Hace unos cuatro días hablaba con alguien sobre un cambio
de actitud en su vida en un aspecto concreto d’ella. Al día siguiente recibo
una llamada de la misma persona preguntándome qué es actitud, qué diría que es
la actitud.
Bien, hoy me gustaría deciros unas palabras al
respecto.
Podríamos definir la actitud como la manera concreta de
encarar una situación o tipo de relación en nuestra vida.
Permitidme que os ponga un ejemplo: Tú quieres cruzar de
un lado de la calle al otro. En muchas poblaciones hay unas rayas pintadas al
suelo que son los denominados “pasos cebra”, lugar de paso para los transeúntes
y donde éstos tienen preferencia ante los vehículos.
Podemos cruzar la calle o avenida con tres actitudes:
1.
Esperas que pasen todos los coches, por si acaso,
y después, cuando ya no veas a ninguno, entonces pasas tú.
2.
Sabiendo que es un lugar de preferencia para los
peatones, decididamente empiezas a cruzarlo, no antes sin haber mirado a la
derecha y a la izquierda por lo que pueda llegar a ser. Avanzas, pero con
precaución por si algún conductor va distraído.
3.
Tú sabes que son lugares de paso para los que van
a pie, entonces, cruzas la calle sin mirar.
Éstas son tres actitudes ante un mismo hecho:
-
La primera mantienes una actitud pasiva ante el
hecho. Hay demasiado miedo en ti y decides que todo aquello que pueda hacerte
daño pase, y después tú ya darás el paso hacia donde quieres ir, lo que pasa,
es que los supuestos peligros siempre están, y vas demorando tu proceso y el
hecho de llegar allí donde tu corazón siente que debes de ir. Pasividad.
-
La segunda actitud es la decisión firme de saber
que quieres ir allí, todo y así flexibilizas tus creencias de saber que estás
en un lugar donde tú tienes preferencia por si después lo tengas que lamentar.
Es flexible, decidido y estás atento a tu entorno para saber cuándo deberás de
aminorar tu paso o acelerarlo. Caminas hacia delante pero adaptándote a tu
entorno, de esta manera llegarás allí donde quieres sin sufrir. Decisión firme
y flexible.
-
La tercera decisión es la de aquel que sabedor que
está en un lugar de preferencia, él lo atraviesa pensando que los demás ya se
adaptarán a él. Han de ser los demás quienes deban de disminuir la velocidad.
Él cruza la calle solo mirando adelante sin estar atento a lo que sucede a cada
paso. Los demás ya se adaptarán a mí. Rigidez, dureza y encierro.
Son tres maneras de cruzar una calle, una situación de
nuestra vida. Depende de qué actitud tengamos, llegaremos antes allí donde
hemos de llegar. Unos tardarán más por sus miedos, otros sufrirán porque no
entenderán la incomprensión de su entorno hacia ellos, y los otros, los de la
segunda actitud, sabrán qué hacer en todo momento, sorteando los obstáculos que
se puedan presentar ante el camino, llegando ilesos, sanos y enteros.
Una actitud puede hacer que la vida te sonría o te haga
sufrir. No es la vida, eres tú que has decidido actuar así ante ella.
Nuestra cualidad depende del tipo de actitud que tengamos
ante nuestra existencia. No es importante lo que nos pasa, pero sí nuestra
actitud ante el hecho.
Un abrazo.
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