ESPACIO DEDICADO AL CAMINO DEL AUTOCONOCIMIENTO Y LA CONCIENCIA, DONDE PODRÁS ENCONTRAR RESPUESTAS Y PAUTAS DE REFLEXIÓN SOBRE LAS INQUIETUDES ESPIRITUALES Y LA EXISTENCIA. UNA PUERTA ABIERTA A NUESTRO VERDADERO HOGAR.
lunes, 31 de agosto de 2015
sábado, 29 de agosto de 2015
La paciencia del Corazón
Desde hace
días, vengo recibiendo consultas por las redes sociales, algunas de ellas
coinciden en su contenido.
“¿Cómo puedo hacer para ponerme en contacto y ver a mis
guías, a los seres de luz?, o, de un tiempo hacia aquí intento ponerme en
contacto con Dios, hablarle para que me ayude, pero parece desoírme porque no
veo ningún resultado en mi vida”.
Estas palabras
son dos ejemplos sobre el hecho de poder comunicarte o entrar en contacto con
los seres de luz, o el hecho de esperar que Dios intervenga en nuestra vida, y
no siempre así es.
Conozco el
camino hacia la conexión con nuestros hermanos de la Luz. Sé del proceso para
llegar a tener la sensación y el abrir la puerta a ellos para relacionarnos de
una manera espontánea, constante y con plena naturalidad como ahora tu y yo
estamos unidos por estas palabras que estás leyendo. Nuestra relación es
lejana, pero cercana a la vez. La energía de lo leído nos está uniendo. Es la
energía lo que une o separa. Es la energía lo que acerca o aleja, lo que crea
la inmediatez o la eterna espera.
Antes que nada
quiero felicitarte, amada alma que has llegado a cuestionarte estas preguntas o
de similares, porque quiere decir que tu corazón te habla y le estás
escuchando. Parece que ha llegado tu hora, y esto nos honra a todos los demás.
Valoramos tu interés y tus pasos hacia allí donde sientes en lo más profundo de
tu ser. Preguntarse aspectos como estos permitirán que en su momento puedas
hallar las respuestas y abrir la puerta hacia tu verdadero ser. ¡Sigue,
continúa! ¡Adelante, porque el camino está despejado para que puedas llegar
allí donde sientes que debes de llegar!
Parece ser que
todavía no está siendo así, por lo que te cuestionas si lo estás haciendo bien
o no. Amada alma, tu mente te está traicionando. Es tu mente que te da la
sensación de tardanza o que no consigues nada. Es tu mente, con todo tu pasado,
lo que has sufrido, tus dolores, tus melancolías y tus tinieblas, la que te
ofusca, pero nada de eso es. Tu camino es firme y decidido. ¡No te detengas!
¡Continúa adelante, porque lo que vas a sentir será tu verdadero Hogar en ti!
La impaciencia
de la mente quiere que todo sea “ahora y aquí”, cuando tú quieras, y el proceso
no funciona así. No es cuando tú quieras, sino cuando estás preparada, amada
alma, y no esperas, porque sabes que en su momento, así será. Tienes el
convencimiento que así será, y lo que ahora estás haciendo te está llevando
hacia la voluntad de tu corazón.
La impaciencia
de la mente, distorsiona la realidad que estás viviendo en estos momentos.
Tiene prisa por controlarlo todo, tu vida, porque así tu ser se siente seguro,
pero todo es ilusorio, porque no hay nada que esperar, porque aquello que
esperas ya es. Solo es tiempo de recibir y percibir lo que ya hay en ti y
tienes. No hay nada que esperar y tenga que hacerse, porque todo ya existe.
Todo ya es.
Ahora nos
encontramos en tiempos de darnos cuenta de nuestro potencial y de la abundancia
que hay en nuestra vida, a todos los niveles. Hemos entrado en la hora de
empezar a recibir y abrir la puerta de la consciencia plena de la existencia,
de nuestra existencia.
