Toda una vida para poder
llegar a entenderla y moverme por ella según el sentido de mi presencia en
ella.
Siento un profundo
agradecimiento por lo vivido y por todo lo que mi vida me ha ido ofreciendo a
cada paso dado según mi presente.
¡He recibido tanto!,
aunque no siempre este “tanto” fuera
tal como me hubiese gustado según mi parecer.
He vivido momentos de
entusiasmo por lo que acontecía a cada instante.
He sentido en mi interior
el hecho de poder materializar lo que quería en aquel preciso instante y
deseaba.
He estado en la cima del
bienestar material, conociendo también, las áridas épocas de subsistencia y
escasez.
He podido vivir cerca del
mar y en medio de la montaña, así como en una gran capital, como en poblaciones
cercanas a ella.
Mi vida no ha sido
estable, yendo de acá hacia allá, según los acontecimientos que mi existencia
me deparaba.
Llegué a pensar que yo no
podía hacer nada para salir de las situaciones que me encontraba, a darme
cuenta, con los años, que era yo quien las creaba con una finalidad superior.
Ahora, en el sosiego de
la sabiduría puedo ojear mi vida y ver el proceso que ha seguido hasta mi
presente. Vuelvo a decir, que solo agradecimiento puedo sentir en mi por todas
las situaciones vividas a lo largo de los tiempos.
Quise conocer a Dios, y
llegué a encontrarte ante él y sentirlo en mi interior.
Quise viajar, y la vida
no me dejó estar más de dos años en un mismo lugar, hasta que llegué a estar en
contacto con el mar, durante diez y nueve años, que me hizo darme cuenta de mis
emociones y aprendí, con él, a llorar nuevamente, después de tiempo practicando
sin resultado ninguno. Al final mis lágrimas recorrieron mi tez, alegremente,
hasta sentir la exaltación conforme había conseguido activar mis ojos para que
se expresaran libremente. Fue una gran liberación y un triunfo a la vez, al
encontrar esta puerta donde mis emociones pudieran salir y hacerme dar cuenta
que la presencia de mis lágrimas tenían una finalidad superior y no solamente
para expresar lo reprimido.
Aprendí a llorar, después
de muchos años no haciéndolo. Fue con la práctica que conseguí abrir la puerta
bloqueada de mis emociones. Ahora, con el lloro en mi interior para expresar
incluso la alegría, hacerme dar cuenta de la veracidad de lo recibido, ahora
puedo decir que es parte de nuestro potencial como humanos en fase de divinidad
que todos somos. Más allá de lo estándar se encuentra el verdadero sentido de
toda presencia que en nosotros hay.
Siento un profundo
agradecimiento por todo lo vivido, porque los pasos dados, y lo sentido en cada
situación vivida, la mayoría de ellas no queridas, ahora puedo verme reflejado
en el firmamento reconociendo mi esencia y mi presencia en este mundo
experimental que nos encontramos.
Solo siento
agradecimiento por haber vivido lo que me fue dado a cada momento.
Mi ser empezó poniendo
distancia con mi entorno, y ahora, siente la diferencia con quienes me rodean y
el lugar donde vivo, pero sintiendo la conexión que todos tenemos para una
Voluntad Superior. En retrospectiva, y con los años, mi ser se dio cuenta que
no hay nada al azar y que todo lo que viví me llevó a quien ahora soy. Sé que
ya lo he dicho algunas veces, pero siento un gran agradecimiento por vivir en
medio de este universo y con una finalidad concreta en este plano terrenal,
hecho que me ha permitido elevar mi alma y predisponerme a dar uno de los pasos
más importantes en este nueva etapa que me encuentro.
Aprendí a liberar la
densidad que había en mí.
Aprendí a amar
incondicionalmente, porque el amor que se aplica en el mundo donde nací no se
corresponde con el amor espiritual que es el que sentía en mi interior. Ahora
puedo amar según siento, de una manera pura e incondicional. Aprendí a amar
desde mi corazón.
