miércoles, 28 de noviembre de 2012

Y mis pasos avanzan

Hay momentos que siento la soledad de mi consciencia habitando según lo acordado en mis orígenes. Entre seres encerrados en sus creencias, desaparece la comunicación desde el corazón. Lo superfluo de nuestra existencia actual pasa a un primer plano para poder tener una relación de convivencia.
Como empujado por una energía superior a mí, fui llevado donde ahora me encuentro. Ya hace casi tres años desde mi llegada, y mi ser tuvo que adaptarse a un nuevo lugar para poder vivir según iba sintiendo en mi corazón.
Podría decir que me siento solo, pero no es cierto.
Podría decir que me siento incomprendido,…bueno, de eso bastante.
Podría decir que no se me valora. Continuo siendo no valorado y un desconocido por aquellos que se encuentran a mi lado.
Todo y así, me siento acompañado, comprendido, valorado y amado por aquellos que pertenecen al Hogar de donde procedo.
Vine aquí a cumplir una Voluntad del Padre, y aquello por lo que vine, ya casi está realizado. Sé que dejaré este lugar para continuar mi camino, porque mis pasos continúan avanzando entre la espesura de los apegos que me rodean, los miedos y las creencias limitadoras de mi entorno. El dolor me envuelve, sintiendo los corazones heridos y los cuerpos resentidos por este motivo. Para la gran mayoría, yo soy como ellos, el ser humano que vive una condición humana no pudiendo hacer nada por la situación que vive y haciéndose suyas todas las pautas mentales adquiridas a nivel social, político, económico y religioso.
Mis pasos avanzan sabiendo la dirección a seguir. La Luz me indica el camino a seguir y ésta, de momento, se encuentra donde estoy en estos instantes.
Me ven como quien no soy.
Creen en mí, como ellos me ven según sus creencias. Por eso no puedo hacer nada por ellos, ni creen en mí conforme puedo aliviar sus vidas.
Respeto su libre albedrío. Los amo, y por eso, sencillamente estoy y dejo que todo sea. Por eso, acepto la situación, porque mi consciencia sabe de mi papel en este lugar.
A veces me reconforta el saber, debido a mi consciencia despierta. Mi alma sigue su curso y se alegra por los momentos vividos, aunque, en algún instante piense que no hay que demorar más mi partida de donde estoy, debido que no puedo realizar aquello que mi corazón siente, según mis anhelos.
Mi vida está al servicio de la Fuente Creadora de toda Vida. Mi alma es guiada por el sendero de la Ascensión, la Luz y el servicio de Amor según la Voluntad Divina.
Estar solo, a menudo, hace que mi interior sienta la paz y el regocijo de saber quién soy y quien me guía. Son momentos de recordar mi Hogar y lo que he venido a hacer. Mi palabra es el silencio en los momentos que mi presencia se hace visible aquí donde me encuentro. A pesar de todo esto, siento que los inicios de una nueva etapa empiezan a darme de la mano por las sincronicidades que van sucediendo en mi vida y las señales que aparecen ante mí.
Por instantes me encuentro como alguien que, con lo que hay por hacer, se encuentra en una jaula con la puerta abierta, dando paso a una jaula mayor y esta a otra mayor todavía. En algún momento he pensado que la puerta abierta era para la plena realización, pero en cambio, aunque con más espacio, siento que donde estoy no es para realizar mi voluntad, sino la Voluntad Superior que hay en mí y dirige mis pasos.
En estos instantes, siento a mi corazón, y encuentro la fortaleza y el coraje de vivir, sintiendo la plena libertad, comprensión y alegría por lo que estoy haciendo.
Acepto mi tarea donde estoy. La acepto, sinceramente, con alegría, humildad y gozo de servir al Padre. Estoy viendo los resultados de mi presencia aquí, así como las puertas abiertas desde que estoy aquí.
Pronto mi vida volverá a cambiar, y esta vez, con la plena realización según la Luz y el Amor que guían mis pasos. Hay alegría en mi ser y la serenidad parece manifestarse, cada vez más, en mi actitud ante el entorno que me rodea.
Acepto la Voluntad Divina, percibiendo que nada me falta y, desde el Hogar se me da todo lo necesario y protección. El Amor procedente de donde mi alma pertenece activa mi comprensión de mi situación actual y el motivo por el cual durante años he estado recibiendo una instrucción concreta para mi alma y lo que, años más tarde (ahora), debería y debe de pasar en relación a mi vida.
Acepto la soledad que estoy viviendo. La visión elevada de mi consciencia me permite sentir la energía de la intencionalidad divina en mí. Me abro a ella y dejo que guíe mis pasos hasta llevarme justo allí donde mi presencia sea requerida.
Siento el convencimiento, la seguridad de saber que aquello que siento acabará siendo.
Bueno, antes he comentado lo de las jaulas. En estos momentos siento la libertad de mi ser, de mi alma, a pesar de los posibles pesares de mi situación. Mi condición divina me libera de lo terrenal al recordar quién soy y el motivo de todo lo que estoy viviendo. Siento un profundo agradecimiento por estos momentos y poder servir a la Fuente Creadora de Toda Vida, a Dios.
Por más momentos de aparente soledad que pueda tener, nada es. En todo momento estoy acompañado por aquellos que pertenecen a mi verdadera esencia, mis hermanos de la Luz. El Hogar está conmigo. Yo Soy el Hogar. Ellos son el Hogar. Ellos y yo somos Uno. Allí donde estoy, ellos también.
Tengo Fe, sabiendo con certeza, de mis palabras y lo que siento. No es esperanza, sino Fe, convencimiento divino de mi camino. Cuando así es, la vida ya no es de este mundo y la visión que tienes de ella se alimenta del amor de esta intencionalidad divina que nos une a todos y libera nuestros corazones y  nuestras mentes fuertemente enraizadas a unas creencias basadas en la racionalidad y el ego.
Siento el Amor de mí ser en mí.
Aquello que aparenta ser en mi vida según los cánones de la dualidad, no es.
Hay mucho silencio en mi vida. En él encuentro la verdadera naturaleza del ser. Mi palabra es discreta ante mi entorno, porque no siempre lo expresado, es comprendido y aceptado por aquellos que se encuentran cerca de mí, por este motivo, siento y expreso la Luz y el Amor en mi desde mi presencia silenciosa, mostrando alegría y comprensión hacia aquellos que su alma se encuentra encerrada por las rigideces de sus mentes llenas de miedo, dolor e ignorancia a lo nuevo.
Por mi situación, mi presencia donde estoy,….. ¡¡GRACIAS PADRE!!
Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.


