Estoy emocionado. Mis ojos derraman lágrimas al sentir la
fortaleza de nuestro interior. Siguiendo el empeño de lo que sentimos en
nuestro corazón, hace que tu vida vaya transformándose para abrir la puerta de
lo que tanto sientes dentro de ti y que te hace llevar allí donde tu verdadero
ser se encuentra en lo más alto de tu presente.
Es tanta la emoción que estoy sintiendo en estos momentos
que mis ojos limpian las impurezas de la impotencia creada a lo largo de los
años.
Aquello que uno siente con una fuerza inusual que te
lleva a dar los pasos hasta encontrarte justo en aquel instante donde tu
creatividad se muestra como un volcán amoroso haciéndote sentir como el ser más
especial fuera de tu cuerpo estando en él, es lo que hay dentro de ti que debes
de dedicar tu vida a ello.
La fuerza que uno tiene es tal que lo que puede suceder a
tu alrededor queda pequeño en relación al amor que te empuja a ser tu.
¡Sí!, siento esta fuerza en mí, sabedor que cada uno de
los que me rodean también la poseen. Siento la intensidad del amor de nuestra
esencia innata, llevándote a aceptar y a darte cuenta a través del sentir, que
toda tu existencia es única, y ésta implica a todos los que se encuentran a tu
lado; y de alguna manera, aquello que sientes y haces según esta fuerza que
emana de lo más profundo de tu naturaleza, también derrite las resistencias que
puedan haber a tu alrededor para que lo que sientes pueda llevarse a término.
Sabes esto y mucho más.
¡Hay tanto potencial amorosa en cada ser humano, que el
término humano deja de tener sentido!
Algo dentro de ti te empuja hacia algo que a lo mejor, ni
siquiera tú, eres consciente de ello. No lo ignores. No lo rechaces, porque
aunque hayas vivido la vida que has vivido, la vida de depara algo mejor para
ti. No importa en qué momento te encuentres ni lo que estés haciendo. Sientes
el amor en ti y éste te empuja hacia el amor manifestado que realmente eres.
Es tal la fuerza que tenemos que solo con nuestra
voluntad persistente podemos abatir todo muro que nos impide avanzar.
Es tal la intensidad que siento en estos momentos en mi
interior que no hay limitaciones para mi ser. No puedo dejar de llorar, pero no
por tristeza o impotencia acumulada, sino por la emoción y el amor que se me
permite mostrar de aquel quien soy en verdad.
Mis dedos tiemblan de lo que siento.
La fuerza del Amor te hace avanzar y es desde el Amor,
que tu vida abre las puertas hacia dónde tienes que llegar.
¡Déjate llevar por él!
¡Deja que tu nave existencial sea guiada por la esencia
de quien te creó!
No hay nada más conmovedor que sentir como eres llevado
hacia la magnificencia de lo que has venido a hacer. La ilusión es grande. La
emoción,… …sublime.
Siento el Amor de donde procedo. En este estado nada de
lo que vivo y acontece en mi dimensión parece tener valor más allá de lo que se
percibe. No hay nada que temer. No hay nada que debáis de inquietaros. Aquello
que vivís y experimentáis no os llevará a un conocimiento terrenal, sino a una
sabiduría divina que habita en cada uno de vosotros.
No sois quienes sois. Aquello que sentís os indica el
camino a seguir. Os conduce a unas decisiones para llegar a vuestro bienestar.
¡Es tanto el potencial y la fuerza de vuestro interior
que sentirla y adentrarse en ella abriría las montañas para que pudieseis llegar
a la gloria de quienes sois sin adversidades posibles que hasta ahora habéis
creado vosotros mismos.
Sólo el Amor que hay en vosotros mismos puede abrir la
puerta de vuestra divinidad y realización en vuestra encarnación actual. Nada
os puede frenar, porque el Dios que sois derrite el hielo de vuestro pasado que
se encuentra en ante vuestro presente.
Así es la fuerza de vuestro interior. Esta es la fuerza
que tenéis cada uno. Vuelvo a repetir: ¡CADA UNO!
¡Sentid quien sois!
Es tanta la emoción que siento que mi corazón, abierto de
par en par, siente la unicidad con cada uno de vosotros. Sé que algunos os
encontráis en una distancia muy lejana a la mía, pero no es así como lo siento,
porque es como si estuviéramos todos juntos ahora y aquí.
¡Siento tanto Amor dentro de mí, que hace que mi alma se
eleve y sienta al Padre y el Hogar conmigo!
¡No desfallezcáis, amados hermanos distribuidos a lo
largo de los cinco continentes de este mundo que hemos acordado venir y experimentar
con la materia!
¡No os desalentéis porque vuestra voluntad y lo que
sentís en vuestro interior os empuja hacia la luz de vuestro camino!
¡Confiad y tened Fe! Llegará el día que lo que sentiréis
os llevará a no valorar lo que ahora valoráis y os atrapa. Llegará el día que
la Luz de la que os estoy hablando os parecerá irreal porque os liberará de
vuestra condición humana.
Nada de lo que os transmito pertenece a la realidad que
conocéis, y a la vez, todo este potencial se encuentra ya en vuestro interior,
desde el primer día que nacisteis.
Os estoy hablando del verdadero Amor que sois, del verdadero
ser que habita en cada uno de vosotros y la capacidad que tenéis de poderlo
activar y manifestar según la plena libertad que se os ha concedido. ¡Hacedla servir
para dirigiros allí donde vuestro corazón os indica!
Quiero deciros que tenéis mi Amor que os apoya y os da el
coraje desde los niveles superiores de nuestra conciencia, porque así es mi
voluntad. No temed porque no estáis solos, y no lo digo por mi presencia en
cada uno de vosotros, sino porque el Hogar se encuentra con vosotros y os miman
y os aman incondicionalmente en todo momento de vuestro proceso.
Algún día todos nos encontraremos sintiendo lo que ahora
yo siento, y entonces nos abrazaremos, creando una sola Luz, trascendiendo
nuestro amado planeta, hacia niveles que denotarán que el Plan Divino por el
cual hemos nacido una y otra vez en este rincón del universo habrá concluido
satisfactoriamente.
Siento la calmada plenitud, la gran Paz y el Amor del
Padre en mí, y desde este estado os digo:
“Amados hermanos,
dejad que el Amor sea en vosotros. Sentidlo y entregar vuestro timón a aquel
que os creó”
Desde mi corazón, que el Amor y la Paz sean en todos
vosotros.
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