jueves, 28 de abril de 2011

Del Maestro Interior

Una de las características del Maestro manifestado es la visión general de todo proceso y de cada situación en relación al Todo.
Este ver más allá de la forma le permite entender y darse cuenta cuál es el mejor camino a seguir para continuar avanzando por la alfombra de la Ascensión.
Está conectado con su divinidad y sabe que él es el Dios creador y amoroso de toda la existencia, Unido al Dios Universal donde se encuentra nuestro Hogar y la Familia Espiritual.
Cuando el Maestro hace presencia todo el espacio se ilumina y su amor abraza a todos aquellos que se encuentran cerca de él. Todos salen beneficiados por su grado de evolución.
La visión más allá de lo terrenal le permite abrir los caminos para que la humanidad pueda continuar su proceso evolutivo. A menudo no es comprendido ni aceptado, pero es en la discreción, la aceptación y haciendo lo que siente que debe de hacer sin ruidos, lo que le permitirá abrir las puertas de la sanación y la elevación de las consciencias para todos aquellos seres, aquellas almas que sienten las inquietudes espirituales en su interior pidiendo paso.
El verdadero Maestro no se vanagloria porque sabe que solo es una pieza del Todo, un canal donde la Voluntad Divina puede manifestarse a través de él, llevándose a término.
Ver más allá de la forma le permitirá liberarse de todo acto limitador. Para que así sea, ha debido de subir bastantes escalones para llegar a sentir la Divinidad en él, dándose cuenta y SINTIENDO que él es Dios manifestado. Cuando esto sucede, no impone lo que sabe, respectando el proceso evolutivo de cada uno, no teniendo la sensación que él está más avanzado que el otro porque el ego ha desaparecido de su ser. Está equilibrado. No piensa que sabe más que la mayoría de los demás. Insisto, no es maestro; no es poseedor de conocimientos, y por lo tanto, más que los demás. Él vive, siente y actúa desde el corazón, en acto de servicio de la Fuente Creadora de Vida Universal.
La Maestría no es transmitir para que aprendan. No es “yo sé” y los demás no. El papel de la Maestría no es querer convencer conforme lo que se dice es la VERDAD absoluta,  por lo tanto, los demás deben de creérselo.
Un verdadero Maestro no impone, o quiere convencer, no se cree poseedor de la Verdad. El Maestro no se hace ver conforme “él sabe”.
Nada de todo esto hace, porque su sabiduría le hace saber que él sabe, y como sabe, no tiene ninguna necesidad de hablar y decirlo: no tiene la necesidad que le valoren por lo que sabe; sencillamente sabe que sabe, y no tiene ninguna necesidad de demostrarlo a los demás porque ya sabe que sabe.
A lo largo de los años, de mi docencia espiritual, me he encontrado con personas donde el ego predominaba en sus actos y palabras en el momento de querer ayudar a los demás a adentrarse en la espiritualidad o en hacer obras conjuntas con seres del mundo espiritual (ángeles, seres de luz, Maestros Ascendidos,…).
Cada uno sigue su proceso amoroso para elevar su alma. Es cierto que hay una Verdad única, pero debemos de dejar de querer convencer a la gente conforme “uno sabe lo que debe de hacer el otro (paciente/discípulo)”. Solo hay una Verdad para todos, y esta es: “Tú, cada uno de nosotros, es Dios”.
El camino para llegar, no solo para darnos cuenta de este hecho, sino de sentirlo en cada una de nuestras células y sanarnos hasta poder manifestar nuestra divinidad, depende de cada uno.
El Maestro Espiritual esto lo sabe y respeta al ser con palabras de apoyo, ánimos, coraje y esperanza que él també llegará a manifestar su propia esencia. Deja a la voluntad de la persona el hecho de dar pasos para liberarse de sus miedos y adentrarse en el camino que le llevará a su Dios Interior, a él.
En verdad debo de decir que, a lo largo de los años, en almas despertando su maestría, el ego ha hecho presencia en la mayoría de los seres con dones espirituales o cierta sabiduría adquirida, y que llegado a este punto, ha predominado “el sentirse importantes”, antes que mensajeros del Gran Plan Divino.
Una aurea de falsa humildad irradian a todos aquellos que les rodean. Todo y así, sus palabras los delatan. También sus actitudes. En relación a ellos diré que los espacios donde se encuentran “están habitados por entidades, energías de baja vibración”, y en más de una vez he habido de “hacer limpieza y enviarlos hacia la luz”.
Un Maestro Espiritual no necesita títulos ni aclamaciones de su entorno, porque sabe que solo es una pieza del Todo y que en otros lugares hay otras piezas para completar el rompecabezas del Dios Universal que todos somos.
Es flexible, tolerante y no controlador, respetando nuestras decisiones, porque sabe que su vida no le pertenece, sino que está incluida en un Plan Superior Divino, en el cual él es una pieza más. 
Hace lo que siente que su corazón le dicta, sabiendo que es para un mayor bien. Sabe que todo lo tiene y todo lo tendrá, por eso no tiene miedo de dar los pasos que siente que debe de dar. Sabe que “no está solo”. Su mente es amorosa y está al servicio de la voz de su corazón.
El Maestro Espiritual, sencillamente es, dejándose llevar por el flujo de la vida y el amor, dejando que cada uno conecte con su empoderamiento para abrir las puertas que necesite, y acercarse así, al Dios que es.
 
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.  

domingo, 24 de abril de 2011

Son las 19:33

Miro el reloj y son las 19:33.     

La vida está llena de señales en nuestro día a día. Cada jornada te ofrece una oportunidad de comprensión de tu proceso y tu presente. Cada señal es presente, sabiduría a través de la forma: un periódico, un reloj, el portal de una casa, una película, un bebé o unas palabras escuchadas. El relleno espiritual de nuestra cotidianidad se expone ante nosotros como una gran parada de regalos y entendimiento para nuestro ser y nuestro avance hacia la Ascensión.
Tenemos todo el “material” para saber, sólo se necesita nuestra predisposición a abrirnos y darnos cuenta del contenido aleccionador de cada instante de nuestro caminar.
Con la Conciencia despierta nos daremos cuenta de las respuestas que nos formulamos a lo largo del día y la comprensión de en qué punto del proceso de nuestra alma nos encontramos.
Miro el reloj y veo el principio de la Maestría (19), de un período donde el Ser Crístico se manifestará (33). Es un SÍ CÓSMICO en relación a nuestras demandas y voluntad.
Abrámonos a la vida y adentrándonos en nuestro interior encontraremos la llave para abrir las puertas de saber qué hacer en nuestra vida, cómo estamos, qué sentimos y los ánimos del Hogar del cual pertenecemos para continuar el camino iniciado por propia voluntad.
La vida es nuestra aliada cuando nos abrimos para llegar a lo más hondo de nuestro SER y poder conectar y sentir nuestra Divinidad.
Es la hora exacta universal para entender los tiempos actuales.
Un nuevo inicio para dar paso al Maestro (19) que hay en nosotros, en cada uno, y dejar que el DIOS que hay en nuestro interior pueda ser manifestado (33).

Miro el reloj y son las 19:33
Es la hora de la realización y la plenitud.

Los tiempos del Amor ya han llegado.




miércoles, 20 de abril de 2011

Etiquetas limitadoras (Reflexión)

De hace años hacia aquí, y sobre todo, desde que entramos en el nuevo milenio, el aparador de la espiritualidad ha quedado invadido por las etiquetas de, representa, “nuevas maneras de ayudar al ser humano”: “Psicología ecológica (???), regresiones, constelaciones familiares, técnicas de liberación emocional (EFT), psicología transpersonal, reconexión personal, biodescodificación, sanergía, reconexión, reiki angelical, ensoñación consciente, talleres de códigos de Luz Quantum Holoforms, de registros akáshicos, de Merkaba, de cambio cuántico, etc, etc, etc, ….”. ¿Son necesarios tantos nombres etiquetados como para hacer ver que lo que se hace es la última novedad y “¡el no va más!”? Podría nombrar y nombrar muchas otras maneras que se han hecho un lugar en el mundo de la autoayuda o sanación, como si fuese la llave para el ser humano. Muchas de las etiquetas van destinadas a desbloquear una parte del todo que es el individuo. Se crean terapias y sistemas para tratar una parte de la persona. Algunas de ellas, incluso, vienen a ser casi lo mismo pero con diferente nombre. ¿Es necesario hacerlo? ¿Es necesario ir por partes para tratar el todo? ¿Es necesario que se haga trabajar a un bebé para que aprenda a andar, primero hacer unos ejercicios para cada dedo del pie, después el tobillo, a continuación las rodillas y finalmente las caderas??!? ¿Es necesaria tanta dedicación parcial cuando somos un todo? Sencillamente se debe de enseñar a tener equilibrio, sin dar la importancia conforme estas “parcialidades” son “básicas y esenciales” para la existencia. Una visión limitadas la que crea las etiquetas.
 De cuando en cuando “descubro” nuevos etiquetajes sin llegar al fondo, a la raíz de lo que realmente nosotros somos y todo es,…. ¡y necesitamos!
Vivir desde el intelecto crea situaciones mentales, y estas aportan resultados que no “van al grano” de lo que realmente necesitamos. Podemos sentir un alivio, pero no solucionan la situación o el estado interior en que nos encontremos. Solo una conciencia despierta en un ser equilibrado, como una plena conexión con su divinidad puede darse cuenta que el ser humano se distrae con “inventos” que con el tiempo serán obsoletos. Así ha sido, creándose nuevas etiquetas cada “x” tiempo. “Cuando se va al detalle, nunca se tiene bastante. Cuando se va al por mayor, todo se tiene”.
No se puede crear y actuar desde la parcialidad si queremos que el ser que somos se manifieste con toda su majestuosidad, porque sino estamos creando una conciencia de dependencia, de hacer un curso o una terapia y darse cuenta, después, que necesita hacer otras cosas porque las que ha hecho no le acaban de llenar y satisfacer del todo en la vida para conseguir la plena felicidad, una salud radiante y un absoluto bienestar interior.
La espiritualidad no es parcialidad. La espiritualidad es plenitud.
               Para hacer funcionar un coche no es necesario que se enseñe a alguien cómo funciona una dinamo, y después los pistones, y a continuación el carburante, y así parte por parte. A alguien que quiere hacer funcionar un vehículo, se le debe de dar “la llave” y dejar que la conecte, y así darle un pequeño giro o indicándole qué botón es si es automático. Esto es lo que está pasando actualmente en todos aquellos que se adentran en el mundo espiritual. Se están encontrando en su entorno con un libro lleno de instrucciones de cada parte del vehículo. Unos tratan una parte, y otros el resto. Si juntásemos todas las “etiquetas que son la salvación para nuestro ser” podríamos empapelar toda una habitación. “¿Son necesarias tantas valoraciones para decir: lo ves? Esta es muy importante y la hago yo”. Si todas y cada una de ellas son importantes, ¿por qué dar tantas vueltas  y no ir directamente a lo esencial?
Demasiados intereses relacionados con el ego, vanidad y la poca conciencia, al no transmitir lo que realmente se necesita. No quiero decir que no sea necesario trabajar las emociones, equilibrar a la persona, o hacerle ver una visión holística de la su vida y ser. ¡No, no quiero decir esto! Alguien puede llegar a decir que son pasos importantes para llegar a otros más profundos de autoconocimiento, pero yo os digo que a un bebé que está aprendiendo se le debe de enseñar a levantarse y mantener el equilibrio, no a decirle que se coja para que no caiga. ¿Veis el tipo de energía diferente que se le está dando en su “instrucción”? Una es de tipo limitador: cógete para que no caigas y así puedas mantenerte derecho; y la otra es hacerle ver que puede mantener el equilibrio por él mismo. Hemos de mostrarle su potencial ilimitado sin miedos. No se le muestran las muletas porque le estamos inculcando una dependencia y un sentido de: “yo no siempre puedo o podré”. ¿Veis la diferencia? La energía de la instrucción es muy diferente una de la otra. Son pequeños matices que hacen que el individuo después actúe desde el miedo y el no saber que siempre puede, o que se sienta fortalecido y sabedor que él, pase lo que pase, puede.
Todo depende de cómo se hace servir la energía en nuestra vida, y las energías que recibimos cuando nos encontramos en un proceso de aprendizaje desde el principio. Son matices pero que harán, con el tiempo, poder manifestar al verdadero ser que somos con todas nuestra plenitud.
No hemos de tratar solo nuestra parte emocional, ni nuestra parte mental o física, ni todos los aspectos más humanos de nuestro ser. Lo que hemos de hacer es enseñar al individuo cual es su verdadera naturaleza, y esta no es humana, sino espiritual. Nos pensamos que la forma predomina ante el fondo, pero nada más lejos de la realidad. Todo aquello que crea cierta dependencia (ir muchos días a una consulta, o hacer cursos y cursos, o que alguno de ellos dure mucho tiempo o días), no es el camino adecuado.
¿Qué tal si enseñamos al ser humano a pescar por sí solo y no darle el alimento cada vez que lo pida? Enseñarle a pescar haremos que él pueda tener el alimento que necesita cuando lo requiera, no cuando nosotros le demos el día y hora para que vuelva a venir.
Esto representa vivir y actuar desde la parcialidad, desde la dependencia, la limitación como seres. Estas palabras, probablemente sean recriminadas y contra decidas por algunos de los que las leéis, pero no os debéis de crear este malestar, sino pensar el por qué os han alterado, en caso de que así haya sido y queráis tener razón.
El ser humano no es quien se piensa que es. Ha llegado la hora que la espiritualidad tome el lugar que le corresponde, dejando de lado toda religión, chamanismo, esoterismo y dar pie que el camino del amor y la divinidad sean en uno mismo.
Somos mucho más de quienes nos pensamos. Somos seres espirituales en una biología, y esto a veces nos confunde o nos hace dar más vueltas de las necesarias para conectar con nuestra verdadera esencia. Ya no es necesario dar vueltas y vueltas, como en la vieja energía. Los nuevos tiempos nos permiten conectar y sentir nuestra divinidad para cualquier aspecto de nuestra vida y de una manera directa. A un niño pequeño ya no es necesario darle muletas para la vida por si un caso; lo que se necesita es enseñarle que él ya es la perfecta divinidad manifestada (los nuevos niños y gran parte de los jóvenes actuales, en el fondo ya lo saben).¿Qué tal si los estimulamos para que conecten con ella? Cuando llegamos a sentir quiénes somos y despertamos nuestra conciencia sin miedos, teniendo el coraje y la fortaleza de liberarnos de nuestra mente y ser nosotros, entregándonos a lo que hemos venido a hacer, entonces nos quietaremos la mochila de la dualidad y empezaremos a ver de una manera clara quienes somos, nuestro verdadero potencial y qué hemos venido a hacer. Entonces sentiremos la Unicidad con todo, con todos y con uno mismo. Entonces sentiremos el Dios que somos. “Dios es el Todo, no una parte”.
No nos hemos de quedar con una parte cuando nosotros somos el Todo.
¿Son necesarias tantas supuestas nuevas técnicas o sistemas, tantas etiquetas cuando en el fondo solo se necesita una?: ¿Quién soy Yo? ¡Yo Soy Dios!
¡Siéntelo! ¡Siéntete!
Solo hay un camino: el camino hacia la manifestación de tu plena divinidad. Conecta con ella y todas las dudas se desvanecerán.


lunes, 18 de abril de 2011

Taller "Fluir por la Vida"

El próximo sábado 30 de abril se realizará un taller sobre "El Fluir por la Vida, la Rendición".
Son tiempos de grandes cambios, y a menudo nos encontramos en medio de grandes removidas, tanto de nuestro entorno, como de nuestro interior. Aprender a fluir por ellas nos permitirá sentir la paz y la felicidad en nosotros.
El taller se realizará durante toda la mañana, de las 10h. hasta las 14h. en Cardedeu (Barcelona).
Organiza el centro LA FONT.
Para más información podéis llamar al 938455556 (centro), o al 606098752 (Jordi).
Para todos aquellos que estéis interesados se deberá de hacer la inscripción días antes a su inicio como reserva de plaza.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

miércoles, 13 de abril de 2011

Pidiendo confirmación

Con los años he ido abriendo las puertas de mi esencia, adentrándome en ella y dándome cuenta del verdadero ser que soy.
Con los años he ido subiendo los escalones de la Ascensión, sintiendo el verdadero amor del cual todos procedemos.
He conectado con el mundo espiritual; me he relacionado con él y con los seres que nos rodean de otras dimensiones.
Durante años he ido aplicando todo lo que leía sobre autoayuda o espiritualidad. Cada letra leída me aportaba una dosis de integridad y coraje para abrir mi corazón y así sentir su guía y orientación. Con el tiempo de mi aprendizaje también tuve la oportunidad de conocer a aquellos del mundo de la Luz que me acompañaban allí donde yo me encontrase. Me han hablado y me han transmitido la sabiduría que se encuentra en nuestro ADN. Profundicé en mi interior, y cuanto más lo hacía, más me encontraba con Seres Superiores de las Altas Esferas del Amor. Maestros conocidos como Ascendidos, Arcángeles, Ángeles y otras entidades del mundo espiritual conectados a la Conciencia y unidos al Amor de más alta vibración me abrieron sus brazos para recibirme y ayudarme en mi Plan Divino.
Conocí a los que fueron en su momento mis guías. Se presentaron uno a uno y me comunicaron el por qué de su presencia en mi vida. Me hablaron de mi papel en esta vida y lo que había venido a hacer. Me aconsejaron siempre que los llamé, y en el acto como se dice, se presentaron y yo los sentía en mi corazón y mi piel reaccionaba con sus presencias. Llegué a integrar ciertos síntomas físicos con sus presencias.
Pasando el tiempo llegué a ser Uno con Ellos y regresar al Hogar con mis hermanos de la Luz siempre que tenía necesidad de estar con Ellos. Nunca me han impuesto nada, ni me han obligado a hacer algo que yo no quisiera. En ninguna ocasión me han obligado a tomar decisiones según ellos querían. ¡No, nunca! Su Amor es tan grande y puro que respetan todas mis decisiones y dejan que yo cree mi vida. Me respetan y están allí donde estoy, porque juntos acordamos trabajar para poder materializar la Voluntad Divina en este planeta de nombre Tierra.
Somos Uno, y la unicidad existente exalza la majestuosidad de la Fuente Creadora de Vida, de Dios. Cada uno de nosotros es parte del Todo, siendo seres completos, multidimensionales y plenamente amorosos, aunque el término “amor” en la dimensión donde nos encontramos no está bien interpretado y entendido. De donde procedemos, la plenitud y el bienestar es absoluto, y el estado que nos sentimos cuando nos encontramos en el Hogar, para que se tenga una referencia, es de “SER ABSOLUTO Y UNO CON EL TODO. AMOR. SOLO AMOR DIVINO”.
Aprendí de todo lo que leí y comprobé su contenido en mi vida, dándome cuenta que no todo lo que se publicaba, y publica todavía, está en acorde a los nuevos tiempos, siendo obsoleto teniendo presente los cambios producidos en el ser que somos, habiendo despertado nuestra conciencia y abierto las puertas de nuestras inquietudes espirituales.
Mi corazón me hablaba alto sobre lo leído y experimentado. Mis hermanos de la Luz me hacían sentir la Verdad de lo publicado. Aprendí en el silencio y la soledad de estar conmigo mismo.
Llegué a darme cuenta que ya no necesitaba leer más libros, al menos los publicados hasta aquel presente de mi toma de conciencia. Hace años que he dejado de tener un libro en mis manos para conocer más los secretos ocultos de la vida, porque estos secretos se encuentran en mi interior. Aprendí a seleccionar lo que era importante y lo que no. Todo lo que necesitaba saber me era rebelado.
La sabiduría se obtiene no por tener más conocimiento, sino en aplicar este conocimiento en ti mismo. El verdadero conocimiento no proviene esencialmente de lo escrito, sino de lo sentido a través del silencio y la quietud.
Todo esto se me fue dado hasta el punto de dejar que la verdadera esencia que había en mi pudiera ser manifestada. Llegar a este punto requiere un alto grado de evolución, humildad y entrega de tu alma y tu vida al Creador de Todo lo creado, a la Energía Amorosa del Universo para que tu ser pueda sintonizarse con él y vibrar una octava superior, y convertirme en el ser que ahora soy. Desde el Amor podremos servir a la humanidad. Será entonces, cuando nuestra divinidad tome el papel que le corresponda y Dios se manifieste aquí a la Tierra a través de ti.
He aprendido a callar, a escuchar y sentir compasión sin juzgar ni criticar. Mi humana divinidad, a veces, también requiere conformidad por parte del Hogar y del Padre/Madre del cual procedo. En algún momento siento la sensación de tener claro algún aspecto de mi proceso del presente, y mi impulso me lleva a ir al Hogar, conectando con mi naturaleza espiritual. Allí encuentro la paz y el sosiego para darme cuenta que lo que busco ya lo sé, sintiendo la respuesta en mi interior, y en algún que otro momento, a través de una visión.
No estoy solo, ni vosotros que estáis leyendo estas palabras. Vivimos en la densidad de una biología y esto nos limita debido a un pasado impregnado en nuestras primeras capas del ADN.
Con el tiempo aprendí a liberarme y sanar mi pasado, lo que algunos conocen como karma. Yo Soy libre para crear y vivir según lo que he venido a hacer. Yo Soy Uno con el Universo. Yo Soy Amor.
Todo lo que necesito se encuentra en mi interior, y puedo deciros que lo importante en vuestra vida no se encuentra fuera, sino dentro de vosotros. Lo que es verdaderamente importante no es visible con los ojos físicos. Eres un ser perfecto y completo. Recuérdalo. Todo lo que necesitas se encuentra dentro de ti. Esta plenitud te permite ser un hacedor de milagros, sanación, atrayendo en tu vida según tu voluntad.
Todo y así, en algún momento, necesito retirarme en un lugar tranquilo y sintonizarme con la naturaleza y mi ser. Entonces se produce el éxtasi de la Unión de la Família Espiritual. La Família se reúne. Vuelvo al Hogar para sentir quien soy y reafirmar mi esencia en esta dimensión donde me encuentro.
Si supieras que eres el Cielo aquí en la Tierra y nada debes de temer porque estás siendo protegido, velado, amado y aconsejado, ¿seguro que te preocuparías? ¿Seguro que llevarías la vida que llevas? Si supieses que todo te será dado, ¿te preocuparías y crearías tensión en tu vida para esforzarte y luchar pensando que si no lo haces tú nadie te lo va a dar? ¿Seguro que actuarías así?
Hermano/a, ¿a qué esperas, pues?
Abre tu corazón y aleja de ti toda forma, porque lo esencial en tu vida no lo vas a encontrar en ella, sino en ti.
¿Acaso no te acuerdas que tú eres Amor, amado Dios en la forma?

lunes, 11 de abril de 2011

Seminario realizado sobre la "Conexión Divina"


¡Hola a todos!


Querría compartir con vosotros la experiencia de este fin de semana al realizarse el Seminario de “Conexión Divina” en la población de Granollers (Barcelona). Fueron tres días, donde el despertar divino hacia presencia en los asistentes al encuentro. Hubo amor, mucho amor y donde las presencias y la Maestría de las altas esferas de la Luz, fueron patentes en cada instante. Aunque hacíamos paradas de descanso, estos continuaban siendo una prolongación y transmisión de los momentos anteriores dentro de la sala. No desconectamos en ningún momento. Los asistentes sentían la fuerza del SENTIR y de su espiritualidad manifestándose y queriendo abrir del todo las puertas del entendimiento y la divinidad que cada uno de ellos era. Fueron momentos “gloriosos” donde el ser humano que puso el primer pie el primer día en la sala, se fue transformando por momentos en la Luz divina que albergaba en su corazón pidiendo paso para poder irradiarse como lo estaba haciendo en aquel encuentro. Personalmente, tampoco diría que soy el mismo. ¡Aprendí tanto sobre mi papel de lo qué he venido a hacer en esta vida! Fui alumno de aquellos que asistieron al Seminario. A pesar de todo el día, 4 horas por la mañana, 4 por la tarda, el tiempo desaparecía, no haciendo presencia mientras duraba el Seminario. Acabamos una mañana, tarde o una jornada y no parecía que hubiese pasado todo aquel tiempo. Se hacía corto. Las divinidades de los asistentes lucían a cada instante que pasaba con más intensidad. Después de una transmisión de conocimientos y sabiduría transmitida por el mundo espiritual a través mío, y una serie de ejercicios prácticos, aquellos que se presentaron en la sala escuchando a su corazón sintiendo que debían de hacer el Seminario, fueron convirtiéndose en radares energéticos, sanadores y con el corazón abierto para sentir la inmensidad del Hogar del cual todos procedemos. Han sido unas jornadas intensas, cálidas y amorosas. Nos encontrábamos muchísimos más de los que nuestros ojos físicos podían llegar a percibir. Todos nos beneficiamos, donde el Amor en su estado más puro, el Sanador y el Maestro que cada uno tenía en su interior pudieron manifestarse para decir: “¡Ahora sí! ¡Aquí estoy! ¡Yo Soy!”


Doy gracias a los asistentes a las jornadas porque han permitido que yo sea un poco más yo. Gracias a todos. Cuando acabaron, ya no eran los mismos. Eran faros al servicio del Padre. ¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya!


El próximo Seminario previsto será en el mes de julio aquí a Granollers. Todas las novedades, como siempre, las podréis llegar a encontrar en este blog, o en el de lengua catalana (ver el enlace en la parte izquierda de esta página).


Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

jueves, 7 de abril de 2011

La divinidad manifestada

Siento el universo fluyendo en mi interior como si fuera parte del Todo, de la belleza que alberga el silencio de la inmensidad respetando la obra del Creador. Así me siento en estos instantes. Soy paz, armonía, serenidad, aceptación y entrega absoluta al flujo amoroso que alimenta mi ser y mi esencia. Soy parte del Hogar de la cual procedo y pertenezco. La plenitud está en mi. Yo Soy plenitud. Yo Soy corriente cálida y amorosa que abraza a la humanidad y a todo lo que existe, porque Yo Soy Uno con el Todo. Siento el amor manifestándose en cada célula de mi biología. Soy el firmamento aquí a la Tierra. Llevo la calma y el equilibrio a la densidad. Yo Soy. La divinidad en cada uno es la plenitud manifestada en el sentimiento, más allá de toda vibración en la materia. Sentir la divinidad que hay en cada uno es darte cuenta quien eres tu realmente y sentir el Hogar de la Voluntad Amorosa Creadora de toda Vida. Es no ser nadie y todos a la vez, sabiendo que tú eres tú y parte importante del Todo, porque este Todo no existiría y no tendría sentido si tú no existieses. Es vivir en la experiencia terrenal y no sentirla, sino al verdadero ser que eres. Nada te influencia ni te altera, a pesar de que el mundo donde experimento está removido e inquieto. Me encuentro en el centro y desde aquí nada me altera. No soy quien aparento ser. No soy quien los ojos físicos pueden llegar a ver. Hay quien abre su corazón y se me acerca. Hay quien siete mi presencia, y desde la distancia sabe que estoy. Desde el corazón abierto nos unimos, y entonces es cuando la Unicidad se produce reconociéndonos sin abonarnos en la vanidad y el conocimiento. Es en el silencio y en el respeto individual donde las luces se van encontrando y haciendo una de sola. Despertar el SENTIR permite darnos cuenta de la magnificencia de nuestro ser encarnado. Es sintiendo como llegaremos a encontrar a nuestros hermanos de la Luz y de camino en nuestro presente. Sobran las palabras, sólo la abertura de corazón y el sentir las energías de quien se encuentra cerca de nosotros. Así es como nos identificamos cuando sentimos el universo en nosotros. Más allá de las meditaciones y los silencios se encuentra nuestra esencia. En la quietud y la no palabra nos adentraremos a nuestra existencia y en recordar quienes somos en verdad. Para definir este estado, hay una palabra que representa bastante bien lo que se siente: AMOR. Es una sensación sublime de total éxtasi sereno conforme todo tiene sentido y está en perfecto orden. Es una sensación de estar acompañado, velado y guiado, pero a la vez, todo procede de ti y de la energía que eres y te acompaña. AMOR en su estado más puro e incondicional. Si hubiese una palabra que definiese la totalidad amorosa, esta sería: ¡Tú! Te encuentras en un envoltorio ajustado y si no estás atento te puede llegar a distraer, como a menudo sucede, pero dentro de él hay el tesoro más preciado para la esencia nacida de la Voluntad Divina: tu alma, tus capacidades innatas de Dios en ti. Todas están a punto de ser utilizadas, pero a menudo, también, se encuentran abandonadas en las estanterías de polvo de nuestra conciencia celular durante años y siglos sin que se le haya abierto la puerta y ser encontradas. Nuestro ADN está activado para ser transmutado, pero para eso, hemos de encontrarnos a nosotros mismos para recordar quienes somos. El cielo espera poder manifestarse aquí en la tierra y tú tienes la llave para que así sea. Deja que la divinidad que hay en ti se muestre al mundo tal como eres. Necesitamos de tu Luz y del verdadero ser que eres porque la tierra se ilumine. El cielo está llamando a la puerta de la tierra. ¡Ábrela!

lunes, 4 de abril de 2011

La Luz de las Palabras (40)

"Ocúpate lo más que puedas en el estudio de las cosas divinas, no para conocerlas simplemente, sino para hacerlas; y cuando cierres el libro, mira a tu alrededor, mira dentro de ti, para ver si tu mano puede hacer algo de lo que has aprendido. (Moisés a los Hebreos, 1240 a. C.)"



Os recuerdo que este fin de semana se realizará el Seminario de "Conexión Divina - La Sanación del Ser" en el centro Darsana de la población de Granollers (Barcelona), situado en la c/Bruniquer 3 bajos. T. 938795217.


Un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.