domingo, 25 de noviembre de 2012

Reflexión: ¿Y tú? ¿Trabajas o Vocacionas?



Estamos viviendo tiempos donde las estructuras de un pasado se tambalean, perdiendo todo equilibrio y fortaleza para mantener aquello que aleja el ser humano de su naturaleza.
Las creencias aceptadas como nuestras del pasado influenciando por nuestro ambiente familiar, social, religioso y cultural se están debilitando y haciendo que nuestro avance, condicionado a las limitaciones que provienen de lo más profundo de nuestro interior racional, pueda ser más rápido.
El mundo parece desmoronarse, creando inseguridad allí donde antes había dominio o sumisión: incerteza ante los acontecimientos de los tiempos actuales.
Como una pieza de puzle, cada uno de nosotros es parte de un Todo, de una Intencionalidad Superior en nuestra dimensión. Accedimos a ser partícipes de esta Voluntad Divina, donde cada uno sería clave para la confección de un marco único y universal.
La aportación individual nos acercaría los unos a los otros, y el grado de consciencia que adquiriésemos decantaría la balanza hacia la Luz o la oscuridad, teniendo presente que ésta segunda es la ausencia de la primera. La mente se inclina hacia otra dirección que ha ido aposentándose hasta el presente, y el corazón abre sus puertas para hacerse oír y recolocar a cada uno y cada situación en el lugar que le pertoca. Una de las situaciones a tener presente es el hecho de lo que hacemos en nuestra vida: ¿trabajamos o vocacionamos?¿Buscas algo para ganar dinero, o haces aquello que sientes que debes de hacer?
Cuando lo que haces es trabajar o buscar cualquier trabajo, te estás poniendo a merced de algo alejado de tu interior. Estás activando el potencial del malestar en ti. Hacer algo para ganar dinero, sin más, hace que tu ser pierda poder y te alinees con el exterior. Él podrá con tu ser, imponiéndote sus reglas y sus hábitos, cosa que con el tiempo, te llevará a una rutina y a….., en fin, a perder el sentido de la realidad de tu existencia en esta vida. En cambio, cuando haces aquello que sientes en tu corazón, siguiendo el impulso de tu voz interior, entonces te estás dirigiendo hacia la realización de tu ser elevando a tu alma hacia la majestuosidad del Gran Plan Divino.
Cuando tu corazón te guía, la actividad que realizas es tu verdadera vocación. Entonces todo es posible. Puedes esperar milagros en tu vida y en el camino que realices, beneficiando a las almas que se acerquen a ti o con las cuales estés.
Hacer aquello que sentimos nos acerca más a nuestra divinidad. La vida nos acunará, y en su momento, nos irá dando lo que necesitemos. Nada deberemos de temer. Las puertas en nuestro camino se van abriendo a medida que nos vayamos acercando a ellas. Según el camino del corazón nos llevará a lo que hemos venido a hacer, aportando nuestra pieza del puzle para que la Confección Divina pueda ser realizada tal como ha de ser.
Nuestras sociedades han esclavizado al ser humano, humillándolo y controlándolo a través del trabajo. Las personas han aceptado integrarlo en sus vidas por los miedos adquiridos debido a la ignorancia. Todavía hoy en día, está siendo así, con la particularidad que, algo fuerte y reprimido albergado en el interior de cada miembro de la humanidad, está empezándose a activar y a mostrar a las creencias adquiridas hasta ahora, que lo que fue, ya no será. El Amor en cada uno empieza a susurrar a cada individuo de este planeta. El Amor llama a la puerta para despertar las consciencias y relegar al ego al lugar que le corresponde: al pasado. Ahora ya no tiene cabida. Todo y así, en todo momento se respeta el libre albedrío.
Si todas las almas de este planeta escuchasen la voz de su corazón, éste les indicaría cual es su lugar. Si todos hiciéramos lo que sentimos, nos sentiríamos útiles, haciendo prosperar y ayudando, no tan solo a nosotros mismos, sino también, a todos los seres de nuestro entorno,…..a toda la humanidad. Las clases sociales se disolverían y nuestra vida enderezaría su rumbo hacia la plena realización y satisfacción interior conforme estamos haciendo aquello que hemos venido a hacer, dejándonos llevar por la mano de la Gran Voluntad Divina que dirige nuestros pasos. Nuestra vida, entonces, tendría el sentido de existir. Estaríamos en el lugar adecuado y en el momento oportuno para unir un poco más a los seres de este amado planeta.
Nuestra actividad ha de ser vocacional, sea la que sea, no coger cualquier cosa para ganar dinero. La finalidad no debería ser el dinero, sino nuestra realización. La remuneración económica vendría como consecuencia de lo que hagamos. Nada nos faltará.
Trabajar comporta una limitación por el solo hecho de conseguir un fin material.
Si nuestra esencia se encuentra en esta dimensión para pasar de la terrenalidad a la divinidad, ¿no creéis que ya es hora que escuchemos a nuestro corazón para saber de nosotros y cuál es el camino “de vuelta a casa?”
Lo vocacional proviene del corazón, altavoz de los susurros de nuestro verdadero Hogar y nuestra divinidad.

