miércoles, 14 de febrero de 2024

La Fuente de la Cima

 

Una vez, un joven salió hacia el bosque para poder llegar a una fuente que se encontraba en la cima de aquella montaña. Empezó a andar, y cuando ya llevaba un tiempo haciéndolo, se preguntó si se encontraba en el camino adecuado. Al tener esta sensación se detuvo un momento y en aquel instante se le apareció un hombre que salía de aquel bosque.

El joven le preguntó:

-         Perdone,… ¿el camino para llegar a la Fuente de la Cima es éste?

El hombre le respondió:

-         Continúa por este camino. Habrá momentos que parecerá que se habrá cortado o finalizado, teniendo la sensación que no podrás continuar, pero tú continúa en la misma dirección. El camino volverá a aparecer. Llegarás a encontrar un par de direcciones aparte de la que estarás siguiendo, pero tú siempre toma la de la derecha. Vas bien. Éste es el camino, sí.

-         Gracias – le dijo el joven.

De repente se quedó quieto después de escuchar todo lo que le había dicho, teniendo la sensación conforme aquel hombre le conocía muy bien. Cuando giró la cabeza para volver a mirar a aquel ser, ya no lo encontró.

Se quedó pensativo en relación a todo lo que le había dicho.

De repente hizo una sonrisa y le llegó la sensación conforme llegaría a la Fuente de la Cima como él quería.

Este es el proceso de nuestra vida. Hay veces que se pierde el camino que uno siente que ha de seguir. Parece como si se hubiera obstaculizado, pero siempre hay una salida, y por más que uno pueda sentirse perdido o con un malestar interior por no supuestamente poder llegar allí donde siente, en el fondo, todo es una prueba para aprender a confiar, activar el poder de conseguir llegar allí donde uno siente que ha de ir.

Este joven de la historia, siguió su camino. Efectivamente, llegó un momento donde parecía que el camino finalizaba, encontrándose obstruido, no habiendo aparentemente, una continuación para llegar al objetivo. La tierra estaba toda removida, pero el joven, pasó por encima de los troncos abatidos y a continuación, a unos metros más adelante, vio como si hubiera el camino que estaba siguiendo para poder continuar en él.

Se encontró también, en dos veces, como el camino se bifurcaba. Él tomó los de la derecha, tal como se le dijo. Al final llegó a la cima de aquella montaña, donde pudo divisar la Fuente de la Cima, que es como se le conocía. Allí encontró a aquel hombre que le ayudó en su guía, bebiendo de aquella agua. Se sorprendió porque cuando lo vio por primera vez, era como si descendiera de la montaña.

El hombre le sonrió y le dijo:

-         ¡Enhorabuena! Escucha a tu interior, porque él te llevará allí donde debes de ir para llegar a ti. Igual como este camino ha sido como tu maestro al decirte que tomes en las bifurcaciones el camino de la derecha, así debes de hacer en tu vida. Escucha a tu corazón y él te elevará para llegar a la fuente de tu ser: aquel quien en verdad eres.

El joven contempló la belleza de la vista que había desde donde se encontraba.

Volvió la cabeza para volver a mirar a aquel hombre, y ya no estaba. Hizo un gran suspiro y sintió una gran paz en su interior.

La subida de la Fuente de la Cima fue una gran lección para la vida que todavía habría de vivir. El joven se sintió inmerso en la infinidad y belleza del paisaje que tenía delante.

Al final, siendo nosotros mismos, encontraremos a todos aquellos que nos podrán ayudar y poder materializar el sentido de nuestra venida a este planeta Gaia.

Escucha a tu interior, porque tu corazón siempre te susurra para saber qué camino tomar cuando así ha de ser. Al escucharlo, la Luz se manifiesta en nosotros y podemos ver de una manera nítida y clara nuestra dirección a seguir, para materializar el sentido de nuestra vida actual.

Al final llegaremos a nuestra Cima.

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