Vivo en un lugar donde todas
las referencias están basadas en la clasificación del ser y el poder denominar
cada situación, cada persona, cada objeto o ser con una etiqueta para poder
asimilarlo desde el raciocinio, y poder así, sentirse seguro y saber a qué nos enfrentamos, a quién tenemos delante.
Clasificar a alguien por lo que hace según el baremo social o cultural permite,
a veces, dar un sentido de seguridad y de controlar nuestra vida.
Más de una vez, en este lugar
donde vivo, en esta cultura y sociedad donde me encuentro, me han pedido que me
defina, explicando ¿quién soy yo? ¿Qué
hago?, bien sea en una entrevista, un encuentro con alguien, una
intervención en una radio, o en presentaciones de cualquier índole. Para dar el
primer paso y abrir la charla, una de las primeras preguntas, sino la primera
es: ¿Quién es Jordi Morella? ¿Cuál es tu
labor?
Buenas preguntas, pero son de
aquellas que, sabiendo la respuesta, no siempre tienes la sensación de haberlo
dicho todo exactamente tal como tú lo sientes. En casos así por más que diga,
siempre me dejo algo por comentar, porque quien yo soy no es una etiqueta. A
veces puede preguntarse a alguien: ¿y tú qué eres, a qué te dedicas? Yo soy
médico. Entonces todos, asienten como queriendo decir que te entienden y saben
lo que haces, aunque no sea así, porque dentro de la medicina hay muchas
especialidades. Dentro de estas, y a la pregunta: ¿qué haces exactamente? “Soy
cirujano”. Ahora saben de aquella persona: médico y, concretamente, cirujano.
Ahora ya está catalogada y se sienten a gusto porque controlan quién es la
persona que tienen delante aunque en el fondo no la conozcan, pero les suena
familiar su dedicación. El primer paso lo aceptan porque conocen lo que hace un
médico y un cirujano.
Ahora bien, las etiquetas no
siempre responden a quién es el individuo. Para conocer a alguien, una de las
primeras preguntas que se le hace es: ¿Y tú qué haces? ¿A qué te dedicas? Si la
respuesta es entendida por quien hace la pregunta, hay una puerta abierta para
ir aceptando más al otro y sentirse bien a su lado, porque conoces el término
de su dedicación.
Todo y así, no siempre es
fácil transmitir lo que uno hace en su
dedicación en la vida. Puede parecer sencillo definir tu actividad o
dedicación. Mientras estés integrado en unas pautas convencionales o sociales,
un nombre, puede servir para tener una idea de lo que hace el otro, pero cuando
tu misión en la vida no transcurre por los caminos convencionales y estándares,
entonces definir qué haces en la vida, no hay etiquetas que definan tu
presencia en este mundo.
Cuando me preguntan ¿quién
soy y qué hago?, la respuesta puede ser muy sencilla o muy larga y nada clara
después de darla, porque el pensamiento racional, cuando haces muchas cosas es
como no hacer nada. La especialización es básica para tener a todos archivados
y controlados. Cuando no hay una sola cosa, o dos, el oyente de mi respuesta
puede perderse en la explicación y no acabar de situarme en su mente debido a
las diferentes actuaciones a través de mi presencia.
A lo largo de los años he
recibido y he sido asociado a un sinfín de etiquetas para poder llegar a los
necesitados de mi aportación y propuestas. El mundo mental necesita etiquetas
concretas para poder entender. Todo y así, cuando encuentras o pones una que a
ti te parece que engloba toda tu misión en esta vida, entonces, cuando la leen,
recelan de ti y ponen distancia por no creerme como tal, según la etiqueta, por
eso, mi camino a lo largo de los años han estado llenos de nombramientos, bien
salidos de los que en algún momento han estado cerca de mí en los cursos,
talleres, charlas o sesiones individuales, o bien me han puesto o yo he tenido
que adjuntar para que puedan saber quién dirigía los encuentros programados.
Sea por la cuestión que sea, en mi vida de dedicación consciente he recibido
muchas etiquetas, algunas de ellas me he sentido más identificado que en otras.
La relación podía ser larga:
terapeuta holístico, psicoterapeuta, equilibrador energético, terapeuta
energético, tarotista, hipnólogo, maestro, especialista en control mental e
interpretación de sueños. Maestro de Reiki, angeólogo, maestro espiritual,
armonizador espiritual, sanador, escritor, vidente,….., en fin, la relación
sería un poco larga.
