miércoles, 7 de enero de 2015

Susurrador de almas

No hay mayor sosiego que sentir el susurro del Hogar en ti.
Un cálido manto energético parece envolverte, así como una claridad de lo recibido.
Cuando vives estos instantes llenos de ternura y calidez, todo tu ser se emociona y reacciona según su necesidad. Confirmar la veracidad de lo que tu interior te va mostrando a lo largo del camino hace que tu espíritu se eleve y haga emerger toda la fuerza habida en ti para continuar tu avance en la escalera de caracol que toda Ascensión representa. Te elevas y sientes, quizás viendo, a tus acompañantes de la Luz, siendo ni más ni menos, que toda tu verdadera FAMILIA celestial. Tú eres uno de ellos. Perteneces a este amor compartido por cada uno de sus miembros.
Cuando tu alma siente la brisa del susurro procedente de lo más puro que tu interior puede albergar, o de las más altas esferas de la Luz, entonces, toda densidad desaparece en ti, dando paso a la expansión de tu ser y a una bienvenida que un ser encarnado puede llegar a sentir dentro de sí.
Cuando dedicas tu vida a permitir que el Cielo sea en la Tierra y que la Gran Voluntad Divina sea realizada aquí en nuestro planeta, entonces, te das cuenta de la importancia de estos susurros porque traen la paz, el sosiego, la fuerza, la conexión con tu verdadera esencia amorosa y la infinita sabiduría.
¡No hay nada como acariciar el alma de un ser en proceso de ascensión! Es todo un placer escuchar este susurro y recibir el soplo divino para abrir el camino y el corazón de toda alma abierta al despertar y a la unión con ella misma.
El camino sigue y las alturas que muchos de vosotros ya os encontráis, hace que la brisa de esta plenitud anunciada, os invite a seguir el sendero hacia uno mismo. ¡Qué gratitud poder sentir esto! ¡Si existieran palabras para poder definir de una manera exacta lo sentido!, pero lo vivido interiormente, supera toda expresión posible manifestada. Una vez ya intenté encontrar una palabra que pudiera expresar esta plenitud de tu ser conectado contigo mismo: AMOR PURO E INCONDICIONAL.
Cuando tu corazón reposa en paz, susurras a tu alma para darle el coraje y la fortaleza necesaria para continuar su camino.
Cuando sientes el amor en ti, un tierno susurro lleno de protección, guía y familiaridad de una Unicidad más allá de lo terrenal te abraza, haciendo que te abandones a los brazos del universo lleno de armonía, sosiego y Amor. Nada temes, porque lo que sientes te muestra la verdadera naturaleza de tu ser y de donde procedes.
Solo existe el Amor, y es este Amor que hace que el ser humano pueda liberarse de su raciocinio y transmutar su densidad en ingravidez y sentir lo etéreo en él.
Cuando las palabras emanan del corazón, son susurros para el alma.
Cuando tu presencia irradia la Luz y el Amor que eres, eres maná y un suspiro de nuevas esperanzas para los demás.
Tu presencia pura e íntegra da de la mano al resto de la humanidad y une cada una de las almas para irnos acercando y encontrándonos unas con las otras, permitiendo que nuestra unión, despierte los corazones y libere las almas atrapadas en la confusión, las dudas y las tinieblas.
Cuando sientes el susurro celestial a través de un ser de luz o de tu interior, no digas nada. No hagas nada. Estate quieto por unos momentos y siente. Siente estos instantes llenos de iluminación y sabiduría.
Mi camino va cruzándose, cada vez más, con almas necesitadas de un soplo divino para encauzar su camino con el sentido de su existencia en esta vida. No intento nada, solo siento mi corazón indicándome qué hacer ante este ser o seres y dejar fluir las palabras de mi divinidad para calmar los designios mentales de estas almas que quieren recordar quiénes son y de donde proceden.
Para mí es un placer poder susurrar en sus oídos el camino de la Luz y las presencias de todos aquellos que me acompañan del Hogar.
¿Sabes? Tú también puedes ser un susurrador de almas, confortándolas y animándolas a seguir su curso. Dejar de identificarnos con nuestro pasado nos ayuda a escuchar nuestro presente, y éste, nada tiene que ver con la distorsión que se ha podido hacer mientras nos encontrábamos en el terreno de la mente y el ego.
Todo es sencillo. Todo es mucho más fácil de lo que podéis llegar a pensar. La sencillez es la manifestación de lo intuitivo. Lo mental frena el fluir de tu vida presente convirtiéndola en un hábitat de competitividad y lucha. ¡Nada de eso es!
¿Te atreves a sentir aquel quien eres sin identificarte con lo vivido o escuchado? Sencillamente siente, y deja que lo no real se aleje para dar sentido a tu vida y entender tu verdadera esencia.
Escucha a tu corazón, y podrás sentir el susurro procedente más allá de tu materia.
Amada alma, te amamos y estamos contigo en todo momento. Mi ser también te acompaña y quiero decirte que el amor que hay en ti elevará tu consciencia hasta la Luz de la Sabiduría, percibiendo la Realidad de tu existencia. Tienes un sentido, y éste, tiene que ver con el Amor. ¿Acaso no sientes el susurro de los cambios que estás viviendo y se avecinan? ¡Oh, sí, amada alma! Serán gloriosos e inmensos, donde tu amado mundo actual dejará de ser como hasta ahora es.
Eres parte del Hogar, aunque te encuentres en la forma. Tu verdadera esencia está esperando ser reconocida por ti, y sobre todo, ¡SENTIDA por ti!
Tú eres un regalo del universo para todos nosotros.  Hace tiempo que estábamos esperando tu despertar y manifestación al mundo. Eres esperanza para muchos y consuelo para otros. Solo tú puedes transmitir lo que sientes de la manera que tú eres. Por eso eres tan importante para todos nosotros.
Cierra los ojos. Abre tu corazón y sosiega tu alma. Luego, siente tu esencia llena de paz en tu interior, y a continuación sentirás el susurro de la plenitud en ti.

Todo es muy fácil y sencillo cuando dejamos que nuestro corazón nos guíe y nuestra esencia se manifieste tal como es. Entonces, la Divinidad que somos, se mostrará de una manera majestuosa y con toda su plenitud en ti, y cuando así sea, tú, no serás tú, porque aquel a quien veremos, será el Amor en la Tierra.
El susurrador de almas siente, percibe e irradia la fuerza del Amor de aquel quien en verdad es. La presencia de su Divinidad armoniza y alienta a todo aquel que se le acerca.

Desde mi corazón, que el Amor y la Paz sean en cada uno de vosotros. 








                                                                                                                        

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