A veces, para
llegar al nuevo paso de nuestro proceso, debemos de reposar para integrar todo
lo que ya hay en nosotros y hemos adquirido. Cada vez que hemos orado desde el
corazón, hemos abierto nuestra intencionalidad para que la sanación sea en
nosotros, y este paso nos llevará a percibir de una manera más clara todo lo
que esté en resonancia con el Amor, por lo tanto, con nuestros hermanos de la
Luz y con la energía de más alta vibración que es el Amor. Durante este período
parece que estemos estancados y que no veamos resultados en nuestra vida. Nada
más lejos de la realidad que tener estos pensamientos. Estos instantes son la
integración de lo que ya hemos hecho hasta ahora, para integrarse en nuestro
ser, y así poder liberar y activar, un poco más nuestro ADN para llegar a
manifestar nuestra plena esencia: nuestra Divinidad.
Mientras nos
estamos renovando e integrando, por decirlo de otra manera, mientras nos
estamos regenerando después de ya dar ciertos pasos, pensamos que estamos
estancados al no ver resultados. ¿Cómo quieres recoger los frutos, si la tierra
no se remueve y adoba, después de plantar las semillas? La impaciencia de la
mente te hace distorsionar la realidad, diciéndote que al plantar las semillas
recogerás en muy poco tiempo sus frutos. ¡Escucha a tu corazón! Él te dirá de
la veracidad de tu proceso. Reposa. Acepta estos momentos que vives y recuerda
todo lo que has hecho hasta ahora, y verás, seguramente, lo mucho que has
aportado a tu proceso para que todo sea. Es ahora cuando todo se está
integrando y preparándose para abrirte una nueva puerta que podrás percibir tus
anhelos del alma.
Tu corazón es
sabido. Tú eres un alma sabia cuando escuchas la voz de tu silencio interior,
lleno de melodía celestial, serenidad y armonía. En ellas, sabrás la verdad de
tu proceso. Sencillamente aquiétate y escucha tu interior. Esta paz que vas a
encontrar será el altavoz conforme todo está yendo bien. Confía. ¡Ten el
convencimiento que tus pasos te están llevando a tu voluntad inicial, cuando
empezaste a querer cambiar tu vida o aspectos de tu vida. Sé paciente.
La impaciencia
de tu mente te llevará al desconcierto y a ninguna parte.
La paciencia de
tu corazón tiene el pleno convencimiento que todo es y será.
Aunque no veas
los resultados esperados en estos instantes, no quiere decir que lo hecho no ha
servido para nada. No hay ningún acto de amor que no active la materialización
de alguno de los aspectos de nuestro potencial amoroso, divino.
No queráis ser
llevados por la impaciencia, la dominancia rígida de vuestra mente. Una gota de
agua puede pensar que está sola, pero siempre está acompañada por millones de
gotas más, que como ella, siguen un curso hacia las aguas abiertas del mar o el
océano, donde se unirán con otras, creando alimento para otros seres vivos.
Eres un ser
maravilloso, amada alma, y no tienes ningún motivo para pensar que no estás
siendo escuchada por la Fuente de la cual todos procedemos. Estos momentos de
aparente quietud o estancamiento, solo es el preludio de tus pasos realizados,
de tus oraciones o de tus visualizaciones emanadas desde la esencia más amorosa
de tu corazón. Te mereces lo mejor, y por esto, ahora, nuestros hermanos
ascendidos, de la Luz, están trabajando a tu favor. Deja que ellos también
hagan su parte. Así lo acordasteis, al encarnar tu ser. Ellos, desde el Hogar,
están y estarán siempre contigo. Nunca has estado sola, honrada alma. Ahora
quieres darte cuenta de sus presencias. Bueno, quiero darte las gracias por
haber llegado hasta aquí, todo y así, poderlos ver no es lo más importante,
sino poderlos Sentir. Sintiéndolos apreciarás su amor, su paz, su compañía, su
protección hacia ti, su armonía y la sensación plena de hermandad, de
familiaridad. ¡Oh, sí! ¡Ya lo creo que la sentirás!, pero para llegar a este
punto, debes de aprender a confiar, y a tener presente la paciencia de tu
corazón. Él siempre está sereno. En él encontrarás esta serenidad y convencimiento
conforme todo está yendo bien y siguiendo tu proceso.
La gota de agua
nunca ha estado sola desde su nacimiento, así tú igual. Siempre ha estado
acompañada por millones de otras gotas que confeccionaban el caudal que regaba
los campos por los cuales pasaba y dibujaba la belleza de los rincones de la
naturaleza por los cuales serpenteaba. Así tú, eres para todos nosotros. Eres
parte del Hogar donde sólo el Amor rige cada uno de los pasos y obras que se
realizan y, ahora, tu presencia está abriendo las puertas de esta consciencia
de aquel quien eres.
