Siento la
melodía del silencio.
Siento la
inmensidad de este vacío expansivo que serena mi espíritu y abre todo mi ser.
Siento la
emoción del Hogar en mí. Yo Soy el Hogar.
¡Cuánta vida
existente en la nada! Sientes el
máximo resplandor de tu existencia en este estado donde el vacío da sentido a
tu esencia.
Existes en
lo infinito del presente. Solo eres, pero este SER te permite liberarte de todo
aquello que no forma parte de tu alma.
Sientes como
ésta va extendiéndose cada vez más en el firmamento que se encuentra. Tú eres
parte de ella y vas viendo y sintiendo la vida que te rodea en esta dimensión
que habitas en este estado.
¡Cuánta
belleza! ¡Cuánto Amor existente! Si los humanos despertaran se darían cuenta de
la Verdad de sus presencias encarnadas. Sus existencias tienen un sentido
superior donde el Amor te acompaña y guía tus pasos.
No hay
palabras para expresar este estado y lo que se encuentra más allá de la
materia, de toda forma encarnada. ¡Es el Espíritu que deambula a sus anchas,
siendo aceptado, amado y protegió por nuestra verdadera Familia celestial.
Todo y así,
mucho más de lo descrito es. Mis palabras no pueden identificar exactamente lo
que uno siente cuando se encuentra con uno mismo. Es el proceso que cada uno
debe de seguir para llegar a él, y cuando así es, no es a él que ha llegado,
sino a una plenitud más allá de toda palabra que pueda elegirse para denominar
el sentir de la pureza del Amor y su plenitud.
Solo existe
el Amor, y es este Amor quien permite llevarnos de la mano hacia nuestro
despertar y activación de nuestro ADN, dejando que la Divinidad que somos pueda
manifestarse.
En el
silencio del no-espacio, del infinito existencial, podemos darnos cuenta de
dónde procedemos y todas aquellas energías que velan por nuestra alma.
Aquí no hay
materia, sólo ESPÍRITU. Tú, ante la VERDAD de aquel quien eres realmente. Estás
acompañado, guiado y amado en todo momento, y es la Luz de tu pureza la que te
protege en todo momento, pero no porque haya algo que pueda herirte o atacarte,
sino porque alejas a eones luz, todo aquello que no resuene con tu verdadera
naturaleza.
Este
silencio es acogedor. ¡Es inmenso! ¡Es amoroso en su estado más elevado de
vibración! Lo sientes en ti y todo tú resuenas en armonía con la Fuente que
emana esta calidez celestial y la cuna de todas las almas existentes en los
diferentes universos creados.
Sentir este
estado más allá de lo creado hasta ahora, o llegado a lo largo del proceso de
cada uno, resuena en cada una de tus células y envía la información a cada una
de nuestras capas del ADN, diciendo:
“Sí, tú eres divinidad manifestada. Tú eres
el sentido de la existencia y toda fuente de amor que pueda necesitar tu
presencia donde tu alma encarnada acordó.
Eres
la fuerza y la esencia de la Divinidad, del Amor creador de toda vida y
armonía.
Eres
la fuente cálida y tierna de la compasión, la comprensión y la visión clara de
las decisiones de tu libre albedrío.
Tú eres Yo, amada alma en conexión plena con
tu Fuente original. Te has convertido en manantial de Mi esencia. Tú eres Yo y
Yo Soy Tú.”
Es en este
estado que el Universo te transmite y te recuerda una y otra vez, tu
procedencia y tu naturaleza amorosa. Se abren y se activan nuevos canales para
que, cuando dejas este estado de conexión consciente, de una manera absoluta,
tu alma en la materia pueda seguir su camino celestial, llevando a término su
Plan Divino individual.
Todo es Luz.
Todo es
Amor.
Eres parte
de este Hogar luminoso al servicio de la Fuente Superior, de la cual todos
emanamos eones luz atrás.
No estamos
solos. Hay unas manos amorosas que nos mantienen de pie para continuar nuestro
sendero. Accedimos a servirlo, y ahora, aquí estamos, aunque no siempre se
comprenda el por qué de lo vivido, llevando nuestra presencia a los demás según
lo que cada uno ha venido a realizar.
¡Cuánta
belleza! ¡Cuánta sabiduría a nuestro alcance! ¡Cuánto Amor hacia nosotros!
Amadas almas
hermanas solo el Dios que eres te llevará a una plena comprensión de tu andar.
Escucha a tu corazón y podrás percibir el tintineo del Amor en ti guiándote.
Entonces, empezarás a sentir aquel quien eres.
Mi Amor está
con todos vosotros. Abro mis brazos y os acojo en mi esencia. Seres de la Luz
también os abrazan. Abrid vuestro corazón y sentid la magnificencia de aquel
quien sois.
Que el Amor,
la Paz y el Sosiego sean en todos vosotros.
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