Que el Amor y la Paz sean en ti, y tu corazón guíe tus pasos. 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Desde la cima de la Creación



Los vientos soplan cada vez con más fuerza. Se avecinan los síntomas de los primeros cambios en la vida de muchos. No descartes que tú puedas ser uno de ellos.
En lo alto de la cima, donde el águila dibuja sus círculos encima de ti, más allá de tu presencia, puedo sentir las primeras manifestaciones del Gran Cambio anunciado. Años de esfuerzo se han necesitado para poder llegar hasta aquí. Incomprensión por aquellos que nos rodeaban, burlas, cierto menosprecio en sus palabras hacia ti y una infravaloración de nuestro ser, nos han llevado a una elevación del espíritu que residía en nosotros.
Mis sueños me han llevado a lo más alto en estos momentos para mi alma.
Siento la melodía celestial que apacigua mi ser, serenando mi espíritu i sintiendo la Unicidad y el Amor de donde procedo.
En lo más alto de esta cima contemplo la belleza de la creación y el silencio de la naturaleza, con la vida residente para alertar a mi consciencia conforme nunca se está solo. No solo mis hermanos de la naturaleza siento en mí, sino también, a aquellos otros hermanos procedentes de la Luz que me acompañan allí donde vaya. Ahora están aquí conmigo. Todo es serenidad, paz, calma y armonía.
Como almas celestiales sentadas en lo más alto de un acantilado, donde se divisa la representación del ser que soy, justo allí me encuentro con mis hermanos de la Luz, todos allí quietos, mirando como un nuevo día se alza para la comprensión y el caminar de los humanos. ¡Paz! ¡Absoluta Paz en nuestros corazones unidos!
Conmigo están los hermanos y maestros de la Luz que en su momento, y ahora, están tutelando mi alma en esta encarnación. Siento su presencia en mi y su Amor emanando de sus corazones hacia el mío.
Son momentos de encuentro para saber que los cambios deseados por cada ser humano han sido escuchados y puestos en vereda para su realización.
Hay un silencio profundo, sagrado entre nosotros, pero sintiendo el Hogar que todos somos en cada uno de los presentes. Es como una manifestación de todas las piezas de mi ser. Juntos, allí, sintiendo la unión de la Familia.
Giro mi cabeza y me veo rodeado por seres de Luz que me aman y me aceptan tal como soy, sintiéndose cada uno, contento, con gran alegría por estar allí con ellos.
Mirando a la lejanía, puedo ver en otros acantilados, otros seres como yo, rodeados de una gran luminosidad. También ellos están rodeados por aquellos que tutelen sus vidas y el Hogar.
Como esparcidos en las alturas, se ven concentraciones blanquecinas parecidas a la mía. Me alegro por ellos.
Desde aquí me doy cuenta como el mundo no está solo, así como bien sostenido por estas luces que representan los pilares de la nueva Tierra y la Humanidad.
De cuando en cuando nos damos cuenta que no estamos solos y juntos, en el silencio y la presencia, cada uno va radiando su luz y su ser allí donde se encuentra, transmutando en la discreción, la mayoría de las veces, la densidad terrenal en energías de alta vibración. No estáis solos. Legiones de ángeles están a vuestro lado y otros seres, procedentes de las altas esferas de Luz, guían vuestros pasos y os protegen de las adversidades que podáis llegar a vivir. Vuestros corazones son alertados y activados para discernir el camino adecuado para llevar a término vuestro papel en esta experiencia terrenal debido a vuestra intencionalidad.
Me satisface ver como somos más de los que nos pensamos para poder cambiar las energías de este amado mundo físico. Las consciencias van despertando del letargo invernal de los tiempos donde la dualidad se encontraba fuertemente enraizada en nuestro ADN.
El Despertar ha provocado la activación de las capas de nuestro ADN y nuestros archivos akásicos. Hay una evolución en el ser humano que le lleva a su plena consciencia divina, a abrir las puertas para conectar con el verdadero ser que es y su divinidad pueda ser, no solo activada, sino también, manifestada.
Nos dirigimos hacia un nivel vibracional más alto, más puro de nuestra amada Tierra (Gaia). Esta elevación es fruto, en parte, por el camino de Ascensión recorrido por los seres humanos en fase de transformación que la habitan. Somos parte de ella, y ella de nosotros.
Desde la cima donde me encuentro puedo sentir la conexión que hay en cada uno de los asistentes desde donde mi visión puede percibir. Mi sentir me lleva más allá de lo visible y veo como por doquier van emergiendo otros seres que hasta ahora se encontraban en la discreción y un segundo plano, abriéndose paso entre sus vivencias externas a través de la conexión con sus corazones.
Hay un gran y unificado latido del corazón de la Tierra y los que la habitamos. Empezamos a latir al unísono. Cuando todos se hayan unido a este ritmo procedente de la Creación y la Voluntad Divina, entonces, la Tierra se elevará hasta alcanzar el máximo nivel de armonía, paz y vibración. Entonces, los seres humanos dejaremos este lugar para ir a residir más allá de nuestras limitaciones físicas. Entonces ya no tendrá sentido vivir en esta dimensión.
Algunos todavía necesitarán acabar de experimentar en la tercera, pero no será en Gaia.
Desde donde me encuentro, no hay cabida dedicar momentos para este fin, porque sentir el presente es lo más importante para nuestra existencia. Sentir la presencia del Hogar en nosotros, como parte de él, nos abre las puertas de la comprensión con plena aceptación de lo sucedido y ocurrirá. El entendimiento es absoluto, percibiendo el amor en todo lo que se avecinará. Cada uno de nosotros será partícipe de lo que ha de ocurrir. Tu presente irá perfilando el nuevo paso a dar, por eso, desde el silencio y la quietud interior, vemos como todo se transforma en la máxima expresión de la Voluntad Divina.
Siento la aceptación del momento presente que todos los que nos encontramos en estas cimas sentimos. Hay una gran paz y serenidad en mi interior.
El Hogar es uno, y tú eres parte de él. Abriendo tu corazón te llevará a lo más alto de tu ser. Déjate llevar y no temas dejar ir y aceptar lo inesperado y lo nuevo. Es con lo nuevo que tu ser se elevará. Ves a tu centro y siente la paz y la calma dentro de ti. En ella elevarás tu alma.
Sólo hay un momento de poder, y éste, es el presente. Él te dará la felicidad tan anhelada.
No temas, porque no estás solo/a.

