miércoles, 22 de febrero de 2023

A veces...

 


A veces un alma se encuentra en momentos, que inicialmente, puede no llegar a entender el por qué de su situación. Más allá de su presente se encuentra el sentido por el cual vive lo que vive.

Uno puede ser consciente de quién es y lo que vive en su vida. El tiempo permite esclarecer y ver con claridad lo vivido. Hay momentos que uno puede parecer que se encuentre limitado y encerrado en una situación donde la esperanza y la fe no fluyen con todo su resplandor.

En momentos como éstos, os recuerdo que todo lo que vivimos tiene un sentido más allá del supuesto estancamiento existente en la vida de uno. Más allá de cada presente se encuentra el fondo de lo que se vive. Uno puede ver la forma, la situación en que se encuentra, pero más allá de lo percibido, se encuentra el sentido por el cual uno vive lo que vive, no pareciendo lo adecuado según su sentir.

No os preocupéis. No os centréis en todo lo que no está funcionando según uno siente dentro de sí. Momentos como éstos no son lo que parece. Todos ellos se encuentran en el despertar interior del individuo. Todo lo vivido en este proceso que uno sigue, se encuentra la bendición universal hacia el ser.

Cuando se percibe e interpreta conforme las cosas no están bien en nuestra vida, significa que no estamos centrados ni percibimos la verdad de nuestra existencia actual. Todo lo supuestamente adverso que uno pueda llegar a vivir está emparentado con el proceso evolutivo que está siguiendo. A veces la vida nos ofrece una mano para poder darnos cuenta del por qué de estos  momentos.

Con el tiempo uno puede darse cuenta de la Verdad de lo vivido, sea anhelado o no. No hay nada que recibamos que no se tenga en cuenta nuestra presencia y nuestro aprendizaje en nuestra vida actual.

Muchos no quieren aprender y se apegan a la visión mental inculcada y aceptada por uno mismo. Siendo así, la vida no tiene un sentido para aquel que la vive. Cuando uno percibe el sentido de lo que se vive y aprende de ello, solo se siente agradecido por todo lo que la vida le da, sea lo que sea, viendo el Amor en aquella situación que vive.

No hay limitaciones en nuestra esencia innata, solo la Luz para poder darnos cuenta del por qué hemos vivido lo que hemos vivido. Al final, con nuestro despertar de la consciencia, podremos entender a niveles óptimos el sentido de todo lo vivido, tanto personal, como de aquellos que nos rodean. La Verdad es una para todos, y la realidad es según la visión que uno tenga de la vida, así como su actitud ante ella. Lo que predomina y nos une a todos, es la Verdad celestial existente. Todos formamos parte de la misma Fuente Universal. Conectar con ella nos une a todos.

Cuando así no está siendo, lo que predomina es la realidad de uno, que como ya se ha dicho, sólo es una visión parcial de un evento o situación vivida. No es la Verdad nombrada.

Cuando más se trate y valore la realidad de uno o del entorno donde se encuentre, más nos está mostrando la desconexión de uno con uno mismo, con aquel quien en Verdad es.

Más allá de la realidad, se encuentra la Verdad. Ésta se encuentra dentro de ti como esencia innata.

La Verdad nos une, y la realidad nos separa, manteniendo la influencia externa en la vida de uno.

Tu vida se encuentra dentro de ti. Vive según quien en verdad eres, y te darás cuenta de la sabiduría que hay en ti y del sentido de todo lo que vives.

Cuando observas la situación y sientes bienestar, percibes la Verdad. Cuando no es así, tu mente se apodera de tu ser conforme no estás siendo tú.

 

Que el Amor y la Paz sean en ti.  

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