Hay un rincón en cada uno donde se puede sentir al
grandeza de quienes somos.
Hay un espacio preparado desde nuestro nacimiento donde
podemos darnos cuenta de la majestuosidad de nuestro ser. Este lugar se
encuentra entrando a fondo, justo al medio de nuestro interior donde nuestro
corazón late acompasando la melodía de nuestra existencia. Aquí,….. ¡Todo es
posible! Es donde podemos crear, sentir y creer. Aquí podemos saber con certeza
quienes somos. Cuando lo hacemos, entonces sabremos del Gran Ser que somos.
En el cobijo del silencio y la quietud podremos renovar
nuestras fuerzas, energías y activar las actitudes de serenidad, paz y amor más
puro e incondicional procedente del lugar donde procedemos.
Estando conectados con nuestra verdadera naturaleza
veremos las Luces del Hogar. Siempre se ha encontrado allí donde estábamos,
aunque no fuésemos conscientes de su presencia. Cuando nos damos cuenta que
somos parte de ella, entonces nuestra vida biológica queda en un segundo término,
porque nos damos cuenta que aquello que valorábamos no es, y lo que no hacíamos
caso, era lo importante. Los términos de valoración cambian y nos liberamos a
la vez, del peso de la responsabilidad inculcada de la densidad que nos hemos
rodeado.
Ya no andamos igual y nuestras palabras empiezan a cambiar.
Algo en nosotros ya no es como antes.
Avanzamos entre las dudas, incertezas y el no
convencimiento de todo aquello que creemos que hemos de hacer, pero un impulso
interior nos empuja hacia una dirección diferente a la vivida hasta ahora.
Ya nada será igual, porque veremos más claridad en todo
aquello que vivamos, y la visión clara de lo qué hacer emerge ante nosotros
como los rótulos de un trayecto en las bifurcaciones existentes a lo largo de
él.
Todo continua igual en nuestro entorno, pero quien no
continua igual somos nosotros. Quien cambia somos nosotros, y es este nosotros que nos permite tener una
actitud y una respuesta diferente a aquello que nos sucede. Los resultados
serán diferentes porque nosotros nos relacionaremos diferente con aquello. El
cambiar nosotros, los resultados varían. Parecen cambiar las situaciones y las
relaciones de las personas con nosotros, pero en el fondo, es nuestra actitud diferente con un estado más sereno y
diferente, lo que hará que aquello que ha de ser del exterior no sea como nos
pensábamos. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¡Nosotros, no los demás! Por lo tanto,
cambiando nosotros, cambiaremos el exterior, nuestro entorno. Esta es la fuerza
de quienes somos. Podemos transmutar aquello que nos perseguía de una manera
insistente en un hecho donde podemos cortar el hilo y alejarse de nosotros de
inmediato, igual como un globo.
No hay nada que no podamos cambiar si lo queremos hacer.
Solo se necesita ir a este espacio que hay dentro de cada uno y sentir quienes
sois. Una vez bebáis de la fuente de vida que hay en vuestro interior, dejad
que sus efectos actúen en todo aquello que no os deja ser vosotros. Escuchad a
vuestro corazón que él os dirá qué hacer después de sentir vuestra esencia y
haberos dispuesto a ser vosotros.
No hay nada que viváis, veáis o sintáis que no podáis
intervenir. Sólo se necesita que seáis vosotros mismos. ¡Sentid quienes sois y
el resto vendrá solo!
¡Esta es tu naturaleza, amada alma!
¡Tú puedes ser tú!
Tú fuiste creada para mostrar el amor que hay en ti.
¡Déjalo volar y que abrace a quien deba de abrazar!
¡Ves donde tú sabes y deja que Dios en ti te hable y se manifieste!
El resto,….todo será según tu corazón. Aquello que
quieres será. Tu corazón te guiará y te indicará el camino a seguir. No dudes y
confía plenamente con lo que sientes dentro de ti porque este será el mejor
camino para ti y todos aquellos que te rodeen.
Tu luz está esperando ser irradiada. No dejes que esta
brille como los demás quieran, porque a menudo, muchos de quienes te aconsejan
como hacerlo, limitan tu intensidad. ¡Déjala volar y observa como todo el mundo
es iluminado por ella!
Cuando sentimos la fuerza de la Fe en nosotros y nos
mostramos liberados de nuestra condición humana, entonces podremos mostrar
nuestra verdadera naturaleza divina que todos somos. ¡Tú también!
Ánimos, amada alma que vives estos momentos de
incertidumbre y desubicación en los tiempos que vivimos. Escucha a tu corazón y
no hagas caso de los miedos, porque estos pertenecen a todos aquellos que te
han ido indicando el camino establecido según los convencionalismos sociales,
culturales y religiosos. Deja que los demás hagan lo que tengan que hacer. Tú,
escucha a tu corazón y sigue tú camino, no el de los demás.
Tu corazón te indica la dirección a seguir. El camino que
debes de hacer es único, y solo tú lo puedes hacer tal como ha de hacerse y se
necesita para el mayor bien de todos. Aporta tu grano en este Plan Superior,
del cual todos pertenecemos. Todos formamos parte, y, en su momento, todos se
darán cuenta de él. De momento, acúnate dentro de ti, cerca de la calidez de tu
corazón, que él te susurrará tiernamente para calmar tu inquietud y
desconcierto.
Todo y así, el hecho de haber llegado hasta aquí, ya es
señal que has empezado a escuchar esta voz que te ha hecho reflexionar o
cuestionarte las actitudes de un pasado. Por esto tienes los sentimientos que
tienes o ves las contradicciones en tu entorno o vida.
¡Bien, bienvenida a la nueva vida!
Lo viejo quiere reclamar lo que durante años dominaba,
pero una nueva energía más amorosa está entrando en ti, por eso te sientes como
te sientes. Una especie de lucha interior está produciéndose en ti. Todos y
así, tienes una gran suerte: en el fondo, hay algo dentro de ti que te hace
avanzar diferente,…la voz de tu corazón.
Escúchala porque te llevará a la plena libertad y
realización en tu vida.
¡Ánimos! Todo va bien.
Que el Amor y la Paz sean en ti.
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