Desde mi corazón, mi ser y todos los que se encuentran ahora conmigo, te deseamos que el Amor y la Paz sean en ti. 

domingo, 18 de noviembre de 2012

Recordatorio



Os recuerdo que este próximo sábado por la tarde me encontraré en Vic, en el Centro El Despertar, con el Ciclo Cruzando el umbral.
Empezaremos a las 16h. hasta las 21’45h.
Todos aquellos interesados que queráis más información o apuntaros, podéis poneros en contacto con el propio centro, llamando al 938835960, o bien pasando personalmente.
El Despertar se encuentra en la c/ Ramon d’Abadal i Vinyals 10.

Un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Cuando ellos te hacen saber



Siento la esencia de sus presencias cuando la Familia quiere hacerte saber que están contigo. Su esencia amorosa te hacen sentir la entrega absoluta de tu ser a sus amorosos abrazos.
El Hogar no es un lugar en un espacio/tiempo, sino el presente de tu verdadera esencia manifestada ahora y aquí. No existe ningún otro instante donde ellos pueden hacerte saber que aquí están. Sólo en el presente de ahora y aquí es la perfecta comunión entre tú, alma encarnada en el proceso de recordar, y el Hogar donde todo ser humano pertenece. Es una cuestión de un estado interior para poder abrir la puerta a otras dimensiones, y entonces toda la Familia se presenta ante ti, con su luminosidad y pureza.
Ahora me encuentro rodeado en el no espacio/tiempo, de todos aquellos seres de luz y amor al servicio de una Voluntad Superior de la cual todos hemos nacido.
Sentir la inmensidad de sus presencias solo puede explicar-se sintiéndolas y estando. No se necesitan grandes desplazamientos, sino un conectar con la naturaleza que uno es y sentir la pureza de tu ser y el corazón abierto de par en par para unirte con todas aquellas luces celestiales que te rodean. Son la Familia. Son nuestro Hogar, mi Hogar. Ellos quieren que todos vosotros lleguéis a quienes sois y  dejar que vuestros hermanos de la Luz sean parte de vuestra vida. Sentirse Uno con ellos, hace que vuestras vidas cambien para siempre y vuestra voluntad se una con la Fuente Creadora de Toda Vida.
Pocos son los que los han llegado a sentir plenamente – me dicen.
Las puertas de vuestro corazón han de estar abiertas y vuestra mente liberada de la ilusión de vuestra dimensión. Pronto muchos de vosotros daréis pasos para llamar a la puerta del Hogar Celestial donde se encuentran todos aquellos que en algún momento os han amado en vuestra dimensión, han estado a vuestro lado aunque no los hayáis visto con vuestros ojos (ángeles, maestros ascendidos y otros seres de Luz) y os han hablado susurrando al oído, teniendo la sensación que en el fondo de vuestro corazón sentíais una voz que percibíais una dirección a seguir o una toma de decisión. A menudo, muchos, esta voz la habéis ignorado, pero ahora empezáis a daros cuenta de ella. En los próximos tiempos, seréis más quienes la escucharéis y tendréis el coraje y firmeza de llevar a término aquello que sentís.
-Nosotros estaremos allí con vosotros, a vuestro lado. Expresad vuestra intencionalidad de contar con nosotros y, con una sola palabra emanada de vuestro corazón, dándonos permiso para actuar a vuestro favor, lo haremos. 

El Cielo tiene ganas de ponerse a trabajar. Ha llegado la hora que el Cielo y la Tierra sean Uno.
Aunque no entendáis del todo qué quiere decir parte del mensaje que se os ha ido transmitiendo a lo largo de los últimos años, id a vuestro interior y sentid aquel quienes sois, y entonces, sabréis la verdad y la dirección a seguir. Nosotros estaremos allí, a vuestro lado para ayudaros en vuestro proceso.
No temáis. Nosotros estaremos con vosotros. 
La obertura y liberación serían palabras de vuestro lenguaje que representan lo que sucederá en los próximos años. El proceso ya ha empezado.
Sólo es el principio de lo que ha de ser. Muchos acabarán de despertar y nosotros estaremos con ellos, con vosotros.
Dejad que vuestra vida se abra para integrar el Hogar. Vosotros sois parte de él, y ellos, nuestros amados hermanos de la Luz (tutores, guías y otros seres al servicio de la Fuente) os cogerán de la mano y os acompañarán hasta allí donde debéis de llegar.
Cada uno tiene un sentido divino. Cada uno debe de llevar a término un pacto inicial. Recordar quienes sois os ayudará a recordar qué habéis venido a hacer. Cuando más así sea, más abriréis las puertas de una aceptación absoluta del Hogar del cual todos procedéis.
No estáis solos, ni nunca lo habéis estado. Dejad que ellos también puedan hacer aquello por lo cual han sido enviados cerca de nosotros, en este amado planeta de nombre Tierra (Gaia). Todos nos beneficiaremos y podremos continuar juntos, nuestro camino de Ascensión.
Desde aquí, se puede dar cuenta y sentir como cada alma está unida con todas las otras del planeta, como ahora siento que la mía es Una con la de cada uno de vosotros.
El Amor es puro e incondicional.
No ves como individualidad, sino como Uno.
No sientes como ser aislado, sino como todos Uno.
Cuando digo Familia, no me refiero a diferentes miembros, sino a Uno de solo porque el Hogar es Uno, aunque los componentes parezcan ser muchos. No hay diferencia entre unos y otros. Todos estamos unidos por el corazón y el amor que todos irradiamos procedentes de la semilla de la cual procedemos.
Cuando nos adentramos al estado del Hogar, todo te es familiar, sintiéndote aceptado, valorado y conforme se cuenta contigo, como parte de ellos que eres.
Os invito a sentir, a venir y entonces, todo lo entenderéis, comprenderéis y sabréis, porque cuando se es Uno mismo, Dios en ti se manifiesta. La divinidad se muestra con todo su resplandor.
La sencillez de ser, nos permitirá transmutar nuestra condición humana y abrir las puertas de allí donde pertenecemos. Cuando así es, entonces, ya nada es igual. Tu vida cambia y tus miedos se liberan, el corazón te guía y las sincronicidades aparecen para materializar el sentido del proceso en el cual te encuentras, llevando a término lo que has venido a hacer.

