miércoles, 3 de marzo de 2021

Buscando su corazón

 


Una mañana, un ser, al despertar se dio cuenta que no tenía su corazón. Se sintió mal al darse cuenta que percibía un gran vacío dentro de sí mismo.

Al sentarse en su cama para acabar de levantarse, no entendía lo que había pasado. La noche anterior lo tenía, y en cambio ahora, no notaba ningún latido en su cuerpo. Su corazón ya no estaba.

Se levantó, se duchó, y mientras lo hacía empezó a sentirse mal y a no entender esta situación. Se secó con la toalla, se vistió, y después de peinarse, sintió unas ganas de llorar que le sorprendió porque él no recordaba nunca haber llorado.

Fue a la cocina a prepararse un café con leche, y sintió como si le faltase algo en su vida. Esta sensación fue en aumento a lo largo de todo aquel día.

Buscó por toda su casa, y no llegó a encontrar aquel corazón que le pertenecía. Miró los cajones de su dormitorio, los de la cocina, e incluso, el armario donde colgaba y tenía toda su ropa. Su corazón no aparecía por más que buscase. Incluso miró dentro de un cuadro que tenía colgado en la pared donde representaba un paisaje lleno de árboles, no fuera que se hubiera escondido detrás de uno de ellos.

Por la tarde todavía no lo había encontrado. Mientras, en una cala de la playa más cercana a su vivienda, había un corazón sentado en la arena mirando la lejanía de aquel mar que tenía delante con las aguas tranquilas y serenas. Aquel corazón dejó el cuerpo donde se encontraba porque no era valorado, ni escuchado a lo largo de su vida actual. Al final, mientras su cuerpo dormía, salió de él sin hacer ruido y dejó aquel lugar para poder encontrar un nuevo cuerpo que lo tuviera presente a lo largo de esta vida.

Estando en la playa vio como un niño se le acercó y le preguntó qué hacía allí, queriéndolo coger y jugar un rato con él.

El corazón le dijo:

-         Me he ido del cuerpo donde estaba porque no se me tenía en cuenta todo lo que tenía que decirle.

-         ¿Y dónde irás ahora? – preguntó el niño.

-         (Moviendo la cabeza dijo): No lo sé.

-         Pero si tú no estás el cuerpo morirá – expresó el niño.

El corazón levantó sus hombros como queriendo decir que le era igual. ¡Tenía tanto que decir!, pero su cuerpo inicial no le hacía caso.

Mientras, aquel ser sin su corazón, le daba vueltas a su cabeza constantemente, replanteándose y dándole vueltas a su situación. A medida que iban pasando las horas, se iba encontrando peor, dándole más vueltas a lo sucedido y  a lo mal que se encontraba.

De repente, el corazón le preguntó al niño:

-         Tu corazón también te habla, ¿verdad?

-         Sí, y a veces me dice qué debo de hacer para sentirme bien y lo mejor para mí – dijo el joven. Cuando lo escucho me siento bien. Siempre sabe lo que necesito. Me ayuda muchas veces. Yo estoy muy contento con él.

-         ¿Puedo estar contigo? – preguntó el corazón.

-         ¿Y tener dos corazones? Sólo puedo tener uno, y el que tengo está muy contento conmigo. Y yo también con él – añadió.

A continuación le dijo:

- Si quieres puedo recogerte y buscar a alguien que necesite un corazón como tú. Hay muchas personas que no tienen. A veces me encuentro con personas ya mayores que han perdido su corazón. Han estado muchos años buscándolo, y algunos lo llegaron a encontrar. Ahora son felices. (Pausa). ¿Quieres que te lleve a mi casa y busque a alguien que te acepte?

- Me gustaría volver al cuerpo que tenía, pero no me hace caso.

- Haz una cosa: esta noche cuando duerma, vuelve a ponerte dentro del cuerpo y háblale, diciéndole lo que me has dicho. Quizás cambie y empiece a aceptarte y a escucharte.

Después de unos momentos como de reflexión, dijo:

-         Bueno, así lo haré – le dijo al niño.

Aquella noche, mientras el ser con el cuerpo que se encontraba hasta ahora dormía, entró en la habitación y se adentró nuevamente en aquel cuerpo y empezó a hablarle conforme quería lo mejor para él y él ser aceptado por el ser.

De cuando en cuando, el ser hacía una gran respiración como si le faltase el aire. Nuestro corazón lo tranquilizaba, hasta llegar a tener aquel ser, un sueño profundo donde le decía que lo más importante en este mundo se basaba en la esencia del corazón, y que sin él, el individuo no tenía una salida en esta vida. En el sueño, representaba que el corazón le hablaba y el ser hacía lo que sentía dentro de él, consiguiendo realizar todo lo que se proponía según sentía.

Por la mañana se despertó sintiéndose mucho mejor y con una gran sensación de fuerza, coraje y motivación para ser él mismo. Inconscientemente se palpó la muñeca y notó como volvía a tener un pulso como antes. Se alegró y sintió que aquel día debía de salir a dar una vuelta por la naturaleza, que tenía cercana a su domicilio.

Aquel individuo empezó a escuchar y a sentir a este parte de él que se ausentó durante un día. Fue interminable, con ganas que volviera a recuperar la parte que le faltaba: su corazón. Ahora ya lo tenía y empezó, también, a tener presente todo lo que sentía. Su vida cambió.

Pasado unos días después de “estar completo” nuevamente, se dio cuenta que él ni nadie podía vivir siendo feliz sin escuchar lo que había dentro de él. Sintiendo lo que sentía le llevó a una nueva vida, donde esta tenía sentido y le abría las puertas para sentir la satisfacción de lo que había venido a hacer en esta existencia actual.

Nuestro humano se convirtió en un ser más allá de lo terrenal, dándose cuenta que todos pueden ser felices y tener un bienestar si se escucha la parte de uno que se encuentra en su interior. Esta parte, le hará vivir una vida llena de satisfacción, honestidad, felicidad, amor y paz al ser uno mismo.

Aprendió a escuchar a su Corazón, el mejor aliado para sí mismo. Su mente siempre le ayudaba con todo aquello que su corazón le decía. Su vida cambió completamente, al aprender a Vivir desde el Corazón, desde nuestra verdadera esencia.

 

Que vuestro corazón sea escuchado y llevado a término para dar sentido a vuestra presencia en esta vida.

 

 

 

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