Dios, el Amor
siempre ha estado en ti. Siempre responde a la llamada de aquellos que con la
fuerza del corazón deciden dejar su pasado para adentrarse a lo que han venido
a hacer en estos instantes de cambios planetarios y dar sentido a su presencia
aquí en este amado planeta.
Dios se activa
en ti cuando le hablas desde el corazón. Dios no acude, se activa dentro de ti,
para que sientas el Amor que eres y tu potencial como Divinidad que siempre has
sido.
Ahora es el
tiempo de recordar nuestra plena naturaleza y esencia.
Estás dejando
atrás el pasado para dar paso a tu Voluntad emanada del corazón, Una con la
Voluntad Superior.
Sé paciente.
Acurrúcate en tu corazón para que te abrace en su temple, en su armonía y paz.
Así podrás percibir la realidad de tus momentos actuales y tendrás motivos para
alegrarte.
Que el Amor y
la Paz sean en ti.
lunes, 17 de agosto de 2015
El Camino ya esta abierto
Antes que nada,
agradezco el hecho de estar conmigo, amados hermanos de la Luz, en estos
momentos de mi vida, en esta situación que estoy viviendo llevando a término la
Voluntad del Padre.
Este Sol
nuestro nos aporta un gran aprendizaje y una luz que nos permite ver de una
manera mucho más clara y consciente aspectos de nuestro camino, de nuestro ser
en relación al mundo que vivimos. Vivimos diferentes etapas en nuestro proceso
de Ascensión, y este nos abre las puertas para vivir según aquel quien en
verdad somos.
Lo que siento
no encuentro palabras para explicarlo, y cuando me pongo para escribirlo,
entonces siento la fuerza del sentir, como si me dijese: ¡Siente!, no quieras escribirlo, porque lo que sientes es para ti, para
saber del proceso, del camino, de ti mismo y nosotros. Entonces, cuando mis
manos se dirigen al teclado, se detienen y sienten con una gran intensidad y
nitidez la emoción de los momentos que estamos viviendo y más allá del ahora.
Ante estos momentos, solo me queda aquietarme y sentir y sentir, porque ¡es tan
amoroso lo que nos rodea y espera!
Durante años he
estado escribiendo y publicando cada semana, uno o dos artículos, depende de la
época de mis comunicaciones. Llevo más de diez años mostrando el camino a
través de mis palabras, que aunque no mías, eran mis dedos que las escribían.
Empecé con la lengua catalana, mi lengua natal, pasando después, al castellano
para poder llegar a todos aquellos de habla española. Durante las cuatro
estaciones de nuestros años se han ido publicando pautas de reflexión, mensajes
desde el Hogar, experiencias humanas y todo tipo de comunicación emanada desde
el corazón.
Hoy, en este
verano soleado de mis latitudes, siento que lo que se había de decir ya se ha
dicho. Todo lo que el ser en proceso de evolución había de darse cuenta, ya se
ha transmitido. Ha llegado la hora de integrar y manifestar este maná que se ha
ido dando a lo largo de los años, y sobre todo, desde el cambio del milenio. Aquellos
que me acompañan del mundo de la Luz, así me lo transmiten. Llevo ya un tiempo
que las ganas de escribir, tal como lo estaba haciendo hasta hace poco, parece
como si estuviesen llegando a su fin. Aquellos que me habéis ido leyendo en las
redes sociales, sabréis que mis escritos ya no son los mismos, y de esto ya
hace unos cinco años que empezaron a cambiar, y cada vez más, hasta el día de
hoy.
Todavía siento
que debo de escribir, pero hay semanas que mi camino me lleva a servicios que
no me permiten haceros llegar unas palabras como hasta ahora he ido haciendo.
Hace poco no pude daros nuevas palabras, confirmando lo que acabo de decir.
Alguno de vosotros quiso saber de mí si me pasaba alguna cosa. Os tengo que
decir que toda está yendo bien, y que lo que siento dentro de mí, es una
plenitud, serenidad y una mayor consciencia sobre nuestra existencia, el mundo
de la Luz y de mi camino en particular. Todavía siento que continuaré
escribiendo pero no sé si todas las semanas podréis leer nuevos mensajes,
reflexiones o palabras de la Divinidad Superior o el Hogar Espiritual de donde
todos procedemos.
Lo que es
importante es que os conozcáis, y os invito a releer palabras ya escritas, a
todos aquellos que todavía esperáis una luz que os indique la dirección de
vuestro andar, para saber de vosotros y cuál es vuestra procedencia y
naturaleza.
Agradezco una
vez más, todas vuestras palabras emanadas del corazón hacia mi ser. Me habéis
dado fuerza, sentido a lo que hacía y grandes dosis de aprendizaje particular
con vuestros comentarios, bendiciones, agradecimientos y el hecho de compartir
aquello que habéis vivido a raíz de lo leído. GRACIAS.
Las vidas
continúan, y es en este verano, para algunos invierno, donde lo más profundo de
nuestro ser está siendo acomodado por el amor de la Fuente de la cual todos
procedemos. Este sentir nos hace ver de una manera mucho más clara nuestra
esencia, y el nuevo camino que se nos presenta delante. El corazón de cada uno
empieza a sentir con más claridad e intensidad aquello qué hacer y cómo actuar
a partir de ahora. El pasado se está desvaneciendo en nosotros, para vivir en
todo momento según sentimos. El pasado se está liberando con la toma de
consciencia que la humanidad está adquiriendo en estos tiempos. Estamos dando
paso al presente continuo. El corazón nos guía, siendo su voz la guía de la
Divinidad de cada uno, por lo tanto, para muchos, la vida ya no tiene sentido
en relación a como estaba funcionando, y por lo tanto, lo que estaban haciendo
hasta ahora, ya no será.
Cada uno tiene
un lugar y una misión a hacer. Estos son los tiempos de las realizaciones
divinas de cada ser.
Aquello que se
había de transmitir, ya se ha dicho. Ahora es la hora de materializar.
Con esto solo
os digo que continúo amándoos y sintiéndome agradecido por vuestras presencias
en mi vida. No sé de qué manera, pero sí siento que continuaré estando con
vosotros por facebook y mis blogs, ahora bien, quizás no sea con la asiduidad
que era hasta ahora, ni de la misma manera. Todo y así, todos los encuentros
que vaya realizando (Seminario ¡SENTIR!, talleres, cursos o encuentros varios)
continuaré presentándolos para podernos reunir todas aquellas almas que así
tenga que ser para continuar el camino hacia nosotros mismos. ¡Me alegrará
veros!
Desde mi
corazón, un abrazo y que el Amor y la Paz sean en todos vosotros.
jueves, 13 de agosto de 2015
La hora del vuelo
Una vez, un
discípulo paseando por el recinto del monasterio donde era instruido, vio a su
maestro sentado en un banco contemplando el valle que se extendía a sus pies.
Llegando ante
él bajó la cabeza, saludando a su mentor, diciendo:
-
¡Buenos días, maestro! Hay algo
que querría saber y hasta ahora no he podido encontrar la respuesta.
El venerable le devolvió
el saludo y dijo:
-
Algún día yo ya no estaré.
(Pausa). Llevas ya un tiempo entre nosotros. Has aprendido y has sabido abrir
tu corazón y escuchar tu verdadera voz que habita dentro de ti. (Pausa). ¿Cómo
harías para encontrar la respuesta a tus preguntas?
-
Iría a otro maestro – le
respondió.
Entonces,
haciendo un pequeño silencio, el anciano lo miró y con los ojos bondadosos y
comprensivos hacia aquel joven que tenía delante, continuó:
-
Y así podrías ir buscando y
buscando hasta encontrar a alguien que te respondiese a aquello que nace dentro
de ti.
-
¡Sí! – dijo el chico.
El maestro
movió la cabeza como asintiendo las palabras del chico, pero sin dejar de mirar
el valle que estaba contemplando.
-
Llega un momento del camino que el
apoyo que tenías desaparece. ¿Sabes por qué? – le preguntó con una suave y
amable voz.
-
¿Por qué maestro?
-
Porque la semilla debe de
convertirse en fruto. ¿De qué serviría si siempre se la protegiese de las
inclemencias del tiempo y se guardase en una pequeña caja?
-
No es esta la finalidad de su
existencia – respondió el chico.
-
¡Bien!, veo que has aprendido –
dijo sonriendo el sabio, al ver que aquella alma ansiosa de aprender dio una
respuesta adecuada. Pues así sucede con cada uno de nosotros. No estamos aquí
para aprender y aprender, teniendo a alguien como Fuente. Hemos de encontrar
nuestra propia Fuente en nuestro interior. (Larga pausa).
A continuación
dijo:
-
¿Ves los pájaros volar? –
observando hacia la dirección donde se encontraban.
-
¡Sí! – respondió mirando hacia
ellos.
-
Pues ellos aprenden según ven y
sienten. Llega el momento que deben de valerse por sí mismos. ¡Y muy bien que
lo hacen! – dijo haciendo una sonrisa. Así tú, eres igual que ellos. Estás en
el nido hasta que llega el momento de volar por ti mismo, y este momento ya ha
llegado.
-
¡Basta amado maestro! ¡Si todavía
no sé todo lo que tú sabes! ¡Todavía debo de aprender mucho sobre mí y la vida!
-
Aprendiendo de ti, aprenderás de
la vida, y para aprender a sentir tu alma, solo te necesitas a ti. Escúchala y
sabrás lo qué te dice. (Pausa). Todo lo que has aprendido aquí es para que
aprendas a volar. Cuando ya lo sabes, debes de dejar que aquello por lo cual
has venido a hacer, sea llevado a término. Solo tú sabes lo que es.
-
Pero yo no sé lo que he venido a
hacer todavía.
-
El pájaro tampoco sabe lo qué
hacer en todas las situaciones que pueda encontrarse, pero ha aprendido a
volar, y es en los constantes vuelos que va haciendo, que aprende toda la
técnica del dejarse llevar por las brisas e ir donde encontrar su nuevo alimento.
(Pausa). Amado aprendiz y maestro de mi alma, no soy yo quien debe de indicarte
todas las decisiones que debes de tomar. Solo tú sabes del camino de tu tesoro.
Has aprendido a andar y a discernir. Ahora – continuó – debes de emprender el
vuelo para llegar a la finalidad de tu alma.
-
¡Pero yo no quiero dejarte,
maestro! – dijo el chico inquieto por lo que acababa de escuchar. Todavía tengo
que aprender mucho.
-
La dirección de tu vuelo es
diferente a la mía. Agradezco tu presencia en mí. Me siento honrado por estar a
tu lado durante todo este tiempo, pero el maestro debe de continuar su camino,
y el discípulo convertirse en el maestro que es, no en quién soy yo.
El chico quedó pensativo, y después de unos instantes el venerable anciano
se levantó del pequeño banco de madera en el cual se encontraba y se dispuso a
irse, cuando el joven le dijo:
-
¿Así ya no nos veremos?
-
¡Oh, ya lo creo que nos volveremos
a ver!, pero no será tal como nos vemos ahora.
Entonces dio
unos pasos y se detuvo.
El chico le observaba
y no apartó la vista de aquel ser tan amado por él durante todo aquel tiempo.
-
No tengas miedo de ser tú, porque
en el vuelo que harás te acordarás de mí y de todos aquellos que contigo hemos
estado. No estarás solo – finalizó diciendo y alejándose del joven aprendiz
preparado para mostrar el maestro que era, sin él saberlo.
Cuando el chico vio a su mentor a cierta distancia, le llamó:
-
¡Maestro!
Este se detuvo.
Giró la cabeza y vio como venía corriendo hacia él hasta llegar justo delante.
Entonces, el chico le abrazó y le dijo:
-
¡Gracias!
jueves, 6 de agosto de 2015
¿Todavía creéis en el tiempo?
Sentid y
sentiréis la inmensidad del presente. Cada sensación e instante magnifica y
amplia el presente de vuestro proceso. Vuestro mundo y vuestras almas se
dirigen a la liberación del tiempo en vosotros y a la manifestación de vuestro
verdadero ser que se encuentra en el ahora.
Vuestra vida es
presente y es a través de sentir estos instantes gloriosos que sentiréis la
serenidad de vuestro ser y la verdadera esencia que sois. Es en el presente que
podréis abrir el cofre de vuestro verdadero tesoro: el daros cuenta de quienes
sois en verdad, el poder sentir vuestra naturaleza más sutil, hermanada y unida
a la del universo y toda fuente creadora de vida: el AMOR.
Cuando amáis,
no es a través del tiempo, sino desde la conexión de vuestra verdadera
naturaleza, y cuando así es, solo la Luz puede llegar según vuestra Voluntad
dirija, porque vuestra intencionalidad y la de la Fuente Superior serán Una.
Cuando sentís
el Amor dentro de vuestra materia, ésta se eleva y sana vuestra vida, como la
de aquellos que os rodean y acompañan en vuestro camino. Lo denso se convierte
en etéreo, en sutil. Cuando la sutileza de la más alta vibración existente se
manifiesta, los ojos de tu corazón abierto perciben el sentido y la inmensidad
de tu presencia en esta dimensión donde os encontráis. Ayudáis a elevar a
vuestro planeta físico, y con él, abrís las puertas de nuestra presencia, cada
vez con más asiduidad, junto a vosotros. Cada vez somos más Hermanos los que
nos acercamos y estamos velando la Intencionalidad Divina Superior a través
vuestro. Sois parte de ella y vuestro recordar os permite aceptarnos cada vez
más. Somos nosotros, vuestros Hermanos de la Luz que os acompañamos en vuestro
presente para diluir el tiempo de vuestras mentes y poder sentir la eternidad
que sois. Una Luz y fuente amorosa que riega las almas de todos aquellos que se
encuentran cerca de cada una de vosotras, amadas almas.
Para ser,
debéis de alejar el tiempo de vosotros. Así nos abriréis las puertas de
vuestros corazones y nos aceptaréis en vuestras vidas actuales.
El tiempo
creado a lo largo de vuestras ilusiones basadas en el miedo, hizo que os aprisionarais
en vuestros caminos. Muchos de vosotros os habéis empezado a dar cuenta que el
camino se va obstruyendo y estrechando cada vez más desde vuestros pilares
temporales. Desde hace unos años vuestros hacia aquí, desde la Fuente Central
de la cual procedéis, se os facilitó la visión de la Verdad y el aumento de
vuestra Consciencia. Muchos aprovechasteis estas bendiciones del Hogar para
poder empezar a recordar de una manera más acelerada aquel quien en verdad
erais. Este despertar y luminosidad que ibais adquiriendo os permitió, y
todavía ahora, como presente de vuestro proceso, liberar la temporalidad para
vivir plenamente en el ahora, desde el corazón y el presente como llave para
llegar a activar y manifestar la divinidad que cada uno sois.
Algunos de
vosotros ya vivís en el presente y de una manera absoluta, desde el corazón.
Son aquellos que están incrementando la Luz y la Consciencia en vuestro amado
planeta. Muchos de vosotros estáis en esta fase de sentir desde la apertura de
vuestro corazón. Empezáis a sentir como algo innato en vosotros, y como parte
de vuestra Divinidad.
Permitís que
seamos Uno con vosotros, y vuestras vidas y nuestras presencias se unen para
que aquello que habéis venido a realizar sea llevado a término.
Así será.
Para llegar a
vosotros, debéis de liberaros del tiempo, donde concurren todos los miedos, los
intereses, el ego y las resistencias de vuestro avance.
Aquello por lo
cual encarnasteis está llevándose a término, y tu, amada alma, eres parte de
esta Gran Obra Universal que es la manifestación plena de la Luz y el Amor que
eres.
Nosotros
estamos contigo y siempre hemos estado y estaremos. Nuestro Amor te abraza, aunque
no siempre podáis percibirlo debido a vuestra mente. Cuando el corazón tome el
lugar que le corresponda, entonces, el presente empezará a estar en vosotros,
cada vez con más constancia y asiduidad, porque no es algo adquirido, sino la
manifestación de lo que ya sois.
Os amamos
profundamente, y vuestra esencia es la misma que la nuestra. Nuestro Amor hacia
todos los que habitáis este mundo físico también se encuentra en vuestro
interior.
Recordad que
sois Amor y Luz.
La VERDAD os
llevará al PRESENTE continuo.
Que el Amor y
la Paz sean en todos vosotros.
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