Con el Amor, desde mi corazón y el Hogar, os transmitimos mi Luz y la de todos aquellos que ahora se encuentran conmigo (no os podéis llegar a imaginar, ¡cuántos!)

¡Que Dios os bendiga!



domingo, 11 de noviembre de 2012

Atento a la señal


David se encontraba nuevamente solo, con la única esperanza de su presencia. Esperaba nuevamente la aparición de lo que él denominaba el Hogar, con el único propósito de poder encontrar la puerta abierta que le llevaría a su plena liberación, pudiendo materializar su voluntad, conocedor que todo lo que sentía, así sería.
De nuevo solo ante una situación que le resultaba familiar desde ya hace meses. La sensación de un llanto interior llamaba a su puerta para ser expresado. Sabía lo que representaba. La sensación de encontrarse solo ante su vida, sin más que todo lo recibido a lo largo de unos años hacia acá como apoyo de su integridad.
David sentía que todo lo que estaba viviendo y sintiendo tenía un fin. Su humanidad reflejaba lo que su alma liberaba. Los síntomas de la ascensión, había leído una vez, y desde entonces, éstos se han ido presentando, ahora uno, ahora otro, sin más actitud que el poderlos sentir y darse cuenta de donde procedían. Su experimentación e indagación de sus presencias le abrieron otras puertas más allá de lo tangible, adentrándose donde pocos han llegado y vivenciado. 
Su sensación de no ser comprendido por quienes le rodean le lleva a aislarse en su verdadero Hogar, allí donde solo el corazón puede llegar.
David se levanta cada mañana sabiendo que aquel día le permitirá sentir lo que en su ser hay. No sabe lo que le espera, pero se levanta y da los primeros pasos confirmando su aceptación de lo que hoy vivirá.
David es un extraño en su mundo más cercano. Tiene familia, pero no se siente identificado con ella, aunque sabe del papel que han representado en su vida. Sus padres y hermanos se encuentran al otro lado del abismo que hay entre ellos. Siente sus sufrimientos y su dolor, pero por más que se acerca a ellos, es rechazado. Con el tiempo aprendió a mantenerse a cierta distancia para poder dejar que ellos pudieran seguir su camino. Él se los miraba, contemplaba y sentía la compasión que su corazón podía manifestar. No les hablaba ni comentaba su camino, porque era un total desconocido para sus cercanos más próximos.
David era conocedor de su papel en toda esta situación. Cuando se encontraba solo, entonces se sentía libre de expresar sus sentimientos y emociones. Escribía y escribía según iba recordando y sintiendo. Eran momentos de plenitud y de sentirse en el Hogar.
No tenía otra salida que aceptar lo que se le había encomendado, con su mutuo acuerdo, antes de su encarnación. Se encontraba justo en el lugar adecuado para poder elevar su alma en pleno servicio a la Creación. Libró su alma y todo su ser a las manos de la Gran Voluntad Divina, hecho que le hizo no poder mantener una relación estable, ni domicilio permanente, debido al amor que sentía en su interior y lo que la intencionalidad divina le susurraba desde su corazón. Necesitaba estar libre de todo apego, posesiones y con una alma libre para servir a quien lo había creado.
Ahora se encontraba solo, en estos momentos donde la vida se encuentra a un paso de cruzar el umbral de la gran transformación. Es ese punto de todo proceso donde solo te queda abandonarte a los brazos de Dios. Él, sentía con fuerza su Presencia en cada rincón de su interior, donde recibía el mensaje que Él y Ellos, estaban con él en estos instantes de aparente espera.
David se encerraba en su interior, acariciando su corazón y esperando el momento, confiado con total convencimiento que éste llegaría.
Eran momentos de una gran soledad, por un lado, y una plena sensación de Luz y Amor en él. Solo en su mundo físico, y lleno en el mundo donde pertenecía. Parecía como si solo existiera este espacio sutil y etérico dentro de su universo interior. Era feliz, pudiendo sentir su naturaleza en plena expansión. Sentía el verdadero Amor de su Hogar, en este estado de biología.
Toda su vida, en estos momentos, era un solo instante. Había aprendido a vivir plenamente su existencia en esta dimensión. Sabía que su presente era el poder de su ser, por eso, cuando se quedaba solo se dirigía a su guarida interior para sentir, percibir y ver a sus hermanos de la Luz.
David era una alma de otra dimensión que vivía el presente como cuando se encontraba en su verdadero hogar, por eso, cuando estaba solo, o su corazón le hablaba, buscaba sentir la inmensidad de su presente para recordar una y otra vez, de donde procedía y lo que había venido a hacer.
Sus pies tocaban la tierra de su planeta, pero su ser tenía en cuenta, y sentía constantemente, el camino de donde procedía.
Toda su vida se ha encontrado solo, incomprendido, no pudiendo vivir en la estabilidad de esta dimensión porque su alma así lo requería. En su momento empezó a recordar, y entonces, su vida pareció tener menos sentido. Con su experimentación de lo que le aguardaba a cada esquina de su camino, entendió el por qué de su venida y las características de su ser en la forma. Cuanto más recordaba, más distancia ponía con sus más allegados. Aunque parezca una paradoja, también más bienestar sentía.
Llegó el día, que una vez ya despertado de su letargo existencial, tuvo que aplicar lo que se le había hecho recordar para poder sanar lo realizado y liberarse de lo aceptado hasta el punto de haber dado el paso de la entrega total a la Intencionalidad Divina, creadora de toda Vida. Entonces todo cambió. Su fe le salvó.
Ahora David vive en la consciencia divina dentro de la materia. Parece uno más de los que os podéis encontrar por la calle, pero su presencia, su luz, su actitud y su amor delatan una manera de vivir no convencional.
El Maestro necesita de la soledad y la escasez para activar su divinidad. Los Maestros de la historia de nuestro amado planeta así han vivido. Siempre han tenido aquello que necesitaban para llevar a materializar su obra, pero, los tiempos que vivieron exigían este guión para hacer reaccionar y despertar a aquellos dispuestos a liberar su alma al Padre.
David es uno de estos nuevos Maestros, todavía desconocido para la gran mayoría, viviendo en la discreción y en un segundo término, esperando su momento, ya establecido, para que todo esté en su lugar cuando él se manifieste. El mundo sabrá de él y de su obra, pero de momento, acepta su papel en la discreción porque sabe que el mundo se prepara para su venida.
Acepta con humildad la Voluntad Divina en él. Es sabio, amable, discreto, comprensivo y amoroso, con una Luz que da calidez y acogimiento.
Ahora, siente, en estos momentos de soledad, sus orígenes y las vibraciones que le rodean procedentes del Hogar.
David es uno más de todo el Plan Divino que nos encontramos. Unos activan, otros limpian, otros despiertan y, en su momento, como esperando que todo se recoloque, están los Maestros de los Maestros.
Pronto se sabrá de David. Los tiempos que vivimos abrirán las puertas donde se encuentra dispuesto para servir a Dios a un nivel más amplio. Espera en la antesala de este gran acontecimiento que es el Gran Despertar. El momento está previsto y cuando éste llegue, un siervo de Dios aparecerá iluminando el verdadero camino a seguir desde la esencia divina que hay en cada uno.
David espera apacible, con su humildad y Fe, para cuando vea la señal conforme su hora ha llegado. La sabiduría de la espera paciente muestra la absoluta entrega de su alma y su ser a las manos de quien lo creó.

