Cuando nací, la vela se encendió… ¡y se hizo la
luz!
Mi familia quedó más iluminada, teniendo la
oportunidad con los años, de saber de la importancia de la luz.
La vela que se puso y encendió al venir en esta
dimensión, brilló intensamente, poniendo esperanzas y alegría en mi
entorno.
Una nueva llama apareció con mi presencia. En
medio del tiempo de dualidad fortalecida, un bálsamo nació en medio de la
fuerza de la mente, el ego y los miedos.
La vela destinada a mí se encendió, y ahora,
después de medio siglo, parece no consumirse como si el tiempo la hubiese
parado, irradiando con una intensidad inimaginable en sus inicios, la claridad
de mi presencia,…y lo mejor todavía no ha sucedido.
Des del Hogar de donde procedo veo como en este
amado planeta hay centenares, miles de llamas intensificándose, iluminando la Tierra. Seguro que desde las
alturas del universo ven una brillantez que va a más, nítida, brillante,
intensa que abraza cada rincón de su espacio.
Aquello que se creó está dando resultados. Sigue
su curso entre otras velas medio apagadas, donde la luz que les roda permite
dar el calor y sentir la calidez del amor originario de nuestra esencia.
Por momentos, mi llama supera el cuerpo que
habita. La transparencia de mi ser permite vivir y adentrarme por los rincones
más inhóspitos del camino en el cual me encuentro. Siento el flujo de esta
llama en mi cabeza y en el centro de mi corazón. En todo momento parece velar
por mí.
¡Como
brilla la mi vela! Siento la paz, armonía, sosiego, calma y amor dentro
de mí, en cada rincón de mi condición humana. Siento la inmensidad de SER. La
luz es clara, nítida e intensa. Sé que todavía su pureza irá a más, pudiendo
brillar sin la necesidad del cuerpo que me sostiene. Muchos han dejado de
alimentarse en la forma. Algún día yo también haré desaparecer el tronco de mi
vela y sólo existirá la llama. De cuando en cuando, noto como ésta da pequeños
empujes hacia arriba, desprendiéndose del tronco, intensificando su
brillantez.
Siento dentro de mí como cada vez tengo menos
cuerpo y más irradiación de calidez, amor, ternura y sabiduría. Me deleito de
estos instantes de ascensión en todo mi ser.
Son momentos de sentir y plena libertad. Por
momentos sólo soy llama en esta densidad, después de muchos años, donde toda
brisa y tempestad es incapaz de apagar la vida de mi corazón y lo que he venido
a hacer. Veo llover aparentes calamidades, miserias y supuestas adversidades.
Yo continuo intacto, reafirmándome más para resguardar a todos aquellos
atemorizados por lo que el planeta está viviendo. La fortaleza y el coraje de
la esencia de mi Luz, tranquiliza la angustia de la ignorancia.
Soy Luz radiante, brillante, cálida y
comprensión para los que me rodean. Soy fuente luminosa en medio del camino de
muchos viajeros de esta intencionalidad divina. Me siento agradecido y
afortunado por ser consciente de este hecho. Soy Uno con todos. Soy parte de
ellos, y ellos dan sentido a mi existencia.
Cuando una pieza de un rompecabezas encaja en su
lugar, facilita que otros también lo puedan hacer, y el resultado podrá empezar
a verse con todo su resplandor.
Cuando una Luz está en el lugar adecuado permite
que parte de la humanidad, aunque se encuentra al otro lado de nuestro amado
mundo, pueda beneficiarse y abrir las puertas de su Despertar. Cuando la pieza
está en su lugar, facilita que los demás puedan encontrar el suyo. Todo
consiste en que uno mismo mantenga esta llama dejando que siga su curso, siendo
uno mismo. La integridad y honestidad elevan la llama de nuestra ser hasta
niveles inimaginables. Las oscuridades desaparecen, y el espíritu de la Voluntad Divina
aparece en nosotros indicándonos el camino a seguir y cómo hacerlo.
La llama no se apaga con el amor. La intensifica.
Cuando dejamos que los miedos de la ignorancia nos acompañen a cada paso de
nuestro proceso, la estamos reduciendo a niveles mínimos, según nuestras
resistencias y miedos que tengamos. A veces, en momentos de oscuridad interior,
la llama parece quedar a mínimos.
Calma es lo que se necesita entonces. Serenidad y
“no identificación con aquello que sucede”. Confianza que aquello que ahora no
nos permite ver claro y nos inestabiliza sólo es la presencia de nuestros
miedos. Sentémonos y convirtámonos en meros espectadores de estos miedos. Estos
pasarán porque no tienen la fuerza de la constancia. Provienen de la oscuridad,
y la luz que somos, hará que pierda el empoderamiento, a través de la calma, de
unas respiraciones liberadoras procedentes de nuestra intencionalidad más
amorosa. Cuando nos adentramos hacia la calma interior, los miedos huyen porque
saben de su pseudo poder. Allá donde hay Luz, no hay oscuridad. Cuando nos
tranquilizamos, abrimos las puertas del amor manifestado en nosotros y la
sabiduría se presenta para hacernos dar cuenta del verdadero ser que
somos.
Mi llama ha hecho gran parte del camino solo.
Durante mucho tiempo no he encontrado otras llamas que sintiesen lo que yo
sentía, que vibrasen como yo vibraba. Ahora, después de las nuevas energías del
cambio de milenio, voy conectando con otras llamas que también siguen el camino
que decidí seguir desde el momento que mi llama se encendió en la forma.
Esta Luz hace que ya no busque. Ahora encuentro y
obtengo. Hace que allá donde había rechazo, ahora haya tolerancia. Donde había
seriosidad y un exceso de control, ahora sea delegación y alegría. Donde había
distancia, se produjese acercamiento. Donde había rabia, ahora perdón.
Nuestra llama es fruto del Amor que somos. Para
que los demás nos vean, hemos debido de venir en forma de vela encendida.
Cuando alguien brilla más de los de su entorno, aparece la curiosidad y el
acercamiento en el silencio, sin pregonar mucho que uno se siente bien al lado
de esta llama diferente.
Todas las llamas de este mundo están elevando su
luz, su intensidad y brillo.
Desde las altas esferas de la Luz nos ven como un gran
pastel, celebrando sus habitantes el aniversario de una nueva vida, una nueva
consciencia que permitirá vivir desde corazón y el Amor. las velas están
encendidas, a punto del sopla divino y la gran celebración del nuevo ser en
esta nueva tierra.
Ahora mi llama se dirige a ti y te abraza a través
del espacio-tiempo. Me uno a todos vosotros para que juntos podamos crear la
mayor hoguera vista jamás en este espacio del firmamento de nombre Gaia.
Que el Amor y la Paz de vuestra Luz, esclarezca vuestro camino y
permita sentir la divinidad que sois.
Desde mi corazón, un cálido abrazo a todos
No hay comentarios:
Publicar un comentario