Todas ellas tenían relación
con lo que en su momento hacía o estoy haciendo actualmente, pero a la vez,
casi todas ellas solo son parte de quién yo soy o hago. Los seres humanos
necesitan respuestas concretas, y a poder ser, cortas para tenerte clasificado
en sus mentes y saber quién eres o qué haces, según ellos.
Una etiqueta limita al ser.
Es cierto que se puede identificar a uno por un tipo de función concreta, pero
este ser, como es en mi caso, es mucho más de lo que puedan llegar a decir de
mi, debido a una relación concreta que se haya podido tener conmigo. Hay quien
sabe de mi, y ya no me reconoce por una etiqueta, sino en que puede contar
conmigo en según qué situaciones. No hay etiquetas, solo saber de tus energías
conforme puede venir a ti para llegar a él. Gran parte de las etiquetas están
en función de poder eliminar unos síntomas u otros: dolor de muelas- dentista,
dolor de estómago – médico estomatólogo, migrañas constantes – psicólogo,
psiquiatra o médico de familia; pantalones rotos o botones de la camisa caídos
– costurera, por ejemplo. Y así, con un sinfín de síntomas. Cada síntoma, una
etiqueta. Tienes un síntoma, entonces vas a una etiqueta concreta.
(Pausa larga). Definir quién
soy es sencillo y lo podría expresar de una manera clara y escueta, ¿pero se
entenderá? Mis palabras, depende que contexto te encuentres, pueden no ser
entendidas o comprendidas del todo. Pero es lo que soy y siento.
Hace relativamente poco, me
invitaron a una radio para charlar un rato en directo con ellos, sobre aspectos
de mi misión. Recuerdo que a la pregunta: ¿Quién es Jordi Morella?, la
respuesta que di fue: Soy una alma
despierta, consciente, al servicio de la Divinidad. Eso es lo que soy, aunque podría haber
respondido de otra manera, y también hubiera sido correcto, porque nosotros
somos Luz y Amor.
En relación a lo que hago,
aquí expuse la función de mi camino, aunque sin detallar exactamente todo lo
incluido en este camino.
Tengo que decir que no me
encuentro cómodo cuando quieren que me identifique con etiquetas. Todo y así,
hay palabras que definen bastante bien mi obra: armonizador energético,
armonizador de almas, ayudo a recordar quienes somos, con todo lo que esto
representa. Libero a las almas y ayudo a abrir el corazón para poder sentir el
amor y aquel quien somos. Pongo Luz en el camino para que cada uno elija cuál
seguir según lo que ha venido a hacer,….. Depende de lo que necesite cada uno,
recibirá de mí, la ayuda adecuada a su situación, siempre teniendo presente, la
responsabilidad que uno debe de tener hacia su propia vida y su proceso de
sanación y bienestar. No tengo una definición para comentar mi misión. Conecto
conmigo, con mi divinidad, con el Hogar en mí, y luego, dejo que todo sea.
Según la persona o grupo que pueda tener delante, será de una manera u otra,
pero siempre fluida y la adecuada.
Que ¿quién soy yo? Soy Luz y Amor. Soy un alma despierta,
consciente, al servicio de la Divinidad. Tengo una misión concreta en mi
vida. La estoy llevando a término, y el cómo me denominen, sinceramente, para
mí no es importante. Sé lo que hago y cómo lo hago. Sé quién soy y mi sentido
en esta encarnación. Estoy en contacto con el Hogar y me comunico con ellos.
Soy Uno con ellos, y ellos Uno conmigo. Soy parte de la existencia y no me
gusta hablar por hablar. Reconozco que soy discreto y me gusta estar conmigo
mismo, porque en el fondo, no estoy solo, sino con toda mi Familia Celestial.
Soy consciente de nuestro
camino y lo que he venido a hacer. Conozco el camino a seguir, aunque no todos
los detalles. Tengo Fe y siento el Amor en mí, en cada una de mis células. Me
gusta estar en la naturaleza y escribir. Me gusta sentir y jugar con la
energía. Tengo el corazón abierto y aprendí a llorar.
Ahora, transmito las
comunicaciones del Hogar y la instrucción recibida por su parte, a través de
cursos, talleres, charlas y el Seminario ¡SENTIR!, sin olvidarme de mis
escritos y libros creados, no todos publicados.
Ante todo lo comentado, a la
pregunta: ¿Quién es Jordi Morella? la
respuesta sería:
“Aquel por el motivo lo conociste o fuiste a
él.
¿Qué hace? Servir al Amor, a la
Divinidad Superior.”
Desde mi corazón, que el Amor
y la Paz sean en todos vosotros.
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