Desde mi corazón, un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros. 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La quimera del dinero



En su momento, oí un comentario de alguien que se encontraba sin trabajo y desesperado por no tener dinero, que le decía a otro: “si no existiera el dinero sería la persona más feliz del mundo. Lástima que exista el dinero”.
Esta persona, tengo que decir, está ocupada toda su vida en busca de un trabajo para poder conseguir este dinero. Su preocupación ha llegado a extremos hasta llegar al desequilibrio y desestabilización interior notables. Está totalmente apegada al dinero.
El mundo donde vivimos ha sobrevalorado con exceso lo que entendemos como dinero. Sus vidas se han abocado a él y han llegado a depender exclusivamente de él. Cuanto más así ha sido, más apegados se han encontrado a él y más dependencia han adquirido, llegando al extremo que sin él, se encuentran totalmente perdidos y a merced de lo imprevisto y su mente.
Sus miedos les corroen, viendo como sus vidas dejan de tener el valor que tienen de por sí, y todo esto, sencillamente, porque ven como el dinero no les llega para sus necesidades básicas muchas veces.
Es un círculo sin parar y no saben cómo detenerlo. A más preocupación, más dramatismo, a más dramatismo, más indefensos se encuentran, y a más indefensión, más infravaloración y sensación de no ser capaces de rehacer sus vidas y vivir. Sus miedos frenan toda ilusión porque ésta la someten al hecho de tener dinero. Todo el ser se desmorona y entra en un estado de decaimiento, muchas veces, hasta tocar fondo. El victimismo con el que se han vestido les aprieta y no les deja ver claro.
Primero sobrevaloran lo que no es, y luego, debido también, a la sociedad que se encuentran, culpabilizan a aquellos que la dirigen por no hacer nada al respecto, cuando la verdadera esencia de lo que nos sucede se encuentra en nuestras manos, en nuestro interior. Nosotros podemos girar la situación y no verla desde el sofoco y el miedo, sino, desde la responsabilidad y una actitud de valoración hacia nuestro ser, vivamos lo que vivamos.
Nos encontramos en tiempos donde las estructuras sociales, políticas, económicas, religiosas, e incluso culturales, se están debatiendo entre el subsistir o la renovación. Todo se tambalea. La dependencia que el ser humano ha creado con todo su entorno ha llegado al límite del alejamiento con nuestra alma. Es necesario que volvamos al camino del sentido por el cual estamos aquí. Nos hemos alejado de nuestra dirección y debemos de enderezarla para poder vivir según nuestro corazón.
Nuestra mente no adiestrada nos ha llevado a un extremo donde ya no es posible vivir así. Los miedos, los egos y las creencias establecidas por una sociedad intelectual, basada en una mente racional ha distorsionado de tal manera la realidad que ha llegado al punto de decir: “¡Basta! ¡Hasta aquí hemos llegado!
El ser humano se ha puesto a merced de una dependencia a algo pequeño, sin valor, que es un tipo de papel y monedas. Estos elementos han cambiado la vida de millones y millones de seres, perdiendo el rumbo de su norte.
Cuando ponemos nuestra vida a las manos de algo insignificante como son unas monedas o un papel impreso, es que hemos llegado a niveles muy bajos de autoestima.
Cuando nos centramos en adquirir más dinero en vez de más paz y felicidad, entonces es que algo no está funcionando, y esto, nuestro verdadero Hogar y nuestros hermanos de la Luz lo han visto y nos han respetado.
Ahora ha llegado la hora de enderezar nuestra dirección. Donde antes había mente, ahora hay que dejar espacio al corazón.
Donde había una atención puesta a nuestro exterior, ahora se empieza a centrar en nuestro interior.
Donde había una identificación con nuestro entorno, ahora una rebeldía para ser nosotros, como seres individuales y únicos. Reafirmar nuestra identidad nos va fortaleciendo cada vez más y uniendo los unos con los otros.
