Una niña con su mamá

 

Una vez una niña le preguntó a su mamá:

-         Mamá, ¿porqué tú nunca tienes miedo?

Su madre le respondió:

-         Por qué te tengo a ti, a papá y siento vuestro amor hacia mí. Para mí vosotros sois la protección para poder hacer todo aquello que debo hacer para ti, para papá y también para mí.

-         ¿Y por eso no tienes miedo?

-         No porque me hacéis darme cuenta que yo también soy Amor, teniendo este Amor dentro de mí. Cuando uno siente el Amor, no tiene miedo, ni duda sobre el qué hacer. No importa lo que viva, porque sabe que el Amor siempre le hará sentir bien. Por eso no tengo miedo.

-         ….

-         ¿Tú te sientes bien hija? ¿Te sientes amada?- le preguntó su madre.

-         ¡Sí! – respondió sonriendo.

-         Porqué tú eres una gran persona. Tienes un gran corazón. No temas porque siempre vas a salir adelante. Mira, vamos a hacer una cosa: respira despacio y cierra los ojos.

La niña lo hace.

-         Ahora, ¿cómo te sientes?

-         Bien – respondió la niña. Estoy muy bien.

-         Esto que estás sintiendo eres tú. Si lo vas haciendo de cuando en cuando, dejarás de tener miedo, porque te irás sintiendo bien. Te sentirás como si alguien te abrazara. Entonces te sentirás protegida, y cuando alguien se siente bien, no tiene miedos porque sabe que todo irá bien. ¡Vive así, hija!

Entonces la madre y su hija se abrazaron allí en el parque donde se encontraban, y a continuación su hija se separó para ir a jugar.

 

Cuando vivimos desde nuestro mundo interior, y no desde nuestro exterior, entonces, los miedos desaparecen, así como las dudas.

Vivir desde nuestra integridad, desde aquel quien en verdad somos hace que el universo se manifieste en nosotros, y quedemos protegidos por nuestra verdadera esencia.  Será entonces, cuando vayamos conociéndonos para saber aquel quien en verdad somos.

Siendo así, la vida fluirá porque tu actitud ante ella será de aceptación, llevándote hacia la materialización de aquello que uno ha venido a hacer.

No temas, porque el temor procede de tu exterior.

Vive desde tu mundo interior, teniendo presente aquello que sientes dentro de ti.

Tú eres Amor.