Uno de los mayores engaños
mentales, es el querer conseguir la perfección.
Cuando nuestros pasos se
dirigen hacia la perfección, en cualquier aspecto de nuestra vida, delatan
nuestro interior conforme hemos sido “des-educados”
con un sentimiento de inferioridad y de falta de aceptación de nuestro ser o
vida actual.
Todavía predomina el hecho de
hacer las cosas el máximo de perfectas
posibles, ignorando nuestro quehacer cotidiano y el momento en el cual nos
encontramos.
Querer la perfección nos
lleva a no ser nosotros. Puede parecer una contradicción, pero lo que se
produce cuando “queremos”, es
alejarnos de quien somos en verdad. Toda perfección está relacionada en una
comparación, bien sea en relación a otro, a una situación, algo que hemos
realizado con un resultado concreto, es igual, el hecho es que “queremos” algo que, según nosotros,
todavía no tenemos o poseemos. ¿Seguro?
Vivimos en la materia, y toda
nuestra actuación está basada en ella, en la forma, debido a lo aprendido de
las creencias de nuestro entorno. Cuando “queremos”,
representa que es algo que no tenemos, por lo tanto, nos estamos centrando,
aparentemente, más en lo que no tenemos que en lo que sí. Cuando “queremos”, estamos actuando y decidiendo
según lo inculcado y almacenado en nuestra mente, por lo tanto, el “querer” pertenece a lo mental, y no a
nuestra esencia innata. Es algo inculcado, adquirido, no sentido.
Lo verdaderamente innato es
la aceptación. Aceptar los momentos que vivimos. Aceptar nuestra manera de ser
de aquel momento. Aceptar los esfuerzos realizados hasta ahora y los resultados
obtenidos. ¡Esto es valorarnos y dejar que la vida nos lleve allí donde debemos
de ir! Esto puede conllevar un aprendizaje, pero aceptémoslo.
Está bien sentirnos mejor con
nosotros mismos. ¡Esto es bueno!
Cuando ponemos nuestra
atención más en aquello que no tenemos, en vez de en lo que sí que tenemos, nos
alejamos de nosotros mismos y estamos creando más atracción en nuestra vida de
aquello que no deseamos.
La perfección, sinceramente,
no existe. ¿Cómo podéis querer conseguir algo que ya sois o tenéis? Cuando una
de las reglas de la vida es buscar siempre la perfección, o que siempre podéis
dar más de lo que dais, sea cual sea el resultado, os estáis manifestando como
alguien que “nunca hace las cosas bien”, o que “siempre os sentís insatisfechos
ante los demás por lo que habéis conseguido, pensando que podíais haberlo hecho
mejor”. Ante expresiones de este tipo, estáis gritando a todos diciéndoles:
-
¡Soy una persona incapaz de hacer las cosas bien
y que las hago siempre a medias! ¡Soy incapaz de sentirme realizado por lo que
hago! ¡No se puede confiar en mí porque no sé si sabré hacer bien las cosas!
¡Soy un ser renegado de mi mismo! ¡Quiero ser perfecto y no puedo, pobre de mí!
La perfección es un invento
humano para controlar y someter a los demás al dominio de alguien. Nuestros
resultados nunca convencen a quien nos dirige o a la sociedad. La perfección
nos ata y nos limita como seres, porqué llegamos a actuar más por miedos, que
por nuestras verdaderas capacidades.
Es un engaño de nuestra
mente. Cuanto más perfectos queramos ser, más imperfectos seremos, queriendo
decir con esto, que más dejamos de ser nosotros, para ser parte de alguien de
nuestro exterior (llamadle empresa, pareja, amistades,…).
La persona que busca más la
perfección, es la que más sufre en la vida y más miedos tiene. Una perfección
es fruto del miedo: a quedar bien ante los demás y lo infravaloren; a dar una
imagen para que no se le margine; querer obtener un resultado para velar por un
futuro estable; en fin, toda perfección en el ámbito que sea, comporta unos
miedos internos, emociones reprimidas, y un afán de querer dar una imagen según
“el otro”, no según yo soy.
Perfección representa una
insatisfacción constante que hace que tu vida deje de ser la tuya para
dedicarte a los intereses de los demás.
No existe la perfección,
porque tú ya eres perfecto.
No existe la perfección,
porque todo ya es perfecto tal como es. Todo ya es lo adecuado para cada alma
que interviene en la situación. No podemos ir en busca de algo que ya tenemos.
Es perder el tiempo y vivir en la ignorancia.
Uno de los pilares para
contrarrestar la perfección, es la ACEPTACIÓN.
