Hoy me gustaría escribir unas palabras sobre un interés
que me ha llegado por alguien de vosotros en relación a aspectos de nuestro
proceso: los sueños.
La mayoría de los seres de esta Tierra, aletargan su
ritmo de vida y reposan después de un día lleno de ajetreos y toda su actividad
cotidiana, con lo que esto conlleva a nivel mental y emocional.
En estado de vigilia, el ser humano está más pendiente de
lo que está realizando para una estructura social o de supervivencia. Esto le
lleva a centrar toda su atención, no a él, sino a aquello que le permitirá
adquirir una remuneración económica o estatus social, creando unas dosis de
valoración por parte de los demás hacia él o de rutina, depende de la situación
de cada uno. No siempre se actúa desde la plena realización consciente.
Vivimos en un flujo social que nos lleva a prestar más
atención a nuestro exterior que a nuestro interior. Esto hace que nuestros
sentimientos no siempre son los que querríamos tener, y nuestros resultados, los
previstos. Nuestros pensamientos, la mayoría de las veces quedan frenados justo
a la salida, quedando atrapados en nuestra mente sin ser expresados. Nuestro
entorno, y las actitudes aprendidas a lo largo de los años, hace que no siempre
expresemos aquello que sentimos, pensamos, de una manera libre y plena.
Necesitamos algo,
un espacio donde poder sacar a fuera todo aquello que hay en nosotros que no ha
sido vaciado para poder dejar lugar a un nuevo espacio donde el amor y la paz
tengan cabida. Por eso esta parte del día, que muchos denominan noche, nos da una mano para ordenar todo
lo vivido, sentido y expresado, o no expresado. ¡Suerte que durante un momento
(horas) podemos, la mayoría sin darse cuenta, poner orden y ver la Luz en
nuestra vida!
¿Cómo es posible eso? – podéis preguntaros algunos.
Bueno, todo está previsto. Vinimos a esta dimensión con las herramientas
previstas para que todo sea. Si tú no puedes verlo, de alguna manera, tienes
que equilibrarte, y el período de sueño es uno de los grandes momentos para
nuestro ser.
¿Sabías que nuestro ser nunca para de trabajar y
funcionar para el mayor bien de nuestra alma? Incluso durmiendo estamos
trabajando. Nuestra esencia espiritual es cuando más activa está en estas
situaciones.
¿Y eso? – podéis preguntar. Es cuando hay quietud y
silencio. Es cuando paramos nuestra mente para entrar en contacto con esta
parte más elevada que hay en nosotros mismos, y así, poder entrar en contacto
con todos aquellos seres amorosos, nuestro verdadero Hogar, y dejar que actúen
a nuestro favor, regenerando nuestro cuerpo físico, o incluso, recibir la
información que debemos de saber para poder continuar nuestro camino. Sí,
mientras dormimos recibimos mucha información de donde procedemos, de nuestros
guías y seres de la Luz. ¿Qué cómo es posible esto? Bueno, ¿por qué creéis que
tenemos los sueños? ¿Qué os pensáis que son, sino los sueños? Puedes pensar que
tú no sueñas. Bueno, también te diría que todos soñamos, porque todos
bloqueamos nuestra parte racional para abrir nuestra parte más espiritual, más
amorosa. ¿No te ha sucedido que un día te levantas más animado o con ganas de
hacer algo y no sabes por qué, pero tienes esta sensación? He aquí el resultado
de tu encuentro con tus hermanos de la
Luz, tus guías.
Los sueños pertenecen no a nuestra parte racional, sino a
nuestra parte más intuitiva, a nuestra parte derecha de nuestro cerebro. Los
sueños es una puerta que nos conduje a nuestra parte más sabia y poderosa. Como
de día no nos damos cuenta de todo lo que nos sucede y sentimos debido que
estamos centrados en lo exterior, por la noche, se te hace saber el por qué de
aquel día.
Cuando empezamos a adentrarnos en el mundo de los sueños,
podemos abrir la puerta de la comprensión de nuestra vida. Es una puerta enorme
de conocimiento y sabiduría. Es una puerta de entrada a nuestro verdadero mundo
interior para conocernos más, quienes somos realmente y lo que nos está
sucediendo en verdad, no lo que nos pensamos que vivimos, sino lo que realmente
estamos viviendo y en qué punto nos encontramos de nuestro camino hacia la
evolución de nuestra alma.
Dormir no es una pérdida de tiempo.
Dormir no es perderse la vida. Muchas veces es cuando la
recuperamos, y sobre todo, cuando no le dedicamos tiempo a nosotros mismos
durante el estado de vigilia.
La noche no es para divertirnos – como algunos dicen.
Quizás sí, pero son estos momentos que podemos estar con nosotros mismos y
hacer aquello que realmente queremos, lo que pasa, que este querer está
influenciado por el ambiente que vivimos durante el día, y por lo tanto, viene
a ser una prolongación del mismo. Conclusión: demoramos los momentos para estar
con nosotros, con todo lo que esto conlleva.
Pensamos que haciendo algo diferente hacia el exterior,
por la noche, conseguiremos desconectar de todo lo del día. A pesar de todos
los esfuerzos, a menudo nos adentramos más en el sentirnos atrapados en una
rutina o situación sin encontrar una salida a nuestra vida, tal como la
queremos vivir.
Por eso tenemos este período de descanso, donde soñamos.
El soñar tiene su finalidad para el ser humano en proceso de Ascensión.
Aceptemos este don, esta herramienta que todos tenemos para comprender mejor
nuestra vida y darnos cuenta en qué momento nos encontramos y qué pasos dar a
partir de ahora. Toda esta información y más, la contienen nuestros sueños.
¿Maravilloso, no? ¡Claro que sí! El universo nos abastece de todo aquello que
necesitamos para nosotros mismos salir de la ignorancia y el estancamiento.
La noche no solo regenera nuestra densidad (cuerpo físico),
sino que además, nos conecta con esta parte de nosotros mismos, Una con el
Universo, con el Hogar.
Es una manera de estar con nosotros mismos y nuestra
verdadera esencia. Durante el día podemos estar distraídos y alejados de
nuestro verdadero ser con las pre-ocupaciones de nuestro entorno. Bien, por
suerte, todo tiene solución: el descansar, el dormir. No es un acto físico, sin
más, sino que también tiene una finalidad espiritual.
Por eso es tan importante descansar, dormir y abrirse para
recibir los mejores e idóneos consejos de nuestro Hogar. Cuanto más nos
adentremos en el mundo de los sueños, más despertaremos nuestro potencial
psíquico y espiritual.
¿Qué cómo es eso? Probadlo y sabréis el por qué.
Predisponeros a daros cuenta de vuestros sueños. Tenedlos presente y os daréis
cuenta como en ellos encontraréis el camino a seguir en vuestra vida y a ser
conscientes de lo que os está pasando en los momentos actuales, en vuestro día
a día.
Si realmente estáis interesados en abrir la puerta
onírica de vuestra existencia, y sentís que os gustaría poder programar una
actividad al respecto para este fin en vuestro centro, espacio o asociación,
encantado de poder colaborar con vosotros. Para esto, podéis llamar al
606098752
(Jordi), o enviar un mail a emaeljordimorella@hotmail.com
(Jordi), o enviar un mail a emaeljordimorella@hotmail.com
Pensad que no hay nada que aparezca en nosotros que no
tenga su sentido para nuestro mayor bien.
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
Un abrazo
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