miércoles, 21 de febrero de 2024

Los enfados

 

Hoy querría decir unas palabras relacionadas con el enfado.

Antes que nada deberíamos de saber que todo enfado procede del resultado obtenido no siendo como uno querría. Esto conlleva una actitud de victimismo y de querer que todo sea según uno quiere.

En los enfados con alguien, no es este alguien el responsable de la situación que uno está sintiendo dentro de sí. Todo enfado procede del interior de uno mismo conforme quiere que todo sea, o aquella situación sea como querría. Cada uno es el responsable de lo que vive y siente, porque cada uno atrae aquello que necesita para elevar su vibración y no continuar manteniéndola como hasta ahora lo ha estado haciendo.  

Sentirse enfadado no es culpa del otro, o de la situación que le hace sentir mal, sino que la inestabilidad emocional obtenida procede de uno mismo. Uno es el responsable de lo vivido y sentido interiormente, porque su energía no se corresponde con la estabilidad en la vida.

Muchos seres han tenido una infancia o juventud de imposiciones y dominios por parte de aquellos que les rodeaban. Cuando así es, a medida que este joven, este ser va creciendo, va queriendo imponer todo aquello que quiere para sí, para que no le vuelvan a tratar como cuando eran niños o niñas.

Un enfado es una reacción del ser por no conseguir lo querido, queriendo imponer su dominio sobre la manera de hacer según él. Esto representa una no aceptación, un no respeto e igualdad con el otro o la situación.

Así se empiezan a crear las diferencias sociales, la diferencia entre unos y otros, predominando lo establecido y lo inculcado en uno a lo largo de su vida. Momentos vividos como estos, nos deberían de llevar a una reflexión y a un aprendizaje del por qué, a menudo, a uno le sucede lo que le sucede no queriendo vivirlo.

El enfado representa el no ser uno mismo. Cuando nuestra vida procede de nuestro entorno, entonces, es cuando el victimismo aparece, y el enfado se manifiesta a menudo en su vida.

El enfado no procede de aquel quien en verdad somos, sino de aquel quien no somos, debido que en nuestra vida predomina nuestro exterior y nos hacemos como propio todo lo establecido en nuestro entorno, o gran parte de él.

Muchas veces nos centramos en todo aquello que no es, digamos positivo, por lo tanto, cuando más nos centremos en lo que no nos pertenece como innato, más nuestro estado emocional se exaltará y activará.

¿Qué hacer en estos casos?

Procura percibir lo que te está aportando, y si lo impuesto te hace sentir bien o no. Si es que no, representa que éste no es el camino a seguir, y por lo tanto empieza a saber de ti, de aquel quien en verdad eres. Empieza a adentrarte en el autoconocimiento y en los resultados amorosos que te aportan para tu proceso evolutivo. Entonces te darás cuenta de que lo no querido es una bendición.

El enfado solo es una muestra de no ser uno mismo.

Es como mirarse en un espejo y ver tu cara enojada reflejada en él. El espejo no es el culpable de tu malestar, porque lo que ves en él, eres tú. Por lo tanto, todo depende de uno mismo. Cuando más uno sea él mismo, menos enojos manifestará en su  vida, llegando a la constante paz y aceptación en todo lo que viva.

Los grandes Maestros espirituales de este mundo en el que nos encontramos, no se enfadan y se dan cuenta de lo que representa el vivir aquello no querido por uno. Debido a esto, la tranquilidad, la paz y el sosiego se activan en su interior.

El enfado solo es una bendición para darte cuenta que tú no eres quien quieres ser, sino aquel que siente en su interior el susurro de su corazón, de su verdadera esencia: el Amor. Cuando somos nosotros, nuestra presencia es una fuente de respeto, humildad y felicidad. Cuando así es, entonces, los enfados se liberan de tu vida, predisponiéndote a saber la Verdad de todo lo que vives, y la satisfacción y alegría de haber abierto la puerta de tu Integridad.  

No vivimos nada que nos haga sentir mal porqué sí. Todo es fruto de nuestra energía interior. Cada uno atrae unas energías en su vida según su propia vibración. No hay nada porqué sí. Todo tiene su sentido.

Cuando aprendemos de un enfado, evolucionamos, elevando nuestra vibración interior para nuestro proceso evolutivo.

Que el Amor y la Paz sean en ti.

 

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