Aceptar todo lo que haces,
porque es lo que tú sabes hacer en estos momentos.
Aceptar cada resultado
obtenido en nuestra vida, porque hemos puesto lo que sabíamos en aquel momento.
En cada instante damos lo mejor que podemos o sabemos, por lo tanto, cada
resultado es nuestra “obra maestra” en aquellos momentos. Quizás, dos o seis
meses más adelante nuestro resultado será diferente, pero ahora, en estos
instantes, este resultado es lo mejor que he podido crear. ¡Aceptadlo! En él
hay vuestro interior manifestado de alguna manera. Si hacemos las cosas y
andamos por la vida según nosotros, lo que sentimos, al final, sentiremos la
libertad y el bienestar de haber “creado” en mi vida, según yo, no según lo que
dirán o quieren los demás. Esto representa una liberación y una exaltación de
nuestro verdadero ser. Con esta actitud liberaremos todos los miedos, porque
nos aceptaremos nosotros mismos e iremos adquiriendo, cada vez más, la
seguridad de llevar el timón en mi vida. Entonces, solo puedes esperar lo
mejor.
Perfección es un engaño y un
domino de otros tiempos, queriendo estar en primera línea en los tiempos
actuales. Pertenece a la vieja energía, no al actual.
No existe la perfección, solo
la satisfacción de hacer o decidir según sientes en tu corazón. ¿Corazón o
mente? Esta es una de las decisiones que cada uno debe de elegir. En su momento
fue la mente, con la cual crecimos la mayoría de nosotros, pero los tiempos
actuales nos llevan a vivir desde el corazón.
El corazón fortalece nuestro
espíritu, la mente, la perfección, lo debilita.
Cuando somos nosotros, todo
fluye.
Cuando nos aceptamos, estamos
dejándonos llevar por el caudal del proceso que estamos siguiendo, teniendo el
convencimiento que nos está llevando allí, motivo por el cual nacimos.
Acostumbramos a nuestra mente
a ser quien dirigiera nuestra vida. Para muchos, me incluyo en su momento, nos
insistieron que para triunfar en la vida debíamos de esforzarnos muchísimo, ser
perfectos para ser valorado y vivir holgadamente (a nivel económico). ¡Cuánta
ignorancia!
Con los años, me fui dando
cuenta que para llegar a ser felices lo único que debíamos de hacer, no es
esforzarnos, sino ser nosotros. Sencillamente, ¡SÉ TÚ!
¡Acéptate tal como eres!
¡Acepta tus resultados en la vida, tal como te está yendo ahora, porque es el
paso anterior a uno de nuevo más en acorde a como sientes en tu interior!
Siempre estamos en el lugar y momento adecuado para subir nuevos peldaños en
nuestro proceso de evolución. Es ahora donde te estás predisponiendo para abrir
cada vez más, las puertas del Amor en su estado más puro e incondicional.
No hemos de ser perfectos
para agradar, sino ser nosotros para que todos puedan ascender y ser ellos.
Somos un espejo para los demás. Si lo que quieres mostrar es limitación y
sufrimiento, deja de ser tú. Si lo que quieres es llevar a término aquello que
has venido a hacer (y que siempre es amoroso para el mayor bien de la
humanidad), ¡sé tú!
Haz según sientes.
Di, según sientes.
Decide según te guía tu
corazón.
Eres un ser perfecto por
naturaleza, solo es cuestión que lo recuerdes. Luego, el desenlace de tu
historia será reconfortante, maravilloso y emotivo. ¡Ya lo creo que sí!
Lo más perfecto en esta vida,
eres tú, en un proceso de recordar tu verdadera esencia. Tus pasos te están
llevando a esta conexión con el verdadero ser que eres: un ser de Luz, Amor y
Comprensión.
No dudes de lo que haces.
Hazlo y deja que todo sea. Siempre que algo haces, lo haces lo mejor que sabes,
por lo tanto, en estos momentos, ya estás mostrando la perfección que hay en
ti. Acéptalo porque es el mayor regalo que puedes ofrecer a los demás. No hay
más. Ahora es lo máximo que puedes mostrar, y esto, es una bendición para ti y
los que te rodean. Sé consciente de tu presencia en esta vida.
Gracias por ser y estar,
amado ser. Gracias.
Solo existe el Amor.
2 comentarios:
Buenos días, Muy cierto y muy esclarecedor este mensaje, El camino no es el camino de la perfección, sino el camino de la aceptación y actuar desde el corazón. Gracias por explicarlo de una manera tan clara y comprensible. Un abrazo de luz.
Otro para ti Isis Diosa de la Magia.
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