Todo el sistema basado en propiedades y creencias basadas en la adquisición de bienes materiales y acumulación de dinero empieza a quedar obsoleto, despertando las consciencias y haciendo ver a los seres humanos que lo importante es invisible a los ojos físicos. Para esto, los apegos a lo terrenal ha habido de tambalearse para empezar a dudar de lo ilusorio según nuestra mente y las creencias adquiridas por voluntad propia.
Estamos en la hora del Gran Despertar. Todo se tambalea, se resquebraja, removiéndose los cimientos de lo que fue para instalar y fijar unos de nuevos más en acorde a nuestra verdadera esencia.
Lo que estamos viviendo en nuestros días de aparente caos y supuestas adversidades, solo es fruto del amor que el Hogar irradia hacia nosotros. Hay almas que han podido despertar antes que los otros, y estas ayudan a que otras también lo hagan. Una gran cadena amorosa nos están uniendo desde el corazón para hacer caer la quimera de algo irreal, solo fruto de nuestra mente no controlada y creada por unos miedos adquiridos voluntariamente.
Lo que parece tristeza, solo es el fin de lo que fue.
Lo que aparenta un desorden mundial y caos, solo es la recolocación de los nuevos pilares.
Nada es lo que parece ante el ser humano viviendo una experiencia en la materia. ¡Nada!
Es necesario pasar por donde estamos pasando en que algunos podemos haber encontrado un rincón donde estar y nada nos falta, y otros, el sentirse totalmente desamparados por no saber qué serán de ellos mañana, al no tener nada y sentirse totalmente atrapados por una oleada de lo que denominan “crisis”.
Todo tiene un fin.
Lo que vivimos ya no depende de nuestro exterior, sino de nuestro interior. Al abrir sus puertas nos encontraremos con un ser totalmente nuevo que ignorábamos que existiese dentro de nosotros. Al llegar a él, entonces, ya no querremos volver atrás y ser como éramos. El cambio empezará en nosotros, y cuando así sea, la vida, nuestra vida cambiará. Las percepciones serán diferentes y nuestra actitud ante la vida, también.
El objetivo se habrá conseguido: hacer que el ser humano vaya a su interior para instaurar una nueva tierra y una nueva humanidad.
Todo lo que sucede tiene un fin superior: el amor, el equilibrio y el respeto entre los seres de la nueva tierra y nuestro amado planeta. Entonces, lo esencial se postrará ante todos, tomando el papel que le corresponde y nuestra mente se relegará en un segundo plano para obedecer aquello que nuestro corazón le dicte.

Lo importante se encuentra dentro de vosotros. ¡Id a su encuentro!
Entonces, todo lo obtendréis, porque os daréis cuenta que siempre lo habéis tenido.

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros. 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Actividad para noviembre


¡Hola a todos!

Me complace comunicaros que para este mes de noviembre, y para aquellos que no pudisteis asistir al Ciclo CRUZANDO EL UMBRAL, hay previsto una nueva convocatoria para su realización el último sábado de este mes, día 24, durante toda la tarde, desde las 16h. hasta las 21’45h.
Si vuestros corazones resuenan con este encuentro, y queréis más información al respecto o inscribiros, podéis pasar personalmente por el centro EL DESPERTAR de Vic, situado en la c/ Ramon d’Abadal i Vinyals 10; o bien, llamar al 938835960.

¡Allí nos veremos!

Hasta entonces, un abrazo.


Si queréis que esta actividad se realice en vuestra población, centro o asociación, podéis enviar un mail a emaeljordimorella@hotmail.com , o bien llamar al 606098752.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El fin de la Sala de los Espejos


“Esto puede pasar en cualquier día de nuestra vida. Un día vas a un lugar, y ¡mira por donde!, que algo despierta dentro de ti haciéndote ver la vida de otra manera. “

Hace muchos años fui a un parque de atracciones que hay en Barcelona. Allí fui a visitar a una sala donde habían unos espejos. Eran grandes, y a medida que iba pasando por delante de cada uno de ellos, lo que veía era grotesco, todo yo deformado, mostrando una imagen caricaturesca. La gente que pasaba por allí y se miraba, se ponía a reír y se lo pasaba muy bien. Yo también me miraba y quien veía, no era yo. No me reconocía. La imagen que tenía de mí no se correspondía con lo que estaba viendo. ¿Yo era esto? – me preguntaba. Era divertido, de alguna manera, verme diferente a como me veía normalmente. Todo estaba distorsionado. La imagen que se veía no se correspondía con la realidad. La gente se lo pasaba muy bien al ver las deformidades de su cuerpo, su imagen, a medida que iba pasando por delante de cada uno de los espejos. Cada uno de ellos tenía el don de distorsionarte y deformarte de una manera concreta. Por momentos parecías un enano, otras un ser muy delgado y alto, otro con una cabeza deformada y graaaaannnnde. Era la visión que teníamos cuando nos poníamos delante de los espejos de aquella sala.
Era la Sala de los Espejos.
Había quien salía y volvía a entrar, como si no quisiera olvidar y acabar el buen rato que habían pasado mientras estaban en él.
Al final, salían y recordando cómo se habían visto, reían y disfrutaban con lo vivido. ¡Ay, qué recuerdos! – parecían decir o pensar mientras se dirigían a otras atracciones.
No he podido recordar y encontrar mejor metáfora del ser humano viviendo en una serie de encarnaciones, y concretamente, la vida actual.
La Sala de los Espejos es el planeta Tierra y nuestra visión que tenemos de nosotros mismos cuando nos miramos con los ojos físicos. Distorsionamos la realidad. Nuestras almas parecen pasárselo bien al vivir lo que viven. Depende de cada uno y del momento, nos vemos de una manera u otra, pero todo es fruto de nuestra mente, según el filtro por el cual miramos.
Mientras estamos dentro de la sala, la experiencia terrenal, todo parece una cosa, pero en el fondo, solo es fruto de nuestra ignorancia. Cuando más despertamos de la somnolencia espiritual, más nos damos cuenta que aquello que vemos solo es fruto de una interpretación basada en nuestra mente.
Hay muchos que han entrado en la sala de los espejos siendo conscientes de quienes son. Se miran en cada uno de ellos y pueden hacer una sonrisa para sentirse unos afortunados de saber que aquello que se ve no es, y lo que son les mantiene enraizados en su esencia, por más que alguien de fuera (los espejos), les hagan verse de otra manera. Hay quien se cree deformado, pequeño, delgado o grueso, pero solo es fruto de nuestra mente. Quienes somos realmente no tiene nada que ver con lo que nos quieren hacer ver.
Así ha sido con el ser humano durante muchos siglos, y hoy, en nuestro año 2012, hay muchos que entran en la sala y piensan: “Todo esto es divertido y te hace pasar un buen rato, a pesar de que este que veo no soy yo”. Sé quién soy y darme cuenta de la distorsión que quieren hacerme creer activa el amor que hay en mí para abrazar a todo aquel que vive en el convencimiento de la limitación, con mi amor y presencia.
Salimos de esta sala y volvemos a menudo, pero cada vez, los espejos que nos esperan tienen menos fuerza y poder sobre nosotros, aunque aceptemos su visión sobre nosotros, pero ya no nos identificamos con ellos.
Llegará el día que vernos deformados ya no nos hará ninguna gracia. Entonces serán los espejos quienes se irán retocando ellos mismos hasta mostrarnos la imagen de quienes somos realmente.
Cuando, cada vez vaya entrando más gente consciente de quien es en esta sala (planeta Tierra), seremos nosotros quienes nos hará gracia los espejos, no porque nos mostrarán quienes no somos, sino porque entonces, veremos al verdadero ser que somos, y nos gustará lo que veremos desde el corazón, dándonos cuenta de la grandeza y majestuosidad de nuestra presencia. Nos agradará lo que veremos y los espejos nos mostrarán aquello que realmente somos y no quienes ellos quieren que nosotros nos pensemos quienes somos.
Vivir dormidos nos ha hecho creer y ver la vida de una manera distorsionada. Nos hemos creído todo lo que nos han dicho.
Los tiempos han cambiado. Las almas están empujando el muro de la limitación que no les permitía ver más allá de su condición humana.
La Sala de los Espejos tiene los días contados. El fin de la distorsión está llegando a su fin. Muchos todavía creerán lo que verán en ella, quedando atrapados en una ilusión alejada de su verdadera naturaleza. Abrirán los brazos para recibir más dolor de lo que han vivido hasta ahora. Llegará el día que no les tocará más remedio que bajarlos y reconocer lo inevitable: aquel quienes realmente son.
Cuando el corazón ocupa el lugar que le corresponde en el ser de cada uno, entonces, el camino se allana y podremos disfrutar mucho más de él. A media que lo vayamos haciendo, el pasado se irá alejando de nosotros, liberándonos de un viejo ser que nos hemos ido identificando para dar paso al verdadero ser que somos: lleno de Luz y Amor.
 Encontrarnos en aquella sala está bien para darnos cuenta de quienes no somos. Nos distorsionan tanto que nos hace reír, pero en el fondo, solo es una muestra de cómo nos distorsionamos nosotros mismos al querer hacer predominar en nuestra vida la mente, olvidando aquello que nuestro corazón nos dicta diariamente y nosotros ignoramos.
A veces, para darnos cuenta nos han de ridiculizarnos y distorsionarnos de tal manera para llegar a decir: “¡Hala! ¡Yo no soy así!”. Bueno, este día ya llegó. Desde entonces, la humanidad está despertando su consciencia, haciendo que todo cambie. La Tierra también sigue las pautas de este cambio, y juntos, elevamos la presencia del Gran Plan Divino en el cual nos encontramos.
A la Sala de los Espejos ya casi no va nadie, y de cuando en cuando alguien se atreve a entrar, no sabe si reír o inquietarse. Aquí las limitaciones se potencian.
¿Qué tal si cerramos para siempre, estos momentos donde nos sentimos poca cosa, incapaces o inquietos preguntándonos constantemente: ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?.....

Al final, este espacio ya no tendrá ningún sentido que exista y desaparecerá.  

Que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.