos somos Amor, y por lo tanto, este Amor nos hace
a todos iguales, porque todos, a la vez procedemos del mismo Hogar Celestial.
¿Qué no lo recuerdan?
(Silencio alargado)
No me etiqueten como “Maestro”, porque yo
también estoy siguiendo mi proceso evolutivo. Yo también tengo que aprender
nuevos aspectos de mi camino. He aprendido mucho, pero a medida que voy
adentrándome en aquel quien yo soy, más me doy cuenta que, en mí, todavía hay
un camino a seguir que elevará todavía más mi alma.
No soy el maestro de nadie. Mi proceso
continúa y, es cierto que cada vez me siento mejor conmigo mismo. Cada vez
siento más mi esencia y aquel quien en verdad soy.
Cada uno de ustedes tiene el mismo potencial y
capacidades que yo. Solo es cuestión de querer llegar a él. El no querer te
aleja de lo que se denomina maestría. La predisposición adecuada le abre las
puertas para adentrarse en su interior y llegar a conectar y conocer el Dios
que cada uno de ustedes es.
Mi nombre es JC, un ser consciente y abierto
de corazón, al servicio de la Divinidad, ayudando a recordar aquellos quienes
son y poder llegar a sentir su verdadera esencia innata, sintiendo su corazón y
los susurros que éste les puede llegar a decir.
Esto no es ser un “Maestro”, es ser UNO MISMO,
escuchando a su corazón.
Agradecería que no me dijesen “Maestro”, sinó
por mi nombre. Este pequeño acto ayudará a que usted, quien sea, y yo, nos
podamos acercar desde el corazón, y no desde la mente al poder llegar a pensar
que yo soy más que usted. Por favor, Yo Soy usted y usted es Yo. Abrámonos de corazón,
y el fin de nuestro encuentro será una realidad.
A todos ustedes, gracias.”
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