A lo largo de mi proceso
de pasar de la inconsciencia, eso pensaba yo, a la consciencia me llevó, no tan
solo a aprender a llorar, sino también a abrir mi corazón. ¡Qué alivio! ¡Qué
sensación de libertad sentida en mi ser! Tuve que cambiar mi visión de la vida
y darme cuenta que yo podía responsabilizarme de ella. Al final así fue,
sintiendo la plenitud de mi interior, con toda su apertura e irradiando la
energía de mi esencia de una manera libre y plena. ¡Cuánta majestuosidad cuando
nos abrimos del todo y nos acercamos a nuestro mundo, sabiendo que eres Dios!
Todo lo vivido, cada paso
dado, cada experiencia y supuestas adversidades y denominados retos, aliviaron
mi camino, con mi predisposición de querer llegar a mí. Por fin lo conseguí, y
deseo que cada uno de vosotros lo consiga. Sé que así será, y mientras aceptar
todo lo que viváis con la predisposición del aprendizaje que aquello que vivís
os aporte. Cada toma de consciencia, es decir, cada aprendizaje integrado, os
hará liberar del peso que lleváis desde vuestra infancia y otros tiempos
encarnados, que os permitirán avanzar en vuestro proceso hacia aquel quien en
verdad sois.
Me encuentro en unos
momentos de mi vida, donde me esperan grandes cambios. Estoy preparado para
ellos y dispuesto a adentrarme en ellos. Siento como mi creatividad y mi amor
quieren expandirse para llegar más allá de donde ahora estoy. Mi ilusión es
grande, con una gran alegría en todo mi ser, dispuesto a cruzar estas puertas
que el proceso de la humanidad y mi amada Tierra nos deparan.
Soy parte de cada uno de
vosotros, y todos lleváis parte de mí en vuestro interior. Siento la fuerza y
la firmeza de la Unicidad con el Hogar del cual todos procedemos.
Con los años fui abriendo
puertas, y cada una que conseguía abrir y cruzarla sentía como me elevaba e
iba, en un principio percibiendo, y luego con el tiempo, dándome cuenta,
sintiendo y viendo el paraíso del cual todos procedemos. No estamos solos y
nuestros hermanos de la Luz están aquí, en nuestro plano dimensional para
darnos una mano en los momentos que convengan para poder subir nuevos peldaños
hacia nuestra plena manifestación.
La Divinidad Superior,
así como diferentes comunicaciones con la Hermandad Celestial me han hecho ver
y saber el nuevo proceso que a mi presencia le depara.
Aquí me encuentro para
empezar una nueva vida más en acorde a cómo es mi vibración. Me alegra que todo
tenga sus frutos cuando actuamos y vivimos desde el corazón. El amor nos
acompaña a lo largo de nuestro camino. No hay de mejores y de peores. Solo
existe el adecuado según cada uno. Así lo aprendí a lo largo de mi proceso,
como otros aspectos relacionados con nuestra existencia y el vivir el día a día
en este plano terrenal.
Os amo.
Mi corazón os acoge a
cada uno de vosotros. Me siento parte de todos y del Todo. No estamos aislados
ni solos, solo distanciados y cerrados en nosotros mismos. Cuando aprendemos a
abrirnos, entonces es cuando la vida empieza a cambiar según las pautas de
nuestro verdadero ser, de nuestra esencia. Cuando el amor hace presencia en la
vida de uno, es cuando ésta empieza a tener sentido, recibiendo solo lo mejor
para uno mismo.
Mi amor está en cada uno
de vosotros y mis pasos aceptando mi presente y dispuesto a crear una nueva
vida después de toda una preparación y abertura de mi todo mi ser. Aprendí a
sentir, y sintiendo, me acerqué a mi naturaleza y a la verdad de lo que nos
acontece. Aprendí a saber de mí, y deseo que cada alma, cada corazón pueda
abrirse para poder sentir la majestuosidad de donde procedemos y el gran ser
que somos más allá de lo terrenal.
Doy gracias por todo, por
todos y por mí.
Como decía en algún
fragmento la canción de Armando Manzanero “Contigo aprendí”:
“Contigo
aprendí
Que tu presencia no la cambio por
ninguna (amada vida)
……
Que puedo irme mañana mismo de este
mundo
Las cosas buenas ya contigo las viví
Y contigo aprendí (amada vida)
que yo nací el día en que te conocí”
(amada Divinidad)
Que el Amor y la Paz sean
en cada uno de vosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario