miércoles, 1 de febrero de 2012

Transición hacia el "Ahora posterior"

Vivo intensamente el presente, sintiendo cada instante de cada segundo, minuto e instante allí donde mi cuerpo y mi consciencia se encuentren. No siempre coinciden, todo y así, siento la intensidad de mi presente constante.
En estos momentos me da la sensación que aquello que ha de ser no acaba de llegar. Hay aspectos que parecen demorarse, pero nada es real en relación a la lentitud y estancamiento del proceso.
Nos encontramos en momentos claves de nuestra evolución, como humanos, y las energías están actuando como no lo habían estado haciendo hasta ahora. Todo se acelera. Todo avanza. Todo se mueve. Nada está parado a pesar de que nos pueda dar la sensación que está siendo así. Nada.
Recibo información más allá del raciocinio, y cuando me encuentro en el Hogar, siento la inmensidad del firmamento en mí, porque yo soy el universo en movimiento.
Soy consciente de mi proceso en mí, ahora. El servicio a la humanidad, hace que aquí donde me encuentro pueda ayudar a aquellos que lo necesitan en estos momentos. Mi familia está siendo “el plato fuerte” de lo que debo de hacer ahora. Ya hace tiempo me acerqué a ella y es desde hace unos meses hacia aquí donde veo resultados de mi presencia, a pesar de que a veces he habido de hacer saber a los demás mis decisiones, no siempre entendidas, o malinterpretadas por parte de algunos. He debido de reafirmarme y sentir la serenidad de mi corazón, para obrar con la firmeza del amor y la comprensión hacia aquellos que se encuentran implicados.
Hay momentos donde puedo estar conmigo. Según mi parecer, demasiados, permitiéndome un tiempo para mi alma y hacer aquello que me gusta y siento que debo de hacer. Alguien podría decir:
- ¡Mira qué bien!
Yo no digo nada. Acepto, siento y dejo que todo sea.
Estoy al servicio del Padre, y es Él quien me guía. Es Él quien me lleva donde debo de estar y qué hacer, cómo llevar a término su Voluntad.
Se me ha hecho ver lo qué ha de ser en mi vida.
Se me ha llevado más allá del espacio - tiempo para mostrarme mi vida de aquí a un espacio de tiempo no lejano.
He visto lo que será. Me he encontrado allí y he sentido las energías de aquellos momentos, así como las de todos aquellos con los que me encontraré. He sentido y he visto la actividad de mi vida en un “ahora posterior”.
Sé de ella y como me sentiré.
Sé cómo me verán los demás, e incluso, la repercusión que tendrá para mi entorno y planeta.
Sé de mi presente posterior en el ahora actual.
Mi interior vibra lleno de vida, ilusión, alegría y gozo de poder servir a la Fuente de toda Vida en este rincón del universo de nombre planeta Tierra.
Vuelvo a mi presente actual y vivo el proceso para llegar allí donde la Voluntad Divina ha permitido que conociera.
¡Sí!, ahora me encuentro en este ahora sabiendo de mi deseado ahora posterior. Sé que mi presente me llevará a él. Lo sé, pero no lo tengo en cuenta constantemente porque lo que es importante es el presente más inmediato. En él, me da la sensación que mi avance hacia mi voluntad es lenta, pero nada más lejos de la realidad. Todo se está acelerando para el mayor bien de todos. ¡De todos!, incluyéndote a ti y a mí.
Me doy cuenta de los momentos que no estoy haciendo “mi actividad” directamente con personas y queriéndola hacer. ¡Tengo tanas ganas de servir al Padre y llevar a término su Voluntad! ¡Y más sabiendo lo que ha de ser y dándote cuenta de tu presente que no es exactamente como te gustaría que fuese! Todo y así, que conste que lo acepto, y me siento agradecido por todo lo que la vida me está ofreciendo y dando. Me doy cuenta que no estoy parando de “trabajar” para todos aquellos que me rodean y habitan el planeta. Me doy cuenta que estoy ayudando a este planeta y al universo para que todo sea. ¡Sí, me doy cuenta! Incluso dormido.
El trabajo de un servidor de Dios no se detiene en ningún instante. Muchas veces puede dar la sensación que no se está haciendo nada, pero el verdadero Hijo de Dios sabe que no es así, que el tiempo que está viviendo y de la manera que lo ve, está con sus energías ayudando a alguien en algún nivel, y que su presencia no es en vano en este ahora, en el presente. No todo es remuneración, tal como se entiende. Entonces, el trabajador al servicio de la Luz y el Amor observa su entorno con los ojos de su corazón, viendo los frutos de su presencia, a pesar de que los demás no sean conscientes de ellos. Ve como la armonía se va aposentando tranquilamente en el interior de los seres que le rodean o convive. Ve como las decisiones tomadas en sus momentos están dando sus resultados paulatinamente. Ve que todo se dirige hacia el equilibrio, la paz y el bienestar, a pesar de que los que viven en la dualidad hacen intentos de malinterpretar y crear malestar. Ya no pueden con un ser iluminado. Ahora son ellos quienes se adaptan a él sin darse cuenta.
Mira todo esto y se da cuenta que nada está parado y todo se dirige hacia la manifestación del ser que vive en la condición humana de esta dimensión.
Muchas veces nuestro trabajo no se encuentra ante grandes grupos o sesiones individuales o grupales, sino que a menudo, el verdadero trabajo del ser entregado a las manos del Padre se realiza cuando está solo o no tiene actividad con la gente. Es a menudo que conecta con el Hogar y hace su trabajo más importante, cuando está solo. Entonces se siente cómodo y libre, irradiando sus energías y dirigiéndolas hacia aquél o aquellos que más lo necesitan. Es entonces cuando acompaña a entidades, atrapadas en nuestra dimensión, hacia la Luz; o cuando recibe los mensajes correspondientes a realizar sobre lo qué ha venido a hacer. Es en estos momentos, donde incluso hace todo aquello para llegar a más almas de nuestro amado planeta, como es escribir y/o publicar en diferentes webs o blogs donde son leídos por seres de todo el mundo, transmitiendo la sabiduría del Hogar y la experiencia del ser que, siendo consciente de su divinidad, la vive en la dualidad desde el amor y el corazón. Es entonces cuando responde a diferentes e-mails que recibe consultándole aspectos personales o dudas de aquellas almas que, como él, siguen el camino de la Ascensión. Es entonces cuando medita y siente a los que están con él desde dimensiones superiores a la suya. Es entonces cuando conecta, elevándose, llegando a otras dimensiones como ser multidimensional que es. Es en estos momentos de no actividad aparente cuando eleva su alma, siente el amor que es y se reúne con el Hogar, más allá de cualquier espacio – tiempo.
Aunque el proceso pueda parecer ir lento, nada de todo esto es cierto, porque aquellos que se encuentran en las altas esferas de la Luz están ayudándonos en todo momento para que podamos llegar a dar nuevos pasos hacia nuestra plena realización y Ascensión.
El Amor os protege. Somos Amor y éste nos abre las puertas de nuestro proceso. Sintamos este Amor en nosotros y dejemos que todo sea.
¡Nunca antes todo ha ido y está yendo tan deprisa, jugando a nuestro favor, para que tú puedas ser tú!
¡Relájate y siente! Nada más debes de hacer para Ser.

¡¡¡SIENTE …